Cuatro años de la fusión empresarial de Tigo Une
La compañía tiene el segundo lugar en servicios como TV por suscripción e internet fijo. Su presidente afirma que la unión ha permitido sobrellevar el período de crecimiento negativo que ha vivido la industria.
María Alejandra Medina C. / @alejandra_mdn
En el tercer trimestre de 2014, la fusión del operador móvil Tigo y Une, compañía local que estaba enfocada en fijo, era un hecho. La estrategia, dijeron en ese momento, era su forma de responder a la tendencia mundial de integrar los servicios de comunicaciones en un sector que es dinámico y en el que el consumidor cambia de hábitos y es cada vez más exigente.
Hoy el usuario ve televisión por internet o se conecta a esa red a través de su televisor, hace llamadas desde el portátil o también desde el celular, pero usando su paquete de datos. Se trata de una trasformación inconclusa que todavía tiene puntos de debate, como la creación de una única autoridad que regule la telefonía móvil y la fija, la televisión, entre otros.
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Cuatro años después, Marcelo Cataldo, presidente de Tigo Une, ratifica que la fusión fue la decisión correcta. Recuerda que se dio justo antes de que la tasa de cambio se disparara. “El 90 % de la inversión en telecomunicaciones es en dólares”, explica. Efectivamente, en cuestión de meses, el dólar pasó de oscilar entre los $1.800 y $1.900 a los $3.000. Para nadie es un secreto que no sólo para Tigo, sino para el sector, invertir y tener deudas se volvió más costoso.
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La unión de las dos empresas también se dio en un entorno optimista, en el que se esperaba que la economía creciera entre 4,2 y 4,9 %. Pero, principalmente por el desplome de los precios del petróleo, el entorno cambió y el país creció 3,1 % en 2015, 2 % en 2016 y, finalmente, 1,8 % en 2017.
Hace cuatro años, según los informes del Mintic y la Comisión de Regulación de Comunicaciones, Tigo contaba con 996.000 suscriptores a su servicio de internet móvil y Une, con 270.000. Al cierre de 2017 eran más de 1,2 millones, y mantiene el tercer lugar. En telefonía móvil eran 9,1 millones de abonados en 2014 y actualmente son 11,4 millones, de nuevo en el tercer lugar. En internet fijo, con 1,2 millones de suscritos, hoy es el segundo (también lo es en telefonía local y televisión por suscripción), después de Telmex (Claro).
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Para Daniel Medina, consultor y exministro TIC, el comportamiento de las cifras de usuarios no es sorprendente. Sin embargo, cree que “la fusión permite mantener rentabilidad y en ese sentido sí funcionó. (Une y Tigo) redujeron costos comunes. Si no se hubieran unido, seguro estarían en una situación más complicada al no haber crecido en el mercado”.
La compañía precisó a este diario que “los ingresos consolidados para 2017 de Tigo Une y sus filiales cerraron en $5,06 billones. Vale destacar que Empresas Públicas de Medellín (EPM) es dueña del 50 % más una de las acciones de la compañía, por lo que la distribución de las utilidades se realiza teniendo en cuenta este parámetro”. Sin embargo, según los estados financieros de 2017, para los accionistas no hubo dividendos decretados.
Fabián Hernández, presidente CEO de Telefónica Colombia, destacó “la importancia para los clientes de contar con un operador integrado, camino que ya habíamos recorrido con Telefónica Movistar desde el 2011, cuando fusionamos la operación fija y móvil”. Asimismo, “la evidencia de que en el sector de telecomunicaciones en Colombia el Estado ha tenido presencia y ha actuado de manera profesional e independiente, como ha sido en el caso de la nación y acá el municipio de Medellín”.
Cosa distinta opina Alberto Samuel Yohai, presidente de la Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones: “Se requiere una desinversión de capitales públicos en el sector de telecomunicaciones, no sólo en Tigo Une sino Movistar, ETB, Emcali. Esas inversiones (públicas) terminan frenando el nivel de inversiones de capital que desarrollan los operadores en el mercado”. Señala que la tendencia mundial de privatización del sector de telecomunicaciones ha buscado que las empresas compitan "a punta de inversión y no de contactos políticos y regulación". En Colombia, el gobierno anterior dejó expedido un decreto para empezar la enajenación de su participación en Movistar.
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Yohai, resaltó, no obstante, "la calidad del servicio y oferta de productos de una empresa como Tigo Une".
Cataldo no deja de mencionar que “en Colombia no tenemos un mercado equilibrado, tenemos un declarado dominante, pero hoy no tiene ninguna regulación específica”, como los cargos asimétricos (tarifa más alta que paga un operador dominante para que su comunicación "entre" a la red de los otros). Claro decidió no comentar para este artículo. Sin embargo, quienes se oponen a este tipo de medidas por lo general las consideran contrarias a la libre competencia o como un desincentivo para la inversión.
Al igual que sus competidores, el líder de Tigo Une cree conveniente que haya una regulación del sector más sencilla y una única autoridad. También, que los períodos de asignación de espectro se amplíen a, mínimo, 20 años, sobre todo antes de que se saque adelante la próxima subasta de espectro radioeléctrico para servicios móviles, fundamental para continuar con el despliegue de 4G y cerrar la brecha que hay: uno de cada dos colombianos no tiene acceso a internet móvil.
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Algunas cifras de Tigo Une:
- $1 billón en inversión anual aproximadamente ha hecho Tigo Une en cuatro años.
- 81 % de cobertura urbana de 4G asegura tener este operador.
- 20 ciudades es el número de lugares a los que la empresa amplió su cobertura fija en estos cuatro años.
- 50 % más una acción tiene Empresas Públicas de Medellín (EPM) en Tigo UNE.
En el tercer trimestre de 2014, la fusión del operador móvil Tigo y Une, compañía local que estaba enfocada en fijo, era un hecho. La estrategia, dijeron en ese momento, era su forma de responder a la tendencia mundial de integrar los servicios de comunicaciones en un sector que es dinámico y en el que el consumidor cambia de hábitos y es cada vez más exigente.
Hoy el usuario ve televisión por internet o se conecta a esa red a través de su televisor, hace llamadas desde el portátil o también desde el celular, pero usando su paquete de datos. Se trata de una trasformación inconclusa que todavía tiene puntos de debate, como la creación de una única autoridad que regule la telefonía móvil y la fija, la televisión, entre otros.
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Cuatro años después, Marcelo Cataldo, presidente de Tigo Une, ratifica que la fusión fue la decisión correcta. Recuerda que se dio justo antes de que la tasa de cambio se disparara. “El 90 % de la inversión en telecomunicaciones es en dólares”, explica. Efectivamente, en cuestión de meses, el dólar pasó de oscilar entre los $1.800 y $1.900 a los $3.000. Para nadie es un secreto que no sólo para Tigo, sino para el sector, invertir y tener deudas se volvió más costoso.
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La unión de las dos empresas también se dio en un entorno optimista, en el que se esperaba que la economía creciera entre 4,2 y 4,9 %. Pero, principalmente por el desplome de los precios del petróleo, el entorno cambió y el país creció 3,1 % en 2015, 2 % en 2016 y, finalmente, 1,8 % en 2017.
Hace cuatro años, según los informes del Mintic y la Comisión de Regulación de Comunicaciones, Tigo contaba con 996.000 suscriptores a su servicio de internet móvil y Une, con 270.000. Al cierre de 2017 eran más de 1,2 millones, y mantiene el tercer lugar. En telefonía móvil eran 9,1 millones de abonados en 2014 y actualmente son 11,4 millones, de nuevo en el tercer lugar. En internet fijo, con 1,2 millones de suscritos, hoy es el segundo (también lo es en telefonía local y televisión por suscripción), después de Telmex (Claro).
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Para Daniel Medina, consultor y exministro TIC, el comportamiento de las cifras de usuarios no es sorprendente. Sin embargo, cree que “la fusión permite mantener rentabilidad y en ese sentido sí funcionó. (Une y Tigo) redujeron costos comunes. Si no se hubieran unido, seguro estarían en una situación más complicada al no haber crecido en el mercado”.
La compañía precisó a este diario que “los ingresos consolidados para 2017 de Tigo Une y sus filiales cerraron en $5,06 billones. Vale destacar que Empresas Públicas de Medellín (EPM) es dueña del 50 % más una de las acciones de la compañía, por lo que la distribución de las utilidades se realiza teniendo en cuenta este parámetro”. Sin embargo, según los estados financieros de 2017, para los accionistas no hubo dividendos decretados.
Fabián Hernández, presidente CEO de Telefónica Colombia, destacó “la importancia para los clientes de contar con un operador integrado, camino que ya habíamos recorrido con Telefónica Movistar desde el 2011, cuando fusionamos la operación fija y móvil”. Asimismo, “la evidencia de que en el sector de telecomunicaciones en Colombia el Estado ha tenido presencia y ha actuado de manera profesional e independiente, como ha sido en el caso de la nación y acá el municipio de Medellín”.
Cosa distinta opina Alberto Samuel Yohai, presidente de la Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones: “Se requiere una desinversión de capitales públicos en el sector de telecomunicaciones, no sólo en Tigo Une sino Movistar, ETB, Emcali. Esas inversiones (públicas) terminan frenando el nivel de inversiones de capital que desarrollan los operadores en el mercado”. Señala que la tendencia mundial de privatización del sector de telecomunicaciones ha buscado que las empresas compitan "a punta de inversión y no de contactos políticos y regulación". En Colombia, el gobierno anterior dejó expedido un decreto para empezar la enajenación de su participación en Movistar.
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Yohai, resaltó, no obstante, "la calidad del servicio y oferta de productos de una empresa como Tigo Une".
Cataldo no deja de mencionar que “en Colombia no tenemos un mercado equilibrado, tenemos un declarado dominante, pero hoy no tiene ninguna regulación específica”, como los cargos asimétricos (tarifa más alta que paga un operador dominante para que su comunicación "entre" a la red de los otros). Claro decidió no comentar para este artículo. Sin embargo, quienes se oponen a este tipo de medidas por lo general las consideran contrarias a la libre competencia o como un desincentivo para la inversión.
Al igual que sus competidores, el líder de Tigo Une cree conveniente que haya una regulación del sector más sencilla y una única autoridad. También, que los períodos de asignación de espectro se amplíen a, mínimo, 20 años, sobre todo antes de que se saque adelante la próxima subasta de espectro radioeléctrico para servicios móviles, fundamental para continuar con el despliegue de 4G y cerrar la brecha que hay: uno de cada dos colombianos no tiene acceso a internet móvil.
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Algunas cifras de Tigo Une:
- $1 billón en inversión anual aproximadamente ha hecho Tigo Une en cuatro años.
- 81 % de cobertura urbana de 4G asegura tener este operador.
- 20 ciudades es el número de lugares a los que la empresa amplió su cobertura fija en estos cuatro años.
- 50 % más una acción tiene Empresas Públicas de Medellín (EPM) en Tigo UNE.