La Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA) publicó el último Boletín Agroclimático, correspondiente al mes de junio, en el que detalló que la probabilidad de ocurrencia del Fenómeno de La Niña está entre el 75 % y el 85 % para el trimestre de julio-septiembre de 2024.
Actualmente, de acuerdo con el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), el país se encuentra en una etapa neutral; pero se anticipa que tendremos predominancia del fenómeno La Niña en los próximos meses.
De acuerdo con el boletín, las predicciones agroclimáticas indican que, aproximadamente, el 25 % del área con aptitud agropecuaria presenta riesgo bajo ante la amenaza de exceso hídrico en el trimestre junio-agosto de 2024.
Además, en el trimestre septiembre-noviembre de 2024, el 24 % y el 5 % del área dentro de la frontera agrícola presentarán riesgos bajo y moderado, respectivamente. Pero, el norte y el centro del país serían las áreas más vulnerables ante el incremento de lluvias.
Típicamente, el trimestre junio-agosto hace parte de la segunda temporada de menos lluvias en la región Andina y el oriente de la región Caribe. Según las predicciones del IDEAM, se esperan aumentos de las precipitaciones en áreas agrícolas de las dos regiones.
Por su parte, en la Orinoquia y en la región Pacífica es la época de lluvias. En la Amazonia, las precipitaciones disminuyen y es uno de los meses menos lluviosos; excepto en el Piedemonte y el trapecio amazónico (áreas cubiertas por bosques), donde continúan las lluvias.
La alerta para la producción agropecuaria también responde a que las condiciones de incremento de lluvias favorecen la presencia de enfermedades y pueden afectar negativamente la floración de los cultivos permanentes.
“El riesgo crece en zonas con suelos agrícolas con niveles freáticos elevados y alta vulnerabilidad a exceso hídrico (zonas aluviales)”, precisa el boletín.
“La importancia del boletín radica en que anticipa el comportamiento del clima para, así, poder tomar decisiones sobre los cultivos a sembrar y a cosechar, o desarrollar medidas de mitigación frente a las posibilidades de, por ejemplo, en este caso, la transición del fenómeno de El Niño hacia La Niña”, señaló la directora de la UPRA, Claudia Cortés.
Alexander Rodríguez, director técnico de Uso Eficiente del Suelo y Adecuación de Tierras de la UPRA, detalló que el Boletín Agroclimático permite anticipar esa situación en diferentes regiones del país y poder actuar en consecuencia para que el impacto sobre la producción sea el menor posible.
El agro se prepara para las lluvias
El director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), Carlos Carrillo, aseguró que la preparación para enfrentar las emergencias durante las lluvias del fenómeno de La Niña empezó en junio.
La entidad tendrá el objetivo de proteger a 550.000 familias y 16.000 viviendas. Además, se propuso atender al menos 2,2 millones de hectáreas de cultivos, como café, maíz, arroz, yuca, plátano y avena, entre otros, así como a 6,1 millones de animales.
La ministra de Agricultura y Desarrollo Rural, Martha Carvajalino, mencionó que el sector está fortalecido para el reto del fenómeno climático con sistemas de información para los productores.
“Por su recurrente afectación en episodios pasados, así como por la prevalencia de inseguridad alimentaria y la presencia de comunidades étnicas, serán priorizadas la región Caribe (La Guajira, Atlántico, Bolívar, Sucre, Cesar y Córdoba) y el Pacífico (Cauca, Chocó, Nariño y Valle del Cauca)”.
Con cerca de $229.000 millones de inversión, esto les permitirá tomar medidas tempranas en la producción agropecuaria. Así las cosas, la jefa de cartera convocó a las entidades adscritas a permitir que los productores puedan:
- Garantizar el drenaje en los predios y la limpieza de cuerpos de agua y suelos.
- Implementar mecanismos de monitoreo de niveles de agua.
- Identificar y prevenir enfermedades y plagas en colaboración con el Instituto Colombiano Agropecuario.
- Promover el respeto a las normas hídricas mediante la reforestación de zonas.
- Facilitar la concurrencia efectiva del sistema nacional de gestión del riesgo mediante mesas agroclimáticas.
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