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A pesar de los retos que le esperan este año al sector automotor en general, en medio de un complejo panorama económico, las empresas del sector alistan sus inversiones y cambian estrategias a la espera de buenos resultados. Tanto es así que Marcopolo - Superpolo S.A.S., empresa líder en el mercado de carrocerías en el país, anunció la inversión de un millón de dólares para sacar una nueva línea de buses enfocados en el SITP y en el transporte intermunicipal y especial.
Una inversión que, de darse todas las condiciones, podría generar 500 nuevos puestos de trabajo, y fortalecer las exportaciones hacia países vecinos como Ecuador, Perú, Panamá y Venezuela. En entrevista con El Espectador, James Posada, gerente general de la marca, da detalles de la operación en el país y las previsiones en ventas para el 2016.
¿Específicamente para qué se destinará el millón de dólares?
Básicamente, en el proyecto de lanzamiento de una nueva línea de buses que hemos llamado New Senior. Eso contempla la parte de ingeniería, que se hace en conjunto con Marcopolo Brasil, donde se hizo el 70 % del desarrollo tecnológico, e incluye toda la parte de infraestructura, como los moldes nuevos. Además, hay una inversión extra para el lanzamiento y para que esté en otros países, como Perú, a donde llevaremos tres prototipos.
Junto a esta inversión también se prevé la participación de dos mil empleados en planta. ¿De qué depende este aumento de empleos?
Hoy contamos con 1.500 empleados y esperamos generar 500 puestos más con tres situaciones que se están dando: la inversión en infraestructura para Bogotá, donde se habla de ocho millones de dólares para ocho troncales y la ampliación del Transmilenio; la expedición del decreto 348 de 2015, que regula el transporte especial y escolar y que determina un ciclo de vida de quince años para estos vehículos que, además, deberán cumplir con la norma NTC 5206. Esto obligará a reponer unos cuatro mil buses; por otra parte, las inversiones en carreteras 4G, el precio del dólar y la eventual firma de la paz con las Farc fortalecerán el turismo interno, así que estamos apostando por el transporte intermunicipal.
¿Qué tanto les afecta el dólar?
Casi todo es fabricado en Colombia y algunos materiales son importados. El precio del dólar nos ha afectado, ya que traemos esos materiales de Brasil, México y Sudáfrica, que son los países donde tenemos más proveedores. Algunas piezas no pueden ser fabricadas en el país por el tema de tecnología.
¿Alguna reestructuración en la empresa para afrontar la subida de la divisa?
El año pasado cambiamos la estrategia comercial. Estamos segmentando más los mercados y aprovechando que las nuevas normas están organizando más empresas de transporte. Ya no se trata de un transportador individual que tiene uno o dos buses; ahora la relación comercial es de empresa a empresa y la comercialización es de diez, veinte, treinta buses. Este año está difícil, pero somos muy optimistas con el nuevo producto que estamos lanzando.
¿Cómo ve el negocio con la administración de Enrique Peñalosa?
Hay expectativa. Por eso en 2014 y 2015 invertimos US$5 millones en la transformación de la planta. Tendremos una planta para ensamblar sillas en el país, compramos máquinas y automatizamos los procesos pensando en las inversiones que habrá en la capital. Con las nuevas troncales tendremos la posibilidad de hacer más buses.
¿Algún acercamiento con la Alcaldía en ese sentido?
Nosotros participamos en los comités técnicos, junto a Transmilenio, representantes de los gremios y el Ministerio de Transporte, en donde se desarrollan y discuten las normatividades más convenientes tanto para Bogotá como para el país. El acercamiento con la Alcaldía es normalmente técnico. Nos aislamos del tema político.
¿Qué diferencia tendrá la nueva línea de buses con la que ya está en las calles?
Es un bus más amplio, más ancho y alto, con mayores flujos de aire, algo ideal para el segmento urbano y el SITP, en donde muchos pasajeros van de pie. Es un bus con mejor diseño aerodinámico y mayor confort para el usuario, con una silletería más cómoda y ancha. Fue construido con materiales retardantes del fuego y cumpliendo normas internacionales. En cuanto al propietario, es un bus con un diseño estructural más liviano, con tubería más resistente, lo que lo hace más eficiente, con menos costos operacionales, menos consumo de combustible y desgaste de llantas.
¿Cuántos buses prevén vender este año en el país?
No podemos desconocer la situación económica. Hay una contracción y eso afecta a todos los sectores, por eso estamos apostando por la exportación, pero este año esperamos vender unas dos mil unidades. Creemos que el mercado en general va a estar alrededor de las 3.700 unidades y esperamos tener el 50 % de esas ventas. En cuanto a exportaciones, estamos participando en un proyecto en Ecuador que, si lo conseguimos, tendríamos que contratar a unas 300 personas de mano de obra directa.
¿Qué tipo de proyecto es?
Son biarticulados para la ciudad de Quito. El gobierno local está trabajando mucho en movilidad y están ampliando las troncales del transporte masivo, que es como Transmilenio, pero allá se llama Ecovía. Si todo se da, serán 80 biarticulados y somos uno de los oferentes más fuertes.