La historia detrás del semen de toro importado que mejoró la producción de carne

Se hacen cruces con vacas colombianas y logran terneros que se desarrollan más rápido, con menos grasa, obteniendo mejores ganancias para los agricultores, dice el emprendedor.

Edwin Bohórquez Aya
20 de enero de 2023 - 03:01 p. m.
Israel Mokadi es el CEO de Blanc Bleu Adama.
Israel Mokadi es el CEO de Blanc Bleu Adama.
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¿Cómo fue que usted emprendió? “Importamos semen congelado de Bélgica, de toros muy musculosos de la raza blanco azul, e inseminamos vacas brahman colombianas (así mantenemos la inmunidad a enfermedades de la madre y no cambiamos el patrimonio local). Este tipo de cruces producen terneros que se desarrollarán más rápido y con más músculo: esto significa que reducimos el tiempo en que las vacas emitirán gases de efecto invernadero (conciencia ambiental) y que los animales tendrán más carne y menos grasa (salud). Esos dos elementos juntos significan más ganancias para los agricultores y, por lo tanto, más ganas de continuar y de volver al campo (seguridad alimentaria)”, cuenta Israel Mokadi, CEO de Blanc Bleu Adama.

¿Cómo están sus números? “Por el momento somos alrededor de 10 empleados. Estamos en la fase de desarrollo, donde tratamos de inseminar un máximo de animales, y ya el banco de semen está hecho en Medellín con 45,000 pajillas de toros blanco azul belga. Invertimos más de US$15 millones para empezar a operar en el país”. Por eso, tras leer esta respuesta, le enviamos nuestras 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos, y aquí cuenta la historia de cómo comenzó todo esto del semen importado.

1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?

Tengo 51 años y estudié ciencias económicas en Bélgica.

2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?

La idea empezó en 2016 cuando tuve la oportunidad de conocer al profesor Pascal Leroy, de la Universidad de Lieja, en Bélgica, y después de que me explicara todos los cruces que estaba haciendo con la universidad, me dije a mí mismo que ahí estaba el futuro: volver a lo básico, pero con conocimiento y tecnología reales. Las personas están afanadas haciendo teléfonos y tabletas, y la agricultura se está pasando por alto… ¿Qué comeremos en el futuro? ¿Teléfonos y tabletas?

3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?

En 2017 vine a Colombia con el profesor Leroy para reunirme con el viceministro de agricultura, ofreciéndome para hacer el proyecto con el apoyo del gobierno. A todos los que conocimos les gustó el proyecto, pero no recibimos ninguna ayuda económica. Así que decidí continuar con el proyecto, pero con una mezcla público-privada. Público porque tanto la Universidad Nacional de Colombia como la de Lieja en Bélgica están involucradas, y privado porque entendí rápidamente que se necesitarían fondos privados para iniciar rápidamente el proyecto.

4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?

Fui a hablar con diferentes inversionistas privados de Bélgica, Israel y Colombia, y algunos de ellos entendieron muy rápidamente el fondo y creyeron en esto. Hoy tenemos socios muy fuertes en la empresa y los medios para continuar nuestro desarrollo.

5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?

Poder centrarme en lo básico de la humanidad: la alimentación. Pero haciéndolo de una manera consciente con el medio ambiente, teniendo en cuenta el factor de la salud y dándole la oportunidad al agricultor de construir una vida digna con ello, obteniendo mayores ingresos. “Traer a la gente de vuelta a las tierras de cultivo”: esto me lo dijo el viceministro de agricultura de Colombia en 2017. Me dijo que con mi proyecto podríamos hacer que los agricultores que abandonaron sus fincas para irse a la ciudad regresaran a trabajar su tierra y finalmente obtuvieran ganancias.

6. ¿Soy feliz?

¡No te imaginas cuánto! Como empresario, por supuesto, necesito poder mostrar buenos resultados en Excel, pero hay una gran satisfacción al tratar con factores como el ambiental, el clima, la salud. Estos suelen ser temas de pérdida de dinero, pero aquí la mezcla de todo me permite ser económicamente sólido para continuar de manera autosuficiente.

7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?

¡No! Nunca vendería. Alcanzar buenos resultados financieros a fin de año tiene sus propias satisfacciones (y obligaciones). ¡Pero sentir por primera vez en mi vida que estoy haciendo algo bueno en tantas dimensiones, no tiene precio!

8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?

Fue difícil. Muy difícil. Los últimos años la agricultura no fue un campo muy interesante para los inversionistas: todos buscaban principalmente alta tecnología. Y Centroamérica no es (todavía) EE. UU. o Europa en cuanto a estabilidad (monetaria o política), pero vamos por buen camino, espero.

9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?

¡Todavía no! El día en que el cruce de blanco azul en Colombia se convierta en la referencia para las vacas de carne F1, entonces tal vez pensaré que lo logré.

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10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?

Poder ver a productores de toda Colombia utilizando este cruce y en los próximos años ver al país vendiendo la carne en el mercado interno y exportando esta carne de calidad que será considerada como una de las mejores, más sanas y ecológicas del mundo, y así ver a Colombia como un referente mundial de la carne.

11. ¿Mi emprendimiento es escalable?

¡Absolutamente! Sobre todo para Colombia, que es un mercado tan descentralizado, compuesto por cientos de miles de fincas, algunas de ellas solo con unas pocas vacas, otras con un promedio de 25 animales y solo unas pocas grandes (en comparación con Brasil o Indonesia, por ejemplo, en donde la mayor parte del ganado se concentra en mega haciendas). De esta manera, incluso la granja más pequeña puede seguir nuestro camino siempre que les transmitamos el conocimiento. Colombia sabe inseminar y aquí tenemos buenos resultados. El buen funcionamiento de lo que estamos haciendo aquí ya se ha demostrado en todo el mundo, pero creemos que Colombia dará los mejores resultados.

12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?

¡Absolutamente no! Como lo dije anteriormente, la belleza de este proyecto está en la armonía entre dinero/productividad y medio ambiente/salud. Así que no me arriesgaré a que alguien pueda perjudicar eso.

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13. ¿Qué no volvería a hacer?

Escuchar demasiado a los asesores externos. En francés decimos “les conseilleurs sont pas les payeurs”: quienes dan consejos no son los que pagan la cuenta. Todo el mundo tiene su propia agenda. Cree en ti mismo.

14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?

Realmente no tengo a nadie para mencionar aquí. Creo mucho en la generación joven, recién egresada de la universidad. Me inspiran, tienen ideas frescas, todavía piensan en cómo mejorarlo todo. Me gusta mezclar a la gente muy experimentada con los más jóvenes para escuchar a los “mayores” y luego ir a tomar un café con los jóvenes y preguntarles qué piensan, qué cambiarían (ya que no siempre se atreven a decirlo delante de los mayores).

15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?

¡Por supuesto! Muchas veces. En cada caída, cada problema, si tienes fuerzas para levantarte, dejar el ego a un lado, aprender de lo sucedido, serás más fuerte. Es como cuando era joven: me caía de la bicicleta, las rodillas llenas de sangre, y mi padre me decía: súbete inmediatamente a la bicicleta y continúa. ¿Y mi rodilla? No es importante, la limpiarás esta noche.

16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?

No tengo una manera de pensar centrada en un sector de la comunidad. Creo en todos los que están motivados y estudian mucho. Estoy abierto a escucharlos a todos.

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17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?

¡Realmente espero que así sea! Sé productivo y respeta lo que te da la naturaleza, y ayuda a la naturaleza dando lo mejor.

18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?

Espero que dentro de 10 años, a través del Blanc Bleu, la carne colombiana de ganado alimentado con pasto y cultivada en un ambiente sostenible sea reconocida internacionalmente como la carne de mejor calidad. ¡Y en 10 años me gustaría poder decirles gracias a todos los que creyeron en mí!

19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?

Siempre muy importante, sobre todo la familia. ¡Son quienes escuchan día tras día mis historias sobre vacas! A ellos les mando todas las semanas fotos de vacas: mamás vacas, bebés vacas... Son quienes sufren la ausencia. Así que, por supuesto, a la larga es imposible sin su apoyo.

20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?

¡Por supuesto! ¡Podemos replicar esto con las cientos de miles de fincas de Colombia! ¡No importa si tienen 2 vacas o 200!

21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?

Tengo mis dos socios principales: Juan Arango y Samuel Obrasky. Somos un equipo muy complementario y sin ellos no estaría aquí.

22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?

No tengo ideas preconcebidas. Estoy abierto a escuchar a todos y creo en la generación más joven.

23. ¿Qué he aprendido de todo esto?

Como siempre, si tú no crees en tus ideas y proyectos, nadie más lo hará. ¡Hagas lo que hagas, hazlo con amor y pasión!

Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻‍💻 🤓📚

Edwin Bohórquez Aya

Por Edwin Bohórquez Aya

Comunicador social-periodista. MBA Inalde Business School. Premio Iberoamericano de Periodismo Económico IE Business School, Madrid (España). Premio a Mejor trabajo periodístico de Analdex, categoría prensa@EdwinBohorquezAebohorquez@elespectador.com

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