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El 2016 fue un año muy difícil para la economía colombiana, situación que no fue ajena a las mipymes. Sin embargo, vale la pena destacar que durante lo corrido del año los empresarios mantuvieron una percepción de crecimiento en la producción y ventas, comportamiento que, comparado con el desempeño del segmento en el 2015, tuvo una contracción de aproximadamente 20 %.
Por el lado de las inversiones del segmento, se puede decir que cayeron 6 % con respecto al 2015, manteniendo la tendencia de destino de recursos principalmente a las mejoras de infraestructuras y adquisición de maquinarias y equipos, y en menor proporción a la expansión de los mercados o mejoras en la productividad, innovación y competitividad. Cabe resaltar que a pesar de las dificultades económicas, las mipymes están apostando por el mejoramiento de sus procesos productivos y el crecimiento de sus mercados.
En cuanto a capital humano, las mipymes siguen jugando un papel importante, agrupando aproximadamente el 80 % de la mano de obra ocupada en el país, aporte que ha sido mantenido por más del 40 % de este segmento. Mientras que en términos de comercio exterior, sólo un 10 % de estas se atrevieron a exportar en 2015, las cuales se caracterizan por ser medianas empresas del sector manufacturero.
Frente al año 2017, existe gran incertidumbre por parte de las mipymes, debido a los fuertes cambios tributarios que se avecinan, tales como aumento en el IVA del 16 % al 19 %, ajustes en el impuesto de renta, en los impuestos territoriales, entre otros, que de una u otra manera van a impactar el poder adquisitivo de los consumidores. Así mismo, existe preocupación por el bajo crecimiento económico, que se espera será del 2 % al cierre de 2016; la inflación cerrará el año por encima del rango meta; la implementación de los acuerdos de paz que aún enfrenta grandes retos políticos, económicos, logísticos y jurídicos, entre otros factores.
Sin embargo, desde Acopi consideramos que el 2017 será un año de grandes oportunidades para el desarrollo empresarial de las mipymes a nivel regional; por un lado, aprovechando los recursos de regalías con prioridad de asignación a través de los OCAD, y las grandes inversiones en infraestructura vial y portuaria que han generado dinámica; y por el otro, aprovechando la Política Nacional de Desarrollo Productivo (Conpes 3866 de 2016), por medio de la cual se busca solucionar las fallas de mercado logrando una canasta exportadora más diversificada y sofisticada, enfocándose en aumentar la productividad de las empresas y cadenas productivas (metalmecánico, agroalimentos, sistemas de moda, industrias 4.0., químicos y turismo), focalizando programas y recursos hacia el desarrollo sostenido desde los departamentos.
Es claro que, a pesar de los esfuerzos realizados por el Gobierno Nacional para impulsar las exportaciones no tradicionales, aprovechando el aumento en el tipo de cambio, los productos colombianos no han logrado incursionar en los mercados extranjeros como se esperaba. Lo anterior deja como tarea para el 2017 la diversificación de la canasta exportadora, factor base para cumplir la meta de llevar las exportaciones no tradicionales a más de US$30.000 millones en 2018.
Por Rosmery Quintero, presidenta de ACOPI
