Desempleo en Colombia en un dígito: ¿qué tan fácil será mantenerlo?
Aunque el mercado laboral colombiano continúa mostrando importantes signos de mejora, permanecen los retos que demandan atención.
Diego Ojeda
Arrancamos la semana con buenas noticias. La cifra de desempleo en Colombia registró una disminución considerable en junio que la llevó, nuevamente, a estar en el terreno de un dígito. Puntualmente la tasa fue del 9,3 %, lo que se traduce en una reducción de dos puntos porcentuales que, aunque no pareciera mucho, en términos estadísticos la hace merecedora del calificativo de “caída estadísticamente significativa”.
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Arrancamos la semana con buenas noticias. La cifra de desempleo en Colombia registró una disminución considerable en junio que la llevó, nuevamente, a estar en el terreno de un dígito. Puntualmente la tasa fue del 9,3 %, lo que se traduce en una reducción de dos puntos porcentuales que, aunque no pareciera mucho, en términos estadísticos la hace merecedora del calificativo de “caída estadísticamente significativa”.
Entre los grandes resultados se tiene que la población ocupada aumentó en más de un millón de personas, las desempleadas se redujeron en 419.000 y la población por fuera de la fuerza laboral se contrajo en 62.000. En suma, buenas noticias en todos los rubros de la medición que hace el DANE.
Otro aspecto a tener en cuenta es que desde hace algunos meses la cifra de un dígito en el desempleo viene haciéndole guiños al mercado laboral colombiano, pues en octubre y noviembre del año pasado la tasa se situó por debajo del umbral del 10 %.
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Y es que la manía por mantenerse en ese terreno tiene varias razones, siendo una de las principales la de retomar la normalidad que veíamos antes de la pandemia pues, para entonces, este tipo de tasas eran frecuentes.
También porque usualmente las tasas de un dígito tienden a asociarse a la existencia de mayores oportunidades en el mercado laboral, estabilidad en el empleo y muestras de que la macroeconomía del país avanza por buen camino; sin que esto se traduzca en que las condiciones sean las ideales, o que no existan serios problemas (como el de la informalidad) a los que haya que prestarle atención.
Para el analista financiero de Values AAA, Nicolás Flórez, esta tasa refleja la paulatina recuperación que ha presentado el Producto Interno Bruto (PIB) del país, que durante el primer trimestre registró una variación del 3 %.
“Debemos tener claro que la confianza del mercado interno e internacional ha aumentado, por ello las expectativas de los empresarios son optimistas, beneficiando la producción y demanda laboral”, señala.
Otro aspecto a destacar, según lo explicado por economista y exministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, es la reducción que tuvo la brecha de género, al consolidarse en 3,9 puntos porcentuales, lo que se traduce en un punto menos frente al mismo periodo del año anterior.
“Están funcionando políticas como el incentivo al empleo femenino de ley de inversión social con la UGPP que continuó la última reforma tributaria. Clave seguir esa senda para crecer más”, detalló.
Un pulso que apenas comienza
Mantener el desempleo en un dígito, o incluso llevarlo en esa senda de decrecimiento que lo ha caracterizado en los últimos meses, no es una tarea fácil. Para los expertos, mucho de esto tiene que ver con la forma en la que se configura el mercado laboral colombiano.
Por ejemplo, sigue siendo significativo el que la informalidad represente a más de la mitad de los trabajadores en Colombia, ya que para junio esta fue del 55,7 % (un resultado agridulce, pues aunque sigue siendo alto obtuvo una variación importante de 2,5 puntos porcentuales menos que en junio de 2022).
También está la limitada oferta de capacidades laborales de cara a los requerimientos que tienen las empresas en la denominada cuarta revolución industrial. Habilidades como la programación, el análisis de datos e inteligencia artificial, entre otros, continúan siendo insuficientes. De allí que cada vez cobra más fuerza la idea de que se requiere un refuerzo orientado a este tipo de materias en el sistema educativo.
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Muestra de esto es que el rubro de información y comunicaciones fue el que más registró una pérdida de empleos en la medición de junio, con más de 108.000 plazas laborales que desaparecieron frente al mismo mes del año pasado. Parte de esto también tiene que ver con la automatización que ha acompañado a este proceso de revolución industrial, pues ya hay trabajos que están haciendo máquinas, o que sencillamente han desaparecido por considerarse obsoletos.
Es decir, en el mercado laboral colombiano continúan los desafíos que ya venía enfrentando desde antes de la pandemia, con la novedad de que la misma emergencia terminó impulsando la transformación digital en el tejido empresarial. Y esto es tan solo un análisis superficial de todos esos retos que acompañan a la nueva realidad.
Para Flórez impacta el comportamiento que continúe teniendo la macroeconomía del país, pues hay que recordar que las proyecciones del Banco de la República apuntan a que la economía apenas crezca un 1 % para el cierre de 2023, lo que se traduce en limitantes para la creación de nuevos trabajos.
No obstante, las dinámicas han demostrado que en Colombia se han hecho las cosas bien para llegar a esta senda de desaceleración en la tasa de desempleo. Para muchos, la concertación de una reforma laboral pudiera ser el catalizador que permita acelerar estos procesos y superar esos problemas tan enraizados que tiene el mercado laboral. Todo un reto.
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