Ella es Gloria Inés Ramírez, la ministra de Trabajo de Gustavo Petro
Ramírez es especialista en garantía de derechos laborales, fue senadora del Polo Democrático Alternativo y ha sido integrante del comité ejecutivo de la CUT. ¿Cuáles son los desafíos que enfrentará en la cartera?
Gloria Inés Ramírez será la próxima ministra de Trabajo en Colombia. Así lo anunció esté sábado el presidente electo Gustavo Petro (quien se posicionará mañana domingo 7 de agosto), al describir a esta nueva jefe de cartera como “una defensora de los derechos humanos y la reivindicación de los trabajadores”. “Ha sido una mujer que ha luchado por los derechos de las mujeres y la equidad de género”, dijo.
En su hoja de vida, figura que es licenciada en física y matemáticas de la Universidad Tecnológica de Pereira, así como magíster en desarrollo social y educación de la Universidad Pedagógica Nacional. También es especialista en garantía de derechos laborales de la Universidad Toledo (España), e hizo un diplomado en economía, política social y género de la Pontificia Universidad Javeriana.
Lea también: Nueva medición del DANE establece que la informalidad en Colombia es del 58 %
Durante el periodo 2010 - 2014 fue senadora por el partido Polo Democrático, en donde participó de iniciativas como la creación de la Comisión Legal para la Equidad de la Mujer, la inclusión de la economía del cuidado del hogar en el Sistema de Cuentas Nacionales, y la garantía de la seguridad social en riesgos profesionales en el sector de los trabajadores independientes, entre otros.
Su carrera profesional también incluye el haber asumido la presidencia de la Federación Colombiana de Educadores (Fecode), ser integrante el comité ejecutivo de la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia (CUT) y del Consejo Nacional de Paz, entre otros cargos.
Le puede interesar: ¿Se puede acabar con el desempleo?: los cambios que necesita el sistema laboral
Según lo referenciado en la plataforma de Congreso Visible de la Universidad de los Andes, Ramírez fue investigada (de forma preliminar) en el proceso de la Farcpolítica, pero la Corte Suprema de Justicia no halló méritos para avanzar en las pesquisas por sus presuntos vínculos con el grupo insurgente.
Ramírez está a días de asumir una de las carteras más complejas, donde su formación académica y profesional podrían darle insumos para abordar temas como la informalidad, el desempleo, las políticas públicas en pro de los derechos de los trabajadores y el diálogo con las centrales obreras del país.
Parte de los principales retos que le esperan
Tras el coletazo económico de la pandemia, el desempleo en Colombia sigue sin consolidar los mismos indicadores que reflejaba en febrero de 2020. Información compartida por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), revela que aún hace falta recuperar 189.000 puestos de trabajo y sacar del desempleo a otras 149.000 personas. Una brecha que se ha ido mitigando en los últimos meses, pero que no se ha logrado cerrar por completo.
Pese a las expectativas del saliente ministro del Trabajo, Ángel Custodio Cabrera, el país no logró volver a una tasa de desempleo de un dígito y parte de esto, según lo explicado por el también saliente director del DANE, Juan Daniel Oviedo, se debe a la transformación digital que alcanzó el tejido empresarial colombiano (máquinas que están haciendo el trabajo que antes hacían las personas).
Esto se traduce en un gran reto para la entrante ministra de Trabajo, pues parte del trabajo que tendrá que hacer es el de lograr que la academia encaje con las necesidades del mercado laboral, pues hay muchos profesionales que se están capacitando y graduado en áreas que no están siendo demandadas, mientras que otros, como programadores y analistas de datos, escasean.
La informalidad es otro de los grandes pendientes en el país. Pues los más recientes datos del DANE (que cambiaron la metodología de medición) muestran que en Colombia hay más informales que formales (58 %), lo que se traduce en que el grueso de la población no goza de una cobertura total en prestaciones como salud, protección ante riesgos laborales, caja de compensación familiar y cotización en un sistema de pensión, además de un número importante de trabajadores ni siquiera devenga un salario mínimo mensual.
Parte de atender la informalidad tiene que ver con una regulación para todas estas nuevas formas de trabajo, como los que laboran en plataformas como Rappi y Uber, que son entendidos por estas compañías como independientes, o autónomos, y por tanto se desentienden de una lista de responsabilidades que tendrían si fueran reconocidos como trabajadores subordinados.
También está la duda de Ramírez atenderá las observaciones y recomendaciones que emitió la Misión de Empleo en Colombia, en donde se evidenció que los problemas de raíz que tiene el mercado laboral colombiano no necesitan una, sino varias reformas que tendrían que pasar por el Congreso y que cobijen ámbitos como las pensiones, garantía de protección jurídica a los trabajadores y acceso al sistema de salud, entre otros.
Antes de dejar su despacho, el ministro Custodio dejó lista la reglamentación para el trabajo en casa y teletrabajo en el país, asunto que podría revisar y perfeccionar la entrante ministra en el corto plazo.
También hay que recordar que hará parte de la mesa de concertación de políticas salariales y laborales, en la que el próximo diciembre se debatirá el incremento que tendrá el salario mínimo en Colombia para 2023, un reto denso, teniendo en cuenta la disparada inflación que se ha registrado este año en el país.
También hay que recordar que una de las apuestas más ambiciosas de Gustavo Petro sería la de llevar el desempleo al 0 %, pues en su plan de gobierno promete brindar empleo estatal a todos los que no puedan hacerlo por medio del sector privado, así como reconocer el papel de las mujeres cuidadoras que actualmente no reciben ninguna remuneración. Entre otras promesas
El trabajo que le espera a Ramirez es arduo, pero con un gran número de posibilidades para impactar de manera positiva el mercado laboral colombiano.
💰📈💱 ¿Ya te enteraste de las últimas noticias económicas? Te invitamos a verlas en El Espectador.
Gloria Inés Ramírez será la próxima ministra de Trabajo en Colombia. Así lo anunció esté sábado el presidente electo Gustavo Petro (quien se posicionará mañana domingo 7 de agosto), al describir a esta nueva jefe de cartera como “una defensora de los derechos humanos y la reivindicación de los trabajadores”. “Ha sido una mujer que ha luchado por los derechos de las mujeres y la equidad de género”, dijo.
En su hoja de vida, figura que es licenciada en física y matemáticas de la Universidad Tecnológica de Pereira, así como magíster en desarrollo social y educación de la Universidad Pedagógica Nacional. También es especialista en garantía de derechos laborales de la Universidad Toledo (España), e hizo un diplomado en economía, política social y género de la Pontificia Universidad Javeriana.
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Durante el periodo 2010 - 2014 fue senadora por el partido Polo Democrático, en donde participó de iniciativas como la creación de la Comisión Legal para la Equidad de la Mujer, la inclusión de la economía del cuidado del hogar en el Sistema de Cuentas Nacionales, y la garantía de la seguridad social en riesgos profesionales en el sector de los trabajadores independientes, entre otros.
Su carrera profesional también incluye el haber asumido la presidencia de la Federación Colombiana de Educadores (Fecode), ser integrante el comité ejecutivo de la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia (CUT) y del Consejo Nacional de Paz, entre otros cargos.
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Según lo referenciado en la plataforma de Congreso Visible de la Universidad de los Andes, Ramírez fue investigada (de forma preliminar) en el proceso de la Farcpolítica, pero la Corte Suprema de Justicia no halló méritos para avanzar en las pesquisas por sus presuntos vínculos con el grupo insurgente.
Ramírez está a días de asumir una de las carteras más complejas, donde su formación académica y profesional podrían darle insumos para abordar temas como la informalidad, el desempleo, las políticas públicas en pro de los derechos de los trabajadores y el diálogo con las centrales obreras del país.
Parte de los principales retos que le esperan
Tras el coletazo económico de la pandemia, el desempleo en Colombia sigue sin consolidar los mismos indicadores que reflejaba en febrero de 2020. Información compartida por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), revela que aún hace falta recuperar 189.000 puestos de trabajo y sacar del desempleo a otras 149.000 personas. Una brecha que se ha ido mitigando en los últimos meses, pero que no se ha logrado cerrar por completo.
Pese a las expectativas del saliente ministro del Trabajo, Ángel Custodio Cabrera, el país no logró volver a una tasa de desempleo de un dígito y parte de esto, según lo explicado por el también saliente director del DANE, Juan Daniel Oviedo, se debe a la transformación digital que alcanzó el tejido empresarial colombiano (máquinas que están haciendo el trabajo que antes hacían las personas).
Esto se traduce en un gran reto para la entrante ministra de Trabajo, pues parte del trabajo que tendrá que hacer es el de lograr que la academia encaje con las necesidades del mercado laboral, pues hay muchos profesionales que se están capacitando y graduado en áreas que no están siendo demandadas, mientras que otros, como programadores y analistas de datos, escasean.
La informalidad es otro de los grandes pendientes en el país. Pues los más recientes datos del DANE (que cambiaron la metodología de medición) muestran que en Colombia hay más informales que formales (58 %), lo que se traduce en que el grueso de la población no goza de una cobertura total en prestaciones como salud, protección ante riesgos laborales, caja de compensación familiar y cotización en un sistema de pensión, además de un número importante de trabajadores ni siquiera devenga un salario mínimo mensual.
Parte de atender la informalidad tiene que ver con una regulación para todas estas nuevas formas de trabajo, como los que laboran en plataformas como Rappi y Uber, que son entendidos por estas compañías como independientes, o autónomos, y por tanto se desentienden de una lista de responsabilidades que tendrían si fueran reconocidos como trabajadores subordinados.
También está la duda de Ramírez atenderá las observaciones y recomendaciones que emitió la Misión de Empleo en Colombia, en donde se evidenció que los problemas de raíz que tiene el mercado laboral colombiano no necesitan una, sino varias reformas que tendrían que pasar por el Congreso y que cobijen ámbitos como las pensiones, garantía de protección jurídica a los trabajadores y acceso al sistema de salud, entre otros.
Antes de dejar su despacho, el ministro Custodio dejó lista la reglamentación para el trabajo en casa y teletrabajo en el país, asunto que podría revisar y perfeccionar la entrante ministra en el corto plazo.
También hay que recordar que hará parte de la mesa de concertación de políticas salariales y laborales, en la que el próximo diciembre se debatirá el incremento que tendrá el salario mínimo en Colombia para 2023, un reto denso, teniendo en cuenta la disparada inflación que se ha registrado este año en el país.
También hay que recordar que una de las apuestas más ambiciosas de Gustavo Petro sería la de llevar el desempleo al 0 %, pues en su plan de gobierno promete brindar empleo estatal a todos los que no puedan hacerlo por medio del sector privado, así como reconocer el papel de las mujeres cuidadoras que actualmente no reciben ninguna remuneración. Entre otras promesas
El trabajo que le espera a Ramirez es arduo, pero con un gran número de posibilidades para impactar de manera positiva el mercado laboral colombiano.
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