El bajonazo de Avianca
La acción de la compañía descendió y obligó a sus directivas a decir públicamente que no había ningún negocio efectivo de compra o venta de la empresa.
Edwin Bohórquez Aya
El de Avianca parece un viaje lleno de turbulencia: sube y baja constantemente, busca una zona despejada y vuelve a pasar en medio de la tormenta. Primero, el 17 de noviembre de 2015, el entonces presidente de la aerolínea, Fabio Villegas, dijo que “el precio de la acción no refleja el valor de la compañía”, pues cuando se enlistó estuvo en los $5.000 y alcanzó a subir a los $5.310, pero en ese momento valía $1.555. Una caída del 68 %.
Sorteó la caída del precio de las commodities, el aumento del precio del dólar, la baja en la compra de tiquetes internacionales, porque a los colombianos no les alcanzaba para ir al exterior, el golpe fuerte que dejó la llegada del mercado del bajo costo, la reducción de las tarifas, las compensaciones para los viajeros de todo el sector que sentían vulnerados sus derechos, la sólida competencia de los chilenos de Latam y los anuncios de Copa por hacer lo propio en este mercado.
Luego, Germán Efromovich, presidente de la junta directiva de Avianca Holdings, presentó a quien sería el nuevo presidente de la compañía aérea, ya en propiedad. Causó mucha expectativa porque no era nadie del sector, no tenía experiencia en la industria y llevaba años por fuera del país. Hernán Rincón, un ejecutivo que venía de una multinacional de la tecnología y que hoy sigue siendo, para muchos, invisible. Otros dicen que está haciendo lo suyo: una reestructuración profunda en el interior de la empresa, reducir gastos, mejorar la caja y mantener la porción del tráfico que tiene en Colombia: el 60 %.
Y ahora, como una bola de nieve, ya no para el rumor de que la holding sigue en la búsqueda de un socio estratégico, pero nada. Se habló de Delta, de United, de Copa, se dice que Efromovich no quiere perder el control de la organización. Se dice de todo, pero todos son rumores. Rumores que en la jornada de este lunes les costaron un bajonazo fuerte a las acciones de la empresa en la Bolsa de Valores de Colombia. Abrió por los $3.400, bajó de inmediato a los $3.035, se recuperó en los $3.110, sobre las 11 de la mañana descendió a $2.960 y a la 1:30 de la tarde se mantenía, a velocidad de crucero, por los $3.100.
Camilo Silva, de la firma Valora Inversiones, advierte que “la especulación sobre Avianca es elevada y eso lo muestra el mismo mercado en el nivel de nerviosismo en el que se encuentra. Llevamos un período más que prolongado para que se defina un negocio. Lo que uno empieza a ver es que cualquier rumor adicional en este nivel genera una volatilidad muy elevada por el mismo nerviosismo que existe de parte de los accionistas. Lo que se dice es que quien está presionando el negocio es Elliot Management, quienes tienen gran poder de las acciones que fueron garantía de un préstamo que le hicieron a Efromovich y por eso estarían interesados en que salga el negocio”.
Así que, como dice Silva, “lo más sano para la acción y para la empresa es que prontamente se conozcan los detalles para que salga de ese limbo, porque la operación de la acción depende de los rumores que salen a diario y pierde validez entrar a revisar números y cifras porque eso, sobre el tiempo, tiene impacto en la confianza de la misma acción”.
El de Avianca parece un viaje lleno de turbulencia: sube y baja constantemente, busca una zona despejada y vuelve a pasar en medio de la tormenta. Primero, el 17 de noviembre de 2015, el entonces presidente de la aerolínea, Fabio Villegas, dijo que “el precio de la acción no refleja el valor de la compañía”, pues cuando se enlistó estuvo en los $5.000 y alcanzó a subir a los $5.310, pero en ese momento valía $1.555. Una caída del 68 %.
Sorteó la caída del precio de las commodities, el aumento del precio del dólar, la baja en la compra de tiquetes internacionales, porque a los colombianos no les alcanzaba para ir al exterior, el golpe fuerte que dejó la llegada del mercado del bajo costo, la reducción de las tarifas, las compensaciones para los viajeros de todo el sector que sentían vulnerados sus derechos, la sólida competencia de los chilenos de Latam y los anuncios de Copa por hacer lo propio en este mercado.
Luego, Germán Efromovich, presidente de la junta directiva de Avianca Holdings, presentó a quien sería el nuevo presidente de la compañía aérea, ya en propiedad. Causó mucha expectativa porque no era nadie del sector, no tenía experiencia en la industria y llevaba años por fuera del país. Hernán Rincón, un ejecutivo que venía de una multinacional de la tecnología y que hoy sigue siendo, para muchos, invisible. Otros dicen que está haciendo lo suyo: una reestructuración profunda en el interior de la empresa, reducir gastos, mejorar la caja y mantener la porción del tráfico que tiene en Colombia: el 60 %.
Y ahora, como una bola de nieve, ya no para el rumor de que la holding sigue en la búsqueda de un socio estratégico, pero nada. Se habló de Delta, de United, de Copa, se dice que Efromovich no quiere perder el control de la organización. Se dice de todo, pero todos son rumores. Rumores que en la jornada de este lunes les costaron un bajonazo fuerte a las acciones de la empresa en la Bolsa de Valores de Colombia. Abrió por los $3.400, bajó de inmediato a los $3.035, se recuperó en los $3.110, sobre las 11 de la mañana descendió a $2.960 y a la 1:30 de la tarde se mantenía, a velocidad de crucero, por los $3.100.
Camilo Silva, de la firma Valora Inversiones, advierte que “la especulación sobre Avianca es elevada y eso lo muestra el mismo mercado en el nivel de nerviosismo en el que se encuentra. Llevamos un período más que prolongado para que se defina un negocio. Lo que uno empieza a ver es que cualquier rumor adicional en este nivel genera una volatilidad muy elevada por el mismo nerviosismo que existe de parte de los accionistas. Lo que se dice es que quien está presionando el negocio es Elliot Management, quienes tienen gran poder de las acciones que fueron garantía de un préstamo que le hicieron a Efromovich y por eso estarían interesados en que salga el negocio”.
Así que, como dice Silva, “lo más sano para la acción y para la empresa es que prontamente se conozcan los detalles para que salga de ese limbo, porque la operación de la acción depende de los rumores que salen a diario y pierde validez entrar a revisar números y cifras porque eso, sobre el tiempo, tiene impacto en la confianza de la misma acción”.