El emprendedor francés que elabora sidra para conquistar el mercado colombiano

Su producto es artesanal y se apoya en los saberes de los campesinos de Normandía, Francia, para llevar este sabor a los paladares de los comensales del país.

Tatiana Gómez Fuentes
23 de enero de 2024 - 09:08 p. m.
Alexandre Thorel, el emprendedor detrás de este emprendimiento gastronómico.
Alexandre Thorel, el emprendedor detrás de este emprendimiento gastronómico.
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“Impactar a nuevas generaciones es quizá una ilusión, sin embargo, con este proyecto también quise apoyar a uno de los últimos productores no industriales de sidra en Normandía. Para él, y su empresa familiar creada en 1949, no ha sido nada fácil. La posibilidad de entrar a Latinoamérica fue una oportunidad inesperada, frente a las cooperativas que manejan el mercado de la sidra en Europa con precios muy económicos y con un producto de baja calidad..

Creo firmemente que mi emprendimiento tiene el potencial de trascender y dejar un impacto positivo duradero en el mercado de la sidra, un impacto positivo en la gastronomía colombiana, en la imagen que tiene el país sobre los productos franceses, y también reconocer el potencial económico que tiene traer de alguna forma inversiones de Francia”, sin más preámbulo aquí va la historia de esta idea de negocio contada por su emprendedor Alexandre Thorel en 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos.

1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?

27 años, Derecho. Luego, estudié una maestría en Derecho Público en la Universidad de Strasbourg, Francia, y luego hice otra en Derechos Humanos en la Universidad de Glasgow, Escocia (el país de mi mamá, otro país de mi corazón).

Estudié un año más, en remoto esta vez, un diplomado en Administración de Empresas, en la Universidad de Caen, Francia.

2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?

Lo que creé es una conexión más entre dos países amigos, Francia y Colombia, a través de un producto muy típico, tradicional y sabroso. Se trata de una marca que le hace homenaje a mis raíces con la voluntad de ayudar a los campesinos pequeños de mi país que hacen sidra donde la calidad es el principal ingrediente.

Siempre he tenido interés y atracción hacia este producto. Pienso que la sidra puede ser un producto muy muy rico y saludable y que tiene un potencial a la exportación subestimado. Cuando se hace bien, de forma artesanal, con componentes naturales y usando buenos productos, es una bebida alcohólica deliciosa, saludable, accesible en sabor y refrescante.

Cuando llegué a Colombia en 2019, no me demoré mucho en enamorarme del país y su gente. Después de pasar un buen tiempo en Francia en la casa de mi papá mientras la pandemia (había regresado para cuidarlo), decido empezar a conocer productores de sidra en mi región de Normandía, así que empiezo a tomar las carreras rurales de este bonito rincón del país, conociendo cada semana de los proveedores más pequeños hasta los gigantes. He aprendido mucho del producto, de su proceso de fabricación, de sus variedades.

De nuevo en Colombia, decido estudiar el mercado de la gastronomía y las bebidas alcohólicas del país y de su capital, allí veo una oportunidad gigante de traer una bebida suave en alcohol para acompañar la comida o simplemente para “tardear” o hacer un brunch. Con mucha emoción y expectativas, me pongo en contacto con abogados para cotizar el acompañamiento con algunos trámites y decido lanzarme a hacer este producto de la mano de sus raíces. Ese el inicio de un largo camino lleno de obstáculos para emprender.

3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?

Hice realidad mi idea gracias a personas cercanas: mis papás, Camila, Roméo, Baptou, Hugo y Manu, cada uno de ellos me han apoyado y me han animado a seguir mientras me enfrentaba a las dificultades burocráticas de emprender e importar bebidas alcohólicas acá en Colombia en tiempo de pandemia, y con mi falta de experiencia.

Llevé a cabo mi idea gracias a mi perseverancia, al amor por el producto y a la fe que le tengo a este proyecto. También fue un poco de suerte lograrlo.

Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.

4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?

Saqué la plata de mis ahorros de toda la vida, de lo que estoy ganando con mis otras profesiones y de un préstamo que me hicieron en Francia.

5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?

Ampliar la oferta de bebidas alcohólicas en Colombia y desarrollar en este país el amor por las cosas nuevas que a veces tienen matices extranjeros. También resaltar el amor por la gastronomía y los buenos productos. Mi propósito es dar a conocer un producto que hace parte del patrimonio cultural y culinario de Francia, en este país que tengo muy presente en el corazón.

6. ¿Soy feliz?

Podría decirles que sí, emprender ha sido una experiencia gratificante que me ha permitido crecer personal y profesionalmente, sin embargo, he tenido que pasar por procesos difíciles a la hora de emprender para lograr tener el producto acá en Colombia.

Los últimos años han sido un poco estresantes y se me han caído algunos pelos de la cabeza, pero estoy feliz viviendo en este país hermoso, diverso, y con un futuro brillante. Ahora tengo mis productos a la venta, de pronto con más estrés (risas), pero con la emoción de vender, darlo a conocer y un día no muy lejano de pronto poder vivir de él.

7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?

Actualmente, no tengo planes de vender mi empresa, ya que estoy enfocado en su crecimiento y desarrollo continuo. Además, esta marca lleva el nombre de mi abuelo, Marcel Thorel, que era campesino (como casi toda mi familia en la época), que tuvo que vivir momentos muy difíciles como la Segunda Guerra Mundial y la ocupación alemana en el norte del país.

Soy muy cercano a mi papá, aunque estemos viviendo tan lejos. Él perdió a su papá cuando tenía 18 años, mi abuelo se quitó la vida por la vida dura del campo, por un país destruido, así que este emprendimiento es un legado a su nombre y trabajo.

8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?

Primero, como se los dije ahorita, emprender fue un desafío exigente para un joven de 24 años, francés, solo, sin contactos, sin manejar en esa época bien el español, sin mucho dinero, sin experiencia, sin conocer bien la administración pública y las diferentes entidades del país. Menos mal, no cometí errores que habrían puesto el proyecto en peligro, solo he perdido tiempo y pelos (risas), como les dije.

Segundo, creo que de alguna forma y con mucha prudencia puedo decir que tengo el amor por emprender, el amor por ser independiente, asumir mis decisiones, crear ideas, soñar y hacer soñar.

9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?

Sí, he logrado cumplir parte de mi sueño al establecer la marca Marcel Thorel y al abrir un mercado con un producto nuevo: la primera sidra francesa con manzana 100 % colombiana. Hace falta dar a conocerlo más, ampliar la idea y seguir conquistando el mercado.

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10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?

Ahora, mi enfoque está en seguir aprendiendo, desarrollar este proyecto en toda Colombia, y continuar trabajando en mis otras profesiones.

11. ¿Mi emprendimiento es escalable?

Sí, mi emprendimiento tiene un gran potencial de escalabilidad debido al mercado que tenemos, la calidad de producto, la demanda del país para productos nuevos y de buena calidad. La sidra no tiene azúcar añadida, tiene 99.9 % de manzana, así que mis ambiciones con este producto son muy altas.

12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?

Estoy abierto a considerar inversiones de terceros si eso contribuye al crecimiento de mi empresa, haría match con alguien, sin perder mi independencia, así que la decisión de ceder parte de la empresa se tomaría cuidadosamente, asegurando que sea una asociación beneficiosa y que respete los valores de la marca y de mi abuelo.

13. ¿Qué no volvería a hacer?

Mirando hacia atrás, va a sonar un poco cliché, pero aprendí tanto de mis errores que no me arrepiento de mucho.

14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?

Me inspiraron muchas personas, por ejemplo, mi jugador de tenis favorito, Andy Murray. Volvió a la cancha cuando todos los médicos le decían que no podría volver a jugar nunca por culpa de una grave herida en la cadera. Con dedicación, perseverancia y fe logró volver a ganar títulos y ganarles a los mejores.

Me inspiró también mi papá porque tiene mucha fuerza y experiencia. Él nunca emprendió, pero ha vivido muchas cosas, lo admiro porque es una persona que trata a todo el mundo igual, sin importar la apariencia, el estrato social o la nacionalidad.

15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?

A veces les decía a las personas cercanas “ya no más”, pero la verdad es que nunca consideré rendirme. Los momentos difíciles son parte del proceso y estos ayudaron a fortalecer mi determinación.

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16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?

Hago parte de los afiliados de la CCI France Colombia, ellos me han ayudado a establecer relaciones y a darme a conocer.

17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?

Quizás sea una ilusión, pero con este proyecto también quise apoyar a uno de los últimos productores no industriales de sidra en Normandía. Para él, y su empresa familiar creada en 1949, no ha sido nada fácil y la posibilidad de entrar a Latinoamérica, fue una oportunidad inesperada, frente a las cooperativas que manejan el mercado de la sidra en Europa con precios muy económicos y con un producto de baja calidad.

Creo firmemente que mi emprendimiento tiene el potencial de trascender y dejar un impacto positivo duradero en el mercado de la sidra, un impacto positivo en la gastronomía colombiana, en la imagen que tiene el país sobre los productos franceses, y también reconocer el potencial económico que tiene traer de alguna forma inversiones de Francia.

18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?

A veces es difícil organizar el día que viene, entonces se me hace complejo responder a esta pregunta. De pronto me veo con otros proyectos entre nuestros dos países, gracias al éxito de Cidre Marcel en Colombia y otros países de Latinoamérica.

19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?

Mi familia y amigos han sido un pilar fundamental en mi viaje emprendedor. Su apoyo y aliento han sido invaluables. Suena cliché, pero así es. Parte de mi familia quizás nunca entendió por qué me establecí en Colombia (sin conocer ni hablar el idioma cuando llegué); sin embargo, mis papás de alguna forma me han entendido y apoyado para emprender.

El poder de las palabras sigue siendo subestimado y pienso que si tus papás no confían en ti, se te va a hacer difícil confiar en ti mismo. Mis amigos en Colombia y en Francia son una “chimba”, no tengo mucha más que decir.

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20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?

Sí, definitivamente estoy dispuesto a compartir mis experiencias y conocimientos para ayudar a otros emprendedores a alcanzar sus metas.

21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?

Mi primer equipo es mi novia, ella ha estado muy presente en este proyecto, y de manera general, es toda la gente que creyó en mí y en el éxito de esta idea. Soy el único socio, creador, gerente y empleado de mi empresa.

¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?

¿Mi pasión? No sé, nunca sentí que tenía nada especial, ningún talento realmente, Pero cosas que me gustan hacer, eso sí. Creo que de alguna forma compenso el hecho de que no soy muy bueno en nada, con darle mucho amor y dedicación a las cosas que hago, esto se refleja en la marca, y los clientes lo sienten.

Diría que lo que me hace destacar en mi industria, es la calidad del producto, el bajo grado de alcohol, la frescura del producto. Tiene burbujas muy finas comparables a la champaña con 100 % manzana. Es un producto hecho con el saber de los campesinos de Normandía, así que es elaborado de forma artesanal y natural.

23. ¿Qué he aprendido de todo esto?

Que emprender es chévere, pero es un proceso solitario, inestable y demorado. Amo vender y transmitir el amor por un producto. También me he dado cuenta de que importar es muy caro y que cuando todo parece oscuro, siempre hay una luz al final del famoso túnel.

Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻‍💻 🤓📚

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