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Estados Unidos adquiere enormes sumas de dinero en préstamos al vender bonos del Tesoro a inversionistas de todo el mundo y usa esos fondos para pagar sus obligaciones financieras existentes, entre ellas los salarios de los militares, los beneficios de protección social y los intereses de la deuda pública. Ahora que Estados Unidos superó este límite, el Tesoro puede tomar “medidas extraordinarias” —suspender algunas inversiones y canjear distintos tipos de deuda— para tratar de mantenerse por debajo del tope durante el mayor tiempo posible. Pero, tarde o temprano, Estados Unidos tendrá que pedir préstamos más cuantiosos para pagar sus deberes o dejar de cumplir con sus obligaciones financieras, lo cual podría incluir el incumplimiento de pago de su propia deuda.
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La responsabilidad de levantar o suspender el tope de endeudamiento recae en el Congreso, que debe alcanzar una mayoría simple tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado para votar a favor de un cambio al límite de deuda. El acto de elevar este límite se ha convertido en una lucha eterna, ya que los legisladores republicanos lo usan como palanca para imponer reducciones presupuestarias.
Todo parece indicar que este año la lucha será la más complicada que se haya visto en al menos una década. Ahora los republicanos controlan la Cámara Baja y ya han adoptado nuevas normas legislativas para dificultar más el proceso de aumentar el límite de deuda y fortalecer la capacidad de los republicanos para solicitar que cualquier incremento venga acompañado de recortes al gasto público. Los senadores republicanos también han insistido en que los aumentos al límite de deuda deben vincularse a una “reforma estructural del gasto”.
El presidente Joe Biden declaró que se opondrá a cualquier intento de vincular recortes al presupuesto con el aumento del techo de la deuda, lo cual augura un enfrentamiento prolongado.
Ante este drama, cabe preguntarse qué es en realidad el límite de deuda, cómo llegó a existir y por qué Estados Unidos no se deshace de él por completo y le ahorra a la nación su confrontación periódica con una bomba de tiempo económica.
¿Qué es el límite de deuda?
El límite de deuda es un tope al monto total de dinero que el gobierno federal tiene permitido tomar prestado para cumplir con sus obligaciones financieras. Dado que Estados Unidos tiene déficits presupuestarios —lo que significa que gasta más de lo que percibe mediante impuestos y otros ingresos— tiene que pedir préstamos enormes para pagar sus cuentas. Estas incluyen el financiamiento de programas de protección social, los intereses de la deuda pública y los salarios del Ejército. El debate sobre el tope de endeudamiento suele provocar que los legisladores hagan llamamientos a reducir el gasto del gobierno, pero suspender el límite de deuda no autoriza ningún gasto adicional y, de hecho, solo le permite a Estados Unidos sufragar sus obligaciones existentes.
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¿De cuánto es la deuda de Estados Unidos?
El año pasado, la deuda nacional excedió los 31 billones de dólares por primera vez. El tope de endeudamiento es de 31,381 billones de dólares.
¿Qué ocurre si el límite de deuda no se suspende?
Cuando el gobierno agote todas sus medidas extraordinarias y se quede sin efectivo, no podrá emitir nuevos instrumentos de deuda. Eso significa que no tendría dinero suficiente para saldar sus cuentas, incluidos los intereses y otros pagos que les debe a los titulares de bonos, los militares y los jubilados.
Nadie sabe con exactitud qué sucedería si Estados Unidos llega a este punto, pero el gobierno podría terminar cayendo en un incumplimiento de su deuda si no logra hacer los pagos requeridos a los bonistas. Algunos economistas y analistas de Wall Street advierten que este escenario sería devastador a nivel económico y podría hundir a todo el mundo en una crisis financiera.
¿El gobierno puede hacer algo para prevenir un desastre?
No existe un manual oficial que dicte qué podría hacer Washington —o qué haría— si Estados Unidos de verdad no pudiera pagar lo que debe. Pero sí existen opciones. El Tesoro podría tratar de priorizar los pagos, por ejemplo, garantizando que se les pague primero a los titulares de bonos. Sin embargo, nunca se ha puesto a prueba esta idea y requeriría decisiones políticas sobre quién recibe su pago y quién no.
Si Estados Unidos deja de pagar su deuda, lo cual alteraría los mercados, la Reserva Federal, en teoría, podría intervenir y comprar algunos de esos bonos del Tesoro. Eso podría ayudar a calmar lo que sin duda sería un pánico en los mercados del Tesoro y otros lugares.
¿Por qué Estados Unidos limita su capacidad de endeudamiento?
Según lo estipulado en la Constitución, el Congreso debe autorizar todos los préstamos de la nación. El límite de deuda se instituyó a principios del siglo XX para que el Tesoro no tuviera que pedir permiso cada vez que necesitara emitir bonos para saldar cuentas. El primer límite de deuda se instauró como parte de la Segunda Ley de Préstamos Liberty de 1917, según el Servicio de Investigación del Congreso. En 1939, se impuso un límite general a la deuda federal.
¿Otros países hacen lo mismo?
Dinamarca también tiene un límite de deuda, pero es tan elevado que, por lo general, no es problema aumentarlo. La mayoría de los otros países no tienen uno. En Polonia, la deuda pública no puede rebasar el 60 por ciento del producto interno bruto.
¿Por qué es tan difícil elevar el límite de deuda?
Durante muchos años, elevar el techo de la deuda fue un proceso rutinario. Pero a medida que el clima político se ha vuelto más polarizado, han aumentado las políticas riesgosas en torno al tope del endeudamiento. La Cámara de Representantes solía recurrir a la “regla de Gephardt”, que requería que se elevara el límite de deuda siempre que se aprobaba una resolución sobre el presupuesto, pero esa práctica fue cayendo en desuso en la década de los noventa.
Durante la batalla por el techo de la deuda de 2011, algunos arguyeron que el entonces presidente Barack Obama tenía el poder para anular el tope de la deuda de manera unilateral. En aquel entonces, el exmandatario Bill Clinton declaró que, si él siguiera en la presidencia, invocaría la Decimocuarta Enmienda, la cual establece que la validez de la deuda estadounidense no deberá ser cuestionada, elevaría el límite de deuda por su cuenta y obligaría a los tribunales a detenerlo.
Obama y sus abogados no estuvieron de acuerdo con esa estrategia y decidieron no adoptarla. Tras dejar el cargo, Obama reconoció que él y los funcionarios del Tesoro consideraron varios planes creativos de contingencia, como acuñar una moneda de 1 billón de dólares para liquidar parte de la deuda pública. En una entrevista de 2017, describió la idea como “descabellada”.
¿Sería buena idea eliminar el límite de deuda?
Pocos legisladores, tanto demócratas como republicanos, disfrutan las votaciones sobre el techo de la deuda, y el incumplimiento que causaría si no se eleva derivaría en una catástrofe económica. En vista de que la polarización política en Estados Unidos no parece estar a punto de ceder, a menudo se siente como si el riesgo de un incumplimiento accidental fuera más importante que cualquier responsabilidad presupuestaria motivada por el límite de deuda.
Yellen afirmó que apoyaría una legislación para abolir el límite de deuda, pero Biden ya descartó esa posibilidad.
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