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En 2024, el déficit habitacional en Colombia mostró una leve disminución de 2,1 %, situándose por debajo del 29 %, según cifras del Ministerio de Vivienda. Este avance, aunque positivo, evidencia los desafíos persistentes en la garantía de acceso a vivienda digna para millones de colombianos.
Según la entidad, la reducción del déficit ha sido posible gracias a la inversión de más de $2 billones en subsidios destinados a soluciones habitacionales urbanas y rurales. Sin embargo, expertos advierten que el impacto de estas iniciativas sigue siendo limitado frente a la magnitud del problema.
El programa, liderado por el Fondo Nacional de Vivienda (Fonvivienda), benefició a más de 60.000 familias en condiciones de vulnerabilidad. Las estrategias incluyeron la entrega de subsidios para vivienda nueva, mejoramientos habitacionales y ayudas para arrendamiento, con resultados mixtos dependiendo de las regiones y los sectores atendidos.
Año | Déficit habitacional (nacional) |
---|---|
2019 | 32,8 % |
2020 | 31,4 % |
2021 | 31 % |
2022 | 30,4 % |
Un problema estructural
A pesar de la disminución reportada, el déficit habitacional sigue siendo un desafío considerable en Colombia. La concentración de subsidios en soluciones urbanas contrasta con la necesidad de un enfoque más equilibrado que atienda las desigualdades en zonas rurales. Además, la dependencia de programas de subsidios directos plantea preguntas sobre su sostenibilidad en el tiempo.
Aunque los subsidios han mitigado el déficit cuantitativo, las soluciones habitacionales enfrentan críticas por su sostenibilidad. La Contraloría General de la República señaló que, entre 2010 y 2022, la reducción del déficit habitacional urbano fue de 4,79 %, pero menos de 0,5 % de este avance puede atribuirse a los programas de subsidios.
Y aunque estas políticas alivian la situación para ciertos grupos, no abordan las causas estructurales del déficit, como el acceso desigual a servicios públicos, la informalidad en la tenencia de tierras y las dificultades para financiar proyectos en áreas remotas.
El organismo atribuye el resto de la reducción a factores como los esfuerzos de los hogares, las Cajas de Compensación Familiar y proyectos privados o locales. Esto pone en evidencia la limitada capacidad del Gobierno para abordar el problema estructural.
Y de paso, la cartera está en pésimos momentos: se suma el recorte presupuestal de $647.000 millones. Si bien no fue el único sector afectado por los recortes del Ministerio de Hacienda el año pasado, los motivos fueron claros: la falta de ejecución del presupuesto vigente.
En la rendición de cuentas, el Ministerio de Vivienda subrayó que ha destinado $3,8 billones durante el actual período de gobierno para reducir el déficit cuantitativo de vivienda. Esto permitió la entrega de 195.481 Subsidios Familiares para la adquisición de vivienda urbana, beneficiando a 648.183 personas en el país.
Solo en 2024, Fonvivienda asignó 55.793 subsidios, evidenciando un esfuerzo significativo para responder a la demanda habitacional en zonas urbanas. En las áreas rurales, se han gestionado 9.825 viviendas nuevas por un valor de $607.000 millones, impactando positivamente a 34.387 personas.
Sin embargo, los avances en esta categoría han sido más limitados: de estas, solo 3.003 viviendas han sido entregadas, y 1.284 se culminaron en la presente vigencia.
Esto refleja avances importantes, aunque insuficientes frente a la magnitud del déficit habitacional, especialmente en zonas rurales y comunidades vulnerables. Camacol, el gremio de la construcción, ha alertado que al ritmo actual, en diez años Colombia no contará ni con 30 % de la vivienda necesaria para cubrir la demanda.
Guillermo Herrera, presidente de la asociación, enfatizó la necesidad de mayores incentivos y políticas que enfrenten problemas como la informalidad y las barreras al acceso a la vivienda.
Cifras y enfoques
Vivienda nueva en zonas urbanas
La modalidad que recibió la mayor inversión fue la de adquisición de vivienda nueva en áreas urbanas:
- 50.455 subsidios familiares entregados.
- $1,6 billones asignados, con un enfoque en municipios de categorías 4, 5 y 6.
Aunque estas cifras representan un avance, el alcance sigue siendo limitado en relación con el número total de hogares sin acceso a una vivienda adecuada, que se estima en millones.
El rezago rural
En zonas rurales, el acceso a vivienda sigue siendo un desafío estructural:
- Solo 1.624 familias recibieron subsidios para vivienda nueva, con una inversión de más de $150.000 millones.
- El número de beneficiarios contrasta con las dificultades logísticas y económicas de estos territorios, donde las soluciones habitacionales son más costosas y menos frecuentes.
Mejoramiento de vivienda
Los programas dirigidos a mejorar viviendas existentes abordaron parte del déficit cualitativo:
- En zonas rurales, 3.087 familias accedieron a intervenciones en pisos, techos, baños y fachadas, con una inversión de $76.800 millones.
- En áreas urbanas, 4.135 familias fueron beneficiadas, enfocándose en sectores de alta vulnerabilidad.
En cuanto a los subsidios de arrendamiento, en 2024, 764 familias recibieron subsidios para arriendo, con una inversión de $3.692 millones. Esta modalidad, si bien está diseñada para atender emergencias habitacionales, no soluciona el problema de fondo, ya que no genera activos permanentes para los beneficiarios.
Por lo tanto, depende de la coordinación de la interinstitucional (como agencias públicas de empleo) para que las personas puedan acceder a ingresos sostenibles a lo largo del tiempo.
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