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¿Cómo se lidera la Asociación Colombiana de Viajes y Turismo (Anato)?
Es la pasión que tengo por el turismo, una pasión que tengo desde chiquita. Mi familia viene de agencias de viajes, mi abuelo de aerolíneas, eso lo tengo impregnado. Llevo 13 años en Anato, siete en la presidencia, y lo que trato de hacer es ayudar a todos y seguir impulsado esta cadena del turismo que son las agencias de viajes.
¿Cuál es su modelo de liderazgo?
Yo lidero con la transparencia, con el compromiso, con el corazón. Hay que meterle mucha pasión y ganas a lo que se hace y por supuesto con el ejemplo. Eso es algo que he tenido de mi casa, de mi abuelo y de mi mamá, que son hechos en la industria del turismo, y eso es lo que me ha permitido estar en una organización tan importante como lo es Anato.
¿Cómo se lidera en un país que tradicionalmente ha sido tan machista?
No es fácil. Sobre todo cuando llegué a Anato, porque la junta directiva casi toda eran hombres, estábamos rodeados de hombres con mucha trayectoria, como Jean Claude Bessudo, como Alonso Monsalve, y llega una niña joven y dicen: ¿Esta qué viene a hacer acá? Entonces llego en el 2004 como secretaria de esa junta, luego pasé a ser vicepresidenta de esa junta directiva, y un día en una de las sesiones el mismo Jean Claude con Alonso Monsalve dijeron: ¿Y por qué Paula no puede ser presidenta? Muchos de ahí dijeron: ella está muy joven, de pronto no puede, no sabe, mejor más adelante…
Lo que pasa siempre y se dice en todas las organizaciones…
Exactamente. Me preguntaron que si podía con el reto y yo les dije que sí, que estaba preparada. Venía preparándome, mi proyección era el tema de liderazgo gremial y arranqué, estuve cuatro años en la presidencia de la junta, teniendo incluso a esos empresarios tan respetados. Eso para mí es un orgullo, el estar ahí no por palancas, me lo gané, me dediqué 100 % a la Asociación. Tanto que dejé mi empresa porque mi familia tenía agencia de viajes, me dediqué 100 % a Anato, al sector, ad honorem. Alonso Monsalve me enseñó que el poder es para ayudar, no para sobrepasarse; ese poder es para ayudar al que lo necesita, en este caso a todas las agencias de viajes. Yo le contesto el correo y el teléfono a todo el mundo.
Es una líder de puertas abiertas…
Sí, yo creo que sí, uno en estos puestos se hace para ayudar a la gente. Mucha gente me llama de colegios, de universidades, me llaman para buscar trabajo y les ayudo. Si uno está aquí, es un privilegio.
¿Cómo se ha formado para llegar a la cabeza del gremio?
Lo primero es la formación que arranca por casa. Mi mamá y mi abuelo querían que yo fuera agente de viajes, yo les dije que no, que quería ser abogada y mi papá que también es abogado externadista, me dijo: bueno. Paralelo a eso, mi mamá me decía que estaba la agencia de viajes. Comienzo en la relatoría del Consejo de Estado a trabajar, después tengo a mi segundo hijo, soy una mamá muy joven, terminé mi universidad con mis dos hijos, y en tiempos de maternidad, esos tres meses de dieta, mi mamá me dijo: ven acá, y ahí llegué, iba con mi bebé recién nacido en los meses de lactancia, y ahí me quedé. Nunca más volví a salir.
He hecho varios diplomados, uno muy importante en el Inalde, el de Gobierno y Liderazgo, muy importante por el estudio del método del caso y el día a día de cada problema, cada tema, lo que está pasando con la tecnología, todo es aprendizaje. A veces uno dice: ¿qué voy a hacer mañana? Pues todos los días hay algo por resolver, algo por aprender. Al tener mi formación como abogada me he metido mucho en el tema de competencia, de cómo uno puede competir en igualdad de condiciones, de impulsar las buenas prácticas, y me he metido mucho en el trabajo de la SIC en ese sentido.
¿Cómo se ejerce el liderazgo consciente aquí? ¿Cómo le trasladan esa preocupación a la agencia de vender un turismo que proteja el medio ambiente, que no ofrezca explotación sexual?
Anato se ha vuelto un abanderado de este tema, obviamente de la mano del Gobierno. Estamos también en Fontur como Anato y para nosotros es vital la comunicación permanente, no solo con las agencias de viajes, sino con los medios de comunicación, que nos ayudan a retransmitir. Tenemos que cuidar nuestras reservas naturales, nuestra cultura, hacer una explotación responsable si se puede decir de esa forma, y tenemos un gran trabajo: vendemos un sueño y ese sueño debe ser cumplible, para ese pasajero que ha hecho ahorro de toda la vida para poder llegar y conocer el mar, o Europa o un lugar puntual. Esta no es solo la industria de la alegría, es la industria de la familia. A mí me hablan de un viaje y me transporto a mi familia, porque es el momento especial con ellos, eso les transmito a los agentes turísticos, que le están vendiendo al papá que quiere llevar a los hijos. Dentro de Anato tenemos un código de ética y de buenas prácticas para que las agencias trabajen entre ellas de manera transparente.
Todo un gobierno corporativo…
Así es, de hecho estamos haciendo unas reformas por los cambios que ha hecho el Gobierno nacional en todo lo relacionado con transparencia. Estamos trabajando para que las agencias sepan qué es turismo responsable y se lo trasladen al pasajero.
¿Logró el balance familia-trabajo?
Todos los días me levanto y pregunto: ¿quién se inventó que las mujeres tenemos que hacerlo todo? En este momento he parado y me he hecho una reflexión: uno puede ser una mujer exitosa, pero para mí lo más importante es mi familia. Yo trato de tener ese equilibrio, que no es fácil, entre los viajes, el trabajo, la familia. Primero, tengo una excelente asistente de presidencia que me ayuda a arreglar mi vida, ella sabe que los momentos especiales de mi vida están reservados, esa agenda está bloqueada, a menos que pase algo y lo hablo con mi familia. Pero los cumpleaños de mis hijos, de mi esposo, el aniversario, son fechas que no son negociables, y gracias a Dios mi junta ha entendido que en la cabeza no está el hombre que solamente se cambia la corbata y puede salir a 25 reuniones. Cuando llegué aquí estaban la vitrina de Anato y la Asamblea casi al tiempo y les dije: perdón, esa no soy yo, soy mujer, tengo que ir a la peluquería, tengo que hacer muchas otras cosas, entonces sutilmente he venido acoplando mi junta directiva a las necesidades de una mujer, de una mamá que tiene que sacar tiempo por los otros. Si no tuviera a esa familia que me soporta, no podría ser exitosa en este puesto. Es vital tener vida personal equilibrada, que me haga feliz, para trabajar en este medio que es de cambio, de dificultades, y para dedicarse tanto a las personas y ayudar. Mis hijos están grandes pero me necesitan de igual manera. Tenemos un chat de familia por donde los monitoreo en el lugar que esté, en el país que esté, me levanto a la 1 de la mañana que es cuando mis hijos se devuelven de sus fiestas y les pregunto cómo están, cómo les fue, somos padres muy abiertos, pero siempre con un control que hay que seguir.
¿Cuáles son esos consejos para las mujeres que todavía están dudando de asumir posiciones de liderazgo?
Uno es capaz, tenemos las mismas capacidades de los hombres y más, tenemos la parte maternal, la parte sensible que nos permite entender otros ámbitos. Si uno se capacita y se hace respetar, logra muchas cosas. La facultad de ser mujer y estar en estos cargos es que los hombres nos ven como iguales, que podemos llegar a hablar con el gobierno, que tenemos empuje, en el país hay ministras y viceministras, la mujer no solo está en los cargos medios, estamos siendo directivas y también somos gerentes del hogar, eso no se puede dejar por ningún motivo. El día en que el trabajo sobrepase mi vida personal y familiar, prefiero no ser exitosa, porque quiero morirme siendo exitosa personalmente, familiarmente como mamá y como esposa.