El próximo 28 de noviembre comenzará la concertación del salario mínimo. En el marco del Congreso Nacional de Infraestructura, Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, dijo que aunque el salario mínimo impacta el ingreso de los trabajadores formales y, por ende, estimula el crecimiento económico, también “genera presión para la inflación”.
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A Mejía no le “cabe duda” de que parte de la dinámica de la inflación en el último año “tiene que ver con que el aumento del salario mínimo estuvo muy por encima de la inflación de 2022″. El centro de pensamiento lo advirtió el año pasado, entre otras cosas, por los precios que están indexados al mínimo.
Hace un año, una considerable cantidad de cobros (como las matrículas en instituciones de educación pública y las multas de tránsito) estaban atados al salario mínimo, para evitar que esto erosionara la capacidad de pago en los hogares, se pidió que su incremento se amarrara a la Unidad de Valor Tributario (UVT, la cual aumenta cada año con base en la inflación).
En un principio se propuso que se desligaran 204 rubros, 34 por proyectos de ley y 170 mediante actos administrativos (como decretos y resoluciones). Tras casi un año desde que se presentó esta propuesta, el Ministerio de Hacienda reporta la desindexación de unos 60 cobros, además todas las sanciones, multas, tasas y tarifas presentes en el Decreto 1079 de 2015. La cartera no precisa, entonces, cómo quedaron los números de desindexación del salario mínimo.
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Mejía agregó que a diferencia de 2021 y 2022, “la economía no está creciendo. Es distinto negociar un incremento de salario mínimo cuando la economía crecía al 10 % (2021) o del 7 % (2022), a este año, en el que si llegamos un crecimiento de 1 % nos deberíamos dar por bien servidos”.
De ahí que la recomendación de Fedesarrollo es que el aumento del salario mínimo sea lo más cercano posible a la inflación esperada (9,6 % según la Encuesta de Opinión Financiera). El director también puso sobre la mesa que no se espera un muy buen resultado en productividad, “será muy cercano a cero o incluso negativa por la dinámica de crecimiento económico”.
“El palo no está para cucharas, estamos con un crecimiento bajo, inflación alta. Hay que reconocer la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, hagámoslo lo más cercano posible a la inflación esperada para este año”, recomendó el director.
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