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Colombia se encuentra en una encrucijada económica y social en la que se gestan cambios que podrían redefinir la estructura de derechos laborales, la estabilidad fiscal y la distribución territorial de los recursos. Las reformas en debate, impulsadas por el Gobierno, pretenden ajustar el marco de financiamiento, renovar las condiciones laborales y descentralizar la administración de recursos en el Sistema General de Participaciones. En palabras del ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, estos cambios son esenciales para responder a las demandas históricas de los colombianos y asegurar un desarrollo más equitativo y sostenible.
Desde el Congreso Colombiano de la Construcción 2024, Cristo expresó preocupación por la Ley de financiamiento, también conocida como reforma tributaria, que enfrenta resistencia en el Congreso. La reforma fiscal es crítica para cubrir un déficit de $12 billones en el presupuesto de 2025. Cristo subrayó la contradicción en la postura de algunos congresistas que critican la falta de recursos para subsidios de vivienda, pero al mismo tiempo se oponen a discutir una fuente de financiación para estos programas.
“Es evidente que hay una situación fiscal difícil del país, que afecta a todos los sectores, y la vivienda no es la excepción”, dijo el jefe de cartera del Interior.
Por tal motivo, subrayó que si esta ley no se aprueba, la economía sufrirá un recorte desde enero, lo que afectará seriamente la inversión pública y el financiamiento de programas sociales esenciales.
Por otro lado, la reforma laboral avanzará sus debates en el Senado de la República, buscando actualizar las condiciones de los trabajadores. En palabras del ministro Cristo, la propuesta ha sido ajustada para moderar sus efectos y adaptarse a un consenso de diferentes bancadas. Según indicó el ministro, el objetivo de esta reforma es “recuperar los derechos de los trabajadores”, una deuda de más de dos décadas, con un enfoque en mejorar la protección y condiciones laborales, y asegurar que los cambios se implementen de manera gradual y balanceada.
En el caso de la vivienda, Cristo defendió los diálogos de la jefa de cartera, Helga María Rivas, y el gremio de la construcción Camacol, como una forma de prever la problemática de los subsidios, y, por supuesto, esperar un posible aumento en la actividad constructora para el próximo año.
Por último, el ministro destacó la importancia de la reforma del Sistema General de Participaciones (SGP), calificándola como una de las transformaciones estructurales más relevantes de las últimas tres décadas. “Vamos a avanzar en una autonomía territorial”, dijo.
Este sistema, que ha centralizado la administración de recursos, será objeto de revisión con el fin de potenciar la autonomía territorial y mejorar la asignación de recursos en las regiones.
Según el ministro, el SGP ha fracasado en responder a las necesidades regionales. El objetivo es avanzar hacia una descentralización que permita que las entidades locales puedan atender sus propias prioridades.
En un contexto de necesidades crecientes, los debates de las reformas laborales, tributarias y de participación territorial marcarán el curso de los próximos años. La discusión en el Congreso y el trabajo en colaboración con actores de distintos sectores serán determinantes para transformar el horizonte económico y social del país.
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