El análisis del salario mínimo comenzaría más temprano este año
Diciembre ha sido el mes en el que se concerta el salario mínimo que regirá en el año siguiente. Sin embargo, para la cartera de Trabajo es necesario que el asunto comience a analizarse con más antelación para este año. Una fórmula que ya habíamos visto en 2022.
Este año el Ministerio del Trabajo quiere madrugarle al salario mínimo. Así lo comunicó recientemente la ministra Gloria Inés Ramírez al decir que se buscará hacer unos estudios preliminares que permitan, de manera más profunda, analizar el asunto y así llegar a la mesa de concertación con una propuesta más aterrizada.
Tradicionalmente esta discusión siempre se adelanta en diciembre, que es cuando la cartera laboral instala la Mesa de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, en donde tiene asiento el Gobierno, las empresas y las centrales obreras y representantes de los pensionados. A esta también se suelen invitar expertos en materia macroeconómica en el país, como representantes del Banco de la República y el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
Se hace en diciembre porque es cuando se conocen las principales variables que se tienen en cuenta a la hora de concertar el incremento del salario mínimo, que básicamente son la inflación y el índice de productividad.
En los últimos años lo que se ha buscado es un incremento real del salario mínimo, es decir, un alza que supere a la tasa de inflación. Con esto se pretende mantener el poder adquisitivo de los trabajadores en el país, el cual se ha visto golpeado por cuenta de la carestía.
Lea también: Inflación comienza a rasguñar el 16% del salario mínimo, ¿y su bolsillo cómo va?
Es por esto que sí o sí el análisis del incremento al salario se tiene que hacer en diciembre, sin embargo, lo que propone el ministerio es adelantar trabajo con otros análisis que incorporan datos que sí se pueden tener para noviembre, además de escuchar a los empresarios y trabajadores para ir conociendo sus intenciones de oferta.
No obstante, esta no es una propuesta nueva de la ministra Ramírez, pues el año pasado también se propuso madrugarle a la concertación del salario mínimo. Aún así, la conversación entre empresarios y centrales obreras no se mostró tan ágil como se preveía, a tal punto de que la cifra final no se conoció sino hasta que las partes se movilizaron a Catam para comentarlo con el presidente Gustavo Petro antes de hacer el anuncio oficial.
“Trabajamos con la estadística de la inflación del 30 de noviembre, pero desde luego empezaremos antes para ir haciendo con la mesa de concertación los estudios preliminares, que nos permitan tener unas reflexiones mucho más profundas, allí tendremos la posibilidad de escuchar la propuesta de los empresarios, sus análisis, lo mismo la de los trabajadores, llevaremos la academia y desde luego el Gobierno también hará sus análisis y desde allí esperamos concertar un salario mínimo que nos permita mantener el valor adquisitivo que este año ha sido una muy buena apuesta y avanzar para que efectivamente Colombia no sea tan impactada ni por la inflación ni por las tasas de interés”, explicó la ministra Ramírez.
Aún así las conversaciones aportaron ingredientes adicionales a los que se suelen ver, pues salieron propuestas como desindexar del salario mínimo una considerable cantidad de pagos para así mitigar el impacto que tiene el cambio del año en el gasto de los hogares colombianos.
El caso es que este año tampoco se espera que el incremento del salario mínimo sea una conversación fácil, pues la inflación continúa siendo una piedra en el zapato de la discusión. En septiembre la variación anual de esta fue del 10,99 %, y si bien ha venido en una senda de desaceleración, lo cierto es que continúa siendo alta. Aún si cerrara el año con una inflación del 10 %, o cercana, se estaría hablando de que el salario mínimo tendría un alza de $116.000 o superior, ubicándolo en un rango muy cercano al $1.300.000.
Esto, en medio de un escenario donde los empresarios insisten en la falta de estímulos y garantías para aumentar la contratación, además del inmenso coletazo que han experimentado industrias como el comercio y la construcción (tradicionalmente parte de los que más generan empleo) por cuenta de las altas tasas de interés, son contrapesos que limitarían un considerable aumento real en el salario mínimo.
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Este año el Ministerio del Trabajo quiere madrugarle al salario mínimo. Así lo comunicó recientemente la ministra Gloria Inés Ramírez al decir que se buscará hacer unos estudios preliminares que permitan, de manera más profunda, analizar el asunto y así llegar a la mesa de concertación con una propuesta más aterrizada.
Tradicionalmente esta discusión siempre se adelanta en diciembre, que es cuando la cartera laboral instala la Mesa de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, en donde tiene asiento el Gobierno, las empresas y las centrales obreras y representantes de los pensionados. A esta también se suelen invitar expertos en materia macroeconómica en el país, como representantes del Banco de la República y el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
Se hace en diciembre porque es cuando se conocen las principales variables que se tienen en cuenta a la hora de concertar el incremento del salario mínimo, que básicamente son la inflación y el índice de productividad.
En los últimos años lo que se ha buscado es un incremento real del salario mínimo, es decir, un alza que supere a la tasa de inflación. Con esto se pretende mantener el poder adquisitivo de los trabajadores en el país, el cual se ha visto golpeado por cuenta de la carestía.
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Es por esto que sí o sí el análisis del incremento al salario se tiene que hacer en diciembre, sin embargo, lo que propone el ministerio es adelantar trabajo con otros análisis que incorporan datos que sí se pueden tener para noviembre, además de escuchar a los empresarios y trabajadores para ir conociendo sus intenciones de oferta.
No obstante, esta no es una propuesta nueva de la ministra Ramírez, pues el año pasado también se propuso madrugarle a la concertación del salario mínimo. Aún así, la conversación entre empresarios y centrales obreras no se mostró tan ágil como se preveía, a tal punto de que la cifra final no se conoció sino hasta que las partes se movilizaron a Catam para comentarlo con el presidente Gustavo Petro antes de hacer el anuncio oficial.
“Trabajamos con la estadística de la inflación del 30 de noviembre, pero desde luego empezaremos antes para ir haciendo con la mesa de concertación los estudios preliminares, que nos permitan tener unas reflexiones mucho más profundas, allí tendremos la posibilidad de escuchar la propuesta de los empresarios, sus análisis, lo mismo la de los trabajadores, llevaremos la academia y desde luego el Gobierno también hará sus análisis y desde allí esperamos concertar un salario mínimo que nos permita mantener el valor adquisitivo que este año ha sido una muy buena apuesta y avanzar para que efectivamente Colombia no sea tan impactada ni por la inflación ni por las tasas de interés”, explicó la ministra Ramírez.
Aún así las conversaciones aportaron ingredientes adicionales a los que se suelen ver, pues salieron propuestas como desindexar del salario mínimo una considerable cantidad de pagos para así mitigar el impacto que tiene el cambio del año en el gasto de los hogares colombianos.
El caso es que este año tampoco se espera que el incremento del salario mínimo sea una conversación fácil, pues la inflación continúa siendo una piedra en el zapato de la discusión. En septiembre la variación anual de esta fue del 10,99 %, y si bien ha venido en una senda de desaceleración, lo cierto es que continúa siendo alta. Aún si cerrara el año con una inflación del 10 %, o cercana, se estaría hablando de que el salario mínimo tendría un alza de $116.000 o superior, ubicándolo en un rango muy cercano al $1.300.000.
Esto, en medio de un escenario donde los empresarios insisten en la falta de estímulos y garantías para aumentar la contratación, además del inmenso coletazo que han experimentado industrias como el comercio y la construcción (tradicionalmente parte de los que más generan empleo) por cuenta de las altas tasas de interés, son contrapesos que limitarían un considerable aumento real en el salario mínimo.
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