Las 10 enseñanzas de Kipchoge en su discurso por el premio Princesa de Asturias
Uno de los atletas más importantes de los últimos tiempos construye un paralelo entre la carrera atlética y el acto mismo de vivir cada instante de la vida. Aquí va su decálogo.
Edwin Bohórquez Aya
(Liderazgo) Esta es una pequeña presentación de un deportista que no solo ha sido destacado por su capacidad para correr en la prueba más difícil de todas las atléticas, sino de quien ha construido una vida desde la disciplina y la concentración: “Eliud Kipchoge, nacido en el condado de Nandi (Kenia) el 5 de noviembre de 1984, es el absoluto dominador actual de la prueba de maratón, y está considerado como una leyenda del atletismo mundial, además del mejor corredor de maratón de todos los tiempos. En los últimos años, ha logrado imponerse en dieciséis de las diecinueve pruebas de la disciplina que ha disputado y se ha subido a lo más alto del podio once veces en cuatro de los denominados Grandes Maratones: Chicago (2014), Londres (2015, 2016, 2018 y 2019), Berlín (2015, 2017, 2018, 2022 y 2023) y Tokio (2022). Pertenece al equipo NN Running Team de los Países Bajos”.
A este hombre, que además de dejar kilómetros y kilómetros atrás, también va dejando enseñanzas, le llaman “El filósofo”, por lo que han catalogado como “su destreza estratégica en las carreras y su capacidad de concentración”. Kipchoge, detalla la organización Princesa de Asturias, “es el actual campeón olímpico de la maratón y ha ostentado el récord mundial de la disciplina hasta octubre de 2023, con una marca de 2:01:09, establecida en la Maratón de Berlín en 2022, con la que rebajó en treinta segundos la fijada hasta ese momento por él mismo en esta competición en 2018. Es el único atleta en la historia que ha corrido una maratón en menos de dos horas, hecho que logró en Viena en 2019″.
Pero lo suyo no es solo romper números en maratón, también lo hace fuera de las calles por las que corre. Es “embajador de la Laureus World Sports Foundation y en el “2021 creó la Fundación Eliud Kichoge, cuyo objetivo es facilitar el acceso a la educación infantil y la protección del medio ambiente”. Por su laureada carrera, acaba de ganar el premio Princesa de Asturias de los deportes 2023 y aquí van sus 10 enseñanzas que aplican no solo para los que corremos, que hemos llegado a una maratón, sino para todos aquellos que podrían llegar a entender el por qué correr es más que un estilo de vida:
1. “Correr no es solo movimiento físico. Correr es un vehículo que tiene el poder de unirnos. Correr une a personas de todos los ámbitos de la vida, permitiendo que distintas culturas y trayectorias se unan para correr”.
2. Cuando corres, no importa tus orígenes. No importa el color de tu piel.
3. Correr un maratón es una celebración. Un momento en el que te aplauden por las infinitas horas de dedicación, disciplina y pasión que has invertido en tu entrenamiento hasta alcanzar ese momento.
4. Debemos hacer de nuestro mundo un mundo que corre. Porque un mundo que corre es un mundo feliz. Y un mundo feliz es un mundo en paz.
5. Existe un fuerte paralelismo entre correr y nuestra vida cotidiana, donde, para ser felices, debemos centrarnos en nuestra salud mental y superar los desafíos que se nos presentan antes de alcanzar, por fin, la proverbial línea de meta.
6. Alguien que termina una maratón es capaz de lograr cualquier cosa en la vida.
7. No se puede apresurar el éxito, requiere una actitud firme tanto en los deportes como en la vida. Para llegar a la cima se necesita mucha disciplina, innumerables horas de duro trabajo en momentos en el que resulta más fácil parar y descansar.
8. Uno no puede tener éxito solo. Nos necesitamos unos a otros, tanto en la vida como en los deportes.
9. Ningún ser humano está limitado. Porque solo podremos alcanzar la grandeza si creemos plenamente que no hay nada que nos detenga. No hay límites, es nuestra mente la que nos lo hace creer de forma engañosa.
10. Les invito a que empiecen a correr, no importa cuán lejos ni cuán rápido. Entonces, empezarán a sentir lo que yo siento: Un mundo que corre es un mundo feliz. Un mundo que corre es un mundo unido.
El decálogo del llamado filósofo del deporte, del maratón, es atemporal, pero sobre todo, es tan cierto que los deportistas que no buscan un primer lugar en una carrera, tienen claro que lo que quieren es superarse a sí mismos, tal vez uno de los objetivos más difíciles de cumplir en la vida cuando hay tantos obstáculos y tantas distracciones. Y todo eso sucede, paso a paso, con constancia, sin atajos. Correr es conocerse y entender la capacidad del cuerpo, de la mente, correr un maratón es todo eso sumado al valor de la preparación y el entrenamiento, de la importancia de comer y dormir bien, de escuchar cada señal del cuerpo, de reducir la velocidad cuando se sabe que el camino es largo y hay que dosificar, tal cual pasa en todos los demás escenarios de la vida.
Como muy bien lo dijo este atleta, un hombre distinto, sin lugar a dudas, durante la entrega de este reconocimiento: “Recibir este premio esta noche me llena de honor, ya que es un reconocimiento a aquello en lo que he creído profundamente a lo largo de mi vida profesional. Para algunos, correr es simplemente un acto de movimiento físico, pero desde que comencé a correr cuando era niño en Kapsabet, Kenia, supe que correr significaba algo mucho más grande que eso”.
(Liderazgo) Esta es una pequeña presentación de un deportista que no solo ha sido destacado por su capacidad para correr en la prueba más difícil de todas las atléticas, sino de quien ha construido una vida desde la disciplina y la concentración: “Eliud Kipchoge, nacido en el condado de Nandi (Kenia) el 5 de noviembre de 1984, es el absoluto dominador actual de la prueba de maratón, y está considerado como una leyenda del atletismo mundial, además del mejor corredor de maratón de todos los tiempos. En los últimos años, ha logrado imponerse en dieciséis de las diecinueve pruebas de la disciplina que ha disputado y se ha subido a lo más alto del podio once veces en cuatro de los denominados Grandes Maratones: Chicago (2014), Londres (2015, 2016, 2018 y 2019), Berlín (2015, 2017, 2018, 2022 y 2023) y Tokio (2022). Pertenece al equipo NN Running Team de los Países Bajos”.
A este hombre, que además de dejar kilómetros y kilómetros atrás, también va dejando enseñanzas, le llaman “El filósofo”, por lo que han catalogado como “su destreza estratégica en las carreras y su capacidad de concentración”. Kipchoge, detalla la organización Princesa de Asturias, “es el actual campeón olímpico de la maratón y ha ostentado el récord mundial de la disciplina hasta octubre de 2023, con una marca de 2:01:09, establecida en la Maratón de Berlín en 2022, con la que rebajó en treinta segundos la fijada hasta ese momento por él mismo en esta competición en 2018. Es el único atleta en la historia que ha corrido una maratón en menos de dos horas, hecho que logró en Viena en 2019″.
Pero lo suyo no es solo romper números en maratón, también lo hace fuera de las calles por las que corre. Es “embajador de la Laureus World Sports Foundation y en el “2021 creó la Fundación Eliud Kichoge, cuyo objetivo es facilitar el acceso a la educación infantil y la protección del medio ambiente”. Por su laureada carrera, acaba de ganar el premio Princesa de Asturias de los deportes 2023 y aquí van sus 10 enseñanzas que aplican no solo para los que corremos, que hemos llegado a una maratón, sino para todos aquellos que podrían llegar a entender el por qué correr es más que un estilo de vida:
1. “Correr no es solo movimiento físico. Correr es un vehículo que tiene el poder de unirnos. Correr une a personas de todos los ámbitos de la vida, permitiendo que distintas culturas y trayectorias se unan para correr”.
2. Cuando corres, no importa tus orígenes. No importa el color de tu piel.
3. Correr un maratón es una celebración. Un momento en el que te aplauden por las infinitas horas de dedicación, disciplina y pasión que has invertido en tu entrenamiento hasta alcanzar ese momento.
4. Debemos hacer de nuestro mundo un mundo que corre. Porque un mundo que corre es un mundo feliz. Y un mundo feliz es un mundo en paz.
5. Existe un fuerte paralelismo entre correr y nuestra vida cotidiana, donde, para ser felices, debemos centrarnos en nuestra salud mental y superar los desafíos que se nos presentan antes de alcanzar, por fin, la proverbial línea de meta.
6. Alguien que termina una maratón es capaz de lograr cualquier cosa en la vida.
7. No se puede apresurar el éxito, requiere una actitud firme tanto en los deportes como en la vida. Para llegar a la cima se necesita mucha disciplina, innumerables horas de duro trabajo en momentos en el que resulta más fácil parar y descansar.
8. Uno no puede tener éxito solo. Nos necesitamos unos a otros, tanto en la vida como en los deportes.
9. Ningún ser humano está limitado. Porque solo podremos alcanzar la grandeza si creemos plenamente que no hay nada que nos detenga. No hay límites, es nuestra mente la que nos lo hace creer de forma engañosa.
10. Les invito a que empiecen a correr, no importa cuán lejos ni cuán rápido. Entonces, empezarán a sentir lo que yo siento: Un mundo que corre es un mundo feliz. Un mundo que corre es un mundo unido.
El decálogo del llamado filósofo del deporte, del maratón, es atemporal, pero sobre todo, es tan cierto que los deportistas que no buscan un primer lugar en una carrera, tienen claro que lo que quieren es superarse a sí mismos, tal vez uno de los objetivos más difíciles de cumplir en la vida cuando hay tantos obstáculos y tantas distracciones. Y todo eso sucede, paso a paso, con constancia, sin atajos. Correr es conocerse y entender la capacidad del cuerpo, de la mente, correr un maratón es todo eso sumado al valor de la preparación y el entrenamiento, de la importancia de comer y dormir bien, de escuchar cada señal del cuerpo, de reducir la velocidad cuando se sabe que el camino es largo y hay que dosificar, tal cual pasa en todos los demás escenarios de la vida.
Como muy bien lo dijo este atleta, un hombre distinto, sin lugar a dudas, durante la entrega de este reconocimiento: “Recibir este premio esta noche me llena de honor, ya que es un reconocimiento a aquello en lo que he creído profundamente a lo largo de mi vida profesional. Para algunos, correr es simplemente un acto de movimiento físico, pero desde que comencé a correr cuando era niño en Kapsabet, Kenia, supe que correr significaba algo mucho más grande que eso”.