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Una startup colombiana que crece fabricando inteligencia artificial

Ya facturan US$ 4 millones y trabajan, además, en “reconocimiento de imágenes, machine learning y biometría”, dice su fundador.

Edwin Bohorquez Aya
28 de abril de 2023 - 03:00 p. m.
Inteligencia Artificial de Cari AI.
Inteligencia Artificial de Cari AI.
Foto: Inteligencia Artificial de Cari AI.

En un chat nos escribieron este mensaje: “La empresa colombiana Cari Ai la está rompiendo con su chatbot con inteligencia artificial en el mundo y ganó el premio a “Mejor estrategia de transformación digital CX - Mejor uso de la tecnología” durante el CX Forum Experience en México, evento en el que participaron más de 17 países de la región”. Indagamos un poco más y nos contaron que la compañía trabaja en la construcción, comercialización y prestación de servicios basados en tecnologías innovadoras como inteligencia artificial, reconocimiento de imágenes, machine learning y biometría”.

Y cuando indagamos por cifras, nos respondieron que ya “cuenta con cerca de 100 empleados” y “en 2022 facturó cerca de US$4 millones y espera una proyección de crecimiento de US$1.000 millones antes de 10 años”. ¿Cuál es su historia? Aquí la cuenta Henry Fernández, la cabeza de esta startup, en nuestra sección de 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos:

1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?

Vale, mira, yo tengo 51 años. Soy ingeniero electrónico de la de la Universidad del Cauca y nací en Popayán.

2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?

Yo básicamente he sido emprendedor desde el inició de mi carrera. Obviamente, terminé mis estudios, empecé a trabajar. Afortunadamente pude entrar a una compañía de innovación que ya no existe, ITEC, digamos que era el antiguo Telecom; tal vez para mucha gente ni idea de que eso existió. Allí yo trabajé en un área de investigación y desarrollo, y ahí conocí como generar innovación a partir de la tecnología.

Luego creé un emprendimiento con unos amigos y socios y lo vendimos en 2006, aun así, yo me quedé trabajando con esta compañía un tiempo y luego en el 2014 cuando volví a emprender. En ese momento renuncié y empecé a vivir de mis tarjetas de crédito, claro, también tenía un grupo de socios que me estaban ayudando construyendo tecnología, luego fueron llegando otros que se unieron paulatinamente.

Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.

La idea nuestra siempre fue crear tecnología que funcionara en la nube y que la cobráramos por servicios, es decir, como una sas -software and services-, esa era nuestra idea, nos preguntábamos, cómo encontramos oportunidades y solucionamos problemas reales y problemas que ojalá, tuvieran muchas empresas. Y con esa idea fuimos construyendo nuestros productos, con esa visión y hoy en día, pues, tenemos una empresa bastante fortalecida, con esa misma iniciativa de crear tecnología para compañías.

En Cari AI siempre visualizamos que nuestro cliente natural no era el usuario final. Obviamente hay un usuario final siempre en todo, pero nuestros clientes son empresas. Por eso somos una solución B2B2C, es decir, nosotros, somos un negocio que le vendemos a otro negocio, ellos son nuestros clientes, pero siempre teniendo presente que hay un usuario final, un cliente que es el que al final usa nuestras soluciones, y hay que entender muy bien esos tres elementos para prestar un buen servicio.

3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?

Emprender es bien difícil. Cualquier persona que haya emprendido sabe lo difícil que es. Yo creo que tú cuando emprendes, tienes que entender eso, entender que es muy difícil emprender y que el objetivo no puede ser el dinero, sí, es decir, el dinero debe ser una consecuencia. Pero si tú emprendes buscando tener dinero y dinero rápido, te vas a estrellar muy rápido, tienes que tener otras filosofías. En nuestro caso fue la capacidad de generar innovación. Mis socios y yo somos personas que disfrutamos el proceso innovador, que nos gozamos el proceso de crear. Uno de mis socios decía: Mira, nosotros somos artistas, lo que pasa es que el universo o la genética no nos dotó con capacidad ni para pintar, ni para cantar, pero sí nos dotó con la capacidad de generar ideas y generar tecnología, y eso es lo que disfrutamos y obviamente cuando tú emprendes, tú tienes cierto nivel de libertad para escoger dónde haces tus creaciones y eso, obviamente, hay que llevarlo a la práctica.

Entonces ¿cómo se hace? Pues hay que encontrar un problema real y hay que construir una solución real y, a partir de eso, rápidamente, conseguir clientes. Clientes que te vayan permitiendo financiar un poco el seguir construyendo y seguir creciendo, pero apalancado con ingresos, porque al final tienes que pagar facturas, crecimiento, y en una fase temprana del emprendimiento, mira, 3 millones mensuales son la diferencia entre que tú cierres a los dos meses o que tú duras seis meses más. Estos recursos te permiten subsistir y vas creciendo, vas creciendo y si tu producto lo vas mejorando, vas creciendo en clientes y estos tres te van apalancando ese crecimiento. Esa ha sido nuestra forma de hacerlo, de una forma orgánica, digamos en el medio también hay otras maneras de hacerlo con inversionistas, etcétera.

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Nosotros escogimos más el camino de hacerlo de forma orgánica. Decidimos ir financiando y creciendo en la medida en que crecíamos en clientes, cada ingreso nos permitía ir fortaleciendo el equipo y mejorando el producto y ese ha sido el esquema.

Hay que ser muy enfocado, tener muy claro para dónde vas, en esto que hacemos no sirven los segundos lugares, no sirve el tercer lugar, no es como los olímpicos que traes la medalla de plata y con eso es un muy buen premio. Acá no, si tú no te ganas la oportunidad, no sirve de nada el esfuerzo; entonces, si tú tienes cuatro opciones, encuentra cuál es la más probable y con todo. Aquí lo que sirve es el primer lugar.

4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo lo pagué?

En mi caso yo salí a iniciar el emprendimiento, pero yo tenía unos socios atrás que no aportaban inicialmente dinero sino trabajo. Yo conseguí una oportunidad y ellos trabajaban en las noches generando tecnología y demás; inicialmente yo tenía muchos roles, pues, digamos que eso es normal en el emprendimiento, tú puedes ser el que vende, el que instala, el que consigue financiación.

El inicio fue un poco kamikaze porque yo vivía un poco de créditos, pagaba con una tarjeta de crédito y compraba cartera con otra. Pero yo entendía que eso no era sostenible, o sea, si tú no empiezas a crecer y encontrar clientes que empiecen a disminuir esta brecha, tu emprendimiento no dura. Yo sabía que teníamos muy buen equipo, muy buenas ideas y digamos que yo ya había sido emprendedor previo, entonces como que uno ya se tiene cierta fe, cierta confianza en que las cosas se logran. También buscamos alianzas, alianzas que nos permitieron llegar más rápido al mercado y fue eso, fui jugando con estas alianzas, conseguíamos clientes, mejorábamos el producto, los ingresos y todo esto nos fue permitiendo el crecimiento, o sea, es posible ir creciendo sin endeudarse.

Yo a veces miro las cifras del primer año y miro las de hoy y digo, ¡increíble! ¿no? inicialmente mira, con 5 millones mensuales operábamos, luego ya necesitábamos 10. Al inicio estábamos en esos niveles vendiendo muy poco, pero pues hemos logrado crecer y crecer hasta tener pues ya ingresos bastante importantes. El año pasado con nuestros aliados facturamos cerca 4 millones de dólares.

5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?

Al inicio queríamos una empresa en la que pudiéramos tomar decisiones, nosotros éramos agiles, nos gustaba hacer creaciones tecnológicas y eso nos generaba muchísima satisfacción. Pero, en la medida que las empresas van creciendo, uno se da cuenta que uno se debe a sus clientes y se debe a sus colaboradores y al talento que tenemos en Cari AI.

Actualmente somos cerca de 100 personas trabajando, y son 100 familias, de allí que actualmente nuestro foco sea aportar a mejorar la vida de nuestros clientes y de nuestro talento interno. Cada vez somos más conscientes y buscamos darles muchos más beneficios, más allá de lo que te pide la ley; la satisfacción de trabajar con nosotros es muy alta, estamos en 9.8 sobre 10; entonces las prioridades van cambiando en la medida en que uno va logrando ciertos hitos en la compañía, y hoy en día lo que buscamos es generar en nuestros colaboradores mucho más crecimiento personal y en nuestros clientes experiencias cada vez más ‘wow’.

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6. ¿Soy feliz?

Nosotros somos una compañía guiada por valores, tenemos cinco valores y uno de esos es que acá debemos ser felices con lo que hacemos, eso es un valor que tiene la empresa y es un valor que no se toma a la ligera, de hecho, nosotros lo medimos y se hacen planes de trabajo guiados por un coach, etcétera.

Estos planes y este acompañamiento nos han ayudado a entender que uno para ser feliz necesita balancear cinco pilares, tu salud, tu familia, el trabajo, la espiritualidad y tus finanzas. Entonces, si tienes esos cinco balanceados muy seguramente tú estás cerca de ser feliz, ¿eres feliz todos los días? No, o sea, es humano estar triste o deprimido y pasa, yo digo, para eso es la disciplina, la disciplina es lo que te hace levantarte a operar, trabajar, darle duro y tú la felicidad la vas recuperando, pero hay que balancear esos 5 temas y eso no lo podemos olvidar.

7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?

Mira, obviamente, nosotros somos gente de negocio y decir de plano ¡no! creo que sería mentira, pero no es uno de nuestros objetivos, es decir, nosotros nos debemos a nuestros clientes y a nuestros colaboradores; en cualquier ecuación que llegara a aparecer una oportunidad, esas dos cosas tendrían que ser parte fuerte. ¿Qué nos interesaría? Un aliado que nos ayude a globalizarnos más rápido. Nosotros estamos creciendo a nivel internacional, pero podríamos ir a un paso más rápido, tenemos la tecnología, tenemos el ‘know how’ para ser más rápidos, un aliado podría servirnos, pero tendría que ser un aliado que se alineará con nuestros valores. Vender e irnos a jugar golf, por decir algo, eso no está en nuestros planes.

8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?

Decir que es fácil sería una mentira. Es muy difícil. Hay momentos en que uno quiere tirar la toalla y hay momentos en que uno tiene ni para ir a un cine, o sea, hasta eso. Por eso debes tener algo que te inspire, que te motive a ir más allá.

Hay que tener eso presente, recordarlo y disfrutarlo. Tienes que disfrutar tu día a día, eso es lo que hace que, a pesar de lo difícil que sea, a pesar de las muchas horas que trabajas al día y de los sacrificios de los fines de semana y demás, tú sigas adelante.

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Y ese goce, ese disfrute se convierte en pasión y te impulsan a ti y a tus socios a ir hacia adelante remado juntos, eso hace que se logre.

Definitivamente es muy difícil, habrá muchos escenarios de personas que no les ha costado tanto, pero yo conozco muchos emprendedores y creo que si algo tenemos en común es que para nosotros ha sido muy difícil.

9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?

Yo creo que lo logro todos los días. Yo te decía que el sueño no es algo que puede ser muy por allá, yo creo que tiene que ser algo muy día a día y eso lo hemos logrado y lo sigo logrando. Por ejemplo, cuando logramos ciertos hitos en la compañía se genera felicidad, cuando logramos ciertos clientes logramos felicidad. Acabamos de ganarnos un premio en México y eso te genera felicidad, pero definitivamente uno siempre se pone nuevas metas.

Queremos ser una compañía global, digamos, que logre llevar nuestra tecnología hacia muchos países del mundo. Aún estamos en ese proceso y creemos que lo vamos a lograr, tenemos la fe de que estamos en ese camino.

Yo creo que todos los días logramos sueños. Nosotros tenemos una reunión gerencial donde iniciamos con buenas noticias y todos los días en esa reunión siempre hay muchas buenas noticias, entonces uno dice ‘ok’, esos son sueños logrados.

10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?

Queremos seguir creciendo para brindar más oportunidades para nuestros colaboradores y más experiencias ‘wow’ para nuestros clientes.

11. ¿Mi emprendimiento es escalable?

Totalmente, sí, eso es una muy buena pregunta porque no todo emprendimiento es escalable, y para que sea escalable es tan sencillo como responder la siguiente pregunta: ¿Tu solución es un problema que resuelve algo local o es una solución a un problema que muchas compañías o muchos clientes potenciales del mundo tienen? En nuestro caso sí, es decir, nosotros nos dedicamos a temas de atención al cliente y en este campo la productividad en este sentido es un problema genérico del mundo, de hecho, son problemas que desde que existe un cliente se vienen solucionando, o sea, lleva tal vez cientos de años, y las tecnologías y las compañías han evolucionado muchísimo en solucionar ese problema. Nosotros somos una solución SAS y una solución que no requiere instalar aplicativos en cada cliente, entonces todo puede ser centralizado, gestionado desde una localidad hacia el mundo. Entonces totalmente sí, somos una compañía escalable, una solución escalable.

12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?

De un desconocido no. O sea, de un aliado, de alguien con quién tenemos valores similares, sí. Porque eso al final sería como un matrimonio; entonces, si eso llegara a pasar, sería alguien que tuviera mucha afinidad, que ambos vayamos para el mismo lugar, que juntos agregamos valor, no que nos restamos valor.

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13. ¿Qué no volvería a hacer?

Yo creo que es difícil responder porque uno, al final, hasta cuando se equivoca aprende muchísimo, y la más de las veces un resultado posterior es producto del conocimiento adquirido. Y uno dice: que bueno que me equivoqué allá. Decir lo que no volvería hacer es difícil.

Sin embargo, en el mundo del emprendimiento hay una frase de Uri Levine, el cofundador de Waze, que a mí me gusta mucho: “Hay que enamorarse del problema, no de la solución”, y suena raro ¿no? Pero cuando uno lo entiende un poco, tiene mucho sentido, porque entonces te da el foco y uno se ocupa de entender el problema. Hay que entender qué problema es el que uno resuelve. En nuestro caso es cómo mejorar la atención al cliente, cómo generar experiencias ‘wow’, la solución es una tecnología, o es una herramienta, a veces uno construye una herramienta y cree que esa es su empresa y no, la empresa es lo que es capaz de resolver, los problemas que soluciona. Las soluciones por su parte cambian con el tiempo.

Entendiendo esto, hay que ser más creativos y pelear contra el ¡Yo siempre lo hago así! Yo creo que, por el contrario, lo que uno tiene es que tratar de reinventarse constantemente, a veces cuesta un poco y eso, tal vez, es lo que nos hace a algunos más lentos o más rápidos, marca la diferencia.

14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?

Yo soy una persona que le encanta la tecnología y siempre me he inspirado en grandes emprendedores, claro, todos tienen sus peros; sin embargo, Steve Jobs, por ejemplo, es alguien de quien incluso me leí su biografía y me encantaba de él su visión del mundo, es decir, él de alguna manera decía: vamos a cambiar el mundo y lo ha logrado en sus innovaciones.

Me encanta Elon Musk que quiere llegar a Marte. Cuando uno analiza la vida de las personas que son excepcionales como el creador de Amazon o Bill Gates, etc., a veces uno se imagina que ellos nacieron así, o que ellos siempre fueron millonarios, multimillonarios o que tuvieron siempre las grandes compañías y la verdad es que no, en algún momento estas compañías fueron muy pequeñas, en algún momento fue la idea de alguien, en algún momento fue en un garaje y si uno analiza cada uno de esos escenarios, cada uno tuvo un camino, y eso inspira porque uno dice: oiga, se puede lograr, o sea, no es porque un día lo heredé de una gran fortuna o apareció. No. Es tener una visión y trabajar muy fuerte. Cada uno de ellos tiene muchas cosas que inspirar, entonces a mí me inspiran muchas cosas.

15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?

Fracasar, sí, tuvimos cosas que de alguna manera no nos salieron bien. Pero yo te diría que no tuve la sensación de tirar la toalla. Yo siempre he sido muy optimista y he tenido la capacidad de decir ‘ok’, bueno, no salió como esperábamos, pero tenemos que seguir.

Yo creo que la vida misma organiza sus cosas, no existen las casualidades. Nos pasaron negocios que se perdieron y que luego a las dos semanas o al mes nos salieron unos negocios más grandes y uno decía: oiga, si no hubiésemos perdido el otro, éste no lo hubiéramos visto; entonces hay que entender que así funcionan las cosas, hay que fluir y hay que aprender a fluir.

16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?

Tengo amigos con los que nos reunirnos, emprendedores también, con los que hablamos y nos tomamos cafés. Hablamos de la junta directiva en broma y nos compartíamos muchos temas. También tenemos consejeros, ‘advisers’ de personas muy gurús que han tenido muchas experiencias en algún emprendimiento y que nos realimentamos de ellos. Definitivamente sí hay que tener ayudas externas, comentarles casos del día: oye ¿Harías esto? ¿Recibirías esta inversión? ¿Buscarías la inversión? ¿La esperarías? Escuchar a personas que inclusive han vivido problemáticas similares a uno o inclusive que van más adelante, entonces sí hay que contar con ellos.

17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?

Mira que sí y ese es nuestro objetivo. De hecho, en la compañía estamos buscamos crecer liderazgos. Yo les digo, mientras que nosotros sigamos innovando seguiremos siendo relevantes. Estamos buscando que cada vez la capacidad de innovación sea más sistemática en la compañía, digamos que eso al inicio es muy de héroes, de personas que ponen mucho su ADN, pero hay que ver cómo eso se impregna y se convierte en algo sostenible en el tiempo, pues las personas vamos trascendiendo y simplemente en unos años vamos a dejar de estar acá. Entonces, sí, estamos en eso y creemos que la compañía debe mantenerse en el tiempo.

18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?

Nosotros somos una compañía que en 10 años esperamos estar facturando 1.000 millones de dólares al año, obviamente eso es un montón de dinero, es una meta muy muy muy dura, pero estamos caminando hacia allá.

En 2022 facturamos US$4 millones y lo que estamos buscando es doblar la cifra cada año. Trabajamos para ser globales y cada vez contamos con mayor capacidad de información, esa es nuestra meta.

19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?

Mira mi familia ha sido un apoyo incondicional. Mi mamá, por ejemplo, siempre fue emprendedora, obviamente en sus nichos, y ella me enseñó a eso, la capacidad de trabajo, la capacidad de seguir adelante, ella se quebró varias veces y yo veía que volvía a surgir; o sea, cuando la gente me decía ¿oiga, usted por qué se lanza al ruedo si tiene un excelente trabajo? ¿Por qué se golpea? Y yo decía: “Uno del suelo no pasa”, entonces eso me lo enseñó ella. Mi esposa cuando le dije: “Quiero emprender”, me dijo “¡Nooo, hazle!, hay riesgos, pero acá tienes mi apoyo emocional”, financiero si era necesario. Y mi familia, mi hermana etc., mis amigos, que también son mis socios, y obviamente, en el día a día, más que apoyo, era trabajo real.

20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?

Claro que sí, y digamos primero que, obviamente, uno trata de asesorarlos, decirles cómo hacer las cosas; y segundo, no cortándole las alas a nadie. A veces pasa que te cuentan ideas y a ti te parecen un poco descabelladas, pero, ¿Cuántas cosas descabelladas hacemos día a día? Entonces yo digo: si hay alguien que está apasionado, no le corten las alas y ayúdenle a que esa pasión se logre. Actualmente yo ayudo y estoy dispuesto a ayudar si alguien está en ese proceso.

21. ¿Qué papel jugó mi equipo y quién es?

Yo tengo 6 socios, todos son ingenieros, desarrolladores de software: Ronald, Diana, Leonardo, Edison, Carlos, Harold y con ellos nos hicimos amigos hace muchísimos años y nos fuimos conociendo en el camino, trabajando nos dimos cuenta de que teníamos en común eso, el amor por la tecnología, por la innovación. Nos fuimos organizando y pudimos crear esta empresa, mucho con nuestro talento.

22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?

Difícil saber, pero yo creo que yo soy alguien capaz de hablar como dos idiomas, es decir, por un lado, soy capaz de hablar el idioma de la necesidad, de ver el potencial de un negocio; pero también soy alguien que vive en el mundo técnico y que es capaz de hablar desde allí, con personas que son de este mundo, para comunicarles cómo podemos aprovechar las oportunidades. Muchas personas con grandes capacidades técnicas les cuesta ver ese camino y entablar ese diálogo a partir de la necesidad de las personas o de las empresas. Yo diría que eso puede ser un sello, pero también diría que a mí me encanta construir equipos de trabajo, no desde la imposición, sino más bien despertar desde el liderazgo, entonces no sé si eso puede ser un sello, pero es lo que creo que hago y que he hecho en este emprendimiento.

23. ¿Qué he aprendido de todo esto?

Yo creo que demasiadas cosas ya que todos los días se aprende. A veces las personas se preguntan: ¿Será posible construir una compañía? Y yo miro los números del primer año y los que tenemos hoy en día y digo: ¡increíble! Hoy en día estamos rodeados de 100 personas, gente supremamente capacitada y formada y yo creo que el principal aprendizaje es eso. Es creerse que eso es posible. También algo que hemos aprendido es a ponernos retos fuertes, retos duros y lograrlos. Como te digo, muchas veces es quitarse esos límites mentales, a veces tú dices sería posible hacer esto, sería posible ir a otro país, sería posible… o sea, cosas que en algún momento no, pero sí se puede. Entonces creo yo que uno mismo debe quitarse los limites mentales y yo creo que ese es uno de los aprendizajes más grandes que hemos tenido.

Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻‍💻 🤓📚

Edwin Bohorquez Aya

Por Edwin Bohorquez Aya

Comunicador social-periodista. MBA Inalde Business School. Premio Iberoamericano de Periodismo Económico IE Business School, Madrid (España). Premio a Mejor trabajo periodístico de Analdex, categoría prensa@EdwinBohorquezAebohorquez@elespectador.com

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