Crean entornos de educación inclusiva para personas en condición de discapacidad
“El propósito con nuestra plataforma de comunicación y aprendizaje es buscar que todos los alumnos puedan potenciar sus capacidades o habilidades con el fin de tener una participación activa en un aula de clase gracias a la tecnología”, dice su emprendedora.
Tatiana Gómez Fuentes
“En VBraille nos dedicamos apasionadamente a construir un mundo más inclusivo. Nuestra misión va más allá de la formación: capacitamos a profesores, apoyamos a familias y colaboramos con empresas para fomentar entornos inclusivos. También cultivamos una comunidad donde se comparten experiencias, para crear un mundo más equitativo. Somos más que educadores; somos impulsores de la inclusión, trabajando juntos para forjar un futuro donde las personas en situación de discapacidad pueda vivir en un mundo justo en igualdad de oportunidades”, así lo cuenta Jennifer Rodríguez, la emprendedora detrás de esta idea de educación inclusiva. Hablamos con ella en 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos y aquí está su historia.
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
36 años, Ingeniería Biomédica y una maestría en Discapacidad e Inclusión Social.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
La idea surgió mientras trabajaba como investigadora y desarrolladora de tecnología para discapacidad en la Universidad EIA. Durante mi tiempo allí, desarrollé la segunda y tercera iteración de un teclado braille innovador. Este dispositivo facilita la comunicación para aquellos interesados en aprender braille o quienes sepan usarlo, al traducirlo directamente a texto. Mi trabajo en este proyecto me permitió el reconocimiento como una de las innovadoras menores de 35 años del MIT en su edición Latinoamérica del año 2017. Desde entonces, empecé a establecer conexiones significativas en el ecosistema del emprendimiento.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Desde el año 2018 empecé a realizar pruebas con los usuarios del teclado y esto me permitió darme cuenta de que había una oportunidad de mercado. De esa forma, llegamos a las escuelas para implementarlo, dándonos cuenta de que allí no solo hay carencia de tecnologías para fomentar las diversas formas de comunicarnos y de aprender, sino que también identificamos carencias de formación y sobre todo de acompañamiento a las familias y profesores de estudiantes con discapacidad, en el proceso de educación de esta población.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Hemos podido testear el mercado e iterar hasta el momento tres modelos de negocio, gracias al apoyo de la Royal Academy of Engineering of London, entidad de la que soy alumna de sus programas Leaders in Innovation Fellowship (LIF) y LIF Advance. Con ellos aplicamos a un Grant que nos permitió salir al mercado, conocerlo y ajustar nuestros servicios a las necesidades del entorno educativo.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Estamos mitigando las brechas de exclusión que enfrentan los estudiantes con discapacidad, con el objetivo de promover su acceso a una educación equitativa y de alto nivel. ¿Cómo lo logramos? A través de la capacitación de docentes y familias en aspectos prácticos, fundamentados en experiencias reales de inclusión educativa. Sin embargo, lo más crucial es nuestra comunidad de pares, compuesta por profesionales, profesores y familias, que sirve como una red de apoyo continua en el proceso educativo de la población con discapacidad. Somos el aliado que nunca se va en ese proceso complejo de la educación inclusiva.
6. ¿Soy feliz?
Sí, mucho. Trabajar con propósito le ha dado sentido a mi labor diaria: cambiar pedacitos de mundo, aprender y enseñar cómo crear atmósferas de igualdad y escuelas que nos acojan a todas y todos, sin fijarnos en nuestras corporalidades, diferentes formas de pensar, caminar, rodar, vivir, me llena de felicidad. Me gusta crear entornos “donde cada singularidad pueda tomar la palabra y pueda participar” como dice Carlos Skliar, y donde cada persona tenga la libertad de elegir qué tipo de vida quiere vivir.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
Posiblemente, sí, cuando crea que alguien puede generar más impacto con ella.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Mucho, aquí enlisto algunas razones:
- Si lo hablamos desde el aspecto económico, es difícil y arriesgado tomar la decisión de dejar el ingreso seguro, mensual o quincenal y vivir con la constante incertidumbre de si vamos a lograr las cifras que necesitamos.
- Aprender a delegar y confiar en que te has dado a entender tan bien, que tu equipo puede replicar tu pasión en su trabajo.
- Me cuesta tomar decisiones, mucho, y eso en ocasiones ha ralentizado los procesos.
- Me ha costado porque sé que trabajo en un nicho que no a muchos les importa, y la respuesta que recibimos es “sí, muy lindo lo que hacen”, algo similar a cuando te dan una “palmadita” en la espalda, pero al final no importa porque no genera dinero, o quizá el suficiente según algunos intereses. Yo no califico nuestro trabajo como lindo, lo califico como justo, trabajamos porque hay un grupo de personas que desde que nacen viven una constante injusticia, y si tengo la voz para alzarla por ellos, lo haré siempre que pueda.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Aún no, trabajo para cumplir mi sueño actual que es posicionar mi empresa como el gran referente de educación inclusiva y red de apoyo para profesores y familias en todo el tema educativo de la población con discapacidad. Cuando los profesores y padres no se sientan solos en esa labor, (en muchas ocasiones titánicas que realizan, de enseñar a los estudiantes con discapacidad), siento que habré cumplido mi sueño.
Ahora estamos potenciándonos en Colombia, y estamos creando las estrategias para llegar al mercado Latinoamericano.
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Justo eso, estamos trabajando con aliados que ya han recorrido un camino similar y con ellos llegar a toda Latinoamérica para lograr una real inclusión educativa.
Sigue un proceso de implementación fuerte de IA para potenciar el acompañamiento de una forma más asertiva y que responda a las necesidades de profesores y familia de estudiantes con discapacidad. Para esto, necesitamos recursos.
También sigue, por otra parte, retomar el teclado braille e implementarlo en las primeras infancias, ¿por qué? Porque después de varias iteraciones de la tecnología, sabemos que las barreras de comunicación están en las etapas tempranas, donde ni las familias, ni los profesores saben cómo potenciar la comunicación, en este caso, de estudiantes con discapacidad visual. Esta es una tecnología que les abre las puertas a la comunicación y al español.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Completamente, nuestra plataforma lo permite.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
En caso de que sus valores e intereses de negocio concuerden con los de mi empresa sí, recibiría inversión
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Descuidar a mi equipo de trabajo; el negocio del negocio es la gente.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Una niña en una escuela, no recuerdo su nombre, en ese entonces yo trabajaba como asesora de una entidad para crear tecnología de bajo costo para la educación inclusiva.
Ella estaba en el salón de clase, separada del grupo, sentada en su silla de ruedas, tenía una parálisis cerebral que no le permitía comunicarse oralmente, estaba con su cuidadora, a quien le pregunté el porqué la niña no estaba reunida con el grupo: porque a ella no le enseñan lo mismo, ahora están en química, pero a ella no le enseñan eso-me respondió. Le pregunté si la niña tenía algún compromiso cognitivo, pero ella me dijo que no, solo que no hablaba. Me fuí de la escuela con un sentimiento de rabia e impotencia y desde ahí surgió gran parte de la motivación de mi empresa: Es que no es justo que así ella quiera aprender, así tenga todas sus capacidades mentales y cognitivas, y solo porque algo la hace diferente (que no habla) entonces debe estar en un rincón, como si la escuela y el mundo no le perteneciera también a ella: es injusto!
Y empecé a adentrarme en las escuelas y a darme cuenta que es que estamos tan acostumbrados a la normalidad, que cuando algo se sale de la norma nos asusta: nos asusta cuando nuestros compañeros no se comunican con la voz, o cuando nuestros estudiantes no caminan sino que ruedan, o cuando mis hijos no gritan sino que usan sus manos para hablar. Eso también vale! Y aquí estamos, para que profes y padres no se sientan solitos y no les de miedo enfrentar lo que se sale de la norma.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Hemos fallado en dos modelos de negocio. Estamos trabajando con el tercero, pero ya muy fortalecidos con los aprendizajes. ¿Pensar en tirar la toalla? Sí, un par de veces, de hecho siento que lo hice, pero como dicen por ahí: uno vuelve a donde fue feliz, y aquí yo soy muy muy feliz.
16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
Soy parte activa de la comunidad de Leaders in Innovation Fellowship de la Royal Academy of Engineering. Es una comunidad de investigadores académicos, emprendedores y empresarios a nivel Colombia y algunos países de Latinoamérica, soportados por Reino Unido. Entre todos estamos conectados, hacemos alianzas no solo para capacitarnos y formarnos, sino que han salido varias alianzas para trabajar juntos.
Actualmente, estoy en Socialab Colombia, recibiendo mentoría de la mano de ellos y de SAP, para potenciar nuestro modelo de negocio B2B.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Completamente, la educación siempre trasciende, cambia para bien las vidas, empodera individuos, quienes a su vez transforman positivamente al mundo.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
Me veo ayudando a potenciar emprendimientos sociales con los aprendizajes adquiridos. Y a mi empresa la veo como el ícono de educación inclusiva real y de calidad en toda Latinoamérica.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Han sido el apoyo constante, las oraciones y las palabras de aliento en el momento justo.
20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Definitivamente, sí, de hecho, actualmente es parte de lo que hacemos en la red de LIF, nos acompañamos y compartimos experiencias de caminos ya recorridos.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Fanny Lu antes que mi socia es mi amiga, ella es trabajadora social, también Magister en Discapacidad e Inclusión Social y activista de los derechos de las mujeres con discapacidad, ella es ciega desde los 12 años. Entre muchas cosas que me ha enseñado desde sus diferentes roles, siempre le recuerdo que es la mujer que me ha mostrado la vida con otros ojos. Gracias a su guía he aprendido a levantar la mano en cualquier contexto para aprender, así esto incomode a muchos.
Julián también hace parte de mi equipo, es abogado, experto en procesos de vida independiente y hombre cuadripléjico desde su adolescencia. De él he aprendido a pensar en grande y a enfocarme para lograr metas grandes.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
“Cambiar pedacitos de mundo”, ese es mi lema. Me diferencia quizá lo mismo que diferencia al colibrí de la fábula: “yo no sé si voy a apagar el incendio, pero estoy haciendo mi parte”. Yo, Jennifer, no sé si voy a cambiar el mundo completo investigando, aportando a la pedagogía para una educación inclusiva y creando estrategias para que las redes de apoyo para profesores y padres funcionen, pero trabajo para cambiar pedacitos de mundo a través del trabajo diario, paso a paso, poco a poco y con miras a un lograr grandes cosas.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
A creer en Dios y a confiar en él, a trabajar enfocada y constantemente, a parar cuando es necesario, a mantenerme remando, para que cuando lleguen los vientos justos nos favorezcan y nos impulsen a nuestra meta.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻💻 🤓📚
“En VBraille nos dedicamos apasionadamente a construir un mundo más inclusivo. Nuestra misión va más allá de la formación: capacitamos a profesores, apoyamos a familias y colaboramos con empresas para fomentar entornos inclusivos. También cultivamos una comunidad donde se comparten experiencias, para crear un mundo más equitativo. Somos más que educadores; somos impulsores de la inclusión, trabajando juntos para forjar un futuro donde las personas en situación de discapacidad pueda vivir en un mundo justo en igualdad de oportunidades”, así lo cuenta Jennifer Rodríguez, la emprendedora detrás de esta idea de educación inclusiva. Hablamos con ella en 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos y aquí está su historia.
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
36 años, Ingeniería Biomédica y una maestría en Discapacidad e Inclusión Social.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
La idea surgió mientras trabajaba como investigadora y desarrolladora de tecnología para discapacidad en la Universidad EIA. Durante mi tiempo allí, desarrollé la segunda y tercera iteración de un teclado braille innovador. Este dispositivo facilita la comunicación para aquellos interesados en aprender braille o quienes sepan usarlo, al traducirlo directamente a texto. Mi trabajo en este proyecto me permitió el reconocimiento como una de las innovadoras menores de 35 años del MIT en su edición Latinoamérica del año 2017. Desde entonces, empecé a establecer conexiones significativas en el ecosistema del emprendimiento.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Desde el año 2018 empecé a realizar pruebas con los usuarios del teclado y esto me permitió darme cuenta de que había una oportunidad de mercado. De esa forma, llegamos a las escuelas para implementarlo, dándonos cuenta de que allí no solo hay carencia de tecnologías para fomentar las diversas formas de comunicarnos y de aprender, sino que también identificamos carencias de formación y sobre todo de acompañamiento a las familias y profesores de estudiantes con discapacidad, en el proceso de educación de esta población.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Hemos podido testear el mercado e iterar hasta el momento tres modelos de negocio, gracias al apoyo de la Royal Academy of Engineering of London, entidad de la que soy alumna de sus programas Leaders in Innovation Fellowship (LIF) y LIF Advance. Con ellos aplicamos a un Grant que nos permitió salir al mercado, conocerlo y ajustar nuestros servicios a las necesidades del entorno educativo.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Estamos mitigando las brechas de exclusión que enfrentan los estudiantes con discapacidad, con el objetivo de promover su acceso a una educación equitativa y de alto nivel. ¿Cómo lo logramos? A través de la capacitación de docentes y familias en aspectos prácticos, fundamentados en experiencias reales de inclusión educativa. Sin embargo, lo más crucial es nuestra comunidad de pares, compuesta por profesionales, profesores y familias, que sirve como una red de apoyo continua en el proceso educativo de la población con discapacidad. Somos el aliado que nunca se va en ese proceso complejo de la educación inclusiva.
6. ¿Soy feliz?
Sí, mucho. Trabajar con propósito le ha dado sentido a mi labor diaria: cambiar pedacitos de mundo, aprender y enseñar cómo crear atmósferas de igualdad y escuelas que nos acojan a todas y todos, sin fijarnos en nuestras corporalidades, diferentes formas de pensar, caminar, rodar, vivir, me llena de felicidad. Me gusta crear entornos “donde cada singularidad pueda tomar la palabra y pueda participar” como dice Carlos Skliar, y donde cada persona tenga la libertad de elegir qué tipo de vida quiere vivir.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
Posiblemente, sí, cuando crea que alguien puede generar más impacto con ella.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Mucho, aquí enlisto algunas razones:
- Si lo hablamos desde el aspecto económico, es difícil y arriesgado tomar la decisión de dejar el ingreso seguro, mensual o quincenal y vivir con la constante incertidumbre de si vamos a lograr las cifras que necesitamos.
- Aprender a delegar y confiar en que te has dado a entender tan bien, que tu equipo puede replicar tu pasión en su trabajo.
- Me cuesta tomar decisiones, mucho, y eso en ocasiones ha ralentizado los procesos.
- Me ha costado porque sé que trabajo en un nicho que no a muchos les importa, y la respuesta que recibimos es “sí, muy lindo lo que hacen”, algo similar a cuando te dan una “palmadita” en la espalda, pero al final no importa porque no genera dinero, o quizá el suficiente según algunos intereses. Yo no califico nuestro trabajo como lindo, lo califico como justo, trabajamos porque hay un grupo de personas que desde que nacen viven una constante injusticia, y si tengo la voz para alzarla por ellos, lo haré siempre que pueda.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Aún no, trabajo para cumplir mi sueño actual que es posicionar mi empresa como el gran referente de educación inclusiva y red de apoyo para profesores y familias en todo el tema educativo de la población con discapacidad. Cuando los profesores y padres no se sientan solos en esa labor, (en muchas ocasiones titánicas que realizan, de enseñar a los estudiantes con discapacidad), siento que habré cumplido mi sueño.
Ahora estamos potenciándonos en Colombia, y estamos creando las estrategias para llegar al mercado Latinoamericano.
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Justo eso, estamos trabajando con aliados que ya han recorrido un camino similar y con ellos llegar a toda Latinoamérica para lograr una real inclusión educativa.
Sigue un proceso de implementación fuerte de IA para potenciar el acompañamiento de una forma más asertiva y que responda a las necesidades de profesores y familia de estudiantes con discapacidad. Para esto, necesitamos recursos.
También sigue, por otra parte, retomar el teclado braille e implementarlo en las primeras infancias, ¿por qué? Porque después de varias iteraciones de la tecnología, sabemos que las barreras de comunicación están en las etapas tempranas, donde ni las familias, ni los profesores saben cómo potenciar la comunicación, en este caso, de estudiantes con discapacidad visual. Esta es una tecnología que les abre las puertas a la comunicación y al español.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Completamente, nuestra plataforma lo permite.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
En caso de que sus valores e intereses de negocio concuerden con los de mi empresa sí, recibiría inversión
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Descuidar a mi equipo de trabajo; el negocio del negocio es la gente.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Una niña en una escuela, no recuerdo su nombre, en ese entonces yo trabajaba como asesora de una entidad para crear tecnología de bajo costo para la educación inclusiva.
Ella estaba en el salón de clase, separada del grupo, sentada en su silla de ruedas, tenía una parálisis cerebral que no le permitía comunicarse oralmente, estaba con su cuidadora, a quien le pregunté el porqué la niña no estaba reunida con el grupo: porque a ella no le enseñan lo mismo, ahora están en química, pero a ella no le enseñan eso-me respondió. Le pregunté si la niña tenía algún compromiso cognitivo, pero ella me dijo que no, solo que no hablaba. Me fuí de la escuela con un sentimiento de rabia e impotencia y desde ahí surgió gran parte de la motivación de mi empresa: Es que no es justo que así ella quiera aprender, así tenga todas sus capacidades mentales y cognitivas, y solo porque algo la hace diferente (que no habla) entonces debe estar en un rincón, como si la escuela y el mundo no le perteneciera también a ella: es injusto!
Y empecé a adentrarme en las escuelas y a darme cuenta que es que estamos tan acostumbrados a la normalidad, que cuando algo se sale de la norma nos asusta: nos asusta cuando nuestros compañeros no se comunican con la voz, o cuando nuestros estudiantes no caminan sino que ruedan, o cuando mis hijos no gritan sino que usan sus manos para hablar. Eso también vale! Y aquí estamos, para que profes y padres no se sientan solitos y no les de miedo enfrentar lo que se sale de la norma.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Hemos fallado en dos modelos de negocio. Estamos trabajando con el tercero, pero ya muy fortalecidos con los aprendizajes. ¿Pensar en tirar la toalla? Sí, un par de veces, de hecho siento que lo hice, pero como dicen por ahí: uno vuelve a donde fue feliz, y aquí yo soy muy muy feliz.
16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
Soy parte activa de la comunidad de Leaders in Innovation Fellowship de la Royal Academy of Engineering. Es una comunidad de investigadores académicos, emprendedores y empresarios a nivel Colombia y algunos países de Latinoamérica, soportados por Reino Unido. Entre todos estamos conectados, hacemos alianzas no solo para capacitarnos y formarnos, sino que han salido varias alianzas para trabajar juntos.
Actualmente, estoy en Socialab Colombia, recibiendo mentoría de la mano de ellos y de SAP, para potenciar nuestro modelo de negocio B2B.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Completamente, la educación siempre trasciende, cambia para bien las vidas, empodera individuos, quienes a su vez transforman positivamente al mundo.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
Me veo ayudando a potenciar emprendimientos sociales con los aprendizajes adquiridos. Y a mi empresa la veo como el ícono de educación inclusiva real y de calidad en toda Latinoamérica.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Han sido el apoyo constante, las oraciones y las palabras de aliento en el momento justo.
20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Definitivamente, sí, de hecho, actualmente es parte de lo que hacemos en la red de LIF, nos acompañamos y compartimos experiencias de caminos ya recorridos.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Fanny Lu antes que mi socia es mi amiga, ella es trabajadora social, también Magister en Discapacidad e Inclusión Social y activista de los derechos de las mujeres con discapacidad, ella es ciega desde los 12 años. Entre muchas cosas que me ha enseñado desde sus diferentes roles, siempre le recuerdo que es la mujer que me ha mostrado la vida con otros ojos. Gracias a su guía he aprendido a levantar la mano en cualquier contexto para aprender, así esto incomode a muchos.
Julián también hace parte de mi equipo, es abogado, experto en procesos de vida independiente y hombre cuadripléjico desde su adolescencia. De él he aprendido a pensar en grande y a enfocarme para lograr metas grandes.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
“Cambiar pedacitos de mundo”, ese es mi lema. Me diferencia quizá lo mismo que diferencia al colibrí de la fábula: “yo no sé si voy a apagar el incendio, pero estoy haciendo mi parte”. Yo, Jennifer, no sé si voy a cambiar el mundo completo investigando, aportando a la pedagogía para una educación inclusiva y creando estrategias para que las redes de apoyo para profesores y padres funcionen, pero trabajo para cambiar pedacitos de mundo a través del trabajo diario, paso a paso, poco a poco y con miras a un lograr grandes cosas.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
A creer en Dios y a confiar en él, a trabajar enfocada y constantemente, a parar cuando es necesario, a mantenerme remando, para que cuando lleguen los vientos justos nos favorezcan y nos impulsen a nuestra meta.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻💻 🤓📚