El Gobierno creó un Frankenstein
Juan Camilo Restrepo y Guillermo Perry Rubio dialogaron sobre economía, crisis, empleo y otros temas.
Redacción Negocios
Los ex ministros de Hacienda Juan Camilo Restrepo y Guillermo Perry califican de monstruosas e inequitativas las gabelas tributarias que ofrece el Gobierno.
En su visita a El Espectador, los dos hombres que estuvieron al frente de la cartera de Hacienda conversaron de manera distendida sobre su visión del momento de la economía colombiana y mundial.
Comencemos por el tema laboral, ¿qué opinión les merece lo que está ocurriendo en el país?
Juan Camilo Restrepo: El panorama se ve mal, lo cual no es de sorprender por el momento de la economía. Es preocupante que ciudades como Medellín hayan llegado al 18% de desempleo. No me sorprendería que en los meses que vienen el resto del país siga esa dirección. Hay problemas estructurales. Antes de la crisis, Colombia tenía uno de los índices de desempleo más altos de América Latina. Hay un problema de costos para generar empleo y la revaluación de los últimos años acabó muchas plazas de trabajo. Para generar empleo hay medidas estructurales y menciono dos.
Los altos costos de los parafiscales, que están encareciendo 40% o 50% la generación de empleo formal y la cascada de exenciones, deducciones y privilegios tributarios que ha dado este Gobierno, a la gran empresa, básicamente para su equipamiento. Según estudios del doctor Hugo López por el efecto conjunto de revaluación y gabelas tributarias, el factor trabajo se ha encarecido 40% en términos relativos al capital.
Hay alternativas que se pueden implementar rápido, como programas de gasto público en trabajos sencillos, reconstrucción de mallas viales, redes de acueducto y alcantarillado, mantenimiento de vías secundarias y terciarias. Eso no se está viendo en Colombia. Casi que el plan anticíclico de Colombia depende de que el Ministerio de Transporte haga las carreteras programadas.
Guillermo Perry: Cuando se desacelera la economía aumenta el desempleo, inevitablemente, pero se puede mitigar. En Fedesarrollo hemos planteado revisar los impuestos al trabajo formal, pero infortunadamente el Ministro de Protección Social salió a decir que no se podía hacer.
En este país cometimos un error, llenar de impuestos al trabajo. Y digo cometimos, porque fuimos todos, queríamos financiar la niñez, el Sena, hacer supermercados y sitios de recreo con impuestos al trabajo. Cuando nos dimos cuenta, teníamos una carga de contribuciones e impuestos al empleo formal.
Por ello, los niveles de informalidad y desempleo son muy altos. En las crisis es cuando hay que actuar, es el momento preciso para bajar esos impuestos.El Gobierno ha caricaturizado la propuesta de Fedesarrollo. Ha dicho no, cómo vamos a acabar el Sena o Bienestar Familiar. Nadie ha dicho eso, lo que se ha propuesto es cambiar la fuente de financiación.
¿Qué opinión les merece el manejo de la política fiscal que viene haciendo el gobierno?
J.C.R.: Mi crítica fundamental es privilegiar con una catarata de exenciones, deducciones y gabelas tributarias a unos pocos sectores, escogidos a dedo. Con un costo fiscal monumental, que lleva a que el peso de la tributación esté cayendo sobre las rentas de trabajo y los consumidores, lo que contradice el mandato constitucional que exige que la estructura tributaria sea progresiva y equitativa.
Un caso es el de las zonas francas, pero hay otra exención más aberrante, la deducción del 40% para la adquisición de activos productivos, que vale al año $3,6 billones, para premiar la importación de equipos que de todas maneras se hubiera hecho al amparo de un dólar muy barato. Vale más que lo que ninguna reforma tributaria en la historia de Colombia generó.
G.P.: Lo que se ha hecho en materia tributaria va a tener efectos muy complicados y difíciles de arreglar. Estaba bien bajar un poco la tributación de las empresas, reduciendo las tarifas para todas, como lo intentó el ministro Alberto Carrasquilla, pero el Presidente no cree en eso. Uribe prefiere tener una tarifa más alta y dar beneficios específicos a ciertos sectores. Pero las empresas en estas zonas francas, tienen beneficios exorbitantes, pueden bajar la tarifa de renta de 33% a 15% y utilizar el 40% de deducción de sus inversiones.
Entonces puede quedar pagando 8% o 9%, es decir, que no contribuye para nada. Es una inequidad dramática que afecta los recaudos totales, y se prolonga con los contratos de estabilidad jurídica, entonces realmente se está creando un Frankenstein.
¿Cómo ven las medidas que se han implementado para enfrentar la crisis?
J.C.R: Desde la perspectiva monetaria, el Banco ha venido haciendo bien su trabajo, ha bajado la tasa de referencia 40% de diciembre a ahora y si la inflación le da tranquilidad, probablemente tenga margen para un punto, o punto y medio adicional.En Colombia el margen para hacer política fiscal anticíclica es muy limitado, casi inexistente. A diferencia de países como Chile, que ahorró US$22 mil millones en el fondo de estabilización del cobre.
Aquí, lo que se ha dicho, es que vamos a gastar más rápido, no más, sino más rápido, vamos a licitar y a contratar con mayor velocidad lo que ya estaba presupuestado. Y se ha mencionado una cifra muy grande, cerca de $55 billones, pero de ese dinero, $37 billones, o algo así, son inversiones privadas.
Pero lo cierto es que tanto Gobierno como departamentos y municipios son lentos para gastar, para licitar, el proceso legal es muy complejo en Colombia. Entre otras cosas si hay reelección presidencial, en enero de 2010 entra a regir la ley de garantías y se paraliza buena parte de la contratación pública.
G.P.: Desde la perspectiva monetaria coincido con Juan Camilo, en el buen manejo que le ha dado el Banco de la República.
Desde el lado fiscal habría que hacer expansión del gasto, que el Gobierno no está en capacidad de hacer en este momento.
El Banco puede cumplir su rol, mientras que el Gobierno no. El Emisor hizo lo que tocaba (subir tasas), cuando la economía estaba recalentada, incluso, a mi juicio, hubo un momento en que la apretó más de lo que debía, pero quedó en una situación para ayudar en la destorcida.En cambio el Gobierno no hizo lo que debía. En buenos tiempos se gastó la mayor parte del boom con aumento de gastos de inversión o reduciendo los recaudos tributarios a través de las gabelas que mencionábamos.
Entonces el Gobierno no está en capacidad de hacer una política fiscal anticíclica.Lo que se puede arrancar son las cosas que estén listas o que es muy fácil ponerlas a andar, lo que uno quisiera es que se hagan las cosas que generan mucho empleo.
¿Cuáles serían algunas sugerencias para mitigar el impacto de la crisis?
J.C.R: En pocos días saldrá el dato de crecimiento del DANE del primer trimestre y todo indica que será negativo, con lo cual, formalmente Colombia estará en recesión.
Hay que revisar la política de precios de los combustibles: está fundamentada en unas bases legales de muy dudosa ortografía jurídica, implementada en el peor momento. Le pusimos un precio más alto a la gasolina cuando entró la recesión. Si se deja progresar, le habrá sustraído ese fondo (de estabilización de los combustibles) más de $2 billones a la economía, en el peor momento para congelar recursos.
Otra sugerencia es bajar el IVA. Hace 10 años lo hicimos un punto. Se dice que eso es un suicidio fiscal, bastaría con reducir a la mitad la deducción del 40% para la adquisición de activos, que cuesta la extravagante cifra anual de $3,6 billones. Con eso se financiaría, con cero costo fiscal, una reducción de dos puntos del IVA, del 16% al 14%.
G.P.: En el tema de la gasolina, la idea de estabilizar el precio, para que no varíe tanto el interno, es buena. No creo que sea necesariamente inoportuna. Lo que pasa es que tiene que ser bajo reglas claras. No puede ser que por la mañana el Presidente amanece de un humor y sube el precio o no la deja bajar y al otro día el humor se lo cambia un paro de camioneros y baja el precio.
En Fedesarrollo sugerimos que se establezca una regla y es que el precio se ajuste con la fórmula que había antes, pero que se tome un promedio de seis meses. En el tema del IVA haría esta consideración. Puestos a escoger preferiría reducir los parafiscales, creo que están afectando la parte más neurálgica: el empleo formal. De aumentar el desempleo y la informalidad, que tienen un impacto fuerte sobre la demanda, si se aumentan los dos fenómenos, eso tiene efectos sobre el consumo privado.
¿La crisis tocó fondo?
J.C.R: Una característica de esta crisis es que es mutante. Todos los días hay datos peores que los de la víspera. El Fondo Monetario ha revisado tres o cuatro veces a la baja sus proyecciones del crecimiento mundial. Y el propio Gobierno colombiano, a regañadientes, ha venido bajando su proyección este año de 5% a 3% y ahora está en un rango entre 0,5% y 1,5%. La mayoría de los observadores coinciden en que hacia mediados del año entrante las cosas deben comenzar a mejorar.
G.P.: El director del departamento del Hemisferio Occidental del FMI (Nicolás Eyzaguirre) mostraba que por primera vez hay indicios positivos, indicios de que hay cosas que no se siguen deteriorando en EE.UU., que permiten pensar que ese país pudiera tocar fondo a finales de este año o comienzos del entrante. Pero hay datos más positivos de Asia. En China el plan anticíclico, que es monumental, está funcionando.
Juan Camilo Restrepo
Nació en Medellín y se tituló como abogado de la Pontificia Universidad Javeriana. Posee una especialización en Derecho Económico del London School of Economics y doctorado en Derecho Administrativo en La Sorbona.
Fue Ministro de Minas y Energía en el gobierno de César Gaviria, y de Hacienda, en la administración de Andrés Pastrana.
También ha sido senador de la República y candidato a la Presidencia por el Partido Conservador.
Guillermo Perry Rubio
Este boyacense es Ingeniero eléctrico de la Universidad de los Andes, con estudios de doctorado en Economía e Investigación de Operaciones en el Massachusetts Institute of Technology (MIT).
En 1996 se posesionó como economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, después de desempeñarse como ministro de Hacienda y ministro de Minas y Energía, director Nacional de Impuestos y subdirector del Departamento Nacional de Planeación.
Los ex ministros de Hacienda Juan Camilo Restrepo y Guillermo Perry califican de monstruosas e inequitativas las gabelas tributarias que ofrece el Gobierno.
En su visita a El Espectador, los dos hombres que estuvieron al frente de la cartera de Hacienda conversaron de manera distendida sobre su visión del momento de la economía colombiana y mundial.
Comencemos por el tema laboral, ¿qué opinión les merece lo que está ocurriendo en el país?
Juan Camilo Restrepo: El panorama se ve mal, lo cual no es de sorprender por el momento de la economía. Es preocupante que ciudades como Medellín hayan llegado al 18% de desempleo. No me sorprendería que en los meses que vienen el resto del país siga esa dirección. Hay problemas estructurales. Antes de la crisis, Colombia tenía uno de los índices de desempleo más altos de América Latina. Hay un problema de costos para generar empleo y la revaluación de los últimos años acabó muchas plazas de trabajo. Para generar empleo hay medidas estructurales y menciono dos.
Los altos costos de los parafiscales, que están encareciendo 40% o 50% la generación de empleo formal y la cascada de exenciones, deducciones y privilegios tributarios que ha dado este Gobierno, a la gran empresa, básicamente para su equipamiento. Según estudios del doctor Hugo López por el efecto conjunto de revaluación y gabelas tributarias, el factor trabajo se ha encarecido 40% en términos relativos al capital.
Hay alternativas que se pueden implementar rápido, como programas de gasto público en trabajos sencillos, reconstrucción de mallas viales, redes de acueducto y alcantarillado, mantenimiento de vías secundarias y terciarias. Eso no se está viendo en Colombia. Casi que el plan anticíclico de Colombia depende de que el Ministerio de Transporte haga las carreteras programadas.
Guillermo Perry: Cuando se desacelera la economía aumenta el desempleo, inevitablemente, pero se puede mitigar. En Fedesarrollo hemos planteado revisar los impuestos al trabajo formal, pero infortunadamente el Ministro de Protección Social salió a decir que no se podía hacer.
En este país cometimos un error, llenar de impuestos al trabajo. Y digo cometimos, porque fuimos todos, queríamos financiar la niñez, el Sena, hacer supermercados y sitios de recreo con impuestos al trabajo. Cuando nos dimos cuenta, teníamos una carga de contribuciones e impuestos al empleo formal.
Por ello, los niveles de informalidad y desempleo son muy altos. En las crisis es cuando hay que actuar, es el momento preciso para bajar esos impuestos.El Gobierno ha caricaturizado la propuesta de Fedesarrollo. Ha dicho no, cómo vamos a acabar el Sena o Bienestar Familiar. Nadie ha dicho eso, lo que se ha propuesto es cambiar la fuente de financiación.
¿Qué opinión les merece el manejo de la política fiscal que viene haciendo el gobierno?
J.C.R.: Mi crítica fundamental es privilegiar con una catarata de exenciones, deducciones y gabelas tributarias a unos pocos sectores, escogidos a dedo. Con un costo fiscal monumental, que lleva a que el peso de la tributación esté cayendo sobre las rentas de trabajo y los consumidores, lo que contradice el mandato constitucional que exige que la estructura tributaria sea progresiva y equitativa.
Un caso es el de las zonas francas, pero hay otra exención más aberrante, la deducción del 40% para la adquisición de activos productivos, que vale al año $3,6 billones, para premiar la importación de equipos que de todas maneras se hubiera hecho al amparo de un dólar muy barato. Vale más que lo que ninguna reforma tributaria en la historia de Colombia generó.
G.P.: Lo que se ha hecho en materia tributaria va a tener efectos muy complicados y difíciles de arreglar. Estaba bien bajar un poco la tributación de las empresas, reduciendo las tarifas para todas, como lo intentó el ministro Alberto Carrasquilla, pero el Presidente no cree en eso. Uribe prefiere tener una tarifa más alta y dar beneficios específicos a ciertos sectores. Pero las empresas en estas zonas francas, tienen beneficios exorbitantes, pueden bajar la tarifa de renta de 33% a 15% y utilizar el 40% de deducción de sus inversiones.
Entonces puede quedar pagando 8% o 9%, es decir, que no contribuye para nada. Es una inequidad dramática que afecta los recaudos totales, y se prolonga con los contratos de estabilidad jurídica, entonces realmente se está creando un Frankenstein.
¿Cómo ven las medidas que se han implementado para enfrentar la crisis?
J.C.R: Desde la perspectiva monetaria, el Banco ha venido haciendo bien su trabajo, ha bajado la tasa de referencia 40% de diciembre a ahora y si la inflación le da tranquilidad, probablemente tenga margen para un punto, o punto y medio adicional.En Colombia el margen para hacer política fiscal anticíclica es muy limitado, casi inexistente. A diferencia de países como Chile, que ahorró US$22 mil millones en el fondo de estabilización del cobre.
Aquí, lo que se ha dicho, es que vamos a gastar más rápido, no más, sino más rápido, vamos a licitar y a contratar con mayor velocidad lo que ya estaba presupuestado. Y se ha mencionado una cifra muy grande, cerca de $55 billones, pero de ese dinero, $37 billones, o algo así, son inversiones privadas.
Pero lo cierto es que tanto Gobierno como departamentos y municipios son lentos para gastar, para licitar, el proceso legal es muy complejo en Colombia. Entre otras cosas si hay reelección presidencial, en enero de 2010 entra a regir la ley de garantías y se paraliza buena parte de la contratación pública.
G.P.: Desde la perspectiva monetaria coincido con Juan Camilo, en el buen manejo que le ha dado el Banco de la República.
Desde el lado fiscal habría que hacer expansión del gasto, que el Gobierno no está en capacidad de hacer en este momento.
El Banco puede cumplir su rol, mientras que el Gobierno no. El Emisor hizo lo que tocaba (subir tasas), cuando la economía estaba recalentada, incluso, a mi juicio, hubo un momento en que la apretó más de lo que debía, pero quedó en una situación para ayudar en la destorcida.En cambio el Gobierno no hizo lo que debía. En buenos tiempos se gastó la mayor parte del boom con aumento de gastos de inversión o reduciendo los recaudos tributarios a través de las gabelas que mencionábamos.
Entonces el Gobierno no está en capacidad de hacer una política fiscal anticíclica.Lo que se puede arrancar son las cosas que estén listas o que es muy fácil ponerlas a andar, lo que uno quisiera es que se hagan las cosas que generan mucho empleo.
¿Cuáles serían algunas sugerencias para mitigar el impacto de la crisis?
J.C.R: En pocos días saldrá el dato de crecimiento del DANE del primer trimestre y todo indica que será negativo, con lo cual, formalmente Colombia estará en recesión.
Hay que revisar la política de precios de los combustibles: está fundamentada en unas bases legales de muy dudosa ortografía jurídica, implementada en el peor momento. Le pusimos un precio más alto a la gasolina cuando entró la recesión. Si se deja progresar, le habrá sustraído ese fondo (de estabilización de los combustibles) más de $2 billones a la economía, en el peor momento para congelar recursos.
Otra sugerencia es bajar el IVA. Hace 10 años lo hicimos un punto. Se dice que eso es un suicidio fiscal, bastaría con reducir a la mitad la deducción del 40% para la adquisición de activos, que cuesta la extravagante cifra anual de $3,6 billones. Con eso se financiaría, con cero costo fiscal, una reducción de dos puntos del IVA, del 16% al 14%.
G.P.: En el tema de la gasolina, la idea de estabilizar el precio, para que no varíe tanto el interno, es buena. No creo que sea necesariamente inoportuna. Lo que pasa es que tiene que ser bajo reglas claras. No puede ser que por la mañana el Presidente amanece de un humor y sube el precio o no la deja bajar y al otro día el humor se lo cambia un paro de camioneros y baja el precio.
En Fedesarrollo sugerimos que se establezca una regla y es que el precio se ajuste con la fórmula que había antes, pero que se tome un promedio de seis meses. En el tema del IVA haría esta consideración. Puestos a escoger preferiría reducir los parafiscales, creo que están afectando la parte más neurálgica: el empleo formal. De aumentar el desempleo y la informalidad, que tienen un impacto fuerte sobre la demanda, si se aumentan los dos fenómenos, eso tiene efectos sobre el consumo privado.
¿La crisis tocó fondo?
J.C.R: Una característica de esta crisis es que es mutante. Todos los días hay datos peores que los de la víspera. El Fondo Monetario ha revisado tres o cuatro veces a la baja sus proyecciones del crecimiento mundial. Y el propio Gobierno colombiano, a regañadientes, ha venido bajando su proyección este año de 5% a 3% y ahora está en un rango entre 0,5% y 1,5%. La mayoría de los observadores coinciden en que hacia mediados del año entrante las cosas deben comenzar a mejorar.
G.P.: El director del departamento del Hemisferio Occidental del FMI (Nicolás Eyzaguirre) mostraba que por primera vez hay indicios positivos, indicios de que hay cosas que no se siguen deteriorando en EE.UU., que permiten pensar que ese país pudiera tocar fondo a finales de este año o comienzos del entrante. Pero hay datos más positivos de Asia. En China el plan anticíclico, que es monumental, está funcionando.
Juan Camilo Restrepo
Nació en Medellín y se tituló como abogado de la Pontificia Universidad Javeriana. Posee una especialización en Derecho Económico del London School of Economics y doctorado en Derecho Administrativo en La Sorbona.
Fue Ministro de Minas y Energía en el gobierno de César Gaviria, y de Hacienda, en la administración de Andrés Pastrana.
También ha sido senador de la República y candidato a la Presidencia por el Partido Conservador.
Guillermo Perry Rubio
Este boyacense es Ingeniero eléctrico de la Universidad de los Andes, con estudios de doctorado en Economía e Investigación de Operaciones en el Massachusetts Institute of Technology (MIT).
En 1996 se posesionó como economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, después de desempeñarse como ministro de Hacienda y ministro de Minas y Energía, director Nacional de Impuestos y subdirector del Departamento Nacional de Planeación.