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Una semana de altibajos ha sido la que ha experimentado el dólar en Colombia.
El billete verde cerró el viernes en $4.119,60, y se prepara para iniciar nuevamente su cotización en un panorama que resulta bastante incierto para los analistas.
Según lo explicado por el profesor de Hacienda Pública y Tributación de la Universidad del Rosario, Henry Amorocho, el billete verde ganó en la última semana $151 frente al peso colombiano. En esto habría influenciado el dato del Producto Interno Bruto (PIB) publicado por el DANE, el cual reflejó un tímido crecimiento (de apenas el 0,3 % en junio), y reforzó el fantasma de que la economía colombiana ha consolidado un periodo de enfriamiento o desaceleración.
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Lo anterior no necesariamente se traduce en algo negativo, pues es hasta previsible que tras un recalentamiento tan alto como el que tuvo la economía colombiana (tras la reactivación económica después de lo más duro de la pandemia) se requiera un descanso para cerrar con ese ciclo económico y volver a crecer (parte de esto también ha sido influenciado por el alza en las tasas del Banco de la República, en medio de su lucha por mantener a raya el crecimiento de la inflación).
No obstante, una desaceleración también puede generar ruido e incertidumbre entre los inversionistas, quienes pueden especular y hasta llegar a ver escenarios de recesión (cosa que no existe hasta la fecha). Eso se traduce en un menor flujo de dólares en el territorio colombiano, y por lo tanto un encarecimiento frente al peso.
El precio del petróleo, para Amorocho, es otra de las variables que ha generado y seguirá generando variaciones en el dólar. Esto porque la caída del hidrocarburo ha hecho que muchos migren al dólar como refugio temporal, lo que, de nuevo, afecta su circulación.
“Ya al final de semana la situación más se debe a la baja en el precio del petróleo Brent y el precio del petróleo WTI y se espera que en las próximas semanas ya con avisos del presidente y su gobierno acerca de qué van a hacer una gestión fiscal más comprometida con la ejecución del presupuesto y del gasto público en obras de infraestructura, en la ejecución de subsidios de vivienda, darle más importancia a la ejecución de la parte de agricultura y desde luego el hecho de que se va a cumplir con la meta de ejecutar el 99 % del presupuesto de seguro ya nos traerán unos comportamientos más cercanos, no a la volatilidad fuerte que sucedió esta semana, sino a un comportamiento volátil mucho más sereno entre subidas y bajadas”, concluyó.
Para este analista es probable que si la inflación consolida su retroceso en septiembre, influenciando así la decisión de la FED sobre mantener o disminuir las tasas, el precio del dólar podría volver a bajar, acercándose incluso a los $3.800.
Para el director de la carrera de Economía de la Universidad Javeriana, Adrián Garlati, las proyecciones podrían indicar un dólar que ronde los $4.300 hacia finales del año.
“Yo creo que todavía el dólar se puede mantener en buenos niveles, no demasiado altos, o sea, no se va a disparar demasiado. Porque las tasas del Banco de la República todavía son bastante atractivas y Eso hace que los dólares todavía se mantengan dentro de Colombia y no afuera”, dijo.
Finalmente los comentarios del profesor de finanzas de la Universidad Javeriana, Diego Palencia, apuntan a que el dólar seguirá caracterizándose por su alta volatilidad, con base en los niveles de riesgo geopolítico y las grandes alteraciones de los gobiernos de turno.
No se atreve a lanzar un pronóstico, porque son tantas las variables y eventos que podrían afectar la volatilidad del billete verde que cualquier vaticinio podría quedarse corto.
“Los modelos econométricos muestran distribuciones triangulares que implican altos niveles de volatilidad, y los modelos estadísticos muestran que los canales óptimos del precio del dólar en Colombia deberían estar en un canal entre $4350 y los $4650. Sin embargo, el análisis de muy corto plazo de hace dos semanas, mostraba una tendencia a buscar los 3900 pesos. Con esto, se puede concluir la gran inestabilidad y lo inútil de tratar de predecir una variable aleatoria compleja”, señala.
Sobre si este es un buen o mal momento para comprar dólares (como alternativa de refugio o inversión financiera) los analistas recomiendan prudencia, pues son altas las incertidumbres y no hay un panorama claro de lo que pueda suceder con la divisa en el mediano o largo plazo.
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