Desempleo subió menos en noviembre y aún no alcanza niveles “prepandemia”
Los indicadores de ocupación, desocupación e inactividad parecen tender a los niveles “prepandemia”, que, no obstante, ya evidenciaban problemas estructurales que se han agravado en los últimos meses, como la brecha entre hombres y mujeres y la informalidad.
María Alejandra Medina
Las cifras de desempleo para noviembre parecen confirmar la tendencia de recuperación del mercado laboral, en comparación con el deterioro causado por la pandemia. Sin embargo, persisten brechas y factores preocupantes: la mayor afectación para las mujeres, los jóvenes, los trabajos formales y las pequeñas empresas, entre otros.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en noviembre de 2020, la tasa de desempleo se ubicó en 13,3 %, cuatro puntos más que en noviembre de 2019. Desde que el COVID-19 llegó a Colombia, es la segunda variación más baja (después de la de marzo: 1,8 puntos). En total, en el undécimo mes de 2020 se contaron 3,3 millones de desempleados, casi un millón más que hace un año.
Le puede interesar: Desempleo en Colombia se ubicó en 13,3 % en noviembre de 2020
La destrucción de empleos, frente a noviembre de 2019, fue de más de 1,5 millones de puestos de trabajo (hubo 21,3 millones de personas ocupadas, frente a 22,9 millones que había hace un año), un fenómeno principalmente urbano, pues 810 mil de esas pérdidas ocurrieron en las 13 principales ciudades y áreas metropolitanas.
Juan Daniel Oviedo, director del DANE, resaltó, una vez más, la mayor afectación que la destrucción de trabajos está teniendo para las mujeres: la población ocupada femenina cayó 10,5 % frente a 4,3 % de descenso en la masculina. Por el lado del desempleo, por cada dos hombres que quedaron en esta situación, lo mismo ocurrió con tres mujeres. Así, la tasa de desempleo masculina se ubicó en 9,8 % (desde 7 % hace un año) y la femenina, en 18,2 % (seis puntos más que el 12,2 % de noviembre de 2019). Es decir, hay una brecha entre sexos de 8,4 puntos.
Por sectores, de los 1,5 millones de puestos destruidos, cerca de 900 mil se concentraron en comercio, manufacturas, alojamiento y servicios de comida, actividades que como se ha insistido en los últimos meses son grandes empleadores de mano de obra femenina. Asimismo, de los 15 millones de personas consideradas “inactivas” en la economía, cerca de 10 millones son mujeres, muchas de las cuales han pasado a dedicarse a los oficios del hogar. La sobrecarga de trabajos de cuidado (con niños y niñas estudiando a distancia, enfermos recuperándose en casa, entre otros) es otro de los factores que para los analistas han contribuido al deterioro del mercado laboral para las mujeres.
Vale la pena recordar que, con el fin de atender esta afectación particular, el Gobierno expidió una directiva presidencial (número 11) para que los sectores llamados a la reactivación, principalmente el minero-energético, la construcción, la infraestructura y el transporte, tomen medidas para su empleabilidad.
Lea también: Desempleo femenino: un problema transversal
Por otro lado, Oviedo destacó que la pérdida de trabajos ha ocurrido especialmente en las pequeñas empresas (menos de 10 personas), pues el 80 % de los 1,5 millones de puestos destruidos se ha concentrado en este tipo de unidades. En total, en noviembre, más de la mitad de los empleos perdidos fueron formales (463 mil frente a 348 mil informales), algo que los analistas señalan como preocupante por lo costoso que esto resulta para la economía y lo difícil que es generar o volver a crear plazas formales.
Lo anterior ha contribuido a que la tasa de informalidad haya subido, de 46,8 % hace un año a 47,2 % en noviembre de 2020, en las 13 principales ciudades. Según Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank, “es un reto bien importante para las autoridades y para los empresarios disminuir esta informalidad, porque esta condición es menos productiva y adicionalmente no permite a los agentes de la economía pensar en el largo plazo, haciendo que la recuperación de la economía sea mucho más gradual”.
Por ciudades, las que mayor tasa de desempleo registraron fueron Florencia (21,1 %), Quibdó (20,9 %) y Tunja (20,6 %), frente a Barranquilla (12,3 %), Cartagena (13,4 %) y Pasto (14,9 %), las que menor desocupación presentaron.
Estas cifras de noviembre se conocen un día después de que, sin acuerdo entre gremios empresariales y centrales obreras, se fijara el salario mínimo para 2021 (en $908.526, con un incremento de 3,5 % frente al de este año), discusión en la que el alto desempleo fue uno de los factores principales para ambas partes.
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En enero se conocerán los resultados del mercado laboral para todo 2020, aunque se espera que sea muy similar a la tasa registrada para lo corrido del año (16,2 %). La brecha entre hombres y mujeres, el desempleo juvenil (24,5 %), la alta informalidad, entre otros problemas estructurales agravados por la crisis, serán sin duda puntos preponderantes en el inminente debate de una reforma laboral.
Las cifras de desempleo para noviembre parecen confirmar la tendencia de recuperación del mercado laboral, en comparación con el deterioro causado por la pandemia. Sin embargo, persisten brechas y factores preocupantes: la mayor afectación para las mujeres, los jóvenes, los trabajos formales y las pequeñas empresas, entre otros.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en noviembre de 2020, la tasa de desempleo se ubicó en 13,3 %, cuatro puntos más que en noviembre de 2019. Desde que el COVID-19 llegó a Colombia, es la segunda variación más baja (después de la de marzo: 1,8 puntos). En total, en el undécimo mes de 2020 se contaron 3,3 millones de desempleados, casi un millón más que hace un año.
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La destrucción de empleos, frente a noviembre de 2019, fue de más de 1,5 millones de puestos de trabajo (hubo 21,3 millones de personas ocupadas, frente a 22,9 millones que había hace un año), un fenómeno principalmente urbano, pues 810 mil de esas pérdidas ocurrieron en las 13 principales ciudades y áreas metropolitanas.
Juan Daniel Oviedo, director del DANE, resaltó, una vez más, la mayor afectación que la destrucción de trabajos está teniendo para las mujeres: la población ocupada femenina cayó 10,5 % frente a 4,3 % de descenso en la masculina. Por el lado del desempleo, por cada dos hombres que quedaron en esta situación, lo mismo ocurrió con tres mujeres. Así, la tasa de desempleo masculina se ubicó en 9,8 % (desde 7 % hace un año) y la femenina, en 18,2 % (seis puntos más que el 12,2 % de noviembre de 2019). Es decir, hay una brecha entre sexos de 8,4 puntos.
Por sectores, de los 1,5 millones de puestos destruidos, cerca de 900 mil se concentraron en comercio, manufacturas, alojamiento y servicios de comida, actividades que como se ha insistido en los últimos meses son grandes empleadores de mano de obra femenina. Asimismo, de los 15 millones de personas consideradas “inactivas” en la economía, cerca de 10 millones son mujeres, muchas de las cuales han pasado a dedicarse a los oficios del hogar. La sobrecarga de trabajos de cuidado (con niños y niñas estudiando a distancia, enfermos recuperándose en casa, entre otros) es otro de los factores que para los analistas han contribuido al deterioro del mercado laboral para las mujeres.
Vale la pena recordar que, con el fin de atender esta afectación particular, el Gobierno expidió una directiva presidencial (número 11) para que los sectores llamados a la reactivación, principalmente el minero-energético, la construcción, la infraestructura y el transporte, tomen medidas para su empleabilidad.
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Por otro lado, Oviedo destacó que la pérdida de trabajos ha ocurrido especialmente en las pequeñas empresas (menos de 10 personas), pues el 80 % de los 1,5 millones de puestos destruidos se ha concentrado en este tipo de unidades. En total, en noviembre, más de la mitad de los empleos perdidos fueron formales (463 mil frente a 348 mil informales), algo que los analistas señalan como preocupante por lo costoso que esto resulta para la economía y lo difícil que es generar o volver a crear plazas formales.
Lo anterior ha contribuido a que la tasa de informalidad haya subido, de 46,8 % hace un año a 47,2 % en noviembre de 2020, en las 13 principales ciudades. Según Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank, “es un reto bien importante para las autoridades y para los empresarios disminuir esta informalidad, porque esta condición es menos productiva y adicionalmente no permite a los agentes de la economía pensar en el largo plazo, haciendo que la recuperación de la economía sea mucho más gradual”.
Por ciudades, las que mayor tasa de desempleo registraron fueron Florencia (21,1 %), Quibdó (20,9 %) y Tunja (20,6 %), frente a Barranquilla (12,3 %), Cartagena (13,4 %) y Pasto (14,9 %), las que menor desocupación presentaron.
Estas cifras de noviembre se conocen un día después de que, sin acuerdo entre gremios empresariales y centrales obreras, se fijara el salario mínimo para 2021 (en $908.526, con un incremento de 3,5 % frente al de este año), discusión en la que el alto desempleo fue uno de los factores principales para ambas partes.
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En enero se conocerán los resultados del mercado laboral para todo 2020, aunque se espera que sea muy similar a la tasa registrada para lo corrido del año (16,2 %). La brecha entre hombres y mujeres, el desempleo juvenil (24,5 %), la alta informalidad, entre otros problemas estructurales agravados por la crisis, serán sin duda puntos preponderantes en el inminente debate de una reforma laboral.