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El campo colombiano se prepara para un cambio profundo el próximo año. Con la aprobación de la política de financiamiento y riesgos agropecuarios, el Ministerio de Agricultura proyecta destinar entre $38 y $43 billones a créditos de fomento, en el marco del “Año de la Agricultura Campesina, Familiar, Étnica y Comunitaria”.
La medida busca convertir al sector agrícola en un pilar del crecimiento económico y la sostenibilidad del país, beneficiando principalmente a pequeños y medianos productores.
La ministra de Agricultura, Martha Carvajalino, calificó esta decisión como un paso fundamental para la reactivación rural. Afirmó que con este paquete de medidas habrá democratización de acceso al crédito, lo que sentará las bases para que el campo sea uno de los motores principales de la economía colombiana.
Un plan ambicioso: ¿cómo se distribuyen los recursos?
La estrategia aprobada durante la última sesión de la Comisión Nacional de Crédito Agropecuario se articula en tres planes principales:
1. Plan Indicativo de Crédito
Este componente busca facilitar el acceso a recursos financieros con metas específicas:
- Pequeños productores: entre $5,3 y $5,7 billones destinados a su inclusión productiva.
- Mujeres rurales: $2 a $2,5 billones enfocados en cerrar brechas de género en el acceso al crédito.
- Producción alimentaria: alrededor de $11 billones para fomentar la seguridad alimentaria.
- Cambio climático: $2 billones dirigidos a proyectos de mitigación y adaptación.
2. Plan Anual de Incentivos
Con un enfoque en la población más vulnerable, este plan prioriza a pequeños productores, mujeres, jóvenes rurales, comunidades étnicas, víctimas del conflicto armado y personas reincorporadas.
Los recursos se canalizarán a través de Líneas Especiales de Crédito (LEC), con tasas de interés subsidiadas y condiciones adaptadas a las necesidades de los beneficiarios.
3. Plan Anual de Gestión de Riesgos 2025
El gobierno destinará $221.000 millones a una estrategia integral que incluye:
- Acompañamiento técnico para que los productores identifiquen y gestionen riesgos.
- Fomento al ahorro como herramienta de resiliencia económica.
- Transferencia de riesgos agropecuarios, como seguros o instrumentos financieros innovadores.
- Inclusión crediticia, garantizando que más productores accedan a financiamiento.
Impacto esperado: del campo a la mesa de los colombianos
Más allá de los números, esta política marca un cambio hacia la sostenibilidad. Los créditos fomentarán sistemas agroalimentarios sostenibles, impulsando la reconversión productiva y fortaleciendo la asociatividad de las comunidades rurales.
“El sector Agricultura sigue creciendo, en manos de la producción de alimentos en Colombia, la reactivación de la economía, haciendo que Colombia sea una potencia agroalimentaria”, dijo la ministra Carvajalino.
Además, el Incentivo Integral para la Gestión de Riesgos Agropecuarios (IIGRA) será renovado con un enfoque técnico y financiero que permita prevenir pérdidas y promover la estabilidad económica en el sector.
El gobierno proyecta que estas medidas tendrán un impacto tangible en la vida de los productores y en la economía nacional:
- Incremento de la productividad agrícola, especialmente en cultivos de alimentos básicos.
- Reducción de la desigualdad rural mediante créditos accesibles.
- Mayor resiliencia frente al cambio climático y las fluctuaciones del mercado global.
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