“El gerente de EPM debe tener el valor de poner al alcalde de Medellín en su lugar”: Álvaro Rendón
En esta entrevista, Álvaro Rendón, quien se venía desempeñando como gerente de la empresa, explica el porqué de su salida. Aunque hace énfasis en que hubo amenazas para la autonomía de la compañía, asegura que está “tranquilo”, pues la petición de su renuncia fue finalmente discutida en la junta directiva.
Un llamado a garantizar las buenas prácticas y el gobierno corporativo se ha escuchado desde algunos sectores (como la Andi y la Cámara de Comercio de Medellín) luego de la salida del gerente de Empresas Públicas de Medellín (EPM), Álvaro Rendón. El fin de semana se supo que el alcalde de la ciudad, Daniel Quintero, le pidió la renuncia a Rendón, quien solicitó que el asunto se llevara a la junta directiva. El órgano, el lunes pasado, finalmente se inclinó por la salida del gerente.
Lea de contexto: Junta directiva acepta la renuncia del gerente de EPM
En esta entrevista con El Espectador, el saliente funcionario explica que las desavenencias con el alcalde tuvieron su origen en las que consideró amenazas a la autonomía institucional, como la petición de Quintero para realizar cambios en el equipo directivo de EPM, a lo que Rendón dice haberse negado, o la que pareciera una extralimitación de funciones por parte de la secretaria privada del alcalde, Camila Villamizar.
Quintero, por su parte, ha agradecido públicamente a Rendón por sus servicios a EPM y anunció a la ingeniera Mónica Ruiz Arbeláez, vicepresidenta de Estrategia y Planeación, como gerente encargada. La junta directiva informó que la Alcaldía de Medellín hará la selección de quien llegue a ocupar la gerencia “con observancia del gobierno corporativo, en especial del convenio marco de relaciones suscrito entre el municipio de Medellín y EPM, con el acompañamiento de la junta directiva”.
¿Por qué se dio su salida?
El alcalde me había pedido la renuncia desde el 14 de enero, y me venía insistiendo en que la presentara. Yo, un poco reticente, le dije que esto no podía ser tan simple, porque cuando se va a remover el gerente de una empresa que se comporta en el mercado de capitales debe prepararse, haber método. Le dije que nuestro deber era llamar a la junta directiva para que estudiara con rigor este hecho. Citó la reunión para ayer, a las 7 de la mañana. Se reunieron a solas un tiempo (unas cinco horas), y finalmente me llamaron para decirme que ya estaba la decisión tomada, en el sentido de respaldar la decisión del alcalde.
¿Por qué le había pedido la renuncia desde el 14 de enero?
En una conversación privada a principio de año me dijo que quería que me hiciera a un lado, que necesitaba a una persona que le copiara más, porque yo siempre le ponía muchas barreras, muchas talanqueras y que quería un fast-track hacia EPM. Le dije que agradeciera que pongo esas líneas, porque en el Acuerdo, en el gobierno corporativo, en el que el municipio garantiza la autonomía a EPM, se establecen unas líneas delicadas, que son la fórmula de oro para el mercado de capitales. Le advertí eso, y me dijo que de todas maneras quería llevar el martes la carta mía y citó una reunión, que fue el 26, y me dijo que ese día u ese día él se iba de la reunión con la renuncia o con una solicitud de unas vacaciones sin retorno. Me sentí presionado por las circunstancias, no era la manera de tratar a una persona que, dicho por él mismo, tenía unos reconocimientos extraordinarios. Me llamó el fin de semana y que me daba tiempo para hacerlo máximo el domingo a las 12 del día. En la noche le mandé la carta pidiendo urgente una reunión, porque no lo podía dejar cometer ese error. Ya con la junta reunida, con su evaluación, tengo más tranquilidad, porque ellos cumplieron con rigor la tarea de informar a la comunidad financiera. Si así lo hicieron, maravilloso. No entiendo la razón ni la urgencia.
¿A qué tipo de talanqueras se refiere?
Al principio, le dije que le aceptaba el cargo, pero con mi esencia, conforme a la ley, mis principios, el gobierno corporativo y su programa. Cada vez que él intentó proponer algo que yo consideraba que estaba por fuera de esas líneas, se lo dije con toda claridad cuando no estaba de acuerdo con algo y que, si insistía, yo no sería el hombre para hacerlo y que quedaba en libertad de nombrar un gerente. Así, le generé como seis renuncias el año pasado cuando intentó pasar esas líneas. Por ejemplo, cuando me dijo que había que hacer una revisión del equipo de dirección de la empresa, que desde mi posición dije que no tocaba a nadie; ante el solo hecho de que me estuviera pidiendo cambios, reaccioné diciendo que no se producía ningún cambio. Eso lo afectó porque vio que no le copié para ningún cambio. Así se respeta la institución, no sacando masivamente la gente. También, cuando se involucra la secretaria privada en la organización. Él la llevaba a la junta directiva y después le pide a la junta que le permita participar de los comités para construir las decisiones que se llevan a junta. Ella empieza a interferir, se metía en reuniones privadas, ella se llama Camila Villamizar; daba instrucciones al equipo de dirección, me fueron sacando de los medios de comunicación para que fuera el alcalde el que hablara y no el vocero oficial. Eso lo vi como una amenaza, y cuando lo llamé y le dije que eso no podía volver a pasar, inmediatamente reaccionó pidiéndome la renuncia, que finalmente condujo a la aceptación. Creo que ese fue el detonante.
¿Alguna de las solicitudes para modificar asuntos de nómina iba con sustento, cumpliendo los requisitos internos, o era interés de favorecer a amigos del alcalde?
En EPM todos los procesos son reglados, es muy difícil que alguien interfiera en procesos de selección, hay un cultura del autocontrol. Nadie ingresa sin que se respeten esos protocolos. En los cargos de libre nombramiento y remoción es donde eventualmente puede incidir si ejerce presión, pero la empresa está bien blindada. Para Afinia, se adelantaron dos procesos de selección de dos altos ejecutivos; un vicepresidente de la empresa que participa en esa junta llamó al alcalde a preguntarle si le habían consultado que había dos procesos listos para aprobar, y él los paró porque no lo habían consultado. Pero ¿por qué lo tenían que consultar si él es el alcalde y yo, el gerente? Ahora que estamos contando esto, también es una manera de conseguir que la administración actual dinamice esos procesos y permita que los concursos que fueron realizados concluyan con éxito.
¿Cree que todos estos manejos son un error producto del desconocimiento del alcalde sobre cómo funciona la empresa o, aun sabiendo cómo funciona, el alcalde insiste?
Ambas cosas puede haber. Él concibe EPM como si fuera un secretaría de despacho, por la manera como se quiere involucrar. Pero él es una persona inteligente, formada, y sabe que, si hay una línea de gobierno corporativo, se está marcando una autonomía para la institución. Es probable que sepa y no la reconozca, sin embargo, el gerente que esté allí debe tener el valor de ponerlo en su lugar para que no pase. En mi caso, no pasó, estuvimos conteniendo la situación, pero a mi salida les dije que tenía el deber de contar esto a la opinión para sembrar la cultura de gobierno corporativo y de garantizar la estabilidad del Grupo EPM.
¿Qué pasó con la junta? ¿Por qué no obtuvo su respaldo?
Se reunieron en privado, supongo que hicieron el análisis, no conozco los detalles. Pero, a juzgar por la decisión que tomaron, hicieron un buen examen del tema y encontraron que estaba cumplido el requisito, y yo tengo que acoger esas decisiones. La junta está conformada por abogados muy prestigiosos todos, un exalcalde y tres vocales, más el alcalde, y veo mucha competencia, muy activos y conectados, pero no sé cómo fue la discusión, pero asumo que es correcta.
¿La intromisión de la secretaria en reuniones privadas lo puso en conocimiento de los organismos de control?
Era un tema de fastidiar, pero no constituye un tema disciplinario. En una defensa de la autonomía de la organización, yo protesté inmediatamente y no volvió a pasar. La protesta no le gustó al alcalde, pero estaba dispuesto a que eso no volviera a pasar.
¿Cree que con esta situación se está dando un mal mensaje al mercado o todo queda subsanado con el visto bueno de su salida por parte de la junta directiva?
Soy enfático en señalar que mientras estuve como gerente contuve esas situaciones que habrían sido lesivas para la autonomía institucional; la participación en la reunión privada fue una intervención inesperada y quedó notificada de que no se podía hacer. Por el lado nuestro, ya no hay reparos. Quiero invitar a la organización para que profundicemos en garantizar esta cultura, en garantizar su independencia.
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¿Le preocupa lo que pueda seguir pasando con la empresa y, por tanto, en Hidroituango, el litigio contra los contratistas…?
Si no cuidamos las formas, tiene una incidencia indirecta. Si este tipo de situaciones no se explican razonablemente, puede que algunas instituciones financieras no reaccionen generando crédito y eso puede terminar lesionando el proyecto.
¿Esperaba una respuesta distinta por parte de la junta?
Tenía esa esperanza porque ellos saben la importancia de esta organización, y las sensibilidades de separar a un gerente de una empresa de este tamaño tienen que estar muy bien medidas. Pero quedé tranquilo porque conseguí el objetivo de que ellos lo evaluaran como órgano supremo, y son personas absolutamente competentes y que lo decidieron con el mejor criterio.
¿Cree que el actuar del alcalde es una cuestión de estilo, desconocimiento o mala asesoría?
Desconocimiento no, porque él estudia los temas con responsabilidad, diría que le falta un nivel de asesoramiento distinto, sobre todo en la toma de decisiones, no para que sean mediáticas… Para que tengan alto impacto para la ciudad, debe conversarlos en los círculos especializados: la Sociedad Antioqueña de Ingenieros, Proantioquia… muchas organizaciones que son escenarios abiertos para el buen debate.
Un llamado a garantizar las buenas prácticas y el gobierno corporativo se ha escuchado desde algunos sectores (como la Andi y la Cámara de Comercio de Medellín) luego de la salida del gerente de Empresas Públicas de Medellín (EPM), Álvaro Rendón. El fin de semana se supo que el alcalde de la ciudad, Daniel Quintero, le pidió la renuncia a Rendón, quien solicitó que el asunto se llevara a la junta directiva. El órgano, el lunes pasado, finalmente se inclinó por la salida del gerente.
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En esta entrevista con El Espectador, el saliente funcionario explica que las desavenencias con el alcalde tuvieron su origen en las que consideró amenazas a la autonomía institucional, como la petición de Quintero para realizar cambios en el equipo directivo de EPM, a lo que Rendón dice haberse negado, o la que pareciera una extralimitación de funciones por parte de la secretaria privada del alcalde, Camila Villamizar.
Quintero, por su parte, ha agradecido públicamente a Rendón por sus servicios a EPM y anunció a la ingeniera Mónica Ruiz Arbeláez, vicepresidenta de Estrategia y Planeación, como gerente encargada. La junta directiva informó que la Alcaldía de Medellín hará la selección de quien llegue a ocupar la gerencia “con observancia del gobierno corporativo, en especial del convenio marco de relaciones suscrito entre el municipio de Medellín y EPM, con el acompañamiento de la junta directiva”.
¿Por qué se dio su salida?
El alcalde me había pedido la renuncia desde el 14 de enero, y me venía insistiendo en que la presentara. Yo, un poco reticente, le dije que esto no podía ser tan simple, porque cuando se va a remover el gerente de una empresa que se comporta en el mercado de capitales debe prepararse, haber método. Le dije que nuestro deber era llamar a la junta directiva para que estudiara con rigor este hecho. Citó la reunión para ayer, a las 7 de la mañana. Se reunieron a solas un tiempo (unas cinco horas), y finalmente me llamaron para decirme que ya estaba la decisión tomada, en el sentido de respaldar la decisión del alcalde.
¿Por qué le había pedido la renuncia desde el 14 de enero?
En una conversación privada a principio de año me dijo que quería que me hiciera a un lado, que necesitaba a una persona que le copiara más, porque yo siempre le ponía muchas barreras, muchas talanqueras y que quería un fast-track hacia EPM. Le dije que agradeciera que pongo esas líneas, porque en el Acuerdo, en el gobierno corporativo, en el que el municipio garantiza la autonomía a EPM, se establecen unas líneas delicadas, que son la fórmula de oro para el mercado de capitales. Le advertí eso, y me dijo que de todas maneras quería llevar el martes la carta mía y citó una reunión, que fue el 26, y me dijo que ese día u ese día él se iba de la reunión con la renuncia o con una solicitud de unas vacaciones sin retorno. Me sentí presionado por las circunstancias, no era la manera de tratar a una persona que, dicho por él mismo, tenía unos reconocimientos extraordinarios. Me llamó el fin de semana y que me daba tiempo para hacerlo máximo el domingo a las 12 del día. En la noche le mandé la carta pidiendo urgente una reunión, porque no lo podía dejar cometer ese error. Ya con la junta reunida, con su evaluación, tengo más tranquilidad, porque ellos cumplieron con rigor la tarea de informar a la comunidad financiera. Si así lo hicieron, maravilloso. No entiendo la razón ni la urgencia.
¿A qué tipo de talanqueras se refiere?
Al principio, le dije que le aceptaba el cargo, pero con mi esencia, conforme a la ley, mis principios, el gobierno corporativo y su programa. Cada vez que él intentó proponer algo que yo consideraba que estaba por fuera de esas líneas, se lo dije con toda claridad cuando no estaba de acuerdo con algo y que, si insistía, yo no sería el hombre para hacerlo y que quedaba en libertad de nombrar un gerente. Así, le generé como seis renuncias el año pasado cuando intentó pasar esas líneas. Por ejemplo, cuando me dijo que había que hacer una revisión del equipo de dirección de la empresa, que desde mi posición dije que no tocaba a nadie; ante el solo hecho de que me estuviera pidiendo cambios, reaccioné diciendo que no se producía ningún cambio. Eso lo afectó porque vio que no le copié para ningún cambio. Así se respeta la institución, no sacando masivamente la gente. También, cuando se involucra la secretaria privada en la organización. Él la llevaba a la junta directiva y después le pide a la junta que le permita participar de los comités para construir las decisiones que se llevan a junta. Ella empieza a interferir, se metía en reuniones privadas, ella se llama Camila Villamizar; daba instrucciones al equipo de dirección, me fueron sacando de los medios de comunicación para que fuera el alcalde el que hablara y no el vocero oficial. Eso lo vi como una amenaza, y cuando lo llamé y le dije que eso no podía volver a pasar, inmediatamente reaccionó pidiéndome la renuncia, que finalmente condujo a la aceptación. Creo que ese fue el detonante.
¿Alguna de las solicitudes para modificar asuntos de nómina iba con sustento, cumpliendo los requisitos internos, o era interés de favorecer a amigos del alcalde?
En EPM todos los procesos son reglados, es muy difícil que alguien interfiera en procesos de selección, hay un cultura del autocontrol. Nadie ingresa sin que se respeten esos protocolos. En los cargos de libre nombramiento y remoción es donde eventualmente puede incidir si ejerce presión, pero la empresa está bien blindada. Para Afinia, se adelantaron dos procesos de selección de dos altos ejecutivos; un vicepresidente de la empresa que participa en esa junta llamó al alcalde a preguntarle si le habían consultado que había dos procesos listos para aprobar, y él los paró porque no lo habían consultado. Pero ¿por qué lo tenían que consultar si él es el alcalde y yo, el gerente? Ahora que estamos contando esto, también es una manera de conseguir que la administración actual dinamice esos procesos y permita que los concursos que fueron realizados concluyan con éxito.
¿Cree que todos estos manejos son un error producto del desconocimiento del alcalde sobre cómo funciona la empresa o, aun sabiendo cómo funciona, el alcalde insiste?
Ambas cosas puede haber. Él concibe EPM como si fuera un secretaría de despacho, por la manera como se quiere involucrar. Pero él es una persona inteligente, formada, y sabe que, si hay una línea de gobierno corporativo, se está marcando una autonomía para la institución. Es probable que sepa y no la reconozca, sin embargo, el gerente que esté allí debe tener el valor de ponerlo en su lugar para que no pase. En mi caso, no pasó, estuvimos conteniendo la situación, pero a mi salida les dije que tenía el deber de contar esto a la opinión para sembrar la cultura de gobierno corporativo y de garantizar la estabilidad del Grupo EPM.
¿Qué pasó con la junta? ¿Por qué no obtuvo su respaldo?
Se reunieron en privado, supongo que hicieron el análisis, no conozco los detalles. Pero, a juzgar por la decisión que tomaron, hicieron un buen examen del tema y encontraron que estaba cumplido el requisito, y yo tengo que acoger esas decisiones. La junta está conformada por abogados muy prestigiosos todos, un exalcalde y tres vocales, más el alcalde, y veo mucha competencia, muy activos y conectados, pero no sé cómo fue la discusión, pero asumo que es correcta.
¿La intromisión de la secretaria en reuniones privadas lo puso en conocimiento de los organismos de control?
Era un tema de fastidiar, pero no constituye un tema disciplinario. En una defensa de la autonomía de la organización, yo protesté inmediatamente y no volvió a pasar. La protesta no le gustó al alcalde, pero estaba dispuesto a que eso no volviera a pasar.
¿Cree que con esta situación se está dando un mal mensaje al mercado o todo queda subsanado con el visto bueno de su salida por parte de la junta directiva?
Soy enfático en señalar que mientras estuve como gerente contuve esas situaciones que habrían sido lesivas para la autonomía institucional; la participación en la reunión privada fue una intervención inesperada y quedó notificada de que no se podía hacer. Por el lado nuestro, ya no hay reparos. Quiero invitar a la organización para que profundicemos en garantizar esta cultura, en garantizar su independencia.
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¿Le preocupa lo que pueda seguir pasando con la empresa y, por tanto, en Hidroituango, el litigio contra los contratistas…?
Si no cuidamos las formas, tiene una incidencia indirecta. Si este tipo de situaciones no se explican razonablemente, puede que algunas instituciones financieras no reaccionen generando crédito y eso puede terminar lesionando el proyecto.
¿Esperaba una respuesta distinta por parte de la junta?
Tenía esa esperanza porque ellos saben la importancia de esta organización, y las sensibilidades de separar a un gerente de una empresa de este tamaño tienen que estar muy bien medidas. Pero quedé tranquilo porque conseguí el objetivo de que ellos lo evaluaran como órgano supremo, y son personas absolutamente competentes y que lo decidieron con el mejor criterio.
¿Cree que el actuar del alcalde es una cuestión de estilo, desconocimiento o mala asesoría?
Desconocimiento no, porque él estudia los temas con responsabilidad, diría que le falta un nivel de asesoramiento distinto, sobre todo en la toma de decisiones, no para que sean mediáticas… Para que tengan alto impacto para la ciudad, debe conversarlos en los círculos especializados: la Sociedad Antioqueña de Ingenieros, Proantioquia… muchas organizaciones que son escenarios abiertos para el buen debate.