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Estados Unidos hizo su intervención más directa hasta el momento en la guerra de precios del petróleo entre Arabia Saudita y Rusia, instando a Riad a “estar a la altura de las circunstancias y tranquilizar” a los mercados de energía en un momento de incertidumbre económica.
El secretario de Estado, Michael Pompeo, habló con el Príncipe Heredero Mohammed bin Salman en vísperas de una conferencia telefónica entre los líderes del Grupo de los 20 sobre la pandemia mundial y sus consecuencias económicas.
(De interés: Las sombrías cuentas de 2021).
“El secretario hizo hincapié en que, como líder del G20 y un importante líder energético, Arabia Saudita tiene una oportunidad real de estar a la altura de las circunstancias y tranquilizar a los mercados mundiales de energía y financieros cuando el mundo enfrenta una grave incertidumbre económica”, dijo el miércoles el Departamento de Estado.
Los precios del petróleo se han desplomado a medida que la guerra de precios entre Rusia y Arabia Saudita agrava el impacto sin precedentes en el consumo por la pandemia de coronavirus. Los futuros redujeron las pérdidas después de la noticia de la llamada de Pompeo, y el crudo Brent se mantuvo con pocos cambios cerca de US$27 por barril.
La opinión de Estados Unidos es que el exceso de petróleo agrava una perspectiva económica ya difícil, y quiere que todos los países trabajen juntos para tranquilizar a los mercados de energía, según un funcionario que pidió no ser identificado. Estados Unidos y Arabia Saudita están en estrecha cooperación sobre cómo mejorar las condiciones de crecimiento, dijo el funcionario.
(Industria petrolera mundial perdería un millón de empleos por la crisis de precios).
“Esta diplomacia importa”, asegura Jason Bordoff, director del Centro de Política Energética Global de la Universidad de Columbia y exfuncionario petrolero de la Casa Blanca. “Las administraciones republicanas y demócratas de la Casa Blanca han pedido a Arabia Saudita que ayude a la economía global durante las crisis, y en el pasado han respondido”.
Se espera que el petróleo sea un tema de discusión en la llamada del G20, al menos como parte de las conversaciones sobre la economía en general, según una persona familiarizada con la situación.
Perspectiva saudí
La guerra de precios se desató después de que Arabia Saudita no lograra convencer a Rusia de acordar recortes de producción más profundos para la alianza OPEP+. Hasta ahora, el pensamiento en Riad sigue siendo que solo un recorte de la producción colectiva, en lugar de una acción unilateral por parte de los saudíes, puede cambiar el mercado.
La magnitud de la sobreoferta es tal que Rusia y Arabia Saudita tendrían que detener por completo toda su producción para equilibrar el mercado. La principal casa de comercialización de petróleo, Vitol Group, estima el exceso ahora en 20 millones de barriles por día.
A pesar de que los formuladores de política han comprometido billones de dólares para compensar el daño de la pandemia, las recientes recuperaciones de precios han sido de corta duración, ya que gran parte de la economía global está cerrada. Ninguna de las partes muestra signos de renunciar a su carrera para inundar el mundo con crudo y capturar cuota de mercado.
Estados Unidos también intentó en 1986 convencer a Arabia Saudita de abandonar una guerra de precios. En ese momento, el presidente Ronald Reagan envió al vicepresidente George Bush, en un esfuerzo por persuadir al reino de cambiar el rumbo a medida que la industria petrolera en Texas y Oklahoma se veía golpeada. Bush no pudo convencer a Riad, y la guerra de precios del petróleo se prolongó durante otros seis meses.
“Las apelaciones de Estados Unidos no funcionaron en ese entonces, incluso es menos probable que funcionen ahora”, tuiteó Suzanne Maloney, directora de política exterior de Brooking Institution y exdiplomática estadounidense.