El preocupante “boom” del bitcoin en Colombia
Este sector ha llegado a pesar casi igual que la industria turística del país, con más del 2 % del PIB. Analistas indican que el Gobierno debe prohibirlo como medio de pago, sobre todo porque podría ser una fuente de lavado de activos.
Camilo Vega Barbosa / @camilovega0092.
El bitcoin en Colombia ya no es sólo una moda: esta moneda ha crecido tanto en el país, que ya pesa casi como la industria turística nacional. A comienzo de este año (cuando el precio del bitcoin estaba por los US$14.000), el Citi Research publicó una investigación en la que mostraba que el valor de la criptomoneda en el país ya superaba el 2 % (la industria turística representa el 2,8 %).
Y aunque esta semana el precio del bitcoin bajó hasta los US$7.000, y que por ende su peso en el PIB podría estar cercano al 1 %, su presencia sigue siendo un factor importante, por lo que no deja de inquietar que exista un sector tan representativo que varié su valor bruscamente en tan poco tiempo. Asimismo, Bloomberg emitió un informe en el que revela que Colombia es el tercer país del mundo (y el primero en Latinoamérica) en el que más han crecido las transacciones de la divisa; el primer y segundo lugares pertenecen a China y Nigeria. Se trata de un alza de más del 1.200 % en tan sólo 2017.
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Esto significa que el comportamiento de esta polémica y volátil criptomoneda le importa a la economía colombiana más de lo que se pensaba. Por esto es momento de tomar en serio algunas de las más preocupantes particularidades del bitcoin, como su cifrado que hace prácticamente imposible de rastrear a quien está detrás de las transacciones. Una característica que la ha vuelto el medio de pago favorito de los secuestros informáticos (conocidos como ransomware), y puede convertirse rápidamente en una alternativa para el lavado de activos.
Camilo Silva, analista de la firma Valora Inversiones, explica que el “boom en Colombia y en el mundo se debe a la entrada, cada vez mayor, de operadores expertos e inexpertos, incluso se estima que una buena porción de ellos son millennials. Las increíbles rentabilidades, de más de 1.500 % tan sólo en 2017, seducen cada vez a más personas”.
Sin embargo, Silva advierte que “en países como Colombia, en donde hay una gran cantidad de dinero que se mueve por el narcotráfico, los grupos ilegales ven en las criptmonedas una oportunidad para mover ese dinero sin ser detectados. Y sobresale bastante que Colombia sea uno de los países en los que más se ha incrementado el volumen de negociaciones: las históricas actividades ilícitas podrían ser ese factor diferenciador que nos está haciendo liderar”.
En Colombia, la regulación sobre el bitcoin no es muy amplia, y sólo hay ciertos comentarios y circulares oficiales al respecto. Por ejemplo, el Banco de la República señaló que “el bitcoin no es una moneda en Colombia y, por lo tanto, no constituye un medio de pago de curso legal con poder liberatorio ilimitado. No existe entonces obligatoriedad de recibirlo como medio de cumplimiento de las obligaciones. Tampoco es un activo que pueda ser considerado una divisa, debido a que no cuenta con el respaldo de los bancos centrales de otros países. En consecuencia, no puede utilizarse para el pago de las operaciones de que trata el régimen cambiario, expedido por la junta directiva del Emisor”.
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Por su parte, la Superintendencia Financiera les indicó a las entidades que vigila “que no se encuentran autorizadas para custodiar, invertir, intermediar ni operar con estos instrumentos, así como tampoco permitir el uso de sus plataformas para que se realicen operaciones con monedas virtuales”. La entidad hizo un llamado al público en general al señalar que “corresponde a cada persona conocer y asumir los riesgos inherentes a las operaciones que realicen con este tipo de criptomonedas, pues no se encuentran amparadas por ningún tipo de garantía privada o estatal, ni sus operaciones son susceptibles de cobertura por parte del seguro de depósito”.
De manera que la regulación existente en Colombia sólo impide que el bitcoin penetre el sector financiero, pero podría llegar a otros sectores de la economía. Sólo se requiere que tanto el comprador como el vendedor bajen una app para que se logre vender un producto en la calle por medio de bitcoin, lo que abre la posibilidad que la criptomoneda entre al comercio minorista (tal como pasa en China) y otras actividades.
Para Horario Ayala, exdirector de la DIAN, “si el bitcoin ya representa el 2 % del PIB de Colombia, significa que este mercado ha crecido más de lo que pensábamos dentro de la economía, por lo que indudablemente es momento para que las autoridades colombianas intervengan. El Gobierno debe impedir que se use esta criptomoneda como medio de pago para evitar que entre en el comercio y demás sectores claves. Los que quieran apostar con esta moneda que se queden dentro del sector internacional de inversiones de alto riesgo”.
Ayala también alerta “por la naturaleza del bitcoin, que la hace demasiado difícil de rastrear, por lo que la vuelve ideal para el lavado de activos o para la evasión de impuestos. Y no hay que olvidar que Colombia es un país en donde hay demasiado dinero ilícito. Además, si tenemos problemas para detectar las cuentas off shore, que al menos dejan algún tipo de rastro, con las criptomonedas el problema es aún más grave”.
De hecho, el mismo Banco de la República reconoce en uno de sus documentos que uno de los principales desafíos de las criptomonedas es “la integridad financiera en términos del lavado de activos y financiación del terrorismo (LA/FT) y las correspondientes medidas preventivas de monitoreo transaccional, además de la obligatoriedad de reportar determinados movimientos a las autoridades de control. Por su naturaleza, las criptomonedas son plataformas que pueden facilitar el movimiento de recursos asociados con el LA/FT y, por ende, que los participantes sean monitoreados por las autoridades competentes”.
De esta manera, hay que ver con nuevos ojos el bitcoin, no sólo por la intriga que genera este activo que rompe los estándares, sino porque cada vez toma relevancia en el país.
Anuncios como el de Facebook, que prohibirá la publicidad de las criptomonedas, las amenazas del gobierno estadounidense de regular el mercado o el desplome que sufrió éste el lunes pasado luego de que cuatro colosos bancarios prohibieran comprar bitcoin con sus tarjetas de crédito podrían afectar de alguna forma la economía colombiana.
El bitcoin en Colombia ya no es sólo una moda: esta moneda ha crecido tanto en el país, que ya pesa casi como la industria turística nacional. A comienzo de este año (cuando el precio del bitcoin estaba por los US$14.000), el Citi Research publicó una investigación en la que mostraba que el valor de la criptomoneda en el país ya superaba el 2 % (la industria turística representa el 2,8 %).
Y aunque esta semana el precio del bitcoin bajó hasta los US$7.000, y que por ende su peso en el PIB podría estar cercano al 1 %, su presencia sigue siendo un factor importante, por lo que no deja de inquietar que exista un sector tan representativo que varié su valor bruscamente en tan poco tiempo. Asimismo, Bloomberg emitió un informe en el que revela que Colombia es el tercer país del mundo (y el primero en Latinoamérica) en el que más han crecido las transacciones de la divisa; el primer y segundo lugares pertenecen a China y Nigeria. Se trata de un alza de más del 1.200 % en tan sólo 2017.
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Esto significa que el comportamiento de esta polémica y volátil criptomoneda le importa a la economía colombiana más de lo que se pensaba. Por esto es momento de tomar en serio algunas de las más preocupantes particularidades del bitcoin, como su cifrado que hace prácticamente imposible de rastrear a quien está detrás de las transacciones. Una característica que la ha vuelto el medio de pago favorito de los secuestros informáticos (conocidos como ransomware), y puede convertirse rápidamente en una alternativa para el lavado de activos.
Camilo Silva, analista de la firma Valora Inversiones, explica que el “boom en Colombia y en el mundo se debe a la entrada, cada vez mayor, de operadores expertos e inexpertos, incluso se estima que una buena porción de ellos son millennials. Las increíbles rentabilidades, de más de 1.500 % tan sólo en 2017, seducen cada vez a más personas”.
Sin embargo, Silva advierte que “en países como Colombia, en donde hay una gran cantidad de dinero que se mueve por el narcotráfico, los grupos ilegales ven en las criptmonedas una oportunidad para mover ese dinero sin ser detectados. Y sobresale bastante que Colombia sea uno de los países en los que más se ha incrementado el volumen de negociaciones: las históricas actividades ilícitas podrían ser ese factor diferenciador que nos está haciendo liderar”.
En Colombia, la regulación sobre el bitcoin no es muy amplia, y sólo hay ciertos comentarios y circulares oficiales al respecto. Por ejemplo, el Banco de la República señaló que “el bitcoin no es una moneda en Colombia y, por lo tanto, no constituye un medio de pago de curso legal con poder liberatorio ilimitado. No existe entonces obligatoriedad de recibirlo como medio de cumplimiento de las obligaciones. Tampoco es un activo que pueda ser considerado una divisa, debido a que no cuenta con el respaldo de los bancos centrales de otros países. En consecuencia, no puede utilizarse para el pago de las operaciones de que trata el régimen cambiario, expedido por la junta directiva del Emisor”.
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Por su parte, la Superintendencia Financiera les indicó a las entidades que vigila “que no se encuentran autorizadas para custodiar, invertir, intermediar ni operar con estos instrumentos, así como tampoco permitir el uso de sus plataformas para que se realicen operaciones con monedas virtuales”. La entidad hizo un llamado al público en general al señalar que “corresponde a cada persona conocer y asumir los riesgos inherentes a las operaciones que realicen con este tipo de criptomonedas, pues no se encuentran amparadas por ningún tipo de garantía privada o estatal, ni sus operaciones son susceptibles de cobertura por parte del seguro de depósito”.
De manera que la regulación existente en Colombia sólo impide que el bitcoin penetre el sector financiero, pero podría llegar a otros sectores de la economía. Sólo se requiere que tanto el comprador como el vendedor bajen una app para que se logre vender un producto en la calle por medio de bitcoin, lo que abre la posibilidad que la criptomoneda entre al comercio minorista (tal como pasa en China) y otras actividades.
Para Horario Ayala, exdirector de la DIAN, “si el bitcoin ya representa el 2 % del PIB de Colombia, significa que este mercado ha crecido más de lo que pensábamos dentro de la economía, por lo que indudablemente es momento para que las autoridades colombianas intervengan. El Gobierno debe impedir que se use esta criptomoneda como medio de pago para evitar que entre en el comercio y demás sectores claves. Los que quieran apostar con esta moneda que se queden dentro del sector internacional de inversiones de alto riesgo”.
Ayala también alerta “por la naturaleza del bitcoin, que la hace demasiado difícil de rastrear, por lo que la vuelve ideal para el lavado de activos o para la evasión de impuestos. Y no hay que olvidar que Colombia es un país en donde hay demasiado dinero ilícito. Además, si tenemos problemas para detectar las cuentas off shore, que al menos dejan algún tipo de rastro, con las criptomonedas el problema es aún más grave”.
De hecho, el mismo Banco de la República reconoce en uno de sus documentos que uno de los principales desafíos de las criptomonedas es “la integridad financiera en términos del lavado de activos y financiación del terrorismo (LA/FT) y las correspondientes medidas preventivas de monitoreo transaccional, además de la obligatoriedad de reportar determinados movimientos a las autoridades de control. Por su naturaleza, las criptomonedas son plataformas que pueden facilitar el movimiento de recursos asociados con el LA/FT y, por ende, que los participantes sean monitoreados por las autoridades competentes”.
De esta manera, hay que ver con nuevos ojos el bitcoin, no sólo por la intriga que genera este activo que rompe los estándares, sino porque cada vez toma relevancia en el país.
Anuncios como el de Facebook, que prohibirá la publicidad de las criptomonedas, las amenazas del gobierno estadounidense de regular el mercado o el desplome que sufrió éste el lunes pasado luego de que cuatro colosos bancarios prohibieran comprar bitcoin con sus tarjetas de crédito podrían afectar de alguna forma la economía colombiana.