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Las monedas virtuales y en especial el bitcóin, cuyo precio bordeó los US$20.000 por unidad al cierre de 2017 y cayó a menos de US$10.000 a inicios de este año, mantienen perplejos a los analistas.
"La convicción (en las monedas virtuales) no se basa en el precio actual, sino en el cambio social, económico y político que representan", afirmó a Efe el director ejecutivo de la ONG Bitcoin Argentina, Rodolfo Andragnes.
Confiado en que el valor del bitcóin pueda alcanzar los US$100.000 al cabo de cinco años afirma que "hay que acostumbrarse a la existencia por primera vez de una moneda deflacionaria, 100 % inviolable, fácilmente transable y altamente divisible".
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Para Andragnes los Gobiernos deben tener la firme "creencia y comprensión" del potencial futuro de esa tecnología, pues imponer restricciones "solo hará que emigren quienes poseen bitcoines".
El experto señala que poner barreras a las criptodivisas puede "afectar la competitividad futura del país" y marginarlo de aquellos mercados en donde sí les abren las puertas
Los ministros de Economía y los presidentes de los bancos centrales de los países del G20 en su reunión en Buenos Aires que culmina hoy abordaron los desafíos que presentan las criptomonedas.
Una de las empresas que apuesta por su consolidación es la estadounidense Athena Bitcoin, que destinará US$10 millones para instalar 200 cajeros para la compra y venta de bitcoins en Latinoamérica este año, 20 de ellos en Colombia.
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Con unos 350 millones de usuarios de internet móvil en la actualidad, Latinoamérica es hoy un mercado vibrante para las criptomonedas pese a que no se definen aún las reglas en la mayoría de países.
Coinmap, un portal que rastrea los comercios que aceptan bitcoines en el mundo, muestra que en la región ya es posible pagar desde un café o una cena hasta planes turísticos y productos de alta tecnología con monedas virtuales.
"Hay grandes empresas que lo usan (bitcóin) para hacer pagos a empleados en el exterior. Los profesionales independientes en servicios de diseño o programación son receptores activos", apuntó Andragnes.
En EE.UU. monedas virtuales como el bitcóin son aceptadas y reguladas por la Comisión del Mercado de Valores, que las supervisa cuando son usadas como vehículo de inversión, y también por la Comisión de Comercio de Futuros, que en 2015 las calificó como "materia prima".
Pese a ello, la expresidenta de la Reserva Federal Janet Yellen calificó el bitcóin como "un activo altamente especulativo" y advirtió que no es "una fuente estable de valor".
Fuentes del Banco de Canadá explicaron a Efe que las monedas virtuales no son un medio de pago avalado porque para serlo "deben actuar como una reserva fiable de valor" y poderse gastar "fácilmente".
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Y aunque algunos bancos canadienses como Royal Bank permiten la compra de criptomonedas con tarjetas de crédito, otros han empezado a impedir su adquisición agudizando este limbo legal.
La criptomoneda petro, creada por el Gobierno de Venezuela para combatir el supuesto "cerco financiero" al que está sometido ese país, es un caso excepcional.
Respaldada por 5.000 millones de barriles de crudo, la preventa del petro alcanzó los US$5.000 millones el 9 de marzo, aun cuando varios analistas coinciden en que no es confiable dado que su precio depende de la cotización del petróleo y no está sustentada en "blockchain".
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prohibió esta semana mediante una orden ejecutiva, "todas las transacciones" vinculadas al sistema financiero estadounidense "con cualquier moneda digital que haya sido emitida por, para o en nombre del Gobierno de Venezuela a partir del 9 de enero de 2018".
Argentina es un referente en la región ya que el uso de monedas virtuales es aceptado y se espera que surjan iniciativas de regulación tras la reunión ministros y bancos centrales del G20 en ese país.
México también ha sido un terreno fértil para las monedas virtuales puesto que han sido incluidas en la Ley Fintech que fue aprobada por el Congreso el pasado 1 de marzo.
Para el Banco Central y la Comisión de Valores Mobiliarios de Brasil las monedas virtuales representan un alto riesgo especulativo e incluso se prohíbe su compra directa por parte de fondos de inversión registrados en el país.
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A pesar de que existe una criptomoneda local, la "chaucha", en Chile tampoco tienen existencia legal; no obstante, hay cuatro empresas que operan con esa criptodivisa como Buda.com, ChileBit, TradeBTC y Yaykuy, que suman unos 20.000 clientes y mueven alrededor de siete millones de dólares mensuales.
Un fenómeno similar ocurre en Uruguay y Paraguay en donde no hay una norma pero se usan las criptodivisas para contratar servicios, comprar autos e incluso inmuebles.
Desde 2014 en Colombia y Bolivia se ha reiterado que las criptodivisas no tienen el respaldo de bancos centrales y pueden utilizarse como mecanismos para el lavado de activos o captación ilegal.
El Banco Central de Ecuador considera que el "uso de las criptomonedas es de exclusiva responsabilidad de quienes decidan adoptarlas en sus transacciones".
En Perú, el hecho de que no se defina una norma todavía no ha sido impedimento para que unos 12.600 peruanos hayan adquirido monedas virtuales para gastarlas en restaurantes o bares.