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“Empezamos con 500.000 pesos, máquinas que teníamos de la U y vendimos 1 millón y medio ese primer año. Pero administrando bien lo poco que teníamos logramos establecernos como tienda literaria y el año pasado alcanzamos ventas superiores a los 30 millones. Lo que nos voló la cabeza cuando lo vimos, pero nos dio muchísima más energía para seguir soñando con el imperio TintoNeriano de las cajitas literarias”, así lo cuentan Juliana y Paola cuando recorren los pasos de su idea de negocio, la misma que hoy les permite pensar en exportar sus productos e impactar el mercado internacional.
Las invitamos a 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos y aquí están las respuestas.
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
Juliana Monsalve Garzón, 29 años, estudiante de Diseño de Vestuario.
Paola Andrea Correa Bedoya, 29 años, estudiante de Diseño Gráfico y Fotografía.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
En principio solo pensamos en que queríamos emprender, crear un negocio propio donde pudiéramos explotar nuestra formación como diseñadoras y lo que teníamos a la mano (máquinas de coser y computadores). Por allá en 2018, empezamos muy lejos de lo literario en realidad, a pesar de que era un gusto mutuo del que hablábamos constantemente.
El segundo semestre de 2018 y el primero de 2019 fue dedicado a la pequeña marroquinería en tela y la decoración del hogar…y por supuesto, a conocer el universo de las ventas virtuales y los proveedores de materia prima. Fue un gran experimento que no funcionó cómo soñamos precisamente porque no teníamos una guía fundamental para crear y proponer.
Un día, una amiga preguntó si podíamos hacer un morral alusivo a una serie que le gustaba mucho y dijimos que listo, que lo íbamos a intentar y si salía lo agregábamos a nuestro catálogo de productos (porque hacer un morral, en general requiere otro tipo de maquinaria que no teníamos, pero nunca hay que subestimar las capacidades de una máquina familiar). Así mismo, por nuestro amor a la lectura, conocíamos todo el universo de bookstagram/booktube y veíamos con frecuencia que había un gran auge en la compra de booksleeves (fundas para libros) y cajitas literarias con suscripción con diseños y representaciones de los libros que emocionaban a los lectores del mundo. Es importante aclarar que, tanto en materia de fundas para libros como de cajitas literarias, en Colombia había muy pocas… casi ninguna, así que existía una gran posibilidad de que algo así funcionara en nuestro país, porque hay muchísima gente aquí que ama leer y aprecia las experiencias de lectura que pueden generarse con un poco de ingenio y diseño.
Así pues, el morral, después de muchos experimentos, salió hermoso y funcional y empezamos a aplicar la misma estructura de morral con diseños de logo y frases diferentes que nos permitían transformar cada uno en una serie, película o saga literaria emblemática y en tendencia en el 2019 (por aquí ya empezamos a sembrar la semillita de la personalización como parte fundamental de TintoNero). Con estos morrales, el pequeño grupo de personas que nos conocía empezó a interesarse más en lo que hacíamos y decidimos experimentar con los anheladas booksleeves… y cómo las fundas literarias usualmente venían acompañadas de libros y otras cosillas interesantes en cajas, pues nos lanzamos con toda con nuestra primera cajita literaria a principios del 2020… cuándo la pandemia atacó, pero por fortuna, pudimos sobrevivir y el producto fue tan novedoso en Colombia que tuvo muy buena acogida y fue así como finalmente, descubrimos que el amor por la lectura tenía futuro y podríamos lograr grandes cosas si nos dedicábamos completamente a ser una tienda literaria y de fandom.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Nuestras 3 primeras cajitas literarias fueron la guía para configurar el camino hacia un proceso de producción estructurado, que nos permitiera ser un modelo de negocio. Cuando nos sentamos a pensar en cuál sería el libro que necesitábamos para generar interés en nuestras cajitas, bookstagram y booktube fueron esenciales, pues la comunidad nos dio el nombre del libro que era tendencia en el mundo entero, pero que todavía no había llegado para la venta en Colombia. Rojo, Blanco y Sangre Azul de Casey Mcquiston, esa cajita la adoramos y siempre será nuestro mayor orgullo porque las vendimos todas, con reacciones maravillosas que significaron todo para nosotras y nos dieron el empujón que necesitábamos para sacar el proyecto adelante.
Así configuramos un plan estructurado para promocionar nuestras cajitas literarias para toda Colombia y concluimos que si bien podíamos manejar un catálogo de productos y cajitas, nuestro proceso de producción se iba a fundamentar en la opción de personalización y a las ventas sobre pedido, y estos dos pilares son la base de nuestro producto único porque cada cajita es muy fiel a su libro y la persona que pidió particularmente ese libro recibe al final una experiencia de lectura que pretende enriquecer con pequeños detalles, lo esencial de la historia.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Fuimos muy afortunadas al tener el apoyo de las familias, pues ellos nos prestaron un pequeño capital y con eso montamos nuestro mini taller en casa (esto también gracias a ellos porque nos facilitaron el espacio para hacerlo). Lo otro que tuvimos a favor es que de las respectivas carreras nos quedaron las herramientas técnicas para interpretar, plantear, diseñar y producir. El diseño gráfico es la base de lo que es TintoNero es visualmente y moldea cada palabra que queremos plasmar en imagen y del diseño de vestuario sale el resto del proceso productivo que desemboca en nuestros artículos literarios. De este último, sobre todo, teníamos las máquinas familiares (una plana, de esas que tienen puntadas decorativas y una fileteadora familiar) que implicaban un gasto menor para iniciar el proceso productivo y son tremendamente poderosas, porque siguen perfectas, confeccionando absolutamente todo lo que se nos ocurre para las cajitas (por eso reitero, nunca, pero nunca, subestimen las capacidades de una máquina familiar). Al día de hoy tenemos más máquinas que pudimos comprar con el tiempo para optimizar el proceso de producción, pero evidentemente fue un gran alivio contar con las herramientas de trabajo desde el principio.
Ahora, con el ánimo de formalizarnos y crecer muchísimo más, tuvimos la oportunidad de que la familia nos prestara otro capital, mucho más significativo, que estamos pagando mes a mes.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
A nivel TintoNero y Juliana y Paola, estamos logrando demostrarnos a nosotras mismas que trabajar desde nuestro amor por los libros es posible, altamente rentable y gratificante a niveles personales que por varias razones, nos llenan el alma de felicidad.
Más allá de nosotras, creemos que ha sido maravilloso poder incentivar la lectura en nuestro país a través de una experiencia nueva y desconocida para muchas personas. Para nosotras, la lectura significó desde adolescentes un mundo nuevo, que nos permitía soñar y ver posibilidades infinitas que, si bien eran ficción, surgían en la cabeza de una persona x en el mundo, que se le ocurrió pensar diferente y contarnos mil vivencias en montón de letras y papel, y ahora en digital. Poder compartir eso con otras personas, demostrándoles que leer puede ser una experiencia todavía más enriquecedora y fascinante, y, de hecho, verlos sorprenderse y apreciar cada artículo que acompaña sus lecturas en la medida en que van leyendo, nos desborda de felicidad.
Nos hemos topado con muchísimos tipos de clientes, hay de todo. Pero en su gran mayoría, cuando nos comparten sus apreciaciones, sentimos cómo estamos logrando que sus lecturas sean más memorables. Y cuando la gente se da cuenta de que existe algo llamado cajita literaria y le contamos lo que es y todo lo que podemos hacer para hacer mucho más significativa y única cada una, es evidente la sorpresa y la aceptación que hay. Hace poco empezamos a participar en ferias de emprendimiento y lo más gratificante fue eso, más que vender, darnos cuenta de que el producto es poco conocido, pero altamente apetecible por quienes se dan cuenta de lo que hacemos.
6. ¿Soy feliz?
Sí, somos muy felices, sobre todo cuando entendimos que la gente de verdad aprecia y disfruta nuestro trabajo. Por momentos como esos es que seguimos firmes y dándola toda cada día. Sabemos que las ventas son importantes y evidentemente, si esto no fuera creciendo cada día, no estaríamos aquí a estas alturas, pero cuando te saluda uno de tus clientes frecuentes y te dice: “¡Gracias mis hadas mágicas de TintoNero!” porque la cajita especial que pidió para su ser querido o como autoregalo, cumplió con todas sus expectativas, la satisfacción que sentimos vale millones de veces más que vender miles de cajitas (somos cursis, pero sinceras y felices).
Hemos reído, sufrido, llorado, discutido, divagado, nos hemos sentido perdidas y reído más de una y otra vez, pero siempre encontramos el camino para sobreponernos a las dificultades. Al final encontramos soporte la una en la otra y valoramos mucho el hecho de que TintoNero haya surgido desde ambas partes, y, a fin de cuentas, cuando trabajas desde el amor por lo que estás haciendo, estás dispuesto a trabajar todo lo duro que sea necesario para sacar tu proyecto de vida adelante.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
No, es demasiado valioso para que llegue cualquier persona a volverlo un negocio sin alma ni pasión por cada detalle. Es muy pronto para pensar siquiera venderlo, puede que con los años la perspectiva de cada una cambie con respecto a TintoNero, pero de momento, ni siquiera lo planteamos.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Complejo y da miedo, mucho. Decir que sí fue instantáneo, pero cuando ya tuvimos que empezar a buscar tantas cosas que necesitábamos, toda la cadena de proveedores y conocimiento sobre muchas áreas que había que tener para estructurar un modelo de negocio que funcionara fue abrumador. También nos preocupaba mucho la aceptación de la gente y más cuando entendimos que el producto iba a ser costoso, no solo por todo el trabajo que nos tomaba hacerlo y llegar al resultado deseado, sino también porque la parte fundamental de la cajita, que son los libros, y más si son importados, cuestan bastante.
Muchas personas no entienden todo el trabajo que hay detrás del producto hecho a mano, entonces temíamos que simplemente nos dejaran pasar, más porque estábamos en medio del caos de la pandemia que afectó a mucha gente económicamente, pero creo que lo logramos con los pocos que nos dieron la oportunidad desde el principio, de demostrarles todo el valor agregado que obtienen al comprar una cajita literaria con sello TintoNero.
Igual los miedos siguen. Cada paso que damos para seguir creciendo trae todos esos mismos miedos en versión amplificada, pero creo que es precisamente eso lo que nos obliga a hacerlo lo mejor en cada etapa. Nos impulsa a nunca parar.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
No todavía, estamos en esa primera etapa de un sueño enorme al que todavía no le hemos puesto límites, ni queremos hacerlo. Sin embargo, al menos ese pequeño pedazo de nosotras que leía y leía y esperaba que algún día le pagaran por hacerlo, se siente plenamente satisfecho en este momento. Todavía queremos llegar a más gente, queremos que cada rinconcito de Colombia conozca las cajitas literarias, que sepan que existen y que son una experiencia nueva y única de lectura, tanto para lectores expertos como para quiénes apenas están descubriendo las posibilidades infinitas que vienen con un libro, y que cuando piensen en cajitas literarias, piensen en TintoNero, en lo que hacemos y cómo lo hacemos. Y por supuesto, ser inspiración para otras personas que quieran hacer más con su amor por la lectura o en general que quieran sacar su idea de negocio adelante. Además, siempre estará ese nivel legendario que queremos alcanzar, en el cual TintoNero sea todo esto y más, pero no solo para Colombia, sino para todo el absoluto mundo.
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10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
¡Un montón de cosas! TintoNero todavía tiene mucho por ofrecer a la comunidad literaria de nuestro país y el mundo. Queremos crecer muchísimo para poder darle empleo a otras personas que amen este universo literario como nosotras y que la comunidad lectora crezca. Sabemos que los libros amplían tu mundo infinidad de veces y mucha gente se está perdiendo esta posibilidad porque les parece poco interesante solo sentarse a leer un libro. Pero para eso estamos nosotras y todas las cajitas literarias del mundo, para potenciar las experiencias de lectura, generando curiosidad por todos esos elementos adicionales que llegan con el libro, esperando que adquieran significado para el lector en la medida en que concluye la historia. Por eso, queremos formalizarnos como empresa y aprovechar los recursos que tenemos al máximo para alcanzar el próximo escalón.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Consideramos que sí, en la medida en la que hemos tenido más capacidad económica para desarrollar ideas de elementos en las cajitas, se nos han abierto las posibilidades, y el espectro de posibles artículos, crece y crece. Además, hay muchas posibilidades de trabajo, colaboraciones con editoriales y autores independientes y la tan anhelada expansión fuera de Colombia. Hay modalidades de ventas que queremos explorar y nada más al plantearlo se abren otras puertas para seguir creciendo y afortunadamente, somos muy pocas tiendas literarias en el país y hay mucho público todavía por conquistar.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
En este momento no es una opción que nos planteemos, puede que a futuro y con ánimo de crecer más lo aceptemos, aunque probablemente no de algún desconocido. Siempre nos gustaría movernos con gente que aprecie y entienda todo lo que hay detrás de una cajita literaria, no solo como un negocio para invertir y recibir ganancias vacías.
Aún estamos muy lejos de plantearnos la necesidad y posibilidad de ceder partes de la empresa. Ya veremos qué sucede con TintoNero cuando seamos un super imperio literario.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Confiarnos en que porque es tendencia y a otros les genera ganancias, a nosotras también nos va a funcionar. Nuestro sistema de producción es diferente a muchas empresas aliadas que hemos conocido en el camino y es inevitable intentar lo que a otros les funciona, sobre todo en principio. Pero al final hemos concluido que si bien son estrategias para tener en cuenta, debemos sentarnos seriamente a analizar cómo aplicarían a nuestra metodología de trabajo y objetivos.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Hay muchísima gente que emprende en nuestro país y ver que existen tantos casos exitosos, es inevitablemente llamativo, te hace querer intentarlo, pero particularmente en el caso de nuestras familias, uno de nuestros padres, trabajó con seguros toda su vida, y hace unos años decidió precisamente sacar adelante su propia agencia de seguros, esta ha funcionado muy bien a base de trabajo duro y no desistir.
Crecer viendo ese proceso tan cercano hizo que la idea de tener algo propio, una empresa que saliera de lo que eres y haces, no se viera absurda o inalcanzable, él es y seguirá siendo un modelo a seguir y ese foco de esperanza en momentos duros nos hace pensar: “si él lo logró a pesar de cualquier dificultad que tuvo en frente, nosotras también podemos sacar adelante nuestro proyecto de vida”.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Nos hemos equivocado, bastante, pero hemos aprendido de todos esos infortunios. También hemos tenido momentos de duda, sobre todo cuando hay temporadas no tan activas en ventas, pero siempre volvemos al ruedo. Sabemos que las ventas pueden ser maravillosas un día y al otro no, pero creemos tanto en la autenticidad de lo que hacemos que las esperanzas siguen intactas. Además, cada mes que pasa, vemos que esos días malos son menos. Todo ha ido creciendo de a poco y eso ha multiplicado nuestras ganas de que el mundo conozca TintoNero.
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16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
¡Sí! La comunidad literaria de Colombia. Esta ha sido un gran medio para difundir lo que hacemos. Hay mucha amabilidad y compañerismo entre nosotros, y de hecho, hemos conocido a mucha gente valiosa en el camino, quienes, de hecho, son emprendedores también y son parte de nuestro grupo de recursos TiintoNerianos.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Sí, la lectura nos acompañará por muchísimo tiempo. Puede que los libros se transformen, pero la lectura y el enriquecimiento que llega con cada una siempre estará presente. Nuestro reto seguramente será eso, acoplarnos al modelo de lectura de cada generación, pero para eso existimos como empresa que pretende perdurar y trascender en el tiempo, queremos tener la capacidad de adaptarnos a esos cambios. Siempre con el deseo de que más y más gente descubra las maravillas y todo lo que se puede aprender de un solo libro. Nos emociona, de hecho, pensar en todo lo que tendremos que explorar precisamente para responder a todos esos retos.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
Molestamos mucho todos los días con todo lo que algún día, TintoNero nos dará. Pero en realidad cada una visualiza nuestra empresa sólida, como un gran imperio, siendo reconocida en Colombia y el mundo como parte de ese grupo de empresas que llevan las experiencias de lecturas más allá y cada rincón del mundo al que podamos llegar. Sumado a eso un grupo de trabajo inmenso y confiable, una estructura de trabajo muy estable y próspera.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Nos han apoyado muchísimo, desde dejarnos empezar con el desorden de taller en casa, hasta económicamente. Tanto familiares como amigos han mostrado siempre mucho interés por lo que hacemos y ellos mismos han sido grandes clientes. Con cada producto que sacamos, buscan el momento en el que les sirva, ya sea para ellos mismos, o para regalarle a alguien y mostrar a otras personas lo que somos y hacemos.
El voz a voz ha sido muy fructífero gracias a ellos y la felicidad que sentimos cuando vemos todo ese apoyo es espectacular. Ellos nos han hecho descubrir también otras posibilidades para TintoNero y siempre están pendientes de ideas que puedan ayudarnos a crecer. El mejor ejemplo fue la amiga que al principio nos pidió ese morral. Ella no se imaginó que nos fuera a servir tanto ese reto que nos planteó y mira todo lo que desencadenó. Hay agradecimiento infinito para cada uno de ellos, siempre. Somos muy afortunadas de contar con ese apoyo incondicional.
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20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
¡Claro que sí! Como mencionamos anteriormente, hemos conocido muchas pequeñas marcas, como nosotras, que se han vuelto parte de nuestra familia TintoNero, y de hecho nos encanta promover lo que hacen desde nuestra marca. Tenemos un montón de aliados que evidentemente empezaron desde cero como nosotras y como son productos hechos en Colombia, tenerlos con nosotros le da todavía más valor agregado a cada cajita literaria. Creemos en que el trabajo conjunto termina dando frutos para todos. Creo que entre todos podemos impulsar el universo literario a cada rincón de Colombia.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Somos esencialmente nosotras dos. Cómo lo mencionamos al principio, TintoNero existe gracias a la formación como diseñadora de cada una y así logramos complementarnos. En el camino hemos tenido ayuda de diferentes personas que han estado dispuestas a darnos una mano, en momentos en que empezamos a ver el crecimiento de la carga de trabajo. Hay amigos que preguntan qué hay que hacer para ayudar, y nos han salvado del caos productivo, y otros que son muy amables y nos ayudan con las entregas de los pedidos en la ciudad. Uno de ellos fue, durante un año, gran parte del equipo porque estaba desempleado y nos dio su tiempo a pesar de que no podíamos pagarle un sueldo fijo en ese momento. No le importó y nos ayudó con infinidad de cosas en el tiempo que nos pudo ayudar, hacía vueltas, llevaba domicilios, fue parte del crecimiento de TintoNero, confiando en nuestro modelo de negocio y se lo agradecemos infinitamente.
Y por todas esas ayudas es que queremos conformar un gran equipo de trabajo para TintoNero, estamos en ese proceso de encontrar las personas adecuadas para apoyarnos con todo lo que viene para TintoNero.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Como TintoNero, lo que más nos diferencia de cualquier otra tienda literaria, es la capacidad de personalización. No solo porque es evidente que la gente puede elegir el libro que más le guste, sino también porque con nuestra formación como diseñadoras se nos facilita encontrar esos detalles importantes y plasmarlos en el producto final. Tenemos muchas habilidades que se complementan entre las dos carreras que hicimos y consideramos que el estilo, el conjunto y experiencia final que recibe el usuario es muy único, nuestro y difícil de copiar.
El modelo de negocio, tal vez, pero no es algo que cualquiera pueda sacar satisfactoriamente adelante, hay muchos factores que se deben tener en cuenta para llevarlo a cabo. Hemos visto cómo muchas personas quieren sacar su propia marca de cajitas literarias y nosotras al final siempre concluimos que lo que estamos entregando, sigue siendo diferente por la forma en la que estructuramos el proceso de creación y producción de TintoNero. Además, no nos cerramos en bloque a personalizar, sino que igual manejamos líneas de productos ya diseñados que a las personas que tal vez no están buscando algo tan elaborado, les atrae mucho. Logramos encontrar el balance entre lo que queríamos hacer, con un proceso productivo viable.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
Millones de cosas. Emprender es una aventura eterna, de esas con mil conflictos en el medio como en la travesía de todos los personajes del Señor de los Anillos, especialmente del pobre Frodo. Pero en la medida en que sigues caminando, vas encontrando las respuestas que necesitas. Enfrentarnos solas al mundo laboral fue complicado y los momentos de incertidumbre, cuando los planes no salen cómo los proyectas, son dolorosos.
También que hay que trabajar arduamente porque al principio solo nosotras creemos y confiamos en lo que estamos haciendo, estamos dispuestas a dar el 100000000% para alcanzar las metas que nos vamos poniendo. Que el trabajo en equipo puede ser equilibrado y fluido, que por más usada que esté la expresión, puedes sin duda lograr lo que te propones, que esas vocecitas del pasado que decían que era una absurda ilusión, porque un trabajo de verdad está en una empresa gigante que te pague un sueldo fijo y sino, pues no vas a lograr nada en la vida, se pueden callar para siempre, que preferir leer un libro en vez de salir a “vivir la vida” también puede traernos oportunidades grandiosas de ver de diferentes maneras nuestra realidad y construir el futuro que queremos.
Hay muchísimas reflexiones que salen de TintoNero y nos han ayudado a moldearnos como seres humanos y por supuesto, como emprendedoras. Todos los días aprendemos y entendemos un poco más cómo funciona toda esta industria en la que nos metimos, pero entendemos que es parte del proceso y la verdad, nos emociona e invita a seguir explorando. Hay gente que dirá que somos muy soñadoras, pero es tan fuerte el amor que le tenemos a TintoNero y todo lo que sale de ahí, que sabemos que valdrá siempre la pena y no queremos parar. De los libros lo aprendimos mucho y para ellos seguiremos siempre firmes en nuestro proyecto.
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