Economía de la eurozona espera un 2018 muy parecido a 2017
Esta semana se publicarán varios datos que, todo parece indicar, confirmarán el buen momento por el que pasa Europa, pero que también advierten sobre amenazas puntuales al crecimiento.
Bloomberg News.
La eurozona se apresta a comenzar el nuevo año como terminó el anterior: la economía está fuerte pero la inflación es débil.
El mayor crecimiento de la región en una década se confirmará esta semana en una andanada de datos que también deberían mostrar la confianza económica en su nivel más alto desde los primeros tiempos del bloque monetario, el desempleo en un mínimo post-crisis y un auge fabril que no cede. Sin embargo, la inflación, un indicador clave para el Banco Central Europeo, probablemente sea la más baja en seis meses.
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Estas mediciones reafirmarán la reputación de que la región integrada por 19 países dejó de ser un punto negro económico para transformarse en un pilar del repunte global, opinión expresada con frecuencia la semana pasada en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza.
También respaldarán el argumento del presidente del BCE, Mario Draghi, de que es demasiado prematuro considerar la reducción del estímulo monetario sin precedente que puso en marcha la recuperación.
Lo primero que surgirá del bloque serán los informes relativos al producto interno bruto y la confianza este martes a las 11:00 hora de Luxemburgo. Un sondeo de economistas de Bloomberg pronostica un crecimiento del PIB en el cuarto trimestre de 0,6 %, el 19° aumento consecutivo. La confianza económica este mes probablemente haya sido la más fuerte desde 2000.
Los datos del miércoles probablemente demuestren que la inflación en enero bajó de 1,4 % a 1,3 %, con un leve repunte del crecimiento subyacente de los precios a 1 %. Nada de esto es suficiente: el objetivo del BCE es un aumento de los precios hasta promediar poco menos de 2 por ciento a mediano plazo sin apoyo monetario.
El miembro del Consejo de Gobierno Klaas Knot renovó su ofensiva a favor de una política restrictiva en una entrevista en la televisión holandesa este domingo. Dijo que el BCE debería poner fin a las compras de activos lo antes posible, argumentando que “el programa ya hizo lo que, desde una perspectiva realista, se podía esperar”.
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La volatilidad cambiaria está complicando el trabajo del BCE. El Consejo de Gobierno reavivó el discurso la semana pasada en su comunicado diciendo que las fluctuaciones cambiarias constituyen una “fuente de incertidumbre” cuyo impacto en la inflación es necesario monitorear.
Draghi atribuyó en parte el avance del euro hasta el nivel más alto en tres años frente al dólar al desempeño de la economía, pero también al discurso cambiario “no del BCE sino de otro”. Los mercados se agitaron cuando el secretario del Tesoro estadounidense Steven Mnuchin dio la impresión de apoyar un dólar débil antes de que el presidente Donald Trump hablara de un dólar “fuerte”.
De todos modos, por ahora los presagios son auspiciosos. Un índice de Gerentes de Compras a conocerse este jueves confirmaría que, si bien la actividad fabril disminuyó un poco este mes, sigue funcionando bien. Los funcionarios a cargo de formular la política también podrían hallar consuelo en el hecho de que los industriales finalmente están aumentando sus precios dado que, en el caso de muchos bienes, la demanda supera la oferta.
La eurozona se apresta a comenzar el nuevo año como terminó el anterior: la economía está fuerte pero la inflación es débil.
El mayor crecimiento de la región en una década se confirmará esta semana en una andanada de datos que también deberían mostrar la confianza económica en su nivel más alto desde los primeros tiempos del bloque monetario, el desempleo en un mínimo post-crisis y un auge fabril que no cede. Sin embargo, la inflación, un indicador clave para el Banco Central Europeo, probablemente sea la más baja en seis meses.
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Estas mediciones reafirmarán la reputación de que la región integrada por 19 países dejó de ser un punto negro económico para transformarse en un pilar del repunte global, opinión expresada con frecuencia la semana pasada en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza.
También respaldarán el argumento del presidente del BCE, Mario Draghi, de que es demasiado prematuro considerar la reducción del estímulo monetario sin precedente que puso en marcha la recuperación.
Lo primero que surgirá del bloque serán los informes relativos al producto interno bruto y la confianza este martes a las 11:00 hora de Luxemburgo. Un sondeo de economistas de Bloomberg pronostica un crecimiento del PIB en el cuarto trimestre de 0,6 %, el 19° aumento consecutivo. La confianza económica este mes probablemente haya sido la más fuerte desde 2000.
Los datos del miércoles probablemente demuestren que la inflación en enero bajó de 1,4 % a 1,3 %, con un leve repunte del crecimiento subyacente de los precios a 1 %. Nada de esto es suficiente: el objetivo del BCE es un aumento de los precios hasta promediar poco menos de 2 por ciento a mediano plazo sin apoyo monetario.
El miembro del Consejo de Gobierno Klaas Knot renovó su ofensiva a favor de una política restrictiva en una entrevista en la televisión holandesa este domingo. Dijo que el BCE debería poner fin a las compras de activos lo antes posible, argumentando que “el programa ya hizo lo que, desde una perspectiva realista, se podía esperar”.
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La volatilidad cambiaria está complicando el trabajo del BCE. El Consejo de Gobierno reavivó el discurso la semana pasada en su comunicado diciendo que las fluctuaciones cambiarias constituyen una “fuente de incertidumbre” cuyo impacto en la inflación es necesario monitorear.
Draghi atribuyó en parte el avance del euro hasta el nivel más alto en tres años frente al dólar al desempeño de la economía, pero también al discurso cambiario “no del BCE sino de otro”. Los mercados se agitaron cuando el secretario del Tesoro estadounidense Steven Mnuchin dio la impresión de apoyar un dólar débil antes de que el presidente Donald Trump hablara de un dólar “fuerte”.
De todos modos, por ahora los presagios son auspiciosos. Un índice de Gerentes de Compras a conocerse este jueves confirmaría que, si bien la actividad fabril disminuyó un poco este mes, sigue funcionando bien. Los funcionarios a cargo de formular la política también podrían hallar consuelo en el hecho de que los industriales finalmente están aumentando sus precios dado que, en el caso de muchos bienes, la demanda supera la oferta.