El coloso detrás del nuevo Chirajara

La licitación privada de Coviandes para la construcción del viaducto favoreció a la unión entre el grupo francés Eiffage y la firma colombiana Puentes y Torones S.A.

Paula Delgado Gómez / @PaulaDelG.
10 de octubre de 2018 - 03:00 a. m.
El diseño de Eiffage para Chirajara es de un viaducto atirantado con torres en Y. / Cortesía - Coviandes
El diseño de Eiffage para Chirajara es de un viaducto atirantado con torres en Y. / Cortesía - Coviandes
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El grupo francés Eiffage, hoy por hoy el tercero más importante de Francia y el octavo en Europa, será el encargado del diseño y la construcción del nuevo viaducto de Chirajara, en la vía Bogotá-Villavicencio.

El consorcio responsable de esta carretera, Coviandes S.A.S., puso el diseño y la construcción del viaducto en licitación privada después de que el subcontratista al que se le había asignado cometiera un error de diseño que derivó en el desplome de la estructura semanas antes de que entrara en funcionamiento.

La muerte de nueve trabajadores y el perjuicio económico y reputacional de Coviandes fueron determinantes a la hora de seleccionar entre las interesadas a la mejor constructora posible, así es como se elige al Consorcio Eiffage-Puentes y Torones, por encima de Puentes Calzadas Grupo de Empresas S.A., Maeg Construzioni S.P.A. y Conconcreto S.A.

“Presentarla sobra, porque con el solo nombre sabrán la magnitud de las obras que ha construido a nivel mundial”, dijo Alberto Mariño, gerente general de Coviandes, quien se mostró orgulloso de trabajar en conjunto con el grupo y de que asuma la inversión en Colombia.

Eiffage tiene cuatro divisiones de negocio: edificación, infraestructura, energía y concesiones. Sus negocios suman 14.000 millones de euros y es mundialmente conocido por asumir obras de alta complejidad técnica. De hecho, el grupo ha sido pionero en diseño urbano, construcciones sostenibles e ingeniería social.

Aunque está presente en casi 70 países, Eiffage es universalmente conocida por haber construido la Casa de la Ópera de Sídney, entre 1963 y 1973. También está detrás del mayor parque fotovoltaico de Europa, en los alrededores de Burdeos en Cestas (Francia).

Eiffage tiene presencia en Colombia desde el 2015, cuando adquirió la compañía Puentes y Torones, especializada en obras de ingeniería desde 1992, lo que convierte a la constructora en la que más kilómetros de puentes ha construido en todo el país.

Sin embargo, en lo concerniente a obras civiles, la joya de la corona es el viaducto de Millau, en Francia, que tiene 2.460 metros de longitud y siete pilares de hormigón que lo sostienen a 268 metros del suelo. El más alto de ellos se eleva 245 metros y tuvo el récord mundial por esta característica.

El embajador de Francia en Colombia, Guillaume Mignot, destacó el compromiso de la nación por mejorar su competitividad a través del desarrollo de la infraestructura, pero reconoció las dificultades en este proceso, especialmente por las difíciles condiciones geológicas.

Aún así, la complejidad de Chirajara no se compara con lo que se tuvo que superar para entregar el viaducto de Millau hace 14 años. El gerente general de Eiffage para Colombia, Álvaro Ruiz, se mostró tranquilo cuando le preguntamos por el reto por asumir. A una empresa que rompe récords mundiales constantemente, nuestro viaducto de 446 metros de longitud no debería darle problemas.

El nuevo puente en la vía Bogotá-Villavicencio tendrá especificaciones similares a las del anterior: será atirantado, con torres en forma de Y, una viga transversal post-tensada debajo del tablero (travesaño), una longitud de 446 metros y estará ubicado a 150 metros por encima del nivel de la quebrada Chirajara.

En los próximos meses la firma realizará diseños más detallados de la superestructura, puesto que tuvo oportunidad de hacer unos previos, durante la licitación, para empezar el proceso de construcción como tal en el primer trimestre de 2019, el cual deberá tomar 22 meses, de acuerdo con los plazos máximos de ejecución acordados.

Al viaducto de Millau, cuya construcción tomó 36 meses, se le dotó con modernos sistemas de monitoreo que, más allá de controlar el tráfico, vigilan que se mantengan los niveles de las fuerzas para que la estructura complete sus 120 años de vida útil sin contratiempos. La pregunta es si Chirajara podrá enorgullecerse de tener el mismo equipamiento.

Por Paula Delgado Gómez / @PaulaDelG.

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