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(Liderazgo) La historia de David Vélez fue contada en mayo del 2020 en El Espectador. Allí, la del antioqueño, era una de esas que hay que relatar con lujo de detalles, pues sin temor a equivocaciones era el colombiano más importante en Brasil. Su empresa, que había nacido como todos los emprendimientos con visión global, pensando en una solución a un problema, ya había alcanzado no solo los números que pocos logran, sino que lo había hecho a una velocidad poco alcanzable.
“El emprendimiento de Vélez surge de la herencia familiar, en especial de sus tíos, pues los Vélez González son apellidos de empresarios exitosos como Clemencia, Javier y Luis Fernando, fundadores de la marca de calzado Bosi; Juan Raúl, de la industria marroquinera Vélez; Mauricio y Alfonso, de los herrajes industriales Creatum; José, de la marca Enjoy, y Federico, de Safetti, las dos últimas productoras de ropa deportiva, y Marcela, de la misma generación de David y creadora del sello de carteras Malletier. El lema entre ellos siempre ha sido: “A emprender; no debemos tener jefes. Hagamos nuestro propio camino””, contó en este texto Nelson Fredy Padilla.
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Vélez es un migrante de esos que hizo carrera fuera de su tierra. Estudió en Costa Rica, se graduó del MBA de Stanford, banquero de inversión, entendió el mercado financiero y vio todos los obstáculos que los bancos ponían a la hora de abrir una cuenta. Consiguió gente que le puso dinero, invirtió en su idea de crear un banco digital, eficiente, sin tanto trámite, liviano en su estructura y rápido en la relación con el cliente. Lo hizo en Brasil. Funcionó. En la pandemia creció como nunca, pues la base de un negocio digital era lo suyo, mientras los bancos tradicionales no lograban satisfacer las necesidades básicas de los clientes en esa coyuntura, pues nadie quería ir a una oficina. Logró que el banco, su banco, solucionara todo desde el smartphone o el computador.
En octubre de 2020 llegó a Colombia con una “inversión de más de $500.000 millones para los siguientes ocho años”. En ese instante, le dijo a El Espectador: “No todos los bancos son digitales. Una forma de verlo es por medio del ejemplo de Blockbuster. Yo creo que los bancos tradicionales son Blockbusters con websites y apps, no son Netflix o Amazon. Lo digital se da cuando la tecnología está realmente en el centro del negocio, que sea tecnología que se controle dentro de la institución y no como hacen muchos bancos que tercerizan esta parte. Pero yo creo que principalmente influye la cultura. La cultura que manejan las empresas digitales es lo opuesto a los bancos. Los bancos son empresas sumamente jerárquicas y burocráticas. En cambio, las empresas de tecnología tienen una estructura mucho más horizontal, con equipos más diversos, en donde hay una meritocracia de ideas, y hay espacio para innovar de forma diferente”.
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No paró de crecer. Ni sus operaciones ni el valor de su compañía. En diciembre de 2021 ya se sabía que era el hombre más rico de Colombia, según el ranking de la revista Forbes: “el patrimonio del presidente ejecutivo de Nubank ya supera al del empresario Luis Carlos Sarmiento Angulo”, nos dijeron en ese instante.
Y ahora, de acuerdo con información de la agencia Bloomberg, “el multimillonario cofundador de Nu Holdings Ltd., el banco digital independiente más grande del mundo, vendió acciones de la empresa por primera vez desde su oferta pública inicial en 2021, recaudando unos US$191 millones. David Vélez dijo en una entrevista que vendió el 3% de su participación en la empresa con sede en São Paulo, o 25 millones de acciones. Las ganancias se destinarán en gran medida a financiar la fundación que tiene con su esposa, Mariel Reyes, que se centra en iniciativas de liderazgo y educación en América Latina”.
¿Y qué contó en esa entrevista? “No quería hacer esto hasta que en Nubank pudiéramos eliminar muchas dudas importantes como: ¿Podemos ganar dinero? ¿Podemos seguir creciendo? Y los últimos tres trimestres han sido fenomenales”. “Así que ahora estoy sacando el 3% de las fichas de la mesa para comenzar a aumentar e invertir en el otro lado de la gran misión que nos impulsa hoy”.
¿Cómo son los números de su compañía, ahora? Dice la agencia de noticias económicas que las acciones de Nu Holdings Ltd., de acuerdo con el reporte más reciente, “han subido un 88% este año, para una capitalización de mercado de US$36.000 millones”. Con esos números, “Vélez tiene un patrimonio neto de US$7.800 millones, según el índice de multimillonarios de Bloomberg. Sigue siendo el mayor accionista individual de Nubank y retiene casi el 75% del poder de voto de la empresa. Su cofundadora, Cristina Junqueira, también redujo su participación anteriormente este año”.
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Se sabe que “antes de la salida a bolsa, Vélez y su esposa firmaron la iniciativa Giving Pledge para donar la gran mayoría de su riqueza a través de esfuerzos filantrópicos. Su fundación VelezReyes+ trabaja con socios como Jorge Paulo Lemann, en temas de educación en Brasil, y otras organizaciones en Colombia y Perú. Vélez declinó comentar cuánto dinero se ha invertido en la fundación o qué parte de las ganancias de la venta de participaciones se destinará allí”, dijo Bloomberg en un cable liderado en su servicio de información. “Se trata de encontrar una manera de devolver a la sociedad durante las próximas décadas esa riqueza que afortunadamente hemos podido aumentar con la creación de Nubank”. “¿Cómo podemos ayudar a resolver uno de los problemas más complejos de la región, que es el acceso desigual a las oportunidades?”. apuntó durante esa entrevista.
¿Qué piensa este emprendedor nato, nacido en familia de emprendedores, sobre los colombianos que cada día se levantan a tratar de cambiar su realidad, de aportarle al resto del país, pero en medio de un cambio social que ahora basa muchos de sus comportamientos en el mundo digital? Lo tenía muy claro desde cuando hablaba de su llegada a Colombia, ya como un banquero consolidado: “El colombiano es cada vez más digital. En el grupo de 18 a 40 años ya hay una penetración de smartphones del 93 %, y durante la pandemia más de 13 millones de colombianos compraron por internet por primera vez. De hecho, muchas de las funcionalidades de la tarjeta son para “e-commerce”. Entonces, creemos que mucha de la propuesta de valor será bien recibida por parte de los colombianos”.
Tenía razón. Como cuando se le metió la idea loca de crear un banco digital en un mercado dominado por gigantes del sector financiero en el país más grande de Latinoamérica. No solo tenía razón. Abrió el camino para que muchos otros entendieran que el mundo financiero también necesitaba una revolución.
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