El éxito o el fracaso de una empresa dependen de su liderazgo
Adaptarse a los cambios se ha convertido en la premisa a la hora de llevar el timón del barco y fue uno de los temas discutidos en el primer foro regional de Profesión Líder.
Edwin Bohórquez Aya /@EdwinBohorquezA
“El éxito o el fracaso de una empresa está en su liderazgo, en la adaptabilidad a cada una de las situaciones que se le presentan. El líder debe ser entonces adaptativo, ver los agentes externos y con base en eso debe actuar. Muchas veces lo hará con mano dura, o tendrá que ceder, pero, en general, su actuar debe darse con transparencia y alimentarse de una visión a largo plazo”. Este, que podría ser un buen resumen de un prólogo de una charla de liderazgo, fue el mensaje que dejó Juan Camilo Beltrán Domínguez, presidente de la Cámara de Comercio de Bucaramanga, durante la apertura del primer encuentro regional de Profesión Líder, el proyecto de El Espectador que busca poner sobre la mesa las herramientas con las que quienes ejercen posiciones de liderazgo podrían llevar de la mejor forma el timón del barco y dejar una huella positiva en sus equipos y en la sociedad.
“Las organizaciones están hechas de gente. Lo vemos en el día a día de la Cámara. Buscamos que el empresario tenga más iniciativa y visión a través de estrategia, por eso estamos ad portas de lanzar el Centro Progresa, que es un centro de atención al emprendedor en el norte de la ciudad donde hay una alta población, y se enfocará en tres líneas de acción: para que esas personas consigan empleo, entonces conectamos empresarios con personas que buscan trabajo. La otra vertiente es para ayudarle a emprender a quien tiene una idea de negocio. Y la tercera es para las que ya son empresas pero no tienen estrategia, ayudarles a construir una. Vamos a atender tiendas de barrio, peluquerías, pequeños negocios que pueden generar una mejorar calidad de vida a su entorno”, agregó el líder gremial.
A su turno, el superintendente de Industria y Comercio, Pablo Felipe Robledo, habló de la necesidad de un liderazgo sostenible en las instituciones públicas. “El liderazgo no es de una persona, es de un equipo de trabajo.
El presidente Santos vive empeñado en que Colombia entre a la OCDE, lo que me parece que es un buen objetivo, allí hay 34 países que no son los más ricos pero sí los que mejores políticas públicas tienen. El lema es ‘Mejores políticas para mejores cosas’. Esos 34 países no son un club de ricos, ese es un club de buenas prácticas. Colombia quiere ser el número 35. Esas buenas prácticas hacen que un país se vuelva más desarrollado. Pero depende de quien sea el nuevo presidente que esas políticas que hoy han permitido sancionar a todos los carteles empresariales puedan seguir, se puedan mantener”.
Y les recordó a los asistentes del evento que en los últimos ocho años la SIC ha defendido la economía de mercado y a los consumidores, fruto de varias decisiones de país. “La entidad es una entidad totalmente distinta de la que había, porque hay una política de Gobierno de proteger a los consumidores, pero debe convertirse en una política de Estado, que perdure en el tiempo durante muchos gobiernos, como pasa en Europa o en Brasil y Chile. La SIC tenía en el año 2010 unos $40.000 millones de presupuesto; hoy tiene más de $100.000 millones de presupuesto. Hemos impuesto multas por $1,7 billones cuando antes se ponían $8.000 millones de multas al año”.
Durante el encuentro, el BBVA dio a conocer un proyecto enfocado en el empoderamiento femenino y el uso de la apicultura como vehículo de cohesión social. “Vimos una problemática y encontramos una oportunidad. Le dije a un amigo que trabajáramos con abejas y su miel. Él me dijo: eso no es viable, las abejas se están muriendo. Y ahí fue cuando nos dimos cuenta de que sí era una gran oportunidad. Empezamos con 20 familias, en su mayoría mujeres, un 60 %, y ya vamos a cumplir un año y estamos en la primer fase, que es capacitar a estas familias en la producción de miel. La segunda fase es la estandarización del proceso. Trabajamos con dos especies: la africanizada y la angelita. Recibimos recursos y también estamos recibiendo capacitación de la UIS y de la Universidad George Maison para adelantar investigación en energías renovables y nanotecnología, todo enfocado en la industria apícola”, relata Giovanni Monsalve, ingeniero y uno de los líderes de la propuesta.
Samantha Silva, beneficiaria del programa y estudiante de la UIS, cree que la idea y su ejecución se convirtieron en una alternativa económica innovadora para que la mujer campesina no esté sólo en su casa sino que tenga su espacio para crear empresa, sea el pilar y tenga el empuje de decir: Yo también produzco y soy un ser humano capaz de liderar. Ahí la apicultura se vuelve el corazón del proyecto. Hemos recibido capacitaciones y beneficios económicos y lo que hacemos es llevar una trazabilidad con el ciclo de vida de las abejas y de las colmenas. Las mujeres somos el corazón de la familia y de la comunidad, entonces la miel empodera a las mujeres de Santander”.
Al final, Daniel López, uno de los 35 líderes menores de 35 años y quien hace parte del Cesa, habló de liderazgo y felicidad. Explicó lo que para él son los determinantes de la felicidad: el 60 % es genética, el 30 % es una actividad intencional y un 10 % circunstancial. Fue enfático en que, para él, el dinero no tiene una correlación con la felicidad. Da tranquilidad, hasta cierto punto, advirtió, pero enfatizó que es muy importante cuando cubre sus propias necesidades, hacia adelante no.
Cerró con una reflexión importante: “Los factores que determinan intencionalmente la felicidad son: un propósito (encontrar el porqué); el aprendizaje, el trabajo comunitario (trabaje por el parque de su barrio, eso es liderazgo); el ejercicio (droga lícita a la que se tiene acceso para ser feliz), y la más importante de todas: las buenas relaciones (no es dinero y fama, no es la cantidad de amigos que tenga, sino la calidad de ellos). Las personas que tienen relaciones cercanas viven más porque trabajan por un propósito conjunto. Cultiven esa relación”.
El liderazgo es un acto de trabajar en colectividad, pero también es trabajar en sí mismo. Durante este primer encuentro regional esa fue la máxima que más marcó a los asistentes, nacientes empresarios y otra buena masa de bumangueses que le apuestan a un liderazgo sostenible, tanto desde las instituciones públicas como desde las empresas privadas que buscan hacer de Colombia una sociedad más justa, donde los índices de pobreza se reduzcan y los generadores de recursos estén en la capacidad de llevar el barco a buen puerto, no sólo desde la capital, sino desde la región, donde más se está moviendo la economía nacional. Bien lo dijo Beltrán, de la Cámara de Comercio: “El éxito y el fracaso de una empresa están en su liderazgo”. Y el de una sociedad, ¿en manos de quién está? En cada uno de nosotros.
“El éxito o el fracaso de una empresa está en su liderazgo, en la adaptabilidad a cada una de las situaciones que se le presentan. El líder debe ser entonces adaptativo, ver los agentes externos y con base en eso debe actuar. Muchas veces lo hará con mano dura, o tendrá que ceder, pero, en general, su actuar debe darse con transparencia y alimentarse de una visión a largo plazo”. Este, que podría ser un buen resumen de un prólogo de una charla de liderazgo, fue el mensaje que dejó Juan Camilo Beltrán Domínguez, presidente de la Cámara de Comercio de Bucaramanga, durante la apertura del primer encuentro regional de Profesión Líder, el proyecto de El Espectador que busca poner sobre la mesa las herramientas con las que quienes ejercen posiciones de liderazgo podrían llevar de la mejor forma el timón del barco y dejar una huella positiva en sus equipos y en la sociedad.
“Las organizaciones están hechas de gente. Lo vemos en el día a día de la Cámara. Buscamos que el empresario tenga más iniciativa y visión a través de estrategia, por eso estamos ad portas de lanzar el Centro Progresa, que es un centro de atención al emprendedor en el norte de la ciudad donde hay una alta población, y se enfocará en tres líneas de acción: para que esas personas consigan empleo, entonces conectamos empresarios con personas que buscan trabajo. La otra vertiente es para ayudarle a emprender a quien tiene una idea de negocio. Y la tercera es para las que ya son empresas pero no tienen estrategia, ayudarles a construir una. Vamos a atender tiendas de barrio, peluquerías, pequeños negocios que pueden generar una mejorar calidad de vida a su entorno”, agregó el líder gremial.
A su turno, el superintendente de Industria y Comercio, Pablo Felipe Robledo, habló de la necesidad de un liderazgo sostenible en las instituciones públicas. “El liderazgo no es de una persona, es de un equipo de trabajo.
El presidente Santos vive empeñado en que Colombia entre a la OCDE, lo que me parece que es un buen objetivo, allí hay 34 países que no son los más ricos pero sí los que mejores políticas públicas tienen. El lema es ‘Mejores políticas para mejores cosas’. Esos 34 países no son un club de ricos, ese es un club de buenas prácticas. Colombia quiere ser el número 35. Esas buenas prácticas hacen que un país se vuelva más desarrollado. Pero depende de quien sea el nuevo presidente que esas políticas que hoy han permitido sancionar a todos los carteles empresariales puedan seguir, se puedan mantener”.
Y les recordó a los asistentes del evento que en los últimos ocho años la SIC ha defendido la economía de mercado y a los consumidores, fruto de varias decisiones de país. “La entidad es una entidad totalmente distinta de la que había, porque hay una política de Gobierno de proteger a los consumidores, pero debe convertirse en una política de Estado, que perdure en el tiempo durante muchos gobiernos, como pasa en Europa o en Brasil y Chile. La SIC tenía en el año 2010 unos $40.000 millones de presupuesto; hoy tiene más de $100.000 millones de presupuesto. Hemos impuesto multas por $1,7 billones cuando antes se ponían $8.000 millones de multas al año”.
Durante el encuentro, el BBVA dio a conocer un proyecto enfocado en el empoderamiento femenino y el uso de la apicultura como vehículo de cohesión social. “Vimos una problemática y encontramos una oportunidad. Le dije a un amigo que trabajáramos con abejas y su miel. Él me dijo: eso no es viable, las abejas se están muriendo. Y ahí fue cuando nos dimos cuenta de que sí era una gran oportunidad. Empezamos con 20 familias, en su mayoría mujeres, un 60 %, y ya vamos a cumplir un año y estamos en la primer fase, que es capacitar a estas familias en la producción de miel. La segunda fase es la estandarización del proceso. Trabajamos con dos especies: la africanizada y la angelita. Recibimos recursos y también estamos recibiendo capacitación de la UIS y de la Universidad George Maison para adelantar investigación en energías renovables y nanotecnología, todo enfocado en la industria apícola”, relata Giovanni Monsalve, ingeniero y uno de los líderes de la propuesta.
Samantha Silva, beneficiaria del programa y estudiante de la UIS, cree que la idea y su ejecución se convirtieron en una alternativa económica innovadora para que la mujer campesina no esté sólo en su casa sino que tenga su espacio para crear empresa, sea el pilar y tenga el empuje de decir: Yo también produzco y soy un ser humano capaz de liderar. Ahí la apicultura se vuelve el corazón del proyecto. Hemos recibido capacitaciones y beneficios económicos y lo que hacemos es llevar una trazabilidad con el ciclo de vida de las abejas y de las colmenas. Las mujeres somos el corazón de la familia y de la comunidad, entonces la miel empodera a las mujeres de Santander”.
Al final, Daniel López, uno de los 35 líderes menores de 35 años y quien hace parte del Cesa, habló de liderazgo y felicidad. Explicó lo que para él son los determinantes de la felicidad: el 60 % es genética, el 30 % es una actividad intencional y un 10 % circunstancial. Fue enfático en que, para él, el dinero no tiene una correlación con la felicidad. Da tranquilidad, hasta cierto punto, advirtió, pero enfatizó que es muy importante cuando cubre sus propias necesidades, hacia adelante no.
Cerró con una reflexión importante: “Los factores que determinan intencionalmente la felicidad son: un propósito (encontrar el porqué); el aprendizaje, el trabajo comunitario (trabaje por el parque de su barrio, eso es liderazgo); el ejercicio (droga lícita a la que se tiene acceso para ser feliz), y la más importante de todas: las buenas relaciones (no es dinero y fama, no es la cantidad de amigos que tenga, sino la calidad de ellos). Las personas que tienen relaciones cercanas viven más porque trabajan por un propósito conjunto. Cultiven esa relación”.
El liderazgo es un acto de trabajar en colectividad, pero también es trabajar en sí mismo. Durante este primer encuentro regional esa fue la máxima que más marcó a los asistentes, nacientes empresarios y otra buena masa de bumangueses que le apuestan a un liderazgo sostenible, tanto desde las instituciones públicas como desde las empresas privadas que buscan hacer de Colombia una sociedad más justa, donde los índices de pobreza se reduzcan y los generadores de recursos estén en la capacidad de llevar el barco a buen puerto, no sólo desde la capital, sino desde la región, donde más se está moviendo la economía nacional. Bien lo dijo Beltrán, de la Cámara de Comercio: “El éxito y el fracaso de una empresa están en su liderazgo”. Y el de una sociedad, ¿en manos de quién está? En cada uno de nosotros.