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“Alimento de selva a través de la transformación de frutos amazónicos generará valor agregado, contribuyendo en la inclusión de la población étnica y campesina mediante la generación de empleo y la conciencia ambiental”. Entrevistamos a Edwin Roncancio, su fundador, en 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos donde nos contó cuáles son sus proyecciones a futuro y cómo ha logrado despertar interés por productos que no eran comunes en la gastronomía del Guaviare.
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudie?
Edwin Roncancio, 35 años, Administrados de Empresas Agropecuarias.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuando nació?
El Guaviare por su localización geográfica es la puerta de entrada a la Amazonía. Hace parte del 42% del territorio de la nación amazónica y hace parte de un núcleo de forestación. Hay varios resguardos indígenas y parque nacionales, sin embargo, hay un alto índice de deforestación, lo cual nos hizo pensar la forma de dar a conocer los frutos que se dan en esta zona selvática, sus propiedades y presentárselas a la población. De manera pedagógica a través de varios amigos, empezamos laboratorios de creación de productos, transformación, mermeladas, destilados y harinas, de esta manera fuimos consolidando lo que son los alimentos de selva, que en este momento es una empresa familiar que sigue haciendo transformación de frutos del bosque trabajando con productos no maderables como: asaí, seje y moriche, y tropicales como: borojó, cocona y arazá.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Todo empezó con una exploración a través de una persona que conocí en el departamento, ahí nos dimos cuenta que podríamos hacer la transformación de los alimentos, esto nos dio confianza para sacar una marca, buscar clientes, aliados y presentarnos a convocatorias como la Corporación Nacional de la Mujer, generando este tipo de procesos con otros emprendedores, a trabajar con REGG para visibilizar este tipo de emprendimiento.
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4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y como la pagué?
Todo ha sido familiar con recursos propios y también con el apoyo de algunas organizaciones como la CDA, que es una corporación ambiental, a través de cooperación internacional.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Estamos logrando dar a conocer los frutos, generar conciencia en el territorio. Yo creo que si la gente transforma la forma de ver la selva y valora la diversidad de forma sostenible, podemos evitar muchos problemas con la deforestación. Esta idea también le ha dado la posibilidad a otros jóvenes de encontrar oportunidades haciendo arequipes, mermeladas, aceites vinos, y ahi uno va contribuyendo a mejorar el departamento.
6. ¿Soy feliz?
Sí, soy muy feliz de seguir haciendo lo que me gusta. Me gusta cocinar, transformar los frutos, ver que puedo generar valor agregado, ver cómo los sabores que produzco son sostenibles, ver cómo la gente que prueba mis conservas, mis vinagres y destilados les encantan, y dicen que son sabores inigualables... eso me hace feliz. También que mi familia me apoye, que sea mi soporte, porque este proceso requiere de un trabajo conjunto para construir.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
No.
8. ¿Qué tan duro fue para mi emprender?
Ha sido complejo porque ha habido muchas subidas y bajadas. Las ventas han jugado un papel preponderante, estos productos al principio no tenían salida porque no eran muy reconocidos. Sin embargo, el boom de los alimentos amazónicos ha ido posicionando aunque falta mayor consumo y demanda. Ya hay un reconocimiento y un potencial que tenemos que seguir trabajando, entonces eso nos hace pensar en hacer las cosas mejor y echar para adelante.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
En esas estamos, esto hace parte del sueño de poder hacer una organización que valore los frutos amazónicos, todo eso está asociado con los precios, la cadena de valor y la oferta, entonces pienso que estamos en camino. No hemos conseguido nuestro objetivo principal que es fortalecer la consciencia de los campesinos, los indígenas reconociendo la importancia de la recolección, que además se refleje en todos los lugares donde se pueda impactar con este tipo de productos.
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Seguir explorando. Mejorar lo que tengamos masificarlo de alguna manera, que lo reconozcan y mejorar el tema con los proveedores y llevar esto a todo el país.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Bastante, tiene potencial de escalar porque estamos hablando de frutos que recolectados de fruto sostenible se tienen gracias a la selva, conservándola. Se pueden diversificar, crear nuevos productos e involucrarse más en el mercado.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
Eso es delicado, a veces no se sabe de dónde vienen los recursos, sin embargo estoy abierto a la inversión privada con unas condiciones mínimas, para que el emprendimiento siga con el propósito que creció, aportando a todo el tema ambiental.
13. ¿Qué no volvería hacer?
Tomar decisiones aceleradas por inmadurez en el momento. Analizar el tema social para poder llegar a acuerdos, esto me dio experiencia pero lo descartaría en el proceso.
14. ¿Quién me inspiro? ¿A quien me gustaría seguir?
Me inspiran los campesinos, los indígenas y el agro.
15. ¿Fracase en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Claro que sí, ha habido momentos complejos que he pensado en no continuar. Luego uno retoma, reflexiona y sigue tras su propósito porque al final una idea de negocio lo llena a uno de vida de energía y seguro que todo se puede lograr.
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16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
Sí, en este momento con la Corporación Mundial de la Mujer, donde tuvimos un acompañamiento integral en cocina, marketing y en la parte administrativa. En el tema de gastronomía logramos innovar nuevos productos, lo que nos ha llevado a ser parte de la Red de Emprendimientos Gastronómicos del Guaviare para trabajar a favor de nuestras ideas de negocio.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Claro que sí, esto que estamos haciendo es trabajo de empoderamiento del territorio. Estamos generando transformación social, donde los jóvenes van a encontrar la oportunidad de hacer aportes, aprovechándolas y poniéndolas a otro nivel.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y como veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
Me veo apoyando y aportando desde mi experiencia a los emprendimientos que hagan algo similar al mío y veo una empresa consolidada, que crece, aporta y genera sostenibilidad para mi vida y mi familia.
19. ¿Qué papel ha jugado mi familia y mis amigos?
Ha sido fundamental, han sido mi bastón. Mi esposa, mi hija, mi mamá, mis hermanas han estado pendientes, son mi apoyo constante. Ellas también ahora conocen el proceso y eso hace que el emprendimiento siga escalando, la participación de todos es la base sólida de este negocio.
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20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Claro que sí, en esas estamos. Esa es una de mis metas a futuro, de surgir y apoyar ideas de este tipo.
21. ¿Qué papel jugo mi equipo? ¿Quién es?
Mi equipo de trabajo es mi esposa, todo nace en asa, en una mesa. Esto ha sido fundamental porque tomamos decisiones en conjunto. Ahora, mi hija de ocho años se está involucrando en proceso también, así que es muy satisfactorio.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Yo creería que el explorar, ser innovador y hacer las cosas de otra manera.
23. ¿Qué ha aprendido de todo esto?
La persistencia, la confianza, saber que cada día que hago algún proceso en la cocina, se puede lograr y transformar.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com).