El futuro cafetero tras la elección de Germán Bahamón como gerente de la FNC
Bahamón fue elegido, por unanimidad, como el nuevo gerente de la Federación Nacional de Cafeteros. Le contamos cómo fue la elección, el papel que jugó el Gobierno en esta y cuál es el panorama que tiene el gremio.
Pese a la solicitud del presidente Gustavo Petro de posponer la elección del nuevo gerente de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), el gremio realizó el Congreso Nacional de Cafeteros Extraordinario y decidió este jueves que el cargo lo ocupa Germán Bahamón.
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Pese a la solicitud del presidente Gustavo Petro de posponer la elección del nuevo gerente de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), el gremio realizó el Congreso Nacional de Cafeteros Extraordinario y decidió este jueves que el cargo lo ocupa Germán Bahamón.
“Le pido a la Federación de Cafeteros, que administra el fondo parafiscal del café, que no tome decisiones sobre el nombramiento del gerente general hasta que el nuevo ministro de Hacienda pueda tomar su decisión al respecto”, dijo Petro refiriéndose al recién nombrado jefe de la cartera, Ricardo Bonilla. Además, al evento asistió el ministro saliente, José Antonio Ocampo.
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La participación del Gobierno en la elección
A todas estas, ¿por qué el presidente Petro quiso intervenir en las decisiones del gremio agrícola más importante del país? ¿Cuál es la relación entre ellos?
La puerta de entrada del Gobierno a la Federación es el Fondo Nacional del Café, una cuenta parafiscal conformada por dineros públicos, que se nutre principalmente de la contribución cafetera pagada por cada libra de café exportado. Para administrar ese fondo existe el Comité Nacional de Cafeteros, del que hacen parte cuatro miembros del Gobierno (ministro de Hacienda, ministra de Agricultura, ministro de Comercio y director de Planeación Nacional) más los integrantes del Comité Directivo (un representante por cada uno de los 15 comités departamentales de cafeteros).
En lo que respecta a la elección del gerente del gremio, el Gobierno sí participó del proceso. Después de que recibieron las hojas de vida, el Comité Directivo seleccionó a las 10 personas que pasaban el filtro, según el perfil que exigía el cargo. Posteriormente, fue el Comité Nacional de Cafeteros (el que tiene cuatro miembros del Gobierno) el que definió la terna final que fue votada en el congreso de este 27 de abril.
De ahí salieron los nombres de los aspirantes a gerente: el de Germán Bahamón, Sandra Morelli (abogada bogotana y excontralora general) y Santiago Pardo (economista bogotano que representó a la FNC en Asia y fue embajador de Colombia en Japón).
Así que cuando Petro pidió suspender la elección, ya había pasado el momento de participación que le correspondía al Gobierno. El futuro estaba en manos de los seis delegados de cada comité departamental, 90 en total.
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Una relación tensa y cuestionada
Tan pronto como fue votado el nuevo gerente de la Federación, el presidente trinó unas imágenes de publicaciones en esa red social en las que Bahamón lo criticaba. Junto a estas fotos estaba el mensaje: “este es el nuevo presidente de la Federación Nacional de Cafeteros. Pensé que era el tiempo del diálogo y la construcción común. Dialogaré con sus organizaciones de base regionales”.
Por su parte, Bahamón dijo en su toma de posesión que iniciará “un trabajo mancomunado con el señor presidente de la República y sus ministros para que los cafeteros contribuyamos a la realización de las metas del Plan Nacional de Desarrollo”.
La relación inicia con tensiones, que no es lo ideal, pues se necesita que el gerente sea independiente para defender los intereses del gremio, pero que también “inspire confianza al Gobierno y reciba su visto bueno”, según Luis Fernando Samper, consultor internacional en temas cafeteros. Y es que entre las funciones de Bahamón está ser el vocero de la institución “ante todas las autoridades de la República”.
Aunque el lazo que une la FNC y la administración nacional ha sido siempre muy estrecho, los expertos consideran que esto es un error. Desde la misión de estudios para la competitividad de la caficultura en Colombia, que realizó el Banco de la República en 2016, recomendaron “separar el gremio cafetero del Gobierno” porque permanece “una estructura de épocas pasadas que ya no sirve para nada y no tienen ningún país del mundo”, explicó Juan José Echavarría, exgerente del Banco de la República e investigador de Fedesarrollo.
Echavarría añadió que “por la presión del presidente Petro y el Gobierno, cayó el gerente anterior (Roberto Vélez) y eso es parde de lo que no queremos. En la misión decíamos que había que separar cobijas y que el gremio debía ser solo de los cafeteros y no una mezcla entre lo privado y lo público porque eso es para problemas”.
El riesgo es que desde la presidencia puedan remover a los gerentes o que los cambien cada cuatro años junto con el Gobierno porque “se vuelve un gremio completamente político y se deslegitimaría, pues se volvería un apéndice del Ministerio de Agricultura u otra entidad”, puntualizó Samper.
¿Quién es Germán Bahamón?
El nuevo gerente de la FNC es ingeniero de producción agroindustrial de la Universidad de la Sabana, con especialización en mercadeo estratégico del Colegio de Estudios Superiores de Administración (CESA) y en mercadeo ejecutivo de la Escuela de Administración Kellog, de la Universidad Northwestern, en Chicago.
Germán Alberto Bahamón Jaramillo, de 48 años, es oriundo del Huila y caficultor de tercera generación con cultivo propio. Se ha enfocado en la producción de cafés de alta calidad y con valor agregado. Además, tiene más de 20 años de experiencia en alta gerencia nacional e internacional en algunas de las empresas más reconocidas a escala global (como Apple, Sony y Alquería).
Tras su elección, detalló que trabajará por la “rentabilidad y prosperidad de las 540.000 familias cafeteras, buscando traer a esta entidad los principios rectores del sector corporativo: eficiencia, eficacia y austeridad. Y buscar que mediante la tecnología catapultar a la Federación y mejorar la rentabilidad” de los productores.
Cafeteros y café en perspectiva
La economía de 600 municipios, aproximadamente, depende del café, el principal producto agrícola de exportación de Colombia. En el pasado año cafetero (entre octubre 2021 y septiembre 2022), el valor de la cosecha alcanzó $14,5 billones, mientras que entre enero y octubre de 2022, las exportaciones del grano alcanzaron un valor récord de US$3.748 millones, según la FNC.
El buen precio del producto hace que este sea un momento importante para los caficultores. En esto ha incidido “la cotización en la Bolsa de Nueva York, el diferencial de café colombiano por el que pagan más y la alta tasa de cambio, que representa más pesos para el productor”, asegura Luis Eduardo Gómez, vicerrector general de la Universidad Pontificia Bolivariana y experto en el tema.
Agrega que esto es pasajero, por lo que el gremio debe enfrentar importantes retos como “mantener la dinámica de renovación de cafetales, del orden de 100 o 120 mil hectáreas al año como una práctica permanente con el fin de mantener un alto nivel productivo, esa es una inversión que deben hacer. También hay que seguir diferenciando el café de Colombia”.
Respecto al último punto difiere Echavarría, pues dice que “Colombia debería exportar todo tipo de café que pueda producir, entre ellos café robusta, que es de baja calidad y tiene alta demanda en los mercados. Este lo producen las regiones más pobres de Brasil y eso caería bien para los Acuerdo de Paz, pues es la mejor forma de sacar de la pobreza a miles de personas, sin dejar de enfocarse en el de alta calidad”.
Además del reto de sacar a los caficultores de la pobreza hay diversos frentes en los que se deberá enfocar el nuevo gerente del gremio, como lo es atender las necesidades de los productores y para esto se necesita “consolidar una unión porque eso permitirá gestionar todo lo que necesitan los caficultores en el territorio colombiano”, destacó Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC).
Otros retos importantes, que especificó Samper, son generar condiciones para la rentabilidad del cultivo, darle valor agregado al producto, desarrollar programas colectivos y sostenibles de manejo de riesgo en la producción de café, la innovación, lograr que la actividad económica siga siendo viable y atractiva para las nuevas generaciones, atender la agenda ambiental (suelos, ecosistemas y cambio climático) y la parte social de la Federación y sus comités como un actor de paz.
“Más allá del actual Gobierno, los gremios tienen que mantener un canal de comunicación directo y franco en el que haya mucho carácter técnico y un conocimiento amplio de lo que es el café y las necesidades de sus cultivadores”, concluyó Bedoya.
El trabajo conjunto de las dos instituciones es lo que permitirá afrontar los amplios retos que tiene el sector desde su perspectiva económica, pero también en lo relacionado con mejorar la calidad de vida de los caficultores y pobladores rurales.
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