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El 16 de abril no solo será recordado porque se celebra el Día Mundial del Emprendimiento, sino porque fue revelado el Índice Subnacional de Emprendimiento, ISE, con una serie de conclusiones sobre la situación de los hacedores de nuevos negocios en el país. Un trabajo de dos años en el que se unieron esfuerzos de la academia, del gobierno, del sector empresarial para tratar de tener datos con los que se puedan tomar decisiones a nivel regional en el país y, por esa vía, se sume en todo el ecosistema nacional para un fortalecimiento del emprendimiento.
¿Cuáles fueron los resultados de dicho índice? “Bogotá, Medellín y Manizales son las tres ciudades con las mejores condiciones y desempeño para el emprendimiento, estas obtienen calificaciones de 6,4, 5,5 y 4,9″. “Bogotá lidera seis de los ocho pilares del ISE y obtiene los puntajes más importantes en los pilares de capital humano, habilidades y competencias e infraestructura con 8,3 y 7,7, respectivamente”. “Medellín ocupa la primera posición en el pilar de adaptación tecnológica e innovación intraempresa, con una calificación de 6,3″. “Manizales se destaca entre los pilares de entorno de negocios y ecosistema innovador y generación de conocimiento, en los cuales ocupa la segunda posición”. “Existe un amplio espacio por mejorar en emprendimiento en el país, pues la ciudad con el mayor puntaje está lejos de obtener la máxima calificación” y “se requiere continuar trabajando en información que permita tener una mayor robustez sobre lo que está pasando en términos de emprendimiento en regiones”.
Los detalles de dicho informe están en este enlace, pero más allá de estos resultados, queríamos entender, en el marco del Día Mundial del Emprendimiento, precisamente, cómo está esa creación de empresa en Colombia, entonces buscamos a Hernán Ceballos, gerente general de Innpulsa Colombia, para que nos lo contara, quien reveló además en esta entrevista que se está reestructurando el Fondo Empprender del Sena y que se fusionarán las tareas de la entidad que él lidera con las de Colombia productiva:
¿Cómo lee usted ese informe en donde las ciudades capitales, las de siempre, están de primeras en todas las mediciones?
Lo que pasa es que las capacidades están muy concentradas en las grandes ciudades: Bogotá, Medellín, Cali, otra que no es tan grande, pero que concentra mucha capacidad humana, es Manizales, el Eje Cafetero, Barranquilla, y eso es lo que estamos tratando de lograr, como un equilibrio más grande entre regiones, ir a otras regiones más alejadas para construir capacidades porque Colombia sigue siendo un país muy desigual, tanto en clases como en regiones.
La primera vez que usted yo hablamos, hablamos de qué era eso de la economía popular y ya han transcurrido casi dos años de gobierno. ¿Cómo va la economía popular vista del emprendimiento en Colombia?
Pues yo creo que nosotros adicionamos el tema de economía popular. Yo leí un libro de Eduardo Lora hace unos años, del BID, sobre economía y emprendimiento en América Latina, y lo que siempre se decía es que las clases populares o las clases menos favorecidas tenían problemas de acceso al conocimiento, a las relaciones, al capital, y lo que toca es nivelar la mesa de juego, que las clases populares tenga más acceso al Estado, al conocimiento, acceso a mercados. Se manifiestan, entre comillas, “las fallas del mercado”.
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¿Y en eso como vamos, la gente siente que ya esas fallas de mercados se están, digamos, eliminando, y todos estamos arrancando la carrera desde la misma línea?
No de la misma línea, pero se trabaja con las vocaciones regionales, por ejemplo Tumaco, donde estamos trabajando el tema de cacao, que es muy grande y el cacao de Tumaco es un cacao muy fino. Estamos trabajando en hacer emprendimientos con chocolatería, que la chocolatería y la dulcería se fabriquen en Tumaco.
Tenemos una experiencia de unas señoras llamadas Las canasteras, que son señoras víctimas de la violencia. Y armaron una empresita, una microempresa, y están haciendo chocolatería de muy buen nivel, lo que llaman chocolate amargo, que es costoso, y está entrando muy duro en el mercado por temas de dulce.
Estamos trabajando, por ejemplo, en el tema de emprendimientos culturales, en temas de salsa choque y todos esos ritmos modernos, donde puede haber un un clúster interesante para poder exportar este tipo de talento, que la gente aprenda a monetizar esos ritmos y compitan con el reggaetón. Yo hablé con Sony Music y estamos mirando para hacer un evento en Tumaco sobre música afro del Pacífico.
Y así aparecen en todas las regiones las costureras, las artesanías, gente que relativamente de acuerdo sus capacidades se les puede potenciar para que hagan emprendimientos.
¿Cómo va el tema de las costureras de Soacha o de Ciudad Bolívar, pensando en ese primer proyecto que lanzaron?
Va bien, ya vamos a completar alrededor de unos 30 Zascas (Centros de reindustrialización) de confecciones, estamos trabajando sobre toda la base de la línea de la cadena productiva, ya no solamente es con las pequeñas unidades productivas, sino por ejemplo ahí se metió Patprimo, se metió Fabricato; y estamos tratando de impulsar que el hilo sea nacional y jalonar el cultivo del algodón en Colombia. Creo que hay 40 mil hectáreas sobre las 400.000 que tuvimos en algún tiempo. El algodón colombiano es de mejor calidad que el algodón gringo.
Usted, ahí, ya está hablando de reindustrialización, ¿cómo va ese proceso enfocado en la creación de nuevas empresas?
Pues lo que logramos fue cruzar economía popular con reindustrialización. La industria de confección y textil es una industria que tiene mucha micro empresa, en un tiempo llegó ser el 20% del PIB industrial de Colombia, pero en este momento está como en el 8 o 9 o 10 % tanto en el empleo como en la producción, y pensamos subirlo al 20 %. Ese sector, en la generación de empleo, no es tan costoso, China ha perdido mucha competitividad internacional y está más interesado en otro tipo de productos, mientras nosotros tenemos buenas telas, buen diseño y productos competitivos.
¿Cómo leer eso en cifras?
Le doy un dato: el 80% lo que se vende en San Victorino es nacional. Y ese es uno de los centros más grandes de América Latina en temas de venta de confecciones.
Pero el consumidor mira precios y dice: bueno, si el precio es más cómodo, resulto comprando algo importado. Y el empresario emprendedor también terminada, de pronto, mirando hacia atrás para ver qué sale más barato y no fabricar nacional. ¿Ya estamos como para una la pelea en precio?
Es que la gente aprendió a mirar calidad. Si compraban chino, lo que llaman ‘tripa’, comprando una camisa que duraba 3 posturas y se desbarataba, pues ahí estaba el resultado. Pero una camisa china de buena calidad o un producto chino de buena calidad, no es barato, entonces la gente compra moda, el consumidor compra calidad, no solo precio.
La gente busca variedad a precios asequibles. Hoy en día no es tan barata la confección, por eso es que es clave la lucha contra el contrabando, porque el problema no es que sean baratos por los costos sino por el lavado. Creo que con los golpes que ha dado la Dian en estos días, eso ayuda a los confeccionistas. Si los chinos vinieran legalmente con un arancel del 40%, que también es alto, pues no compiten. Hay grandes marcas de esas que usted conoce deportivas, que ya están buscando proveedores locales para poder abastecer bien, y de pronto somos tan buenos que terminamos exportando.
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¿Cómo va el tema del financiamiento? Sin plata no hay cómo, y sobre todo en el mundo del emprendimiento.
Tenemos en el tema del desarrollo productivo dos columnas: creación de capacidades y financiación. Usted puede crear mucha capacidad, pero si no hay financiación, no hace nada; pero si hace financiación sin crear capacidades, tampoco no hace nada. Estamos articulando las dos cosas.
Vamos a trabajar con el ministerio de Trabajo y con otros misterios lo que llamamos créditos de confianza, círculos de confianza. Ya hicimos un piloto en Ciudad Bolívar.
¿Y cómo les fue?
Bien. Pero es un piloto y toca escalarlo, tiene unas tasas buenas, es un crédito asociativo donde la gente se compromete por todos.
Muy modelo cooperativo...
Muy modelo asociativo. Lo que pasa es que nos dimos cuenta que en el Zasca están trabajando y se están capacitando y están acompañados en sus procesos productivos, ahí el ‘scoring’ es fácil de construir, el que es juicioso haciendo la tarea seguramente es juicioso pagando, el que no termina la tarea pues seguramente es mala paga, es un problema de conducta. Tenemos cero siniestralidad. Es un piloto y vamos a ver si lo ponemos en cuatro o cinco Zascas. Somos conscientes de que hay que premiar a la gente que hace la tarea, que hace el proceso de modernización, y darles un crédito barato, pero también estamos buscando un crédito barato para el resto de la economía. Toca mirar un poquito también el tema de las capacidades porque darle un crédito a una empresa que no tiene capacidad, lo que se hace es meterla en un lío.
¿Cómo van con el trabajo en el Sena, que tiene su capital semilla y su Fondo Emprender?
El Sena nos está ayudando con los Zascas porque dan capacitación, ya el tema de desarrollo empresarial y fortalecimiento empresarial no es su ADN. Esta mañana estuve con el director del Sena y van a reestructurar el Fondo Emprender.
¿Qué van a hacer?
Más asociativo. Yo siempre tuve la crítica de que la variable esa de creación de empleo es complicado, porque si el negocio es malo y usted dice que va a crear 10 empleos, eso no es sostenible, yo creo que la noticia la va a dar el director del Sena, pero están en reestructuración del fondo.
¿Cómo va el asunto de la formalización? Esa economía chiquita, esa economía de barrio, es muy informal, entonces si uno quiere que la cosa cambie, que se genere empleo de calidad, que se pague una pensión, pues necesita formalizarlos. ¿Cómo van en ese sentido?
Hay un economista famoso en términos de desarrollo que trabajó en Colombia y hablaba de las causalidades, Albert Otto Hirschman. El problema de la informalidad es un problema de productividad. Si la empresa, si el individuo, las unidades tienen mala productividad, no se van a formalizar porque no les da pa’ pagar.
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No hay cómo…
Y el problema de Colombia es que la formalización está atado al pago de la seguridad social, lo que no pasa en países adelantados, donde la seguridad social la asume el Estado. Si un tipo gana un millón 200 o millón 300 en el mes, para pagar 350.000 de salud y pensión, pues no le da. En la medida que ellos suban la productividad se comienzan a formalizar.
Lo que hay que lograr es que sean más productivos, eso lleva a la formalidad. Por eso le digo: la causalidad no es como mucha gente la plantea: es que la formalización lleva a la subida de la productividad. Eso no es cierto. Si no hay aumento de productividad, no hay formalización.
¿Y entonces cómo vamos en la transformación de la productividad en Colombia, para que realmente seamos más productivos de lo que hemos sido históricamente en Colombia?
Eso toca con programas del Sena, programas de nosotros, programas del ministerio de Agricultura, de apoyar y potenciar las unidades productivas. Y sobre todo el tema de fortalecimiento de capacidades, si eso no se hace, no va a haber una formalización porque, es decir, aquí la gente asimila la formalización con ir a sacar el registro de Cámara de comercio y que el tipo paga, pero eso no es así. El que tenga cámara de comercio no significa que sea formal.
Yo tengo un caso de hace años en donde asocié con Ecopetrol en sus programas de RSE. Fuimos a Barranca. Había unas señoras que vendían bollos. Les dijimos: hagamos una cooperativa que les va a dar más fuerza. ¿Y qué pasaba? Cuando ellas eran informales no pagaban IVA, pero al armar la cooperativa les tocaba pagar el IVA y hasta ahí llegó la cooperativa. No les da para competir.
Esa es una crítica que tienen todos los emprendedores: no han hecho la primera venta y ya están obligados a pagar una cámara de comercio. ¿No hay alguna forma, un proyecto de ley, en donde le dejen a uno primero vender y ahí sí ir a pagar?
No sé, cuándo comenzaron las SAS había unas ventajas tributarias, creo que el primer año no se pagaba, el año siguiente pagaban el 25 %, luego el 50 %, luego el 75 %. Toca buscar un proyecto de esos, pero claro, si los montos no son grandes, porque si el tipo llega y monta un emprendimiento y va a vender 20.000 millones de pesos, pues no se puede, pero con ciertos montos creo que se puede regular.
¿Y lo ve posible? ¿Una iniciativa desde Innpulsa?
No tanto desde Innpulsa, sino desde el ministerio Comercio con el ministerio de Hacienda. Eso ya funcionó en los SAS, pero me acuerdo que en un momento incluso con el Invima, los mismos impuestos y las cámaras de comercio, se tenía un trato diferencial.
¿Cómo siente usted hoy, después de ya liderar Impulsa en estos casi 2 años, que está el emprendimiento en Colombia?
El emprendimiento en Colombia ha tenido problemas en lo que se llama el emprendimiento por oportunidad, por las crisis que ha habido en los Estados Unidos. Muchos fondos venían acá, trabajaban, pero nos estamos volteando más un poquito buscando hacia Asia: China, Corea, India, todos estos países del sudeste asiático, buscar allá inversionistas. Pero yo creo que, en temas de emprendimiento popular, hemos aumentado, emprendimientos de base tecnológica también, pero yo creo que está fortaleciéndose un poco el emprendimiento no como una cuestión de luces y video, sino van hacia una cuestión ya de negocio que sea sostenible.
La inflación está bajando, por fortuna, pero el desempleo no. En medio de todos los indicadores macroeconomicos, ¿van a seguir naciendo 10 empresas de las cuales solo dos atraviesan el valle de la muerte y ocho se van a quebrar?
Pues eso es un estándar internacional, eso no es un estándar colombiano. Pregunté en Estados Unidos y en Europa. Lo que hace uno con el acompañamiento es que baja la siniestralidad de las pequeñas unidades productivas. El emprendimiento es un tema de ensayo y error, es decir, uno comenta en clase: cuántas veces se quebró Henry Ford, 4 hasta que en la quinta le funcionó la vaina.
Toca acompañarlos, por ejemplo, la gente vota la idea, pero no le hizo algún un canvas, un lienzo, cuál es su propuesta de valor, cuáles son sus canales, sus clientes, sus costos. La gente termina botando una idea y es un fracaso, pero cuando tiene acompañamiento, le ayuda uno a que haga la propuesta de valor, un mínimo producto viable, incluso hay gente que dice: esto no es para mí, esto no va a pegar.
Hay que pensar en el servicio que se está ofreciendo, cómo se fabrica, cómo está el mercado, cómo son los componentes, hay que ir construyendo metodológicamente. Eso lo hemos hecho en el Cauca con los indígenas…
¿Y les ha funcionado?
Les ha funcionado, los ha puesto a pensar. Y hay gente que no sirve para emprendedora.
Pues es que eso se revela también cuando uno hace toda la ruta, el paso a paso...
Aquí los colombianos tenemos buena capacidad para emprender, lo que pase es que hay incentivos que los tuercen. Mire el narcotráfico, sin esos incentivos, se hubieran dedicado una actividad menos ilegal, y eso lo vemos un poquito cuando hemos trabajado los Zascas Renacer en las cáceles con mujeres y otros privados de la libertad. ¿Por qué hay tanta mujer en casos de microtráfico? Porque tiene que buscar la comida para los hijos. Pero si usted las pone a hacer costura y que cuando salgan de la cárcel las acompaña y que sus unidades sean productivas, logra que sea sostenible. Eso les ha gustado, ven que la costura es una actividad más tranquila y hasta con mucho más ingresos y menos problemas que el narcotráfico.
Terminemos con algunas cifras sobre el emprendimiento en Colombia…
Que nos vamos a fusionar con Colombia productiva. ¿Sabía?
No, ¿desde cuándo?
Desde mañana (este 16 de abril) yo soy el gerente de los dos fondos, entonces vamos a trabajar las políticas de desarrollo productivo con las políticas del emprendimiento, van a ser una sola.
Usted va a manejar los presupuestos de los dos, ¿eso cuánto es?
Unos 300.000 millones.
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