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El peaje más caro de Colombia continúa siendo el de Pipiral, ubicado en la vía que de Bogotá conduce a Villavicencio, unos kilómetros más adelante del viaducto de Chirajara. Allí, a los automóviles y camionetas se les cobra una tarifa de $16.600 y los camiones de seis ejes o más (categoría 7) deben pagar $85.100.
De hecho, desde el pasado 16 de noviembre estas tarifas se incrementaron en más del 3 %; antes de esa fecha los particulares pagaban $500 menos y los transportadores de los vehículos más grandes, $2.700 menos.
El ajuste quedó acordado como una adición al contrato de concesión que firmó en 2010 el Gobierno por medio de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) con la Concesionaria Vial de los Andes (Coviandes), la firma a cargo de la construcción, mantenimiento y operación del corredor.
A este peaje le siguen los de Palmitas y San Cristóbal, en la Autopista al Mar 1, que cuestan $15.700 cada uno para automóviles. En la misma categoría, el peaje de Circasia, en la carretera Armenia-Pereira-Manizales, cobra $13.400. Una tarifa similar manejan los peajes de El Korán, en la Ruta del Sol sector 1, y La Libertad, que hace parte del proyecto Malla Vial del Meta, con tarifas de $12.400 y $12.300, respectivamente.
En la vía Antioquia-Bolívar, por su parte, hay siete peajes cuyo precio varía entre $11.900 y $12.200. El top lo cierran los peajes departamentales de Albán y Guayabal de Síquima, en Cundinamarca, con una tarifa de $12.400.
Uno de los ingresos de los privados que asumen la administración de las carreteras del país proviene del recaudo de los peajes, con parte del cual se financian las obras. Es por eso que dicho cálculo está sujeto a tantos factores tan diferentes, como la inversión y el tráfico promedio proyectado, que varían en cada caso.
A mediados de este año, por ejemplo, al peaje de Acapulco, entre La Virginia (Risaralda) y Viterbo (Caldas), parte de la Concesión Pacífico 3, se le permitió un incremento del 37,5 % porque ya se había entregado parte del proyecto y así quedaron estipuladas las condiciones del contrato.
Por el contrario, las tarifas de los peajes de las carreteras que están a cargo del Instituto Nacional del Vías (Invías) se incrementan cada año de acuerdo con la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del período anterior. El 15 de enero de este año, por ejemplo, se decretó un aumento del 4,09 %, correspondiente a la inflación de 2017. La variación para 2019 dependerá del comportamiento de los precios de los productos de la canasta familiar al cierre de 2018 y se sabrá a mediados del próximo mes.
Otra diferencia importante son los precios en sí mismos, pues el Invías cobra entre $8.000 y $12.000 por paso a automóviles y camionetas. El promedio de las 32 estaciones en la categoría 1 es de $8.400 y para la categoría 7 es de $48.200.
Sin embargo, ese bajo recaudo ha impedido que se preste con eficiencia el servicio de grúa, ambulancia, postes S.O.S. carro taller e incluso el seguro.
El director de Invías, Juan Esteban Gil, aseguró a El Espectador durante una entrevista que se encuentran en un proceso de modernización para ordenar administrativa, técnica y funcionalmente la entidad, que ya cumplió 25 años. “Nuestros servicios son muy diferentes a los que presta el concesionario, pero nos modernizaremos para incluir esos adicionales en las vías nacionales, de manera que estemos a la altura de las vías que se manejan a través de los privados, donde estos apoyos son de obligatorio cumplimiento”.
El problema sigue siendo la capacidad financiera. Es por esto que la entidad no descarta poner el precio de los peajes a la par de los de la ANI, con el fin de darles mayor garantía a los usuarios, que “se verán retribuidos, porque en las vías nacionales tenemos seguridad, pero nos faltan servicios”, dijo.
En cualquiera de los dos casos, la ubicación y tarifas de los puntos se discuten previamente con las comunidades de la zona, quienes si bien son los principales beneficiados con la obra no pueden ver su propia economía golpeada con cada trayecto; para ellos se autorizan tarifas diferenciales.
En Colombia hay más de 140 peajes y la mayoría de ellos están en vías concesionadas. Un análisis de la ANDI a principios de este año (tras la última actualización general de tarifas) concluyó que los precios de los peajes en Colombia (US$3,1 en promedio) son el doble y en otros casos el triple de los de Ecuador y Paraguay, lo que posiciona al país como el tercero más costoso de la región después de Uruguay (US$4) y Perú (US$3,6).
Así mismo, un estudio de la Universidad Manuela Beltrán, realizado en 2011, cuestionó que en Colombia los peajes se instalen cada 72 kilómetros cuando, según las normas internacionales, se debe disponer uno cada 110 kilómetros.
Transportadores, los más perjudicados
Los gremios de transportadores han insistido en varias ocasiones en que se revise la fórmula bajo la cual se cobran los peajes, por tratarse de uno de los costos que más pesan dentro de la cadena del transporte de carga.
El presidente de Colfecar, Juan Carlos Rodríguez, dijo que es necesario racionalizar este cobro que, de acuerdo con el Índice de Costos del Transporte de Carga por Carretera (ICTC), que es calculado por el DANE cada mes, es el que más pesa en la ecuación (45 %).
Según los resultados de esta medición en octubre, en lo corrido del año el pago de peajes presentó la segunda variación más alta (4,15 %) después de combustibles (6,99 %) dentro de las diez clases de costos a las que se les hace seguimiento.
La recomendación de la ANDI al respecto es que Colombia se guíe por el aumento del IPC en todos los peajes, puesto que unos suben de acuerdo a la inflación y otros no. “Existen corredores con peajes que crecen de manera poco uniforme y desmesurada, superando el incremento del IPC, por lo que es necesario poner la mira en estos corredores en pro de la competitividad del sector y gestionar, de manera apropiada junto con el supervisor del corredor, si el aumento es justificado en términos de beneficios para la cadena logística de carga”, señala el documento.
El gremio advirtió que en algunos corredores como Medellín-Cali el gasto en peajes es superado por los costos en combustible. También llamó la atención sobre la situación de vías como Bogotá-Cali y Bogotá-Barranquilla, que son de gran relevancia para el transporte de carga en Colombia (aportan cerca del 30 %), pero, al mismo tiempo, tienen la operación más costosa.
Para 2019, con la entrada en operación de nuevos proyectos viales o la habilitación de tramos pendientes, deberían instalarse al menos una decena de peajes adicionales en el país.