Día del café: el panorama, cifras y retos del sector cafetero en Colombia
En el día internacional de este producto, le contamos cómo va el sector insignia del país y el principal producto agrícola de exportación.
Este domingo, primero de octubre, se celebra el Día Internacional del Café, fecha establecida en 2015 por la Organización Internacional del Café. Ese es un motivo para resaltar el café colombiano y la alta calidad que lo convierte, quizá, en una de las más importantes insignias que tiene el país a nivel internacional.
Se trata del principal producto agrícola de exportación y el sustento principal para la economía de 603 municipios.
Los caficultores de Colombia son, casi todos pequeños productores con menos de 5 hectáreas. La mayor proporción es de los que tienen una hectárea de producción o menos y representan el 53,3 %. Le siguen los que tienen entre 1,1 y 3 hectáreas (37 %) y los de entre 3,1 y 5 (6,4 %), según la Federación Nacional de Cafeteros (FNC).
Todos ellos suman el 96,7 %, el 2,4 % son medianos productores (de 5,1 hasta 10 hectáreas) y el 0,9 son grandes, pues tienen más de 10 hectáreas. En total, hay 548.581 caficultores en el país.
Este sigue siendo un gremio conformado en su mayoría por hombres, con el 69 %, mientras que las mujeres tienen una participación del 31 %.
Son 23 los departamentos en los que se produce este fruto. Los principales son: Huila, Antioquia y Tolima. Este es el listado completo:
El total de hectáreas sembradas es de 842.400 en 658.525 fincas cafeteras. Además, en el pasado año cafetero (entre octubre 2021 y septiembre 2022), el valor de la cosecha alcanzó $14,5 billones, mientras que entre enero y octubre de 2022, las exportaciones del grano alcanzaron un valor récord de US$3.748 millones, según la FNC.
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🌱 Retos por atender
Tras los buenos precios del año pasado, ahora los cafeteros enfrentan varias dificultades: precios bajos, costos de producción altos, dólar a la baja y el principal competidor ganando mercado (Brasil) y los resagos en productividad que dejó el fenómeno de El Niño.
Todo eso ha hecho que “hoy tenemos un precio de la carga del café muy similar a los costos y en algunas regiones, incluso por debajo, entonces estamos en un tema de rentabilidad bien complejo”, dijo el gerente de la FNC, Germán Bahamón.
Eso hace que sea fundamental generar condiciones para la rentabilidad del cultivo, darle valor agregado al producto, desarrollar programas colectivos y sostenibles de manejo de riesgo en la producción de café, la innovación, lograr que la actividad económica siga siendo viable y atractiva para las nuevas generaciones, atender la agenda ambiental (suelos, ecosistemas y cambio climático) y la parte social de la Federación y sus comités como un actor de paz, precisa Luis Fernando Samper, consultor internacional en temas cafeteros.
Sin duda, todo esto representa desafíos muy importantes. Pero también hay otras realidades complejas dentro el sector:
1. ☕ Invertir y renovar
Uno de ellos es “mantener la dinámica de renovación de cafetales, del orden de 100 o 120 mil hectáreas al año como una práctica permanente con el fin de mantener un alto nivel productivo, esa es una inversión que deben hacer. También hay que seguir diferenciando el café de Colombia”, expresa Luis Eduardo Gómez, vicerrector general de la Universidad Pontificia Bolivariana y experto en el tema.
Las cifras de la FNC dan cuenta de que el promedio de los cafetales es de 6,89 años, cuando el ideal es que esté por debajo de los 6 años.
Tan importante es este punto, que el Gobierno Nacional y la Federación Nacional de Cafeteros lanzaron una línea de crédito ICR cafetero. Esto permitirá que los cafeteros obtengan créditos subsidiados para invertir en sus cultivos, cuenten con los insumos necesarios y sean más competitivos en el mercado.
El presupuesto total de esta iniciativa es de $35.000 millones. Los pequeños productores de bajos ingresos recibirán un incentivo de hasta el 40 % del valor de su inversión, y los pequeños productores, de un 30 %.
2. ☕ Empalme generacional
Otra de las mayores preocupaciones del sector es que la población se está envejeciendo. Por eso, la FNC está trabajando en el empalme generacional como garantía para que la caficultura siga siendo el renglón agrícola más importante del país.
Ser cafetero es considerado una tradición y al menos el 3 % de los caficultores colombianos son jóvenes entre 18 y 24 años. Los niños crecen en estos cultivos y muchos de ellos conocen la cadena y lo que representa el café en el desarrollo de su futuro.
Esto gracias a varias actividades. Una de ellas son las ferias en las que varios niños cafeteros lideran el espacio conocido como Chapoleritos. Allí es en donde forman a otros cafeteros a continuar con la industria, no solo como caficultores sino a participar y conocer toda la cadena de la industria: cefeteros, emprendedores, baristas; desde la asociatividad y la indutrialización.
También lea: Los descansos remunerados a los que tiene derecho un trabajador en Colombia.
3. ☕ Un trabajo conjunto
Es necesario que haya apuestas para sacar a los caficultores de la pobreza desde diferentes frentes, como lo es atender las necesidades de los productores. Para esto se necesita “consolidar una unión porque eso permitirá gestionar todo lo que necesitan los caficultores en el territorio colombiano”, destacó Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC).
Para sacar adelante dichas necesidades es fundamental que haya una relación de confianza entre la Federación y el Gobierno, aunque la relación hasta ahora ha sido tensa y ha tenido puntos álgidos.
“Más allá del actual Gobierno, los gremios tienen que mantener un canal de comunicación directo y franco en el que haya mucho carácter técnico y un conocimiento amplio de lo que es el café y las necesidades de sus cultivadores”, concluyó Bedoya.
El trabajo conjunto de las dos instituciones es lo que permitirá afrontar los amplios retos que tiene el sector desde su perspectiva económica, pero también en lo relacionado con mejorar la calidad de vida de los caficultores y pobladores rurales.
🌱 Fortalecer la competitividad
Para que pequeños productores de café cuenten con los insumos necesarios y sean más competitivos en el mercado existen otro apoyos que brinda el Ministerio de Agricultura.
La Agencia de Desarrollo Rural (ADR) es la encargada de apoyar los proyectos productivos con estructuración, cofinanciación y ejecución de planes y proyectos integrales de desarrollo agropecuario y rural. Para los cafeteros la entidad ha invertido $60 mil millones, en total.
Los proyectos sobre café incluyen dotación de equipos, fortalecimiento en las capacidades productivas y manejo de postcosecha, insumos agrícolas, asistencia técnica, procesamientos de café, implementación de sistemas de secado, centros de acopio, comercialización, equipos de laboratorio y tostión, procesos de torrefacción, centros especializados, y transferencia de tecnología, entre otros.
Lea: Las mujeres rurales que alimentan el campo con sus cultivos.
Los departamentos con mayor impacto de inversión son Cauca ($43.542 millones); Huila ($16.755 millones); Antioquia ($9.276 millones); Tolima ($8.298 millones); Nariño ($7.997 millones); Valle del Cauca ($2.016 millones); Caldas ($1.999 millones); y Caquetá ($1.295 millones).
Los beneficiados del apoyo de la ADR ya están exportando el grano a países como China, Corea, Japón, Estados Unidos, Chile, España y Argentina.
Uno de los casos de éxito, es un grupo de mujeres cafeteras, quienes se unieron bajo el nombre de Asociación de Mujeres Chapoleras de Génova (Quindío), quienes lograron sacar su propia marca, “Café Sakura”, con el que están vendiendo café procesado en Colombia, China, Chile y Argentina.
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Este domingo, primero de octubre, se celebra el Día Internacional del Café, fecha establecida en 2015 por la Organización Internacional del Café. Ese es un motivo para resaltar el café colombiano y la alta calidad que lo convierte, quizá, en una de las más importantes insignias que tiene el país a nivel internacional.
Se trata del principal producto agrícola de exportación y el sustento principal para la economía de 603 municipios.
Los caficultores de Colombia son, casi todos pequeños productores con menos de 5 hectáreas. La mayor proporción es de los que tienen una hectárea de producción o menos y representan el 53,3 %. Le siguen los que tienen entre 1,1 y 3 hectáreas (37 %) y los de entre 3,1 y 5 (6,4 %), según la Federación Nacional de Cafeteros (FNC).
Todos ellos suman el 96,7 %, el 2,4 % son medianos productores (de 5,1 hasta 10 hectáreas) y el 0,9 son grandes, pues tienen más de 10 hectáreas. En total, hay 548.581 caficultores en el país.
Este sigue siendo un gremio conformado en su mayoría por hombres, con el 69 %, mientras que las mujeres tienen una participación del 31 %.
Son 23 los departamentos en los que se produce este fruto. Los principales son: Huila, Antioquia y Tolima. Este es el listado completo:
El total de hectáreas sembradas es de 842.400 en 658.525 fincas cafeteras. Además, en el pasado año cafetero (entre octubre 2021 y septiembre 2022), el valor de la cosecha alcanzó $14,5 billones, mientras que entre enero y octubre de 2022, las exportaciones del grano alcanzaron un valor récord de US$3.748 millones, según la FNC.
Le puede interesar: Alimentar a un mundo que va del campo a la ciudad.
🌱 Retos por atender
Tras los buenos precios del año pasado, ahora los cafeteros enfrentan varias dificultades: precios bajos, costos de producción altos, dólar a la baja y el principal competidor ganando mercado (Brasil) y los resagos en productividad que dejó el fenómeno de El Niño.
Todo eso ha hecho que “hoy tenemos un precio de la carga del café muy similar a los costos y en algunas regiones, incluso por debajo, entonces estamos en un tema de rentabilidad bien complejo”, dijo el gerente de la FNC, Germán Bahamón.
Eso hace que sea fundamental generar condiciones para la rentabilidad del cultivo, darle valor agregado al producto, desarrollar programas colectivos y sostenibles de manejo de riesgo en la producción de café, la innovación, lograr que la actividad económica siga siendo viable y atractiva para las nuevas generaciones, atender la agenda ambiental (suelos, ecosistemas y cambio climático) y la parte social de la Federación y sus comités como un actor de paz, precisa Luis Fernando Samper, consultor internacional en temas cafeteros.
Sin duda, todo esto representa desafíos muy importantes. Pero también hay otras realidades complejas dentro el sector:
1. ☕ Invertir y renovar
Uno de ellos es “mantener la dinámica de renovación de cafetales, del orden de 100 o 120 mil hectáreas al año como una práctica permanente con el fin de mantener un alto nivel productivo, esa es una inversión que deben hacer. También hay que seguir diferenciando el café de Colombia”, expresa Luis Eduardo Gómez, vicerrector general de la Universidad Pontificia Bolivariana y experto en el tema.
Las cifras de la FNC dan cuenta de que el promedio de los cafetales es de 6,89 años, cuando el ideal es que esté por debajo de los 6 años.
Tan importante es este punto, que el Gobierno Nacional y la Federación Nacional de Cafeteros lanzaron una línea de crédito ICR cafetero. Esto permitirá que los cafeteros obtengan créditos subsidiados para invertir en sus cultivos, cuenten con los insumos necesarios y sean más competitivos en el mercado.
El presupuesto total de esta iniciativa es de $35.000 millones. Los pequeños productores de bajos ingresos recibirán un incentivo de hasta el 40 % del valor de su inversión, y los pequeños productores, de un 30 %.
2. ☕ Empalme generacional
Otra de las mayores preocupaciones del sector es que la población se está envejeciendo. Por eso, la FNC está trabajando en el empalme generacional como garantía para que la caficultura siga siendo el renglón agrícola más importante del país.
Ser cafetero es considerado una tradición y al menos el 3 % de los caficultores colombianos son jóvenes entre 18 y 24 años. Los niños crecen en estos cultivos y muchos de ellos conocen la cadena y lo que representa el café en el desarrollo de su futuro.
Esto gracias a varias actividades. Una de ellas son las ferias en las que varios niños cafeteros lideran el espacio conocido como Chapoleritos. Allí es en donde forman a otros cafeteros a continuar con la industria, no solo como caficultores sino a participar y conocer toda la cadena de la industria: cefeteros, emprendedores, baristas; desde la asociatividad y la indutrialización.
También lea: Los descansos remunerados a los que tiene derecho un trabajador en Colombia.
3. ☕ Un trabajo conjunto
Es necesario que haya apuestas para sacar a los caficultores de la pobreza desde diferentes frentes, como lo es atender las necesidades de los productores. Para esto se necesita “consolidar una unión porque eso permitirá gestionar todo lo que necesitan los caficultores en el territorio colombiano”, destacó Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC).
Para sacar adelante dichas necesidades es fundamental que haya una relación de confianza entre la Federación y el Gobierno, aunque la relación hasta ahora ha sido tensa y ha tenido puntos álgidos.
“Más allá del actual Gobierno, los gremios tienen que mantener un canal de comunicación directo y franco en el que haya mucho carácter técnico y un conocimiento amplio de lo que es el café y las necesidades de sus cultivadores”, concluyó Bedoya.
El trabajo conjunto de las dos instituciones es lo que permitirá afrontar los amplios retos que tiene el sector desde su perspectiva económica, pero también en lo relacionado con mejorar la calidad de vida de los caficultores y pobladores rurales.
🌱 Fortalecer la competitividad
Para que pequeños productores de café cuenten con los insumos necesarios y sean más competitivos en el mercado existen otro apoyos que brinda el Ministerio de Agricultura.
La Agencia de Desarrollo Rural (ADR) es la encargada de apoyar los proyectos productivos con estructuración, cofinanciación y ejecución de planes y proyectos integrales de desarrollo agropecuario y rural. Para los cafeteros la entidad ha invertido $60 mil millones, en total.
Los proyectos sobre café incluyen dotación de equipos, fortalecimiento en las capacidades productivas y manejo de postcosecha, insumos agrícolas, asistencia técnica, procesamientos de café, implementación de sistemas de secado, centros de acopio, comercialización, equipos de laboratorio y tostión, procesos de torrefacción, centros especializados, y transferencia de tecnología, entre otros.
Lea: Las mujeres rurales que alimentan el campo con sus cultivos.
Los departamentos con mayor impacto de inversión son Cauca ($43.542 millones); Huila ($16.755 millones); Antioquia ($9.276 millones); Tolima ($8.298 millones); Nariño ($7.997 millones); Valle del Cauca ($2.016 millones); Caldas ($1.999 millones); y Caquetá ($1.295 millones).
Los beneficiados del apoyo de la ADR ya están exportando el grano a países como China, Corea, Japón, Estados Unidos, Chile, España y Argentina.
Uno de los casos de éxito, es un grupo de mujeres cafeteras, quienes se unieron bajo el nombre de Asociación de Mujeres Chapoleras de Génova (Quindío), quienes lograron sacar su propia marca, “Café Sakura”, con el que están vendiendo café procesado en Colombia, China, Chile y Argentina.
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