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Él usa el arte como expresión contra la desigualdad para crear tejido social

Un proyecto que cree en el poder transformador del arte y la cultura para el desarrollo integral del ser humano y la sociedad.

07 de abril de 2022 - 07:06 p. m.
Ellos son Juan Jorge Cuesta y Melissa Moreno, los emprendedores que le dieron vida a un proyecto con tejido social, rompiendo esquemas desde el arte y la danza.
Ellos son Juan Jorge Cuesta y Melissa Moreno, los emprendedores que le dieron vida a un proyecto con tejido social, rompiendo esquemas desde el arte y la danza.
Foto: Cortesía Timbalé

“En la práctica, ofrecemos espacios de goce cultural y social a través de cursos y talleres formativos, o espectáculos y tomas culturales, integrando en nuestra cadena de valor jóvenes de comunidades vulnerables que han participado de nuestros programas de impacto social. En estos programas, trabajamos prácticas de liderazgo y crecimiento personal y comunitario construyendo a partir de la experiencia artística. Como resultado, creamos un engranaje donde personas y organizaciones contribuyen o se involucran en la construcción de espacios psicosociales seguros para estos jóvenes, dándoles la posibilidad de verse en un rol participativo y propositivo, fortaleciendo su identidad para liberarlos del estigma que justifica la violencia y aportando a una sociedad incluyente y con una mejor calidad de vida.

Cuando niño fui parte de la Fundación Orquesta Sinfónica Juvenil de Cúcuta, un programa de aprendizaje musical, inclusivo y libre de prejuicios, que consideré mi segundo hogar y que cultivó en mí no sólo el amor por el arte sino la capacidad de conectar con otras realidades diferentes a la mía, a través de la música”. Así lo cuenta Jorge Cuesta, el emprendedor que le dio vida a una idea de negocio que se convierte en una puerta para construir país desde el arte. En 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos hizo un recorrido por su emprendimiento y esto fue lo que nos contó.

1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?

38 años, Músico profesional de la universidad EAFIT.

2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?

Timbalé nació como un espacio para transformar realidades a través de la danza y la música, conectando personas, comunidades y organizaciones, desde los desafíos de sus propios contextos y usando el arte como expresión contra la desigualdad para crear tejido social.

En la práctica, ofrecemos espacios de goce cultural y social a través de cursos y talleres formativos, o espectáculos y tomas culturales, integrando en nuestra cadena de valor jóvenes de comunidades vulnerables que han participado de nuestros programas de impacto social. En estos programas, trabajamos prácticas de liderazgo y crecimiento personal y comunitario construyendo a partir de la experiencia artística. Como resultado, creamos un engranaje donde personas y organizaciones contribuyen o se involucran en la construcción de espacios psicosociales seguros para estos jóvenes, dándoles la posibilidad de verse en un rol participativo y propositivo, fortaleciendo su identidad para liberarlos del estigma que justifica la violencia y aportando a una sociedad incluyente y con una mejor calidad de vida.

Cuando niño fui parte de la Fundación Orquesta Sinfónica Juvenil de Cúcuta, un programa de aprendizaje musical, inclusivo y libre de prejuicios, que consideré mi segundo hogar y que cultivó en mí no sólo el amor por el arte sino la capacidad de conectar con otras realidades diferentes a la mía, a través de la música.

Decir que desde niño sabía que Timbalé sería mi proyecto de vida y que todo cobraría forma a través del baile, es más que una bonita fantasía, en retrospectiva cada uno de los pasajes de mi historia, incluyendo este de mi infancia cobran significado y han aportado a la construcción de Timbalé.

3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?

Todo comenzó bailando, cómo dice la canción. Mientras hacía mi carrera de Música en la Universidad EAFIT comencé a explorar la Salsa Rueda de Casino. La danza me brindaba un espacio de esparcimiento, trabajo físico y bienestar, que hacían más fáciles las cosas que pasaban por mi vida.

Descubrir que mi preparación y talento para la danza eran reconocidos no sólo me hacía sentir un artista integral, sino que permitió que diferentes personas, locales y extranjeras, me buscaran para enseñarles a bailar. En el 2015, BuenaVista y Mojito Bar me abrieron la puerta y comencé con lo que sería la semilla de la línea de formación de Timbalé.

Paralelamente, gracias a mi proyecto de tesis y a grandes aliados que en su momento me tendieron la mano, tuve la oportunidad de diseñar y ejecutar una metodología para trabajar con el canto coral como herramienta de transformación social en niños de comunidades vulnerables de Santa Rita y Zamora en Bello. Desde entonces, nuestra línea de impacto social nos ha permitido conocer y convivir con jóvenes talentosos y excepcionales de comunidades vulnerables de Medellín y Colombia, en un programa donde confluyen la formación, la danza, el canto y la creación colectiva, participativa e incluyente para romper los estigmas que ha generado la violencia de la que han sido víctimas

En el 2017 comenzaron a forjarse lo elencos artísticos de Timbalé ¡Salsa con toda! Aun no teníamos sede propia, pero la falta de espacio se compensaba con un optimismo sin límites y con una red de apoyo. Con nuestros primeros elencos nos tomamos diferentes espacios de Medellín y participamos en competencias de baile nacionales como el COLOMBIA DANCE PRIZE en Medellín, o internacionales como el RAÍCES CUBANAS en Ciudad de México, quedando en los primeros lugares de nuestra categoría, lo que significó consolidar nuestro proyecto artístico y validar nuestra propuesta creativa.

Así, para el 2018, cuando decidimos abrir nuestro propio espacio, ya teníamos las bases de nuestras tres líneas de trabajo, formación, proyección artística e impacto social, y contábamos con el reconocimiento y apoyo de diferentes organizaciones como CAPITAL SEMILLA y EL PAUER para impulso y fortalecimiento de emprendimientos de las industrias creativas con enfoque social.

2019 fue un año de trabajo intenso, de crecimiento y aprendizaje, sentíamos el impulso de un proyecto en crecimiento, y teníamos muchas ideas que queríamos hacer realidad, por eso cuando ganamos Fondo Emprender con el SENA, nos sentimos imparables, hasta que llegó la pandemia.

Y aquí hago una pausa para subrayar por qué pude hacer realidad Timbalé, y por qué después de años tan difíciles como el 2020 y el 2021, aquí seguimos más comprometidos que nunca:

1. Trabajo Intenso, buenos amigos y aliados, pasión y resiliencia.

2. Nuestro trabajo ha dado frutos. Tenemos el sello COCREA con nuestro programa DE LAS COMUNAS PARA EL MUNDO, hemos participado y ganado en programas para emprendimientos culturales como CROMÁTICA de ALTERNA para Latinoamérica, y recibido apoyo del Ministerio de Cultura para el desarrollo de nuestros programas sociales.

3. Nuestra misión social nos impulsa a prepararnos todos los días, a pesar de las dificultades, creando, mejorando y aprendiendo de nuestros procesos y de nuestros errores y aciertos, para contribuir desde el arte y la cultura a la construcción de país.

Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.

4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?

Al principio Timbalé era un proyecto de medio tiempo, tenía que seguir trabajando para poder sostenerme y sostener el proyecto. Una vez decidí apostarle y dedicarme al 100% al prototipo ideal, mi familia fue mi primera inversionista, y ya más adelante con la organización más consolidada, recibimos impulso financiero del programa Capital Semilla de la Alcaldía de Medellín y del Fondo Emprender del SENA, que han sido siempre grandes aliados. Durante el 2021 participamos de un programa de cultivación y fortalecimiento de emprendimientos de la industria creativa para toda Latinoamérica, Cromática - Alterna, del que resultamos ganadores, lo que significó adicional a la inmensa alegría por la representación de nuestro país, una inyección de capital.

5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?

Vemos el arte no solo desde la perspectiva del entretenimiento o de la adquisición de destrezas, sino como una función social y como tal nos da la posibilidad de generar espacios de encuentro y solidaridad para trabajar en el desarrollo de habilidades en un contexto donde el crecimiento personal impulsa el trabajo cooperativo y se reconocen y aceptan las capacidades individuales como punto de partida para sensibilizarse en la realidad del otro.

A través de la danza, los jóvenes se identifican como agentes de cambio, se realizan sinergias intercomunales, se abren espacios de diálogo e integración, en un ambiente de goce cultural y artístico que genera una experiencia satisfactoria para ellos, que los forma como públicos culturales, los impulsa a replicar las herramientas adquiridas en otros ámbitos de su vida y le da la oportunidad de ver en la práctica artística una opción de vida y de movilidad social.

6. ¿Soy feliz?

Soy feliz y me siento realizado. Es más fácil sortear la marea con optimismo.

7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?

No lo vendería, sin embargo, comprendo la importancia de abrir la puerta a posibles inversionistas, que tengan la misma visión que tengo acerca de Timbalé.

8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?

Emprender es difícil y en las industrias creativas lo es más, dado que el arte y la cultura se consideran prescindibles para muchas personas a pesar de la importancia del arte como medio para comunicarnos, para crear y para construir una sociedad avanzada.

Además, la educación artística no viene siempre acompañada de una adecuada formación en temas de negocio, lo que hace doblemente retador enfrentarse a todos los desafíos que ofrece un emprendimiento, ya que a la par de la generación de un portafolio de clientes, debemos destinar muchas horas de nuestro tiempo en procesos de capacitación, cruciales para sortear las brechas de conocimiento, y sumar, además, la enorme cantidad de distintas tareas que surgen en el día a día.

A nivel emocional, la incertidumbre genera momentos de ansiedad. Creo que todos los emprendedores trabajamos con este pensamiento constante de si estamos haciendo las tareas suficientes e importantes para garantizar la sostenibilidad de nuestros proyectos y el sustento de todos los que dependen de él.

9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?

Timbalé es un sueño que se construye a diario.

Nuestra visión es llevar nuestros programas sociales a todos los territorios de Colombia y del mundo donde haya jóvenes que necesiten espacios como los que Timbalé ofrece a través del arte. Vincular más empresas y organizaciones a este propósito de transformación y seguir trabajando para crear una oferta de servicios que genere experiencias enriquecedoras para nuestros clientes y colaboradores.

Sabemos que si Timbalé es sostenible, podremos brindar trabajo digno a muchos jóvenes y artistas promoviendo su creatividad y el desarrollo de sus talentos, y todo eso requiere de un compromiso constante con este sueño que es la Organización Cultural Timbalé.

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10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?

Estamos buscando aliados en el sector privado que se unan a nuestra visión y nos abran las puertas. Estamos apostando por tener una oferta más amplia de cursos y talleres formativos, no sólo en danza sino también en música, en alianza con nuevos espacios para tener un mayor alcance geográfico y porque no, en el futuro tener más sedes de Timbalé.

Queremos posicionar el TimbAllero Fest, festival inclusivo de la danza de Medellín, como plataforma para dar a conocer agrupaciones artísticas, profesionales, semiprofesionales y aficionadas con enfoque social y como espacio de encuentro para amantes de la salsa y de ritmos latinos. TimbAllero Fest así como Timbalé ya son marca registrada, lo que nos llena de felicidad.

Estamos en pleno proceso de transformación digital, cambiando el paradigma, capacitándonos e implementando nuevas herramientas digitales y esperamos tener un portafolio de productos digitales que complemente nuestros servicios presenciales.

Soñamos llevar nuestros programas a otros países aliándonos con entidades e instituciones que compartan nuestros sueños.

Y bueno, nuestra marca Timbalé ofrece muchas posibilidades, desde creación de productos tangibles relacionados, como ropa y accesorios, hasta la creación de servicios alineados con nuestra propuesta de valor.

11. ¿Mi emprendimiento es escalable?

Sí. La danza y la música son formas universales y atemporales de comunicarnos, lo que permite replicar nuestros servicios para diferentes tipos de audiencias.

12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?

No recibiría inversión de un desconocido. Para ceder parte de mi empresa lo haría con alguien con quien tenga la confianza de que voy a compartir la visión de Timbalé, alguien que aportaría al proyecto desde sus saberes y experiencias, y no solamente dinero. Necesariamente, tendríamos que hablar mucho y conocernos antes.

13. ¿Qué no volvería a hacer?

He hecho cosas que no me gustaron mucho o que retrasaron procesos, pero pienso que uno de los mayores superpoderes de un emprendimiento es aprender de sus fracasos y en este sentido, cada cosa que hemos vivido nos ha mostrado caminos que debemos seguir o evitar.

14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?

Sigo los pasos del profesor Rafael Pineda, el director emérito de la Fundación Orquesta Sinfónica Juvenil de Cúcuta, y de todos los maestros, artistas y amigos que trabajan todos los días por sacar sus proyectos adelante, personas talentosas y comprometidas con vencer la adversidad.

15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?

No he fracasado, pero si pensé en tirar la toalla. 2020 fue un año retador, ese año nació mi hija, en plena pandemia y tuvimos que cerrar las puertas, dejar nuestro apartamento e irnos a vivir en la escuela para que pudiéramos continuar. Cuando tu mundo se tambalea es fácil pensar en tirar la toalla, pero tuve la suerte de contar con el apoyo incondicional de mi esposa y coequipera, de mi familia que siempre ha creído en mí y de nuestros amigos de Timbalé, que desde el confinamiento siguieron creyendo en nosotros.

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16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?

Sí. En mí opinión pertenecer a una comunidad es esencial para los emprendimientos. Nosotros como Timbalé somos parte de la comunidad del PAUER, SENA, RUTA N, SOCIAL LAB, CAPITAL SEMILLA Y CROMÁTICA de ALTERNA, estoy fortaleciendo competencias en liderazgo social con el GLOBAL LEADERS PROGRAM (GLP) y hago parte de la cohorte 2021 de FELLOWS DE ACUMEN, una comunidad de líderes sociales que desde distintos ángulos y regiones de Colombia trabajan inspirando a otros a reconocer los desafíos como oportunidades, para que nuestra sociedad se transforme y desarrolle todo su potencial. Siempre que nos abran las puertas, haremos parte de estas comunidades, para aprender, para relacionarnos, compartir buenas prácticas y seguir creciendo y apoyándonos juntos.

17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?

Alrededor de 3.2 millones de jóvenes en Colombia ni estudian ni trabajan. Los jóvenes que hoy tienen oportunidades, herramientas y espacios de crecimiento, gracias a los beneficios de los programas sociales, impactarán mañana en la disminución de la delincuencia, así como en la productividad y crecimiento económico de los países. Por tanto, apoyar este tipo de programas tiene beneficios no sólo para los jóvenes sino para la sociedad en su conjunto.

Además, la danza genera bienestar físico y emocional que contribuye a garantizar una mejor calidad de vida, y un mundo más saludable para todos.

18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?

En 10 años veo a la Organización Cultural Timbalé con un equipo de gente comprometida, incluyendo jóvenes y artistas dentro de su nómina, en continuo movimiento, desarrollando programas con jóvenes en todo el país y en Latinoamérica, junto a aliados de impacto del sector público y privado.

Veo sedes de grupos juveniles en diferentes comunidades de Medellín y Colombia empoderándose a través del arte y nuestra sede principal, más amplia, estructurada y completa, albergando cursos de danza y de música para todas las edades.

Nuestros elencos serán reconocidos a nivel nacional y el TimbAllero Fest será una parada obligada para turistas que quieran ver una cara diferente de Medellín. Además, nuestra línea de ropa y accesorios Timbalé será una realidad, y nuestros servicios digitales estarán posicionándose dentro del mercado nacional.

19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?

Timbalé no sería lo que es ahora sin el apoyo de mi familia y amigos. Mis padres han sido siempre mi soporte y me han enseñado desde el ejemplo y desde el amor. Mis hermanos han estado ahí para darme generosamente su conocimiento, experiencia y apoyo. He tenido siempre amigos que han creído en Timbalé y que han contribuido al proyecto de innumerables formas.

Sin embargo, el más grande apoyo es el de mi esposa y co-equipera Melissa Moreno, mi mano derecha en todo sentido, quien complementa mi visión de negocio desde otras perspectivas y quien, junto con mi hija, me impulsa a ser mejor todos los días.

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20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?

¡Por supuesto! Las redes de apoyo son clave para que un emprendimiento salga adelante. Timbalé se ha visto beneficiado de muchas maneras gracias al aporte de otros emprendedores que compartieron sus experiencias, temores, éxitos y fracasos, y nosotros también estamos dispuestos a darle la mano a todos aquellos que lo necesitan.

21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?

Timbalé es su gente, y es gracias al compromiso y a los aportes de las personas de nuestro equipo de trabajo que queremos seguir creciendo y creando.

Nuestros profesores aman lo que hacen y esa pasión se transmite en los espacios formativos; tenemos un grupo de personas que se le mide a participar de nuestros programas sociales como formadores o voluntarios, compartiendo todos sus saberes y experiencias a jóvenes que lo necesitan; los directores artísticos y bailarines de los elencos de proyección están deseosos de explorar nuevas formas de comunicar a través de la danza y todo este engranaje se amalgama con la guía, liderazgo y soporte de nuestro equipo base, Melissa, mi esposa y directora administrativa, Suyin, nuestra auxiliar operativa, Nathaly, mi hermana y directora comercial y yo, que funjo como director general y artístico, siempre dispuestos a aprender, a aportar en todos los procesos y a crecer con Timbalé.

22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?

La energía, el carisma, la alegría para movilizar y para generar en las personas y colaboradores un sentido de responsabilidad y aporte social desde la inclusión, usando el arte y la cultura como un motor para empoderar, incluir, fortalecer y transformar realidades personales y colectivas.

23. ¿Qué he aprendido de todo esto?

Transitar este camino ha significado aprender a descubrirme, crecer y a madurar con cada pasa dado, aprender que la vida no es de color blanco y negro, sino de muchos colores diferentes, que lo que hoy puede ser un conflicto o una dificultad, mañana puede convertirse en esperanza y progreso, Timbalé me ha enseñado a creer, a tener fe aun en la incertidumbre, a trabajar con pasión y con optimismo al servicio de un ideal que se transforma constantemente para ponerse al servicio del otro y así juntos poder construir una sociedad más justa y con más oportunidades para todos, y finalmente me ha enseñado a escuchar, a no creer en historias únicas, esas que son contadas desde un solo lado, a entender que para poder comprender a una Colombia diversa y aportar a su construcción es necesario ser empáticos, entender desde que punto nos habla el otro, y desde esa suma de historias crear una más completa, real y mejor versión de país.

Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com).

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