El incierto futuro de la industria del carbón
Una demanda global que apunta a la baja, en la medida en que el planeta intenta frenar sus emisiones y hacer una transición energética, abre preguntas punzantes para las economías que dependen de este producto en su canasta de exportaciones.
Jorge Sáenz
En un proceso en el que la mayoría de gobiernos en el mundo buscan formas de controlar los gases de efecto invernadero, el carbón pierde protagonismo como ingrediente para la producción de energía. El panorama de este mineral en Colombia es uno de reducción en su campo de acción.
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En un proceso en el que la mayoría de gobiernos en el mundo buscan formas de controlar los gases de efecto invernadero, el carbón pierde protagonismo como ingrediente para la producción de energía. El panorama de este mineral en Colombia es uno de reducción en su campo de acción.
Las cifras son dramáticas para la industria doméstica. Entre 2017 y 2020 Colombia dejó de exportar unos 40 millones de toneladas que, según Juan Camilo Nariño, presidente de la Asociación Colombiana de Minería (ACM), significa que “se dejarán de recibir divisas por algo más de US$1.400 millones”.
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Los mercados naturales para el carbón, como el europeo y el estadounidense, se han cerrado, pero quedan abiertos otros como el asiático. Japón anunció la construcción de seis termoeléctricas en los próximos cinco años, con otras en proyecto. Igual sucederá en China, Indonesia y Filipinas, dijo Nariño.
Sin embargo, el futuro global del carbón no es prometedor. Las proyecciones de la Agencia Internacional de Energía (AIE) señalan que el carbón tendrá un repunte en 2021, pero que la demanda global seguirá (incluso con esta alza) por debajo de los niveles registrados para 2019. El organismo multilateral espera que para 2025 las energías renovables sobrepasarán a este mineral como la principal fuente de electricidad a escala global.
La nueva dinámica de acceder a otros mercados tiene un agravante que tiene que ver con los costos de producción y transporte. Ese nuevo mercado será muy disputado: Australia produce 220 millones de toneladas al año; Indonesia, 453 millones; Sudáfrica, 72 millones, igual que Colombia, y Rusia, 165 millones, pero son países que están más cerca de los centros de consumo y hacen más competitivo su mineral. “El problema es que no somos competitivos para llegar allá y no hacemos nada para ganar mercado con nuestro segundo producto de exportación”, explicó Nariño.
Mientras otros países han hecho esfuerzos sostenidos como política de Estado para ganar competitividad, “nosotros hemos hecho esfuerzos, pero para disminuir competitividad”, señaló el presidente de ACM, quien además comentó que hoy es muy difícil producir carbón en el país, “por decisiones judiciales que vuelven muy compleja las operaciones. Por qué no nos hemos puesto a pensar como país qué queremos hacer con el carbón colombiano, qué queremos hacer con esa riqueza”.
Desde hace dos años, Nariño ha venido diciendo que Colombia necesita pensar en una política de la competitividad del carbón colombiano.
Esta situación explotó cuando Prodeco anunció que se marchaba del país y entregaba las minas en explotación. CNR (Colombian Natural Resources) y el Grupo Prodeco Glencore, Carbones de La Jagua, Consorcio Minero Unido, Carbones El Tesoro y Puerto Nuevo) suspendieron sus operaciones. Mientras Cerrejón tuvo una huelga de tres meses, situación que afectó la producción total del mineral.
“Glencore es una de las compañías mineras líderes a nivel mundial, con operaciones en más de 35 países y más de 160.000 empleados y contratistas. Desde 1995, ha realizado inversiones significativas en Colombia por más de US$4,3 billones, a través del Grupo Prodeco, y mediante una tercera parte de la participación que posee en Cerrejón”, indicó en su momento Iván Glasenberg, presidente Glencore International , en carta enviada al presidente Duque.
En la misiva recordó que las operaciones del Grupo Prodeco debieron ser suspendidas desde finales de marzo de 2020, “como consecuencia de la pandemia del COVID-19 hasta el 31 de agosto de 2020, en los términos aprobados por la ANM (Agencia Nacional de Minería)”.
El grupo minero solicitó a la estatal Agencia Minera un alivio para salir de las dificultades. Pidió un año y medio sin producir para ajustar su contabilidad, pero el Estado, una vez pasaron 10 meses, le negó esa petición, lo que llevó al Grupo Prodeco a tomar la decisión de devolver las minas Calenturitas y La Jagua.
“El Grupo Prodeco ha realizado inversiones en sus operaciones mineras en el departamento del Cesar y en sus operaciones marítimas en el departamento del Magdalena, por valor de US$3.000 millones, creando 7.000 empleos y contribuyendo con pagos de impuestos y regalías por más de US$2.400 millones”, dijo Glasenberg.
Para el presidente de ACM, lo más importante es que el Estado salga a mostrar cuál es el plan para recuperar las minas y la relación con las comunidades. “Lo que no puede pasar es que esos 80 millones de toneladas que hay ahí sigan sin producir empleos, regalías y divisas”, dijo. El Gobierno ya prometió que en 30 días anunciará un plan de acción.
Pese a estas dificultades, la Drummond mantiene sus compromisos. “Prueba de ello es que a finales de 2020 iniciamos operaciones en el proyecto El Corozo en nuestra tercera concesión minera”, sostuvo José Miguel Linares, presidente de la compañía.
Para 2021 “esperamos lograr una producción de entre 31,5 y 33 millones de toneladas. Esto a la vez que seguimos manejando la crisis de la pandemia y un ciclo prolongado de precios bajos del carbón en el mercado internacional. Es por eso que el Gobierno colombiano necesita trabajar en soluciones con las que el negocio pueda seguir siendo competitivo en un mercado muy desafiante”, dijo Linares.
Este mineral no saldrá del todo de la canasta energética global, pero inevitablemente perderá terreno frente a las renovables y al gas natural que, según la AIE, será la segunda fuente primaria de energía después del petróleo.
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En este sentido, el presidente de Fenalcarbón, Carlos Cante, sostiene que la transición energética “es una realidad que nos parece sumamente positiva y donde el carbón no pelea con esa tendencia. Consideramos que un plan de transición debe incluir tanto la disminución de las emisiones de carbono con base en innovaciones tecnológicas que ya existen en el mundo, como en el adecuado aprovechamiento de los recursos naturales no renovables como el carbón”, sostuvo.
El carbón se va a mantener en la matriz energética mundial durante muchos años, consideró la presidenta de Cerrejón, Claudia Bejarano.
Vale recordar que BHP Group, Glencore y Anglo American Plc son socios en la mina, aunque BHP Group ha dado muestras de salirse del negocio del carbón.
“La situación del mercado es muy difícil. La demanda se está reduciendo y el precio ha caído drásticamente. Por esa razón, las empresas del sector debemos transformarnos para mejorar nuestra competitividad y estar en condiciones de llegar a mercados más lejanos y de enfrentar la actual dinámica de precios bajos”, señaló Bejarano.
Los empresarios del sector reclaman más acción del Estado en favor de la industria. “Necesitamos el apoyo de todos para seguir generando beneficios a millones de personas, no solo los trabajadores y las comunidades, sino todo el país que se beneficia de nuestros impuestos y regalías. Por eso necesitamos una mayor seguridad institucional y jurídica. No es posible que por razones ajenas a Cerrejón estemos viendo continuamente bloqueos a la línea férrea que nos impiden trabajar y que amenazan la supervivencia de la compañía”, subrayó la ejecutiva.