Después de la caída de FTX: ¿cómo se ve el futuro de las criptomonedas?
El fundador y exjefe de la plataforma de criptomonedas FTX, Sam Bankman-Fried, aceptó este miércoles ser extraditado de Bahamas a Estados Unidos para enfrentar cargos de fraude en Nueva York.
Este miércoles, después de nueve días después de su arresto en su casa de Nassau, el fundador y exjefe de la plataforma de criptomonedas FTX, Sam Bankman-Friedman, compareció ante un tribunal de primera instancia en la capital de las Bahamas en el que se comprometió a no impugnar una solicitud de extradición formulada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
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Este miércoles, después de nueve días después de su arresto en su casa de Nassau, el fundador y exjefe de la plataforma de criptomonedas FTX, Sam Bankman-Friedman, compareció ante un tribunal de primera instancia en la capital de las Bahamas en el que se comprometió a no impugnar una solicitud de extradición formulada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
De acuerdo con las autoridades, el multimillonario de 30 años engañó a inversores y abusó de los fondos que pertenecían a los clientes de FTX y su unidad comercial hermana Alameda Research, por eso deberá comparecer ante la corte federal de Manhattan en donde enfrenta ocho cargos, incluidos conspiración, fraude electrónico, lavado de dinero y violaciones a la ley de financiamiento electoral.
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Por separado, la Comisión de Bolsa y Valores estadounidense (SEC, autoridad bursátil) lo responsabilizó de violar las leyes de valores. “Estaba orquestando un fraude masivo desde hacía años, desviando miles de millones de dólares de los fondos de los clientes de la plataforma comercial para su propio beneficio personal y para hacer crecer su criptoimperio”, dijeron los fiscales estadounidenses.
Pero más allá del futuro de Bankman-Friedman, lo cierto es que el colapso de la plataforma FTX representó el ultimo episodio de un año negro para las criptomonedas y su onda expansiva amenaza el futuro de una industria que reclama regulación como vía de supervivencia.
Las criptomonedas se han desplomado en los mercados financieros y a lo largo del año se han ido sucediendo casos que han minado la credibilidad de estos activos digitales.
La novedad que suponía el mundo cripto también ayudó a alimentar una espiral alcista que empezó a romperse con el endurecimiento monetario que han aplicado los bancos centrales desde el primer trimestre para combatir la alta inflación.
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Los primeros colapsos llegaron en primavera con el desplome de TerraUSD, un activo digital que mantenía su paridad con el dólar a través de un complejo algoritmo vinculado a Luna (una criptodivisa sin respaldo) y que perdió prácticamente la totalidad de su valor en cinco días.
El hundimiento de ésta se extendió y afectó a las plataformas de intercambio como Celsius Network, que en junio suspendía todas las transacciones entre clientes y vetaba la retirada de fondos y al mes siguiente declaraba la quiebra.
La puntilla llegó en otoño con la quiebra de la plataforma de intercambio FTX, que llegó a estar valorada en 32.000 millones de dólares, y supone un claro ejemplo de la falta de controles y supervisores en el sector.
Para Francesco Melpignano, director general de Kadena Eco, especializada en blockchain, el sismo de FTX y sus réplicas supera al que se creó por la implosión de la moneda digital Terra. De hecho, este especialista compara la quiebra de FTX con la caída de Lehman Brothers, que sembró el pánico en los mercados de bolsa y contagió a otros bancos.
“Aprovecharon la tecnología blockchain para crear modelos que no eran viables, con el objetivo de enriquecerse”, afirmó Daniel Keller, cofundador de Flux, un ecosistema virtual que posee su propia criptomoneda. Para él, el futuro del sector se basa en la “descentralización”, que permitiría evitar intermediarios.
LOS CRIPTOACTIVOS SOBREVIVIRÁN A LA CRISIS
El balance del año en términos de valor de mercado es desolador. Tras los sucesos de primavera, el bitcóin se desplomó el 67 % desde los máximos históricos y se estabilizó en torno a los 20.000 dólares hasta la quiebra de FTX, que hundió al activo a su mínimo anual en 15.485 dólares, niveles no vistos desde noviembre de 2020.
El ethereum, la segunda criptodivisa de mayor valor, corrió una suerte similar y tras rozar los 5.000 dólares en noviembre de 2021 se negociaba este viernes a 1.200 dólares, un 73 % menos.
Los expertos descartan que las criptomonedas se conviertan por ahora en un medio de pago (salvo en muy contadas excepciones como El Salvador, donde se reconoce al bitcóin como elemento dinerario) y su utilidad residirá como depositarias de valor a largo plazo.
Esta explicación adquiere más peso, según Menke, en aquellas instituciones y países sin niveles altos de corrupción e inflación y que gozan de una gran confianza por parte de la ciudadanía. En estos casos, apunta, deben demostrar una utilidad para la sociedad y la economía si quieren asentarse y ser aceptadas.
Pastor (Bit2Me) asegura que el bitcóin cumple un "papel histórico" y que cada vez más ciudadanos entenderán la importancia de atesorar riqueza mediante criptoactivos: fuera del alcance de terceros y con una emisión monetaria definida por las matemáticas, sin autoridad central que lo respalde pero seguro.
Por su parte, San Nicolás considera que tras la reconfiguración de la industria con empresas más solventes y transparentes quedarán los NFT (del inglés, token no fungible), el bitcóin, el ethereum, la segunda criptodivisa de mayor valor en la que pone especial énfasis, y la comunidad descentralizada, intrínseca al ecosistema.
“Pienso que las cripto se recuperarán”, anticipó Sylvia Jablonski, de Defiance ETFs, uno de cuyos fondos de inversión está colocado en criptomonedas. “Hay tantos usos posibles para la blockchain. (...) Es un sistema enorme como para que desaparezca”, afirmó.
Si bien el ramo de las criptos se vio afectado, lo ocurrido con FTX demuestra en cambio hasta qué punto los mercados financieros tradicionales son herméticos a los vaivenes de las monedas virtuales.
“Algunas acciones (de firmas del sector) se vieron afectadas. (...) Pero eso no compromete la estabilidad del sistema financiero”, sostuvo Jablonski, para quién la crisis evidencia que los inversores prefieren los mercados regulados, ante una industria de criptomonedas sin supervisión.
LA REGULACIÓN, CADA DÍA MÁS NECESARIA
La ausencia de un marco regulatorio es un factor esencial para explicar estos sucesos y su implantación va a ser clave para la configuración del sector en los próximos años.
El director de estudios de Julius Baer, Carsten Menke, cree que la crisis retrasará la adopción y aceptación de las criptomonedas como un activo principal de inversión, mientras que la llegada un marco legal infundiría la confianza en los activos digitales, muy cuestionada tras el escándalo de FTX.
Apunta en la misma dirección el portavoz de Bit2Me, Javier Pastor, quien se muestra "convencido" de que un entorno regulado posibilitará el crecimiento de la industria y la entrada de inversores institucionales que esperan integrar el bitcóin y otros criptoactivos en sus carteras.
El profesor de la Universidad Internacional de Valencia (VUI) y experto de la industria, Alejandro San Nicolás Medina, pronostica que, a pesar de la actual coyuntura, el bitcóin recuperará el pulso y con él todo el ecosistema cripto.
Los expertos coinciden en establecer una analogía con la crisis de las punto.com y la irrupción de internet a principios de siglo: algunas criptodivisas y actores desaparecerán pero otros tantos sobrevivirán y darán forma a los activos digitales del futuro.