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El “emprendimiento trasciende de la idea tradicional de convertir una idea en una empresa, hace referencia a la capacidad de transformar problemas en oportunidades y actuar sobre ellos a través del desarrollo de proyectos innovadores que estén al servicio de una organización o la sociedad misma. Se entiende que el emprendimiento aplica tanto a individuos como grupos y se refiere a la creación de valor en los sectores privado, público y terciario o combinación de los tres, por lo cual contempla diferentes tipos: El emprendimiento social, impulsado mediante la resolución de cuestiones sociales o culturales. El emprendimiento verde, se exploran los problemas ambientales para dar lugar a un impacto positivo en el medio natural a través de procesos sostenibles. El emprendimiento digital hace referencia a la creación de productos y servicios que son generados, comercializados, entregados y apoyados en línea a través de medios digitales. El intraemprendimiento es la aplicación de comportamientos, atributos y habilidades empresariales dentro de una organización existente de micro o pequeña empresa, empresa o sector público”.
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Así es como se presenta la nueva facultad de emprendimiento que acaba de lanzar la Universidad de El Rosario. ¿Pero, qué pasa en Colombia como para que se decida abrir un espacio académico a esta nueva forma de entender el mundo de los negocios de bases? De acuerdo con el estudio “La voz de las empresas en Colombia, un diálogo con la sociedad”, hecho precisamente por la Universidad del Rosario, “el 84 % de los encuestados tiene el deseo de emprender o ha tenido la idea de poner su propio negocio”. Por eso, para Alejandro Cheyne, rector de la institución, “estamos convencidos de que se puede aprender a emprender. Las universidades tenemos la responsabilidad de ofrecer programas de emprendimiento para que los jóvenes con esta vocación puedan convertir sus sueños en una realidad empresarial y social”.
Y de ahí nació, explicó el académico, la idea de estructurar un programa para educar en emprendimiento. “La Universidad del Rosario presentó la primera Facultad de Emprendimiento en Colombia. Esta apuesta promete transformar el panorama de la educación y la forma como se concibe el emprendimiento en el país”, explicó el centro docente. “La institución ha dado vida a un proyecto que transforma el rol del emprendedor en la sociedad, visionándolo como actor fundamental en la transformación y la creación de nuevos futuros”, apuntó Cheyne.
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De acuerdo con Andrea Ávila, decana de la Facultad de la nueva facultad, “el emprendimiento ya no se trata solo de generar ganancias. Ahora incorpora dimensiones psicológicas, sociales y tecnológicas. Es un enfoque responsable y estructurado, con procesos y conceptos esenciales para la educación”. ¿Y qué ofrecerán? “Se destacará por su estructura curricular innovadora y flexible, que abarca una proyección amplia del emprendimiento y las tendencias globales. El aprendizaje se basa en la experiencia, en las conexiones con diferentes industrias y agentes, la visión a futuro y el emprendimiento como un todo. Esta visión integral se apoya en un ecosistema de emprendimiento que incluye laboratorios, incubadora, aceleradora, living labs y sandboxes”
“El emprendedor cumple una función indispensable en la sociedad, al igual que el médico, el artista, el odontólogo o el científico. Un emprendedor es capaz de identificar y evaluar oportunidades o necesidades, desarrollar soluciones e implantarlas. Este proceso y no solo las virtudes de la persona son las que definen al emprendedor”, agregó Ávila.
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En el plan tienen ofertar un “pregrado en Emprendimiento y la maestría en Emprendimiento e Innovación”. Se sabe también que también hay una alianza con “Stargate Colombia para crear un programa de formación en emprendimiento en la industria de efectos visuales. Stargate, que ya cuenta con una escuela en este campo, colaborará con la facultad para desarrollar programas que impulsen el talento emprendedor para la industria”. Se supo también que “los estudiantes de este programa recibirán formación en innovación y desarrollo de nuevos productos, fortaleciendo así las dinámicas y nuevos métodos de generar emprendimientos”, dijo la decana.
Al final, ¿se nace emprendedor o se aprende a emprender? ¿Eso de emprender en una herencia familiar o sucede por necesidad? Aquí va una respuesta de un emprendedor de esos que se consideran exitosos: “El emprendimiento es un tema de apetito al riesgo en general. Uno se puede emplear y conseguir un trabajo y estabilidad, en el emprendimiento hay mucha incertidumbre. Siempre he tenido apetito por el riesgo, mi papá era aviador, era un fotógrafo famoso que se llamaba Rudolf y él hizo la mayoría de fotos aéreas de Colombia, entonces nos enseñó a volar, a tomar riesgos. Juego polo, hago kitesurfing, sky, entonces ese tema de querer tomar riesgos es de familia. Pero, por otro lado, siempre he sido apasionado de querer montar algo. Con José Vélez, en el colegio, hacíamos de todo, vendíamos chocolates, hacíamos loterías, y ahí uno como que ve el espíritu emprendedor. No soy creyente de que uno nace emprendedor, mucha gente muy capaz cambia su apetito de riesgo y eso lo he visto evolucionar. Cuando nosotros arrancamos, la mayoría de gente que emprendía eran los que no conseguían empleo, los varados. Ahora estamos viendo otra calidad de emprendedor, gente de universidades muy preparada que lo toman como forma de carrera, o gente que ha tenido una carrera larga como ejecutivos y se lanzan a ser emprendedores. Hay que decir: no tengo nada que perder, son dos años de mi vida, si esto funciona será increíble y si no, me vuelvo a emplear”., decía Martín Schrimpff, uno de los creadores de PayU, inversionista de más de 20 empresas con foco tecnológico y con crecimientos de hasta un 400 % en una de ellas en aquel noviembre de 2020, cuando lo entrevistamos, porque estaba justo hablando de un emprendimiento a gran escala que ya había abierto operaciones en México.
En Colombia, tan solo en emprendimientos sociales, se habla de un registro de más de 200.000 empresas con ese objetivo. Y, de acuerdo con el más reciente informe de inversión en la industria fintech, Bogotá “concentra el 62% de la actividad Fintech en el país, es decir, aproximadamente 185 compañías. La mayoría de estas compañías son de los segmentos de Pagos y Créditos digitales”. Un ecosistema que “tuvo un crecimiento del 78% de 2017 a 2021″.
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