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Se pueden tener buenas ideas. Se puede tener la mejor actitud. Se puede tener el mejor equipo. Se puede tener el mejor plan de negocios. Pero si no hay plata, no solo para comenzar un negocio, sino para mantenerlo en la línea de expansión y crecimiento, difícilmente se podrá emprender. Y eso también lo están entendiendo no solo los grandes corporativos, que cada vez abren más unidades de negocio dedicadas a la inversión en startups y, en esa misma línea, Ruta N y el Distrito de Medellín acaban de anunciar “$5.000 millones en fondo para fortalecer el capital emprendedor”.
“Con esta inversión estamos reafirmando nuestro compromiso de consolidar a Medellín como un epicentro global de ciencia, tecnología e innovación. Apostar por el Venture Capital no solo impulsa el desarrollo de startups tecnológicas, sino que también fortalece las capacidades locales de inversión y abre puertas a nuevas oportunidades que transforman nuestra economía y sociedad”, dijo Santiago Henao, director de desarrollo de negocios CTI Ruta N, en un comunicado de prensa.
Así las cosas, y de acuerdo con la información oficial, “esta inversión activa la estrategia de fomento MicroVCs (Fondos de Capital de Riesgo Pequeños) del Fondo de Fondos de Bancóldex, con recursos iniciales aportados por ambas entidades para la inversión en Fondos de Venture Capital. Este es un vehículo financiero que moviliza recursos hacia la industria de fondos de capital en Colombia y Latinoamérica, fomentando mecanismos alternativos de financiación para emprendedores y empresarios”.
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¿Qué se viene ahora? “A partir de 2025 esta inversión será gestionada por cuatro equipos colombianos quienes impulsarán entre 15 y 30 startups tecnológicas en etapas de presemilla y semilla, alineándose con sus respectivas tesis de inversión. La estrategia de inversión hace parte del programa Distrito Venture Capital -VC, liderada por Ruta N y respaldada por el Comité Universidad Empresa Estada -CUEE Antioquia, la ACI Medellín y el Distrito Medellín y genera confianza en el ecosistema local e internacional. Con esta iniciativa, se busca generar un impacto de hasta 10 veces el capital invertido, promoviendo el desarrollo económico y social de la región”, detallaron las entidades.
Justo esta misma semana ISA, la compañía con operaciones en Centroamérica, Panamá, Colombia, Brasil, Perú, Bolivia y Chile, la misma que controla 52 empresas y subsidiarias en negocios de energía eléctrica, vías y telecomunicaciones, y TIC, anunció por medio de Inndigo, su programa estratégico de inversión en innovación y emprendimiento, el plan de invertir US$ 130 millones (más de $ 566 mil millones al cambio de este 12 de diciembre) en startups con foco en energytech.
“Hemos modelado un programa para invertir en startups que cumplan con nuestra tesis de inversión y que nos ayuden a conformar un portafolio que diversifique el riesgo. A 2030, proyectamos tener entre 10 y 15 inversiones en startups en nivel de madurez Serie B en adelante, esto significa compañías que tengan un equipo debidamente conformado, que cuenten con plan de negocio, que crezcan desde la rentabilidad y con activos de propiedad intelectual protegidos, entre otros”, le dijo Jorge Andrés Carrillo, presidente de ISA a Emprendimiento y Liderazgo de El Espectador.
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Y la semana pasada se había dado a conocer el Corporate Venturing Latam 2024 y allí quedó claro que los corporativos colombianos están invirtiendo cada vez más en los negocios locales. “Nosotros estamos convencidos de que los corporativos tenemos un rol muy activo que jugar en el negocio de venture capital, porque podemos darle a las compañías más que dinero, les podemos dar una oferta de valor que es mucho más robusta. En nuestro caso, en el de Wayra, eso se ve con la generación de negocio. O sea, los vinculamos, les ponemos dinero, pero además le generamos negocio para que generen más dinero. Y traemos innovación a la corporación”, comentó a El Espectador Agustín Rotondo, director de Wayra Hispam, en una videollamada desde Argentina.
El modelo, probado en varios países, permite que quienes tienen los recursos los invierten en las pequeñas empresas con alto potencial de crecimiento y capaces de encontrar soluciones a problemas con un foco especial en un sector económico que impacte socialmente a una comunidad y se extienda a escala. Por ahí comenzaron algunas de las compañías tecnológicas del momento y ahora es Medellín el que, ya con unos kilómetros andados en materia de ciencia e innovación, ahora busca posicionarse “como inversionista ancla en Colombia”.
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