El Niño afecta por lo menos 90.000 hectáreas de café colombiano

Por lo menos 90 mil hectáreas productivas, equivalentes a 18% del total del parque cafetero, se han visto afectadas en algún grado con la presencia de El Niño, informó la Federación Nacional de Cafeteros, en un comunicado donde explica que tras una rigurosa revisión realizada por el Servicio de Extensión del gremio cafetero se conoció de los efectos que ha tenido este fenómeno sobre la caficultura colombiana.

El informe advierte sobre un déficit continuo de agua que reduce la producción y el porcentaje de granos plenamente desarrollados, reduciendo la calidad del café y afectando el precio promedio recibido por el caficultor.

Con El Niño tiende a haber problemas de broca y de otras plagas. La mayor tasa de reproducción del insecto de la broca genera adicionalmente una mayor demanda por labores de sostenimiento, en un entorno en el cual los altos costos de mano de obra han reducido la rentabilidad del cultivo.

“Estamos preocupados, pues los cafeteros están viendo sus costos aumentar y verán reducidos sus ingresos tanto en el presente semestre como en 2016. Si El Niño tiene la intensidad anunciada hasta comienzos del año entrante, tendremos una situación compleja en materia de ingresos y costos de producción”, dijo Roberto Vélez Vallejo, gerente de la Federación de Cafeteros.

Representantes de los cafeteros de diferentes regiones también han expresado su preocupación por los mayores costos unitarios que conlleva un fenómeno de El Niño intenso como el que está viviendo el país, en particular en lo que tiene que ver con las labores de control de plagas, cuyos costos laborales se pueden incrementar en hasta 50%, y la reducción en la eficiencia tanto en las labores de recolección como en las tasas de conversión de café cereza a café pergamino, que pueden alcanzar en algunos casos un deterioro hasta del 40%.

“Desde luego que estamos preocupados, pues los cafeteros están viendo sus costos aumentar y verán reducidos sus ingresos tanto en el presente semestre como en 2016. Si El Niño tiene la intensidad anunciada hasta comienzos del año entrante, tendremos una situación compleja en materia de ingresos y costos de producción”, añadió Vélez Vallejo.

Con el Niño hay deficiencia de agua en el suelo, sobre todo en cafetales sin sombrío, pero sus efectos tampoco se pueden generalizar: en regiones de bajo brillo solar y altas precipitaciones su efecto puede beneficiar la producción de café, pero en otras puede ser dañino, como en zonas cálidas, con suelos de baja retención de humedad y regiones con lluvias de menos de 1.500 mm al año, dice el informe de prensa.

Bajo El Niño, la zonas cafeteras de mayor riesgo son las del norte y sur del país y en la región central aquellas de menor elevación, en particular las localizadas en altitudes de menos de 1.300 m (temperatura media mayor a 21,5°C). Déficits hídricos severos pueden afectar el desarrollo de la planta, particularmente en las nuevas plantaciones que están en proceso de crecimiento. Un déficit continuo de agua reduce la producción y el porcentaje de granos plenamente desarrollados, reduciendo la calidad del café y afectando el precio promedio recibido por el caficultor.

Las siembras que se puedan hacer en este segundo semestre deben ser acompañadas de sombríos transitorios para proteger la planta en campo especialmente en los meses que se han identificado van a ser los más drásticos por efecto de El Niño (diciembre-enero-febrero) en los cuales tradicionalmente existe disminución de lluvia y aumento de temperatura.

“Estamos intensificando nuestras campañas para que los productores realicen deshierbes inteligentes, favorezcan el sombrío de nuevas plantaciones, fertilicen desde ahora si se presentan lluvias como las esperadas para septiembre y octubre, intensifiquen el manejo de plagas como la broca o incluso aplacen sus decisiones de siembra en ciertos casos”, anotó Carlos Armando Uribe, gerente Técnico de la Federación.

El gremio cafetero está trabajando para presentar al Gobierno Nacional diferentes iniciativas de apoyo a los caficultores afectados, tema que es objeto de evaluación por parte del Comité Directivo de la Federación.

Por lo menos 90 mil hectáreas productivas, equivalentes a 18% del total del parque cafetero, se han visto afectadas en algún grado con la presencia de El Niño, informó la Federación Nacional de Cafeteros, en un comunicado donde explica que tras una rigurosa revisión realizada por el Servicio de Extensión del gremio cafetero se conoció de los efectos que ha tenido este fenómeno sobre la caficultura colombiana.

El informe advierte sobre un déficit continuo de agua que reduce la producción y el porcentaje de granos plenamente desarrollados, reduciendo la calidad del café y afectando el precio promedio recibido por el caficultor.

Con El Niño tiende a haber problemas de broca y de otras plagas. La mayor tasa de reproducción del insecto de la broca genera adicionalmente una mayor demanda por labores de sostenimiento, en un entorno en el cual los altos costos de mano de obra han reducido la rentabilidad del cultivo.

“Estamos preocupados, pues los cafeteros están viendo sus costos aumentar y verán reducidos sus ingresos tanto en el presente semestre como en 2016. Si El Niño tiene la intensidad anunciada hasta comienzos del año entrante, tendremos una situación compleja en materia de ingresos y costos de producción”, dijo Roberto Vélez Vallejo, gerente de la Federación de Cafeteros.

Representantes de los cafeteros de diferentes regiones también han expresado su preocupación por los mayores costos unitarios que conlleva un fenómeno de El Niño intenso como el que está viviendo el país, en particular en lo que tiene que ver con las labores de control de plagas, cuyos costos laborales se pueden incrementar en hasta 50%, y la reducción en la eficiencia tanto en las labores de recolección como en las tasas de conversión de café cereza a café pergamino, que pueden alcanzar en algunos casos un deterioro hasta del 40%.

“Desde luego que estamos preocupados, pues los cafeteros están viendo sus costos aumentar y verán reducidos sus ingresos tanto en el presente semestre como en 2016. Si El Niño tiene la intensidad anunciada hasta comienzos del año entrante, tendremos una situación compleja en materia de ingresos y costos de producción”, añadió Vélez Vallejo.

Con el Niño hay deficiencia de agua en el suelo, sobre todo en cafetales sin sombrío, pero sus efectos tampoco se pueden generalizar: en regiones de bajo brillo solar y altas precipitaciones su efecto puede beneficiar la producción de café, pero en otras puede ser dañino, como en zonas cálidas, con suelos de baja retención de humedad y regiones con lluvias de menos de 1.500 mm al año, dice el informe de prensa.

Bajo El Niño, la zonas cafeteras de mayor riesgo son las del norte y sur del país y en la región central aquellas de menor elevación, en particular las localizadas en altitudes de menos de 1.300 m (temperatura media mayor a 21,5°C). Déficits hídricos severos pueden afectar el desarrollo de la planta, particularmente en las nuevas plantaciones que están en proceso de crecimiento. Un déficit continuo de agua reduce la producción y el porcentaje de granos plenamente desarrollados, reduciendo la calidad del café y afectando el precio promedio recibido por el caficultor.

Las siembras que se puedan hacer en este segundo semestre deben ser acompañadas de sombríos transitorios para proteger la planta en campo especialmente en los meses que se han identificado van a ser los más drásticos por efecto de El Niño (diciembre-enero-febrero) en los cuales tradicionalmente existe disminución de lluvia y aumento de temperatura.

“Estamos intensificando nuestras campañas para que los productores realicen deshierbes inteligentes, favorezcan el sombrío de nuevas plantaciones, fertilicen desde ahora si se presentan lluvias como las esperadas para septiembre y octubre, intensifiquen el manejo de plagas como la broca o incluso aplacen sus decisiones de siembra en ciertos casos”, anotó Carlos Armando Uribe, gerente Técnico de la Federación.

El gremio cafetero está trabajando para presentar al Gobierno Nacional diferentes iniciativas de apoyo a los caficultores afectados, tema que es objeto de evaluación por parte del Comité Directivo de la Federación.