Ella creó una plataforma digital que conecta la industria textil con el mundo

Se trata de una red global de profesionales, marcas, talleres, proveedores y empresas de la industria, donde los miembros pueden exhibir su trabajo, establecer conexiones profesionales y participar en programas educativos especializados, fomentando así el desarrollo y la innovación de este nicho de mercado.

Tatiana Gómez Fuentes
17 de enero de 2024 - 04:00 p. m.
Ella es Carolina Gaitán Montoya, la emprendedora detrás de esta idea de negocio.
Ella es Carolina Gaitán Montoya, la emprendedora detrás de esta idea de negocio.
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“El sector moda, textil y confección es la segunda industria más grande del mundo, genera ingresos por más de 3 trillones de dólares anuales y en Colombia representa el 9.4 % PIB, facturando $15 billones aproximadamente el último año. Se calcula que emplea en el país a más de 600.000 personas de manera directa. Actualmente, en la comunidad de La Cortesana se están visibilizando a más de 140.000 actores de Latinoamérica.

Con una comunidad de más de 60.000 miembros en 60 países, mi emprendimiento se ha convertido en un núcleo para el crecimiento profesional en el sector. Gracias al programa ALDEA Empodera, hemos logrado expandirnos y mejorar nuestra plataforma digital, beneficiando a un 87 % de mujeres involucradas en la moda y la confección en el país”, así lo cuenta Carolina Gaitán, la emprendedora detrás de este negocio que le apunta al sector de la moda. Hablamos con ella en 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos y aquí está si historia.

1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?

37 años, Diseño de Modas en la Universidad de Belgrano en Buenos Aires, Argentina, Joven Líder de las Americas YLAI por el Departamento de Estado de los Estados Unidos y candidata Fellow Acumen 2023.

2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?

Al terminar mis estudios como diseñadora decidí crear mi propia marca especializada en ropa para mujer, noche y ocasiones especiales. Trabajé cinco años con la marca, representé a Argentina en Colombiamoda dos años consecutivos y vendí mis productos en tres tiendas propias y 19 alrededor de Argentina. Esta experiencia me permitió conocer el sector muy de cerca y vivenciar los retos que teníamos para el desarrollo de productos textiles.

Fue así que en el 2013 fundé el primer coworking textil del mundo, un espacio donde ofrecía alquiler de máquinas y herramientas. Mi objetivo era mejorar la conectividad de los actores y ser una solución a estos retos de producción. En el año 2020 regresé a Colombia para materializar el desarrollo tecnológico con el que soñé desde el día que abrí las puertas del coworking textil, sabía que la tecnología me ayudaría a conectar de una manera más rápida y eficiente esta industria, y aquí vamos.

3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?

Cuando regresé a Colombia, tenía claro que la evolución en el sector debía darte a través del uso de la tecnología, para el beneficio de toda la cadena de producción e incluso para su impacto social, económico y ambiental. Pero aplicar tecnología a uno de los sectores más tradicionales ha sido uno de mis retos más grandes, soy pionera en esto y eso lo hizo más difícil. Primero validé todo de manera manual, por medio de nuestro ejercicio en el espacio físico, en nuestras redes y con las bases que creamos desde nuestro inicio.

La pandemia fue un momento que nos benefició mucho, recuerdo que todos desde la virtualidad y el encierro estaban buscando quién confeccionara tapabocas, kits de seguridad, productos textiles y fue increíble ver que desde el Ministerio de Productividad de Argentina, talleres en casas de familia en Colombia y emprendedores en México me buscaban para que los ayudara a conectarse. Esta situación me demostró que sí teníamos otras formas de producir conectándonos a través de un espacio digital. No dudé en empezar el desarrollo tecnológico, tardó nueve meses de la mano de un equipo de cinco personas aproximadamente, trabajando para darle vida a la app de La Cortesana.

Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.

4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?

La Cortesana se ha mantenido desde un inicio con recursos propios y con la venta de nuestras capacitaciones, que desde un comienzo han sido uno de nuestros servicios más exitosos.

5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?

Estoy logrando que puedan llegar más oportunidades de trabajo a las personas que hacen posible la creación de productos textiles. Hoy en día, estas personas, empresas y fábricas son invisibles para el sector. La gran mayoría de personas que trabajan en el sector lo hacen desde sus y garajes. El 85 % de los trabajadores de la industria textil son mujeres.

Por medio de La Cortesana estamos permitiendo que estas mujeres tengan rostro, nombre, y que a un clic de distancia tengan oportunidades de trabajo, mejorando sus ingresos. Estamos hablando de impacto social, pero también debemos tener en cuenta que estamos buscando revolucionar la forma de producir en el sector, este factor aumenta las ganancias económicas para todos. La transformación de esta industria hace que el viejo concepto de maquilar quede en el pasado.

6. ¿Soy feliz?

Soy inmensamente feliz. Me siento afortunada y bendecida, a nivel profesional, vivo en propósito y esto no lo cambio por nada en la vida. Creo que esta felicidad es la que me ayuda a mantenerme en los momentos más difíciles, que han sido muchos como emprendedora de impacto. Ser feliz para mí va en generar un cambio positivo en el mundo, más allá de simplemente generar dinero incrementando los problemas sociales.

7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?

No, por nada del mundo y ni por todos los millones de dólares del mundo. No creé La Cortesana esperando a que dé algo de dinero, luego venderla e ir por otra idea y así, no, ese nunca ha sido mi propósito. El único momento en el que voy a venderla es cuando logre tocar la campana en la bolsa, ahí, teóricamente, vendería la compañía a la gente de a pie a través de acciones que cualquiera en cualquier lugar, pueda comprar. Esta es una empresa creada por y para la gente, así que trabajo para lograrlo.

8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?

Mi camino como emprendedora ha sido diferente, nunca pensé en trabajar en una empresa. En el 2010 abrí la puerta de mi primer local, nunca paré de trabajar, trasnoché, sacrifiqué relaciones, momentos, personas, tuve jornadas de domingo a domingo, de enero a diciembre sin parar, muchas veces el dinero no alcanzaba y tenía que pagarle a todo el personal, buscar financiación y estar más angustiada que otra cosa.

Un día vino al coworking uno de los referentes israelíes más respetados del ecosistema emprendedor en el mundo, Harry Yuklea. Yo no sabía quién era, solo abrí la puerta como lo hacía con todas las personas, le conté sobre nuestro trabajo y al terminar me dijo que yo era una emprendedora, en ese momento conocí la palabra y empecé a indagar qué era eso de emprender, entendí que todo eso duro que hacía todos los días era emprender. Mi camino ha sido muy duro.

9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?

Lo estoy cumpliendo. Me faltan muchas cosas, lo que se ve de La Cortesana hoy en día es solo una parte de lo que sueño, con la comunidad, con los talleres, con todos los actores vinculados y todo lo que podemos facilitar por medio del uso de tecnología. Al final, seguir transformando esta industria.

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10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?

Ya estamos trabajando en la segunda versión de la app. Estoy muy contenta con el trabajo que se está realizando, estos dos años después del lanzamiento nos sirvieron para mejorar muchas cosas y todos los usuarios de La Cortesana seguro lo van a notar. También haremos una gira por toda Colombia para fortalecer el sector, esta es una iniciativa que organizamos con Innpulsa, soy una de sus aliadas del sector por medio de sus centros CEmprende.

11. ¿Mi emprendimiento es escalable?

Hoy en día atendemos en toda Latinoamérica, esto se generó desde el momento que lanzamos nuestros espacios digitales, las necesidades textiles están en todos los países del mundo porque en cada uno de ellos existen proveedores, talleres, fábricas y todo tipo de prestadores de servicios o productos. Nos han llegado consultas desde Australia, Canadá, Estados Unidos e incluso desde Cuba. Así que seguimos preparándonos para seguir creciendo.

12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?

He sido muy celosa siempre de la inversión. En Latinoamérica se demoró mucho entender lo que significa la inversión en startups, en mi caso, siempre sentí que me estaban tumbando. La verdad es que es una pena ver que muchos emprendimientos no han podido crecer por el tipo de inversión que han recibido.

Me siento muy afortunada porque he cuidado lo más importante de esta empresa con el objetivo de poder seguir creciendo de la manera lo va pidiendo y viviendo. Sí, recibiría inversión, pero busco a los mejores inversores de impacto que beneficien realmente lo que estoy construyendo. Si no existen, sé que puedo seguir creciendo con los recursos de la propia empresa. Más que recibir o no inversión, uno como emprendedor debería saber para dónde va y tener claro que eso lo va a lograr con o sin inversión.

13. ¿Qué no volvería a hacer?

No volvería a esperar el momento perfecto para lanzar o hacer las cosas. Soy una persona demasiado perfeccionista, fui patinadora artística, deportista de alto rendimiento, estudié en un colegio de monjas y mi infancia estuvo muy cargada de perfeccionismo y disciplina, entonces, me ha costado mucho lanzar las cosas e irlas arreglando en el camino.

14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?

Me han inspirado profundamente dos personas, uno de ellos es Nelson Mandela, su vida, su lucha y sus ganas por mejorar la vida de una sociedad entera y romper con paradigmas muy complejos que teníamos como sociedad, es una fuerte motivación. Era un hombre muy inteligente que pasó las necesidades y adversidades más grandes y logró su objetivo. El segundo es Phil Knight, el creador de Nike, un hombre que empezó vendiendo tenis en su casa, arrodillado, midiéndoles zapatos a sus clientes, con sus dos primeros empleados, uno en silla de ruedas y otro pasado de kilos, personajes por los que nadie habría dado un peso, construyeron un imperio que factura 30 billones de dólares al año.

15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?

Creo que uno fracasa de muchas formas y muchas veces como emprendedor, desde una contratación mal hecha, hasta un mal producto. El fracaso es algo que a uno lo acompaña todo el tiempo. El éxito oculta lo que el fracaso enseña, dice una psicóloga española, y eso no puede ser más cierto. A pesar de todos esos fracasos que he tenido, nunca he pensado en dejar de hacer lo que hago, claro que he tenido momentos muy complejos y de mucha soledad, pero jamás, jamás he pensado en desistir.

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16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?

Sí, de muchas comunidades, hoy en día se han fortalecido estos espacios y le hacen bien a la comunidad emprendedora. Hago parte de una comunidad que ha sido muy importante para mí, WonderTech. Está especializada en mujeres que están involucradas en el sector de la tecnología, esto les ha permitido abrir un espacio para ayudarnos unas con otras, haciendo actividades y resolviendo necesidades, así que nos hemos vuelto amigas y confidentes. Este espacio es lo más importante que me ha dado el ecosistema emprendedor.

17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?

Sin lugar a dudas, piensa que hasta hace dos años una persona con un taller en su casa, que mantenía a toda una familia, no tenía la forma de darse a conocer y acceder a mejores oportunidades, sin mencionar la falta de capacitación, acompañamiento, regulación de precios y formalidad. Visibilizar un sector tan importante es darle herramientas a las nuevas generaciones para tomar mejores decisiones con respecto a los productos que consume, compra y contrata. Sé que este es el comienzo de un cambio de paradigma y cultura en el sector de la moda.

18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?

Como un referente de la transformación del sector de la moda, el textil y las confecciones. También me visualizo como un referente de la nueva forma de hacer una economía sostenible para nuestra sociedad..

19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?

Al haber decidido empezar este camino en otro país y sola, mi familia y algunos amigos estuvieron alejados del proceso. Hoy en día han comprendido mi estilo de vida, me apoyan y me acompañan porque al final uno los termina contagiando de todo lo bueno que se puede construir con la idea de un sueño.

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20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?

Sin lugar a dudas, a las mujeres emprendedoras. Ayuda mucho que algunas empecemos a lograrlo, porque estamos abonando el camino para todas las que vienen detrás de nosotras.

21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?

He tenido equipos de trabajo desde el primer día que empecé a emprender, nunca he hecho las cosas sola, aunque soy la cara visible y a pesar de que muchas veces hemos sido equipos pequeños. Sin todos y cada uno de ellos nada existiría.

22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?

Para mí no hay forma de crear empresa sin tener claro que impactamos a nuestra sociedad y a nuestro planeta. Todos impactamos, solo que algunos decidimos hacerlo de manera positiva y otros de manera negativa. Siempre comparto que las personas son lo más importante para nosotros y que nuestro objetivo mayor es poder mejorar la vida de la gente. Soy una emprendedora social o de “impacto”, eso me encanta porque al mismo tiempo he podido generar muchos recursos económicos con mi idea.

“Cambiando el mundo. Un taller textil a la vez”, ese es mi lema.

23. ¿Qué he aprendido de todo esto?

Que el camino del emprendimiento no es una moda, no es para todas las personas, hay que ser honesto con lo que se está buscando, también que aportar a esta sociedad no se hace solo como emprendedor, también se logra siendo parte de un equipo, de una organización o una entidad. He aprendido a conocerme, a reconocer mis habilidades, a trabajar en ellas y a entender de qué forma aporto para construir un mejor tejido social.

Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻‍💻 🤓📚

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