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“Estamos cambiando hábitos de consumo, a unos que ayuden al planeta, la mente y el cuerpo. Reusar, compostar, reciclar, arreglar antes de desechar, conocer qué estoy consumiendo y por qué es una de nuestras misiones. Que la gente compre lo que realmente necesita, lo que los haga sentir en paz y no con más ansiedad, productos que realmente sean de calidad y que no estén llenos de tóxicos, mientras se logra consumir con el menor impacto en el planeta. Por otro lado también nos gusta mucho hablar en nuestras redes y otros medios sobre la importancia de vivir despacio, de hecho así es nuestro slogan Slow Living For Fast People, pasar por este planeta con la mayor armonía posible, sintiendo y disfrutando todo al máximo”, así lo va contando Andrea Gómez en 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos cuando recoge los pasos que la han llevado a tener un emprendimiento amigable con el ambiente. Esta es su historia.
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
30 años, Publicidad
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
Trabajé en agencias de publicidad por 6 años, no siendo lo que realmente quería. Me aburrí y renuncié un día en 2017, con lo que ahorré pude vivir un tiempo sin ganar nada de la tienda.
Al principio yo quería una tienda que vendiera alimentos orgánicos de productores locales, que no usara plásticos de un solo uso, siguiendo el ideal cero basura, en ese momento el primer producto fueron huevos frescos de gallinas libres de la vereda de nuestra finca en Suesca, se vendieron muy bien y metimos granolas artesanales, mantequillas de frutos secos, y entraron los cepillos de dientes de bambú y productos de cuidado personal naturales, yo siempre he tenido dermatitis atópica y me ha tocado cuidarme mucho la piel, buscando opciones naturales que mi piel acepte, fue ahí, en ese momento donde decidí también tener la línea de cuidado personal que fuera amigable con el planeta pero también con el cuerpo.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Con $100.000 compré varias bandejas de huevos de los vecinos en la finca en Suesca, a la gente le gustó mucho porque eran realmente frescos y eran diferentes a los de supermercado, me re-compraban mucho y de la ganancia que daba, compraba más para vender más y meter más productos. Al principio tenía todo esto en una bodega en donde vivía en Teusaquillo y con un amigo que andaba en bici, mandaba ya los pedidos a otros barrios más lejanos. Pronto la gente hacía pedidos de varios productos y en otros lugares de Bogotá, así logramos sacar nuestros propios productos e incluir otras marcas.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
De los ahorros de trabajar en agencias de publicidad, realmente la inversión inicial fue muy pequeña ($100.000) pero pronto se multiplicó, lo bueno fue que alcancé a ahorrar buena plata y con eso vivía también para los gastos básicos.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Estamos cambiando hábitos de consumo, a unos que ayuden al planeta, la mente y el cuerpo. Reusar, compostar, reciclar, arreglar antes de desechar, conocer qué estoy consumiendo y por qué es una de nuestras misiones. Que la gente compre lo que realmente necesita, lo que los haga sentir en paz y no con más ansiedad, productos que realmente sean de calidad y que no estén llenos de tóxicos, mientras se logra consumir con el menor impacto en el planeta. Por otro lado también nos gusta mucho hablar en nuestras redes y otros medios sobre la importancia de vivir despacio, de hecho así es nuestro slogan Slow Living For Fast People, pasar por este planeta con la mayor armonía posible, sintiendo y disfrutando todo al máximo
Finalmente también nos gusta cambiar las reglas del juego desde la empresa, tenemos filosofías empresariales como reusar para embalar, no imprimir, respetar a nuestros trabajadores y su tiempo (la vida no es sobre trabajar siempre), nuevas reglas en servicio al cliente, donde también se respete a la persona que presta el servicio y se le de calidad de vida, así como también precios justos a nuestras marcas aliadas y pagos oportunos.
6. ¿Soy feliz?
Claro que sí, estoy cambiando el mundo desde la marca que creé y eso es único y valioso.
Obviamente tengo momentos en que estoy muy confundida y triste, como cuando no hay plata o toca hacer un montón de burocracia que no sé hacer, o cuando me abrumo de tanto trabajo y sólo quiero meterme en mi cama a dormir. Pero el trabajo que hemos hecho desde La tortuga y la Liebre es muy valioso y eso me da mucho orgullo y felicidad.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
No me gusta decir que nunca haría algo, claramente no es mi idea ahora y amo trabajar en lo que trabajo, pero las situaciones siempre cambian y hay que ser flexible y realista siempre.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Muy duro, en el sentido de aprender la parte tributaria, de contabilidad y financiera, era un mundo que no conocía y en Colombia creo que es más complicado aún. No digo que soy una experta ahora, pero me ha tocado dominar de todo un poco, afortunadamente la comunicación publicitaria era mi fuerte, además de la administración porque fui ejecutiva de cuentas, por ese lado fue fácil en su momento empezar a organizar los productos y mirar cómo le iba a comunicar a la gente sus beneficios y forma de compra, etc.
También hay que considerar que nosotros abrimos nicho, pues la tendencia “low, zero waste o cero basura” era prácticamente nueva en Colombia, hacer esto no es fácil. Pero en su momento lo logramos y ahora nos estamos manteniendo en el mercado, a pesar de las vicisitudes como la pandemia, la economía inestable, la escasez de materia prima, entre otros.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Cumplí el sueño de sacar adelante La tortuga, aún me faltan muchos sueños por cumplir, por ahora quisiera tener un poco más de tiempo para mí, para viajar y para conocer nuevas cosas porque realmente en estos 4 años y medio no he tenido mucho descanso. Quiero aprender mucho más sobre sostenibilidad y enseñarle a otras personas a aplicarlo en sus empresas y productos, quiero conocer cómo aplican el slow living y la sostenibilidad en muchas culturas distintas alrededor del mundo, ir cazando ideas, tendencias y aplicarlas en mi marca.
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Por ahora sostenernos en la crisis es lo más importante, 2020 para nosotros fue muy bueno, 2021 no tanto pero tampoco fue tan malo. Por ahora, vamos a mantenernos como líderes del mercado en nuestra categoría en 2022, subiendo poco a poco las ventas, incluyendo los mejores productos ecológicos y naturales que existan en Colombia, cumpliéndoles como siempre a nuestros clientes.
Vamos a aprender procesos para ser más verdes, innovadores y eficientes. Personalmente, tengo que aprender mucho sobre finanzas y delegar, a veces eso me parece difícil pero hay que estar en constante crecimiento.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Claro que sí, podemos estar en otros países, y tener tiendas físicas en varios lugares de Colombia, siendo la opción de retail ecológica y natural preferida del mercado.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
No veo por qué no, sinceramente es cuestión de organizarse, ver que sea un trato justo, claro y que beneficie a la empresa, y al fin y al cabo a sus clientes y al planeta.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
No volvería a dudar del riesgo, tampoco volvería a pensar que en algunas ocasiones estar sólo es la mejor opción y no en equipo, un equipo de gente talentosa lo puede todo. Aunque también antes de tomar decisiones sobre todo que involucren personas a largo plazo, investigaría bien y dejaría todo muy claro para evitar malentendidos innecesarios, estando muy segura que esa persona actúa de buena fe y de verdad puede aportar al crecimiento de mi empresa y su equipo.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Mujeres como Marie Curie, Simone de Beauvior, Virginia Woolf, que retaron paradigmas en los que el hombre era la normalidad para ponerse ellas en el panorama, actualmente personas como Greta Tunberg, Ron Finley y en Colombia niños como Francisco Activista, y todos esos líderes sociales que luchan por un planeta en equilibrio.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
¡Muchas veces! Emprender es básicamente una montaña rusa de emociones.
Como he dicho no soy la mejor en finanzas. Una vez había que pagar la renta a la Dian, había hecho muchas promociones ese mes y no había mucha plata... sólo quería hacer un hueco en la tierra y salir a una playa desierta para no pensar más en números, deudas e impuestos.
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16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
He estado en grupos de WhatsApp de otras mujeres que tienen emprendimientos colombianos, nos hemos ayudado mucho entre nosotras y hemos hecho comunidad, también tenemos un grupo de emprendedores en La tortuga por WhatsApp para ayudarnos para cualquier cosa que surja sobre emprendimiento, pero si me gustaría pertenecer a otros grupos de gente que tiene más experiencia y puedan ayudarme en temas de negocios y otros.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Claro que sí, si cuidamos el planeta, nuestro cuerpo y nuestra salud mental, obtendremos mejor calidad de vida y así las siguientes generaciones.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
La tortuga y la liebre va a ser la tienda de destino de preferencia para los Latinoamericanos, en donde puedan ir a comprar productos y servicios ecológicos, orgánicos, locales, artesanales y naturales.
Yo en 10 años voy a estar con mi familia muy feliz, aún siendo parte de la empresa para tomar decisiones, búsquedas de nuevas oportunidades y cualquier cosa que la empresa me necesite, pero viajando más, descansando y viviendo significativamente por las personas que me rodean. Voy a tener un equipo envidiable que me va a buscar cuando me necesite, pero va a ser independiente por el talento tan grande que tienen.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Mi familia sobretodo me ha apoyado muchísimo, en cualquier emprendimiento los primeros clientes son la familia y no fue diferente para mi. Mi mamá cose muchos de nuestros productos en tela y sinceramente es muy buena en lo que hace, también muy responsable, mi papá viene a la tienda y bodega a ayudarme a veces, riega las plantas, a veces empaca, limpia y todo para que se vea bonito. Mi esposo está “pa las que sea” también.
Algunos amigos son clientes fieles, otros me dan consejos, con otros hemos hecho collages para ilustraciones, otros incluso tienen sus productos en la tienda.
20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Esa es la idea, siempre que alguien me pregunta por algo, sé lo digo sin problema, sea bueno o sea malo. A veces, incluso, en nuestro contenido de redes sociales hablamos de tips para emprender.
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21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Ahora en La tortuga el equipo es mi mamá, que hace los productos de tela propios de nuestra marca, la contadora que nos ha ayudado a organizarnos, mi papá que a veces ayuda a organizar la tienda y a empacar, mi esposo que me ayuda con productos nuevos y fotos, a veces tenemos a una persona que nos ayuda a empacar, respuesta de servicio al cliente y hacer stock cuando yo no tengo tiempo y se suben mucho las ventas, los mensajeros en bici que entregan todo súper rápido, de resto estoy yo acá y allá haciendo de todo.
Sin el equipo sinceramente nada se hubiera logrado, uno sólo no puede y no debe.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Sinceramente nuestro servicio al cliente es personalizado y muy amable, cuando la gente viene al showroom casi siempre atiendo yo y amo hablar con nuestros clientes, como son productos tan distintos a lo usual, amo explicar los beneficios y las funciones, cuando es en redes somos pacientes y diligentes, no dejamos mensajes sin responder. También los productos son distintos, no son lo que puedes encontrar en un supermercado usualmente, además todo lo que hay detrás del producto conlleva a tener un mundo mejor, desde los materiales, la trazabilidad y los fines de las ganancias, por un planeta, mente y cuerpo en armonía es que existimos, y se nota.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
A que la dedicación, el equipo, el conocimiento y la pasión por lo que haces sí hace la diferencia.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com).