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Los expertos aconsejan ahorrar e invertir en productos a corto, medio y largo plazo, en función del perfil –conservador o de riesgo alto– y del momento vital en el que se encuentre cada persona. Defienden que un buen asesoramiento resulta clave para planificar las finanzas y cuidar la salud financiera.
“No poner todos los huevos en la misma cesta” o, sustituyendo el refranero español por un concepto más técnico, diversificar. Es el primer consejo para planificar financieramente el futuro, que ofrece José Ramón Pin Arboledas, rector de la Universidad del Atlántico Medio y profesor emérito del Departamento de Dirección de Personas en las Organizaciones de IESE Business School.
“Necesitamos un ‘mix’ de ahorro-inversión a corto, medio y largo plazo”, comenta Pin Arboledas. Dicho de otro modo, el plan financiero ha de mirar al futuro inmediato e incorporar un colchón monetario dispuesto para una emergencia o una oportunidad. “Podemos poner una parte del dinero en una cuenta corriente, o en productos de fácil liquidación”, aconseja el experto.
Diversos tipos de producto
Pero “una persona ahorra, también, para invertir en productos que le ofrezcan rentabilidad”, según advierte. Lo que nos lleva a planificar a medio plazo. En ese caso, “son aconsejables los fondos de inversión”, aunque “mirando que los gastos de gestión no sean excesivos”. Y de ahí al largo plazo, que puede ser desde el mercado bursátil (un producto muy líquido, pero volátil) a la inversión inmobiliaria (estable pero poco líquida).
Por su parte, Álvaro Manteca, responsable de Estrategia de Inversión de Banca Privada de BBVA, asegura, en la misma línea, que lo más importante a la hora de afrontar la inversión “es una buena planificación, la diversificación y adaptar los productos al perfil del inversor”. “No es necesario tener mucho dinero ni grandes conocimientos para invertir con éxito. Tenemos a nuestra disposición, como minoristas, vehículos de inversión que no son muy diferentes a los que utilizan los grandes inversores profesionales. Para invertir con éxito, solo hay que tener presentes estos tres mandamientos básicos: diversificar completamente el patrimonio, mantener una disciplina emocional, es decir, que el miedo no nos lleve a tomar decisiones precipitadas y, por último, comprometerse con un horizonte de inversión de largo plazo para poder ver los resultados”, añade.
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Perfil y opciones de inversión
Tener en cuenta cómo es la persona –más conservadora, o más dispuesta a asumir riesgos– es un factor importante cuando hablamos de economía planificada, según tercia Pablo García Estévez, profesor de Finanzas en CUNEF Universidad. “Alguien con perfil más conservador quizás se sienta mejor con productos de renta fija o en temas inmobiliarios”, apunta. Mientras que un perfil de riesgo alto, según detalla, puede estar cómodo invirtiendo en ‘bitcoins’ o renta variable (bolsa).
En su opinión, para planificar financieramente su futuro “los más temerosos” deberían tener entre el 60% y el 70% de su cartera en renta fija o inmuebles, “y, el resto, en renta variable”. Quienes tengan “poca aversión al riesgo” pueden apostar por un 30% en renta fija, un 40% o 50% en renta variable, y un 10% en derivados o productos más volátiles, “porque lo que están buscando es batir al mercado”.
Dice García Estévez que, además de diversificar, es clave entender que cada momento vital es diferente respecto a la capacidad de ahorro, fundamental en la planificación financiera. Las personas jóvenes y sin cargas familiares, ‘a priori’, se encuentran en mejor situación para invertir su dinero, pero no suelen disponer de ingresos para hacerlo.
“Si tienes hijos en el colegio, sabes que te van a venir años de muchos gastos, con la universidad, y el máster; no te interesa invertir en un producto a largo plazo”, prosigue García Estévez. Una vez que se independiza, llega el mejor momento, según enfatiza. “Tus gastos bajan y tus ingresos están al máximo”, detalla. “Lo normal es que la capacidad de ahorro se incremente con los años”, insiste. Hasta que llega la hora de la jubilación. “Los planes de pensiones ya no están tan bonificados fiscalmente, no tienen tantos incentivos”, reconoce, y propone “recurrir a otro tipo de productos”. De nuevo la inversión inmobiliaria, o quizás una renta vitalicia, como sugiere Pin Arboledas.
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En este sentido, Álvaro Manteca añade que existen herramientas digitales de asesoramiento, como BBVA Invest, que, con base a las características personales, necesidades y tolerancia al riesgo de cada cliente, ofrece la mejor solución de inversión. Asimismo, “tenemos multitud de herramientas para tomar nosotros mismos nuestras propias decisiones de inversión, como pueden ser nuestro buscador de fondos, nuestros simuladores y nuestros comparadores de fondos, que nos ayudan a seleccionar las mejores alternativas. Por supuesto, también tenemos la opción de que uno de nuestros expertos nos guíe y acompañe durante todo el proceso”, afirma.
¿Cómo un empresario (emprendedor) puede diversificar y controlar el riesgo?
El profesor Pablo García Estévez lanza un aviso a los empresarios: “Si tu pyme es rentable, donde mejor puedes invertir es en ella misma”. Les recomienda hacer separación de bienes, “para evitar los riesgos a la familia”. Y diferenciar muy bien su patrimonio del de su empresa. “Aconsejo que los inmuebles no sean propiedad de la empresa, sino del empresario, que se los alquila a su empresa”, precisa. Así, si la compañía quiebra, no se lleva por delante el patrimonio inmobiliario. “También es una forma de aclarar las cuentas y saber si estás ganando dinero porque tu pyme es rentable o porque te estás ahorrando el alquiler de la oficina o de la nave industrial”, acota.
García Estévez apuesta, por su parte, por hacer una correlación entre las puntas de liquidez de caja y el vencimiento de los productos contratados. Y decantarse, como normal general, por “productos fáciles de vender y que no tengan una gran volatilidad”.
El profesor de CUNEF Universidad defiende que “una empresa no debería invertir en Bolsa ni jugar a ser ‘broker”. En su opinión, estos mercados son un arcano para muchas personas. “Suben o bajan, pero no saben por qué”, recuerda. Cree que una correcta planificación financiera pasa por contar con un buen asesoramiento, “con alguien que te oriente en función de tu edad, tus circunstancias, tu perfil y tus obligaciones monetarias para los próximos años”.
*** ** Texto publicado originalmente en BBVA, replicado en El Espectador con autorización de BBVA Colombia.