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¿Por qué emprendemos? ¿Por qué tomamos la decisión de crear un negocio? ¿Por qué dejamos un empleo para tratar de montar empresa? La respuesta, por su puesto, es distinta en cada caso, con cada persona: unos lo hacen por necesidad, otros por oportunidad. La mayoría del primer grupo, porque pierden su empleo, están en la informalidad y no tienen otra opción. Los del segundo grupo, en su mayoría, son aquellos que están en constante búsqueda de nuevos negocios, que se vieron identificados con la ausencia de una solución ante un problema vivido por ellos, que con dinero disponible o ayuda de la familia y los amigos, se lanzan a emprender. Claro, nadie, ni los del primer grupo, ni los del segundo, tienen asegurado legar a buen puerto. Pero lo que sí tienen todos asegurado, es un elevado riesgo en el camino.
Así que, para tratar de reducir ese riesgo, María Fernanda Patiño, directora del Centro Javeriano de Emprendimiento, y su equipo, crearon “una ruta que permite que emprendedores en diferentes etapas de madurez consoliden sus ideas emprendedoras”. Y aunque este modelo está pensando en la comunidad que hace parte de esa universidad, la columna vertebral de la propuesta funciona para todo tipo de persona que quiere estructurar antes de lanzar. Aseguran que con este modelo ya han “acompañado a la fecha 470 emprendedores”.
¿Cuál es esa ruta que todos los que queremos emprender podríamos seguir? En el marco del Día Mundial del Emprendimiento, este 16 de abril, aquí va, paso a paso:
Inspiración
Esta fase facilita la interacción con personas de diferentes carreras que comparten intereses similares, lo que fomenta la creación de redes de apoyo y colaboración. Proporciona la oportunidad de explorar y comprender problemas sociales y ambientales, promoviendo así una conciencia más profunda sobre los desafíos actuales.
Identificación
Identificación de un problema. Una idea inicial sobre cómo abordarlo.
Desarrollo
Estructuración del emprendimiento con el diseño de un modelo de negocio efectivo y diferenciador.
Se lanza un producto o servicio al mercado.
Fortalecimiento
Los emprendedores aprenden sobre temas legales como el funcionamiento social, propiedad intelectual y las relaciones entre socios, trabajadores, proveedores y clientes. Allí es importante entender y aprender a controlar sus movimientos contables, generar nuevas formas de flujos y optimizar sus fuentes de financiación para que sus negocios sean viables.
A comienzos de este año, también el Centro de Educación e Investigación Financiera del Politécnico Grancolombiano, por medio de Iván Francisco Tunjano, había construido los 10 pasos para emprender: 1. Identificación precisa de la idea, 2. Investigación de mercado, 3. Proyectar el posible negocio, 4. Desarrollo del plan de negocios, 5. Registro legal y cumplimiento normativo, 6. Evaluación financiera detallada, 7. Financiamiento, 8. Desarrollo de la identidad de marca, 9. Evaluación de capacidades, 10. Lanzamiento y evaluación.
Entre uno de los detalles que entregó Tunjano está el del tema financiero, tal vez uno de los más técnicos y que implicará tiempo e investigación, claro, pero es recomendable hacerlo porque los números son la luz: “Es crucial llevar a cabo una evaluación exhaustiva de su viabilidad financiera. Esto implica comprender y aplicar diversos métodos de evaluación, como el Valor Presente Neto (VPN), la relación beneficio-costo, el periodo de recuperación de la inversión y la Tasa Interna de Retorno (TIR), entre otros. Estos métodos le permiten analizar la rentabilidad y la eficiencia financiera de su proyecto en diferentes escenarios. Además, es fundamental contar con un sólido respaldo económico inicial para enfrentar posibles imprevistos durante las etapas iniciales del emprendimiento.
También es determinante, detallaba el profesor Tunjano, el asunto de la marca: “Investigar el proceso de registro para un nuevo negocio implica no solo comprender cómo registrar la empresa, sino también seleccionar el régimen tributario adecuado. La legalidad y las regulaciones son tan cruciales como el plan de negocios, ya que garantizan que la idea esté jurídicamente protegida. Estudiar los requisitos legales y cumplir con ellos es el primer paso para asegurar el desarrollo adecuado del emprendimiento”.
Y una más: también dejamos aquí la información que nos entregó la Secretaría de Desarrollo Económico de Bogotá por medio de su programa Ruta Bogotá E. Allí se habla de 7 pasos a seguir resumidos así: 1. Ideación y creación de oportunidades, 2. Generación del modelo de negocio y creación de valor, 3. Creación de prototipos, 4. Validación del prototipo y pivoteo del modelo, 5. Adaptación y toma de decisiones, 6. La competencia y la mejora continua, y 7. Diversificación y sofisticación de productos: La innovación.
Allí nos dijeron: “Todo parte de una idea, de cómo esa idea que conecta el conocimiento con la imaginación es seleccionada entre muchas otras para continuar el camino de agregar valor y convertirse en un producto, un servicio, una mejora, un ahorro o una nueva actividad. Entender que no hay ideas malas y que no debo enamorarme de ninguna de ellas, es el primer paso. Ten en cuenta que es un proceso colaborativo evaluar. También es importante dividir las ideas por su factibilidad, posibilidad y atractivo. La que cumpla las tres condiciones será aquella que llevaremos a la realidad”.
Y sobre el modelo de negocio, nos contaban: “¿Qué es un modelo de negocio? Definámoslo como ese concepto que describe las bases sobre las cuales una empresa capta, crea y proporciona valor. Según el señor Alexander Osterwalder hay una forma rápida y amigable de visualizar cualquier modelo, esta es una herramienta llamada Canvas o la técnica del Lienzo. Los modelos están compuestos por 9 variables en su respectivo orden: Cliente, producto, relaciones con los clientes, canales de distribución, ingresos, recursos claves o activos, actividades clave, asociaciones clave y costos. Con esta sencilla y esquemática herramienta, podemos estructurar el modelo de cualquier actividad orientada a la creación de valor”.