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Es común escuchar e incluso replicar la idea de que quienes componen hoy la fuerza laboral del país no se van a pensionar. Si bien las características de nuestro sistema pensional no son las ideales y se repite con frecuencia que hay un problema e incluso una bomba pensional —de ahí que se le insista a cada gobierno en una reforma—, bajo el modelo actual no es imposible convertir los ahorros en un ingreso vitalicio, aunque conlleva una serie de dificultades.
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Los últimos reportes dan cuenta de que más de 1,4 millones de personas en el país reciben una pensión, la mayoría de ellas (1,2 millones) por cuenta del régimen solidario de prima media con prestación definida (RPM), es decir, por Colpensiones, y las demás por cuenta del régimen de ahorro individual con solidaridad (RAIS), dado que el esquema de las administradoras de fondos de pensiones privadas (AFP) es más reciente.
Un estudio del Ministerio de Hacienda explica que la mayoría de la población menor de 40 años se encuentra en el RAIS debido, principalmente, a la madurez del sistema, y concluye que la proporción cambia a medida que aumenta la edad del afiliado. “Los mayores comenzaron a cotizar en el Instituto de Seguros Sociales (ISS) desde 1967 y continuaron en el régimen de prima media ahora administrado por Colpensiones. De la Ley 100 de 1993 en adelante, los cotizantes nuevos mostraron una preferencia por el RAIS”.
¿Cómo puede construir su pensión? ¿Es una tarea imposible o vale la pena ese esfuerzo de largo aliento? ¿Qué pasa con quienes devengan sólo un salario mínimo? Preste mucha atención.
El principal factor por el que los colombianos no tienen un ingreso en su vejez es que no prevén que lo necesitarán. La cultura del ahorro en el país es baja (40 %, según la más reciente encuesta de Yanhaas).
El primer mito a desmentir: “Voy a vivir de mi pensión”. El 75,8 % de las pensiones en Colombia están entre uno y dos salarios mínimos. Probablemente, la mayoría de las personas encuentren ese ingreso insuficiente, especialmente porque, en muchos casos, de una pensión vive una familia. Es imprescindible construir diferentes fuentes de ingreso a lo largo de la vida productiva para no depender sólo de este ahorro obligatorio. Por eso es clave la educación financiera para entender que, por poco que ganemos, hay formas de hacerlo.
Esto nos lleva también al primer consejo: construya su pensión desde su juventud. Muchas personas se interesan por las posibilidades de asegurar un ingreso para la vejez cuando están próximas a jubilarse. En Colombia, la edad de pensión es de 62 años para los hombres y 57 años para las mujeres, y la esperanza de vida, según el DANE, es de 73 años para los hombres y 79 años para las mujeres. Esto significa que debe juntar lo suficiente para vivir al menos 10 años de la pensión, dependiendo de en qué momento decida retirarse. El RAIS, por ejemplo, les saca ventaja a esos plazos colocando los ahorros de los afiliados en inversiones seguras a largo plazo que les garanticen una rentabilidad que incremente su mesada pensional. Este es sólo uno de los beneficios de preocuparse temprano del asunto.
Pero no es sólo cuestión de conveniencia, sino de oportunidad. El sistema actual exige haber cotizado entre 1.150 semanas (RAIS), equivalentes a más de 22 años, y 1.300 semanas (RPM), equivalentes a 25 años, para otorgar una pensión, independientemente del dinero ahorrado —lo que explicaremos más adelante—. Si empieza a hacer aportes desde su juventud tiene más posibilidades de que los períodos de recesión, estudio, maternidad o licencias no perjudiquen su meta: por eso es tan importante que no se descuide con los pagos. Además, conscientes de la complejidad del mercado laboral en el país, ni expertos ni gobierno han sugerido incrementar el número de semanas.
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Un consejo adicional: sea realista. A pesar de que el sistema pensional colombiano es generoso comparado con otros países (tiene una de las tasas de reemplazo más altas de la región, según la OCDE), es difícil que las pensiones sean equivalentes al promedio de sus mejores salarios. Considere que usted está aportando apenas un 16 % de su ingreso mensual. Además, la reforma pensional anunciada lo hará aún más difícil, pues ante todo debe ser sostenible, así que no espere una mesada millonaria.
¿Qué opciones tengo?
Una de las particularidades del sistema pensional colombiano es que el RPM y el RAIS no sólo coexisten, sino que compiten entre sí. La elección del régimen es libre y voluntaria por parte del afiliado, además de ser una decisión de gran importancia. “La mayor parte de las personas no entienden qué les conviene más. Para uno pensionarse en este país tiene que ser una persona muy educada”, asegura Freddy Castro, economista, docente y experto en pensiones.
El requisito para acceder a una pensión en el RPM es tener 1.300 semanas cotizadas y alcanzar la edad de pensión (62 años para los hombres y 57 para las mujeres). En este régimen, la mesada se calcula a partir del promedio del salario de los últimos 10 años cotizados anteriores al reconocimiento de la pensión (traído a valor presente), lo que técnicamente se denomina ingreso base de liquidación. Sin embargo, no significa que si ese promedio devengado es de $2,5 millones, su pensión será del mismo valor. A ese promedio mensual de ahorro de los últimos 10 años se le aplica una tasa de reemplazo que oscila entre el 65 % y el 80 %, dependiendo de factores como a cuántos salarios mínimos equivale el ingreso del cotizante. Por ejemplo, si su promedio es $6 millones, la tasa de remplazo es de 61,6 % y la pensión le quedará en $3,7 millones. Pero si su promedio son $800.000, la tasa de remplazo sube a 65 % y su pensión debería quedar en $519.000, según el cálculo estricto. Pero ahí viene otra ventaja: por ley, ninguna pensión debe estar por debajo del salario mínimo y, por lo tanto, en este caso esa mesada será reajustada.
De cualquier forma, todas las pensiones del RPM son subsidiadas, pues ningún ahorro es lo suficientemente alto para compensar la fórmula que se utiliza para calcularla.
Si tiene más de 1.300 semanas sale ganando, pues por cada 50 semanas adicionales la tasa de reemplazo incrementa en 1,5 %. Las personas pensionadas por Colpensiones cotizaron en promedio más de 1.500 semanas, conscientes de que extender el tiempo les traería mejores beneficios.
¿Qué pasa si no tiene las 1.300 semanas? Tiene derecho a una indemnización sustitutiva, es decir, a que se le devuelvan los aportes hechos a lo largo de su vida laboral, ajustados a la inflación, por lo que ese dinero no habrá perdido ningún valor, pero no le reconocerán ningún interés. Según cifras de Colpensiones, 119.345 personas solicitaron en 2017 la devolución de saldos; estas personas cotizaron en promedio sólo 350 semanas (hombres) y 332 semanas (mujeres), con corte a 2017.
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Por el contrario, el requisito para acceder a una pensión en el RAIS es tener suficiente capital para obtener por lo menos una renta vitalicia equivalente al 110 % del salario mínimo, sin importar la cantidad de semanas o la edad. Este capital se compone de, aproximadamente, 30 % ahorros y 70 % rendimientos, de acuerdo con Protección. Los actuarios suelen utilizar una base de $230 millones para prever si una persona tiene el suficiente capital para pensionarse con un salario mínimo; sin embargo, el cálculo es tremendamente complejo y considera factores como la esperanza de vida y la existencia de beneficiarios que puedan encarecer la pensión. Es por esto que dos personas con el mismo capital reunido, digamos $500 millones, pueden tener mesadas muy diferentes: una recibe $1,5 millones mensuales y la otra $3 millones.
Muchas personas se desaniman estas cifras porque desconocen que, aún sin tener suficiente ahorro, también se pueden pensionar en el RAIS. Toda persona que tenga 1.150 semanas cotizadas y alcance la edad de pensión tiene derecho a una renta vitalicia del salario mínimo (Fondo de Garantía de Pensión Mínima). Lo único que debe demostrar es que no tiene otros ingresos. Este fondo, que según cálculos tiene actualmente $19 billones, se alimenta de los aportes de las personas que ganan más de cuatro salarios mínimos. Con corte a abril de este año, 10.383 personas habían obtenido una pensión a través de este mecanismo, según Asofondos.
Al RAIS se le ha criticado que no tiene ningún incentivo por el número de semanas cotizadas. En un cálculo proyectado por el CEDE de la Universidad de los Andes se cuestiona que, para algunos afiliados, trabajar 20 o 30 años no hace la diferencia si de cualquier manera no tendrán más que un salario mínimo, por lo que han calificado el esfuerzo adicional como “impuesto al trabajo”.
Si al final no cumple los requisitos, usted tiene derecho a una devolución de saldos, en la que se le regresan sus aportes ajustados a la inflación más los rendimientos reales generados (es decir, por encima de la inflación) una vez haya cumplido la edad de pensión. En 2017, según Asofondos, se recibieron 28.000 solicitudes de este tipo.
En el RAIS y en el RPM, además de las pensiones por vejez, se otorgan pensiones de invalidez y sobrevivencia cuando la persona que estaba cotizando queda con alguna incapacidad permanente que le impide trabajar o cuando fallece y se traslada a un beneficiario. En cualquier caso, se exige un tiempo mínimo de semanas cotizadas y una periodicidad como afiliado activo, y se aplican otra serie de controles antes de reconocer estas pensiones.
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Un consejo más: si tiene la posibilidad, y quiere hacerlo, puede seguir cotizando 10 años más allá de la edad de pensión en cualquiera de los dos regímenes para mejorar el ingreso que recibirá en su vejez. Lo interesante aquí es que la propuesta de incrementar la edad de pensión es impopular entre la población en general, pero, sin imponerlo, la mayoría de las personas cercanas a su jubilación postergan la decisión voluntariamente. En el caso de Colpensiones, 70 % de las personas que alcanzaron la edad de retiro siguen cotizando. La presidenta de la entidad, Adriana Guzmán, explicó que el ajuste se debe a las nuevas dinámicas laborales y familiares que les exigen a las personas cada vez más recursos. Asofondos, por su parte, estima que cerca de 63.200 personas mayores siguen haciendo aportes activamente para incrementar su capital.