El café colombiano cerró mayo con un positivo balance en sus exportaciones
Las ventas externas del grano aumentaron un 22 %, mientras que el consumo interno creció 5 %.
La Federación Nacional de Cafeteros (FNC) reveló el balance que tuvieron las exportaciones y consumo interno del café durante el mes de mayo. Las grandes conclusiones apuntan a que la demanda del grano no solo se ha mantenido, sino que aumentó en 8.0000 sacos de 60 kilogramos de café verde, pasando así de los 163.000 sacos a los 171.000. Para la asociación este es un sorpresivo dato, si se tiene en cuenta el panorama inflacionario por el que atraviesa el país.
Las ventas externas también reflejaron un considerable repunte, pues según lo reportado por el Fondo Nacional del Café, las exportaciones pasaron de los 152.000 sacos a los 185.000 sacos, si se compara mayo del presente año con el mismo mes de 2022. En suma, el alza en esta materia fue del 22 %.
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“A escala nacional, las exportaciones totales en el mes de mayo llegaron a los 846.000 sacos y en los últimos 12 meses superaron los 10,7 millones de sacos. El comportamiento de los valores acumulados en los últimos 12 meses para las variables climáticas que afectan la producción de café no ha sido favorable para los procesos de floración y llenado de grano en la zona cafetera del país. Además de floraciones dispersas por el exceso de precipitaciones, hubo presencia constante de nubosidad en el territorio, lo cual redujo la cantidad de brillo solar, afectando la síntesis de nutrientes en la planta de café”, precisó la federación.
Sumado a lo anterior, se registró una disminución en la temperatura media diaria, lo que aumentó el número de días que se necesitan para los proceso de formación y maduración del fruto, lo que se tradujo en una reducción de la cosecha, así como un retraso de la misma.
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En suma, este sector acaba de salir de las implicaciones climáticas que acompañan al fenómeno de La Niña (que en Colombia se manifiesta en mayores precipitaciones - lluvias -), pero entra a un nuevo escenario, el del fenómeno de El Niño, que es todo lo contrario.
Para mitigar los eventuales estragos, se ha recomendado a los agricultores del país aumentar las reservas de agua e invertir en sistemas de riego más eficientes.
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Sumado a lo anterior, se registró una disminución en la temperatura media diaria, lo que aumentó el número de días que se necesitan para los proceso de formación y maduración del fruto, lo que se tradujo en una reducción de la cosecha, así como un retraso de la misma.
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