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No es la primera vez que el bitcóin y las demás criptomonedas pasan del cielo al infierno en poco tiempo. Pero el golpe que recibieron en 2022 ha sido tan fuerte que es inevitable preguntarse si podrán recuperarse: en tan solo seis meses han perdido la mitad de su valor de mercado (Market Cap), lo que representa una caída de más de US$1 billón (equivalente a cuatro veces el PIB de Colombia).
El problema es que todavía no terminan los fenómenos que han provocado este desplome y, por ende, hay gran incertidumbre sobre el futuro de estos activos digitales. Y en Colombia hay retos adicionales.
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¿Ahora qué fue?
En noviembre de 2021, las criptomonedas vivían su mejor momento: el bitcóin se encontraba en US$67.000, su máximo histórico. Y las demás principales monedas virtuales también registraban excelentes resultados. Pero se cumplió aquel principio de que “todo lo que sube tiene que caer”. En menos de seis meses la cotización se redujo en más del 55 %, incluso en las últimas jornadas ha frecuentado niveles por debajo de los US$30.000.
Las presiones inflacionarias y los temores de menor crecimiento económico global son algunos de los factores que explican este comportamiento. No obstante, hay un responsable al que se le puede atribuir la mayor parte del desplome de estas monedas digitales: el alza de tasas que la Reserva Federal de los Estados Unidos viene realizando desde marzo pasado (ya ha hecho dos incrementos que suman 75 puntos básicos).
Este fenómeno no solo representa un cambio en la política monetaria de la principal potencia económica, sino que también implica el fin de las condiciones de liquidez desbordante de la que tanto se beneficiaron los activos de riesgo. Era tan barato el dinero, que los inversionistas podían arriesgarse a perderlo. Pero eso ya está cambiando.
Es claro que ante esta nueva realidad los inversionistas serán más selectivos a la hora de invertir. Lo que representa un reto para los activos de alta especulación como start-ups, deuda de países emergentes y criptomonedas.
El problema es que algunos analistas, como Kenneth Rogoff, profesor de la Universidad de Harvard, advierten que la Fed tendría que subir su tasa a más del 4 % para controlar la inflación en Estados Unidos, y el nivel actual es de 1 %. Entonces, se vendrán más alzas que seguirán presionando el mercado cripto.
“Estamos en un punto en el que nadie sabe lo que va a pasar en el corto plazo. Se esperaba que, tras el alza de tasas de la Reserva Federal, el mercado de criptomonedas dejará de estar tan correlacionado con los mercados tradicionales. Pero está pasando lo contrario: ha mostrado una importante correlación con el S&P (uno de los principales índices de la Bolsa de Nueva York). Por eso el bitcóin y las demás monedas virtuales han venido cayendo en las últimas semanas. Entonces, estamos en un momento de una compleja neutralidad, puede pasar cualquier cosa en las próximas semanas”, explicó Carlos Mesa (@monomesa), director de la Fundación Bitcóin Colombia.
De hecho, Morgan Stanley emitió un informe en el que advierte que los NFT (Non-Fungible Token) podrían ser uno de los segmentos cripto más afectados en la coyuntura del alza de tasas de la Fed. Estos tokens no fungibles han venido creciendo con fuerza debido a que tienen la habilidad de certificar la propiedad de cualquier cosa que se considere única, por lo que ha venido teniendo grandes aplicaciones en el mercado de coleccionables y el arte.
Pero Morgan Stanley considera que los NFT son de naturaleza especulativa y, por ende, serían castigados en escenarios de aversión al riesgo. Y hay que reconocer que este segmento se ha robado la atención por sus excentricidades, por llamarlas de alguna forma. Se destacan casos como el trino del fundador de Twitter (con propiedad certificada con NFT) que se vendió por US$3 millones.
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¿Hay esperanza?
Tal como ha pasado antes, las dramáticas caídas no implican, necesariamente, un desplome en las expectativas entre los agentes y líderes de este mercado.
Por ejemplo, Eduardo Ríos, Head de Cripto en MOVii, señala que “el mercado de los criptoactivos es un ecosistema volátil. Sin embargo, la tecnología sigue siendo la misma y los beneficios del mundo blockchain crecen día a día. Es cierto que los mercados financieros como acciones y cripto han caído; no obstante, el largo plazo es prometedor por todos los avances, implementaciones y adopción en la sociedad”,
También sigue la fe sobre los tokens no fungibles. Para Fira, la primera criptoartista colombiana, “hay una utilidad más allá de la especulación. Los NFT pueden servir dentro de la industria cripto como una reserva de valor menos volátil que otros activos, siempre y cuando se trate de proyectos sólidos y con un buen equipo detrás. Por eso siempre es importante DYOR —“do your own research” por sus siglas en inglés, haz tu propia investigación—”.
Fira agrega que “los próximos años son claves para la adopción total de esta nueva tecnología. Como siempre digo: el covid nos impulsó a adoptar este cambio, pero queda todavía un camino inmenso por recorrer. Y sí hablamos del comportamiento de los mercados, es obvio que volverán con más fuerza más pronto que tarde”.
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El nuevo reto en Colombia
A escala local, hay los mismos riesgos y tensiones que enfrenta el mercado cripto mundial. Al igual que el resto de economías emergentes, básicamente solo queda sentarse a esperar cómo evoluciona el alza de tasas Fed y su efecto en las monedas virtuales. Sin embargo, en Colombia hay factores adicionales que retan el mercado.
Según Mesa, “por ahora solo veo un reto particular para el mercado cripto en Colombia: una resolución que emitió recientemente la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF), la cual implicaría reportar transacciones con activos virtuales. Se trata de una restricción importante para Colombia, pues en esta categoría entran las transacciones con criptomonedas que realizan miles de colombianos”.
En efecto, en diciembre pasado la UIAF emitió la resolución 314 de 2021, en la que se detallan una serie de medidas para imponer mayor control y vigilancia sobre los activos virtuales: entre los cuales se encuentran las criptomonedas y los NFT.
La resolución indica que “las personas naturales y jurídicas que provean servicios de activos virtuales tienen la obligación de enviar reportes de operaciones sospechosas (ROS) a la UIAF cuando adviertan posibles operaciones de lavado de activos o financiamiento del terrorismo en las transacciones o actividades”.
Se deberán reportar dentro de los veinte primeros días calendario del mes siguiente las transacciones, individuales (desde US$150) y múltiples (desde US$450), que se realicen sobre activos virtuales: intercambio entre activos virtuales y monedas fíat (de bitcóin a pesos, por ejemplo), intercambio entre una o más formas de activos virtuales, transferencia de activos virtuales, custodia o administración de activos virtuales o instrumentos que permitan el control de estos, participación y provisión de servicios financieros relacionados con la oferta de un emisor o venta de un activo virtual y, en general, servicios relacionados con activos virtuales.
La UIAF justifica estos mayores controles por los importantes volúmenes de transacción que registra el mercado cripto en Colombia: “Al cierre del año 2019, el bitcóin tuvo un registro de $421.162 millones, esto es 1,7 veces el valor registrado en 2018. Durante las primeras ocho semanas del año 2020, el promedio semanal de transacción de bitcóin ascendió a $6.547,5 millones, que representan dos veces el volumen promedio registrado durante el mismo período en 2018 y diecisiete veces el volumen observado en 2017”.
De hecho, mirando cifras más recientes, se encuentra que en lo corrido del 2022 las transacciones de bitcóin en el portal Localbitcoins superan los $75.000 millones. Lo que implica que desde el 2019 se han transado más de $1,3 billones en esta criptomoneda en el mercado colombiano.
Si se consulta el portal Localbitcoins, en donde más se venden bitcoines en Colombia, se puede ver que todas las transacciones se sellan por medio de transferencias en bancos colombianos. Y con la resolución de la UIAF, estas entidades financieras están obligadas a reportar cualquiera de estas operaciones que considere irregular o ilegal.
Es claro, entonces, que son tiempos complicados para las criptomonedas en Colombia y el mundo: la incertidumbre es el signo del futuro para estos activos. Pero, en medio de esto, también resulta evidente que el mercado cripto seguirá dando de que hablar, ya sea si se recupera y alcanza nuevos máximos, o si llegan nuevos desplomes. Un round menos, pero quedan varios más.
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