Ella utiliza el chocolate para crear piezas de arte comestibles
“Decidí renunciar a mi trabajo para encontrar una actividad a través de la comida donde mi hija, una joven con discapacidad cognitiva, pudiera plasmar su talento para pintar y dibujar”, cuenta su emprendedora.
Tatiana Gómez Fuentes
“Mi emprendimiento se llama Chocolates Bruges y nació por mi deseo de entrar en el mundo del arte y el chocolate, con la misión de apoyar a mi hija en su proyecto de vida. Camila es una joven con una condición cognitiva especial, que se declara como un “alma feliz” y que además tiene un gran talento para pintar y dibujar con colores mágicos, como ella lo afirma con total convicción. Cami y yo encontramos en el emprendimiento el camino para combinar nuestras habilidades y talentos, para conocernos más y complementarnos. Ella es la artista y yo creo las experiencias de chocolate a partir de su arte. Ella es mi socia en esta aventura y me enseña que si tienes fé todo se puede y todo es posible”.
Así llegó la historia de Chocolates Bruges a nuestra sección de 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos. Hablamos con Aleyda Brugés Hernández, la creativa detrás de esta idea de negocio y aquí esta su historia contada para ustedes:
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
49 años, Mercadeo, con una especialización en Gerencia de Publicidad. Recientemente, tomé un diplomado en Marketing Digital.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
Decidí renunciar a mi empleo formal porque me sentía desconectada de mi rol y del ambiente en el que estaba. Para la Navidad de ese año, pensé en realizar alguna actividad de temporada para distraerme, y compartir con mi mamá y mi hija. Cuando era niña, lo que más recuerdo de esta época es el pesebre, porque mi mamá lo armaba con muchos detalles y además ocupaba gran parte de la sala o del garaje de la casa. ¡Era realmente especial! Los dulces y los postres también hacían parte de nuestra celebración, entonces pensé en hacer algo relacionado con estos temas como opción de detalle para las novenas.
Finalmente, encontré moldes de chocolate con las figuras de la Sagrada Familia y compré los implementos necesarios con los que hice las primeras piezas. Ese año vendimos pesebres y figuritas de campanas, botas y arbolitos. Ya había hecho mis primeros pinitos con el chocolate en años anteriores, en una actividad para la oficina, con una compañera que me enseñó algunas técnicas básicas. El tema me quedó gustando y me divertí mucho en esa temporada, entonces comencé a pensar en la opción de ser independiente e iniciar una nueva etapa en mi vida. Tenía conocimientos, me gustaba el tema, y pensaba que la experiencia corporativa liderando marcas y procesos era suficiente para iniciar el proyecto enfocado en arte y chocolate, al que llamé Chocolate Bruges.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Cuando decidí lanzarme al mundo del emprendimiento, conté con el apoyo de mi esposo y de mi hija, que desde su condición me inspira porque todo lo ve posible; mi familia pensaba que había entrado en crisis y que estaba loca por querer dedicarme a esto y no buscar un empleo formal. Comencé a investigar sobre el mercado de los chocolates, los ingredientes, los utensilios, tomé cursos, y casi que me obsesioné con todo lo que se requería para arrancar con el proyecto. Usando mis conocimientos de mercadeo y diseño, creé un catálogo sencillo, con fotos básicas de los primeros productos. En mi investigación descubrí la impresión comestible y el chocotransfer como algo novedoso para trabajar, y comencé a practicar con imágenes y dibujos. Así fue como incluí la primera innovación en mi portafolio.
A medida que fuimos avanzando con mi esposo, se nos ocurrió que esta podía ser una oportunidad para integrar a Cami, que ya se había graduado del colegio y que estaba estudiando pintura y dibujo. Ella es una joven con discapacidad cognitiva, y con un gran talento para pintar y dibujar.
Como siempre estamos pensando de manera diferente y creativa, se nos ocurrió poner sus creaciones de arte en piezas de chocolate con impresión comestible. Desde ese momento, comenzamos a promocionar la línea de Arte en Chocolate, el talento y la capacidad de Cami (no su condición), como parte vital del equipo, con su creatividad y su visión del mundo en colores; porque sin arte no hay chocolates. Con el apoyo de la Cámara de Comercio de Bogotá, participamos en un piloto de emprendimiento para personas con discapacidad, y así logramos participar con en la feria de jóvenes emprendedores de 2017.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Los recursos iniciales salieron de mis ahorros y de la liquidación de mi último trabajo. Así logramos darnos a conocer inicialmente entre amigos y conocidos que nos apoyaron. Como se imaginarán, el comienzo es duro y las ganancias eran muy pequeñas, así que todo se reinvertía en materia prima para continuar vendiendo.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Cuando miro hacia atrás, o veo algunas fotos de mis inicios con este proyecto, me siento realmente orgullosa de los avances y la evolución que hemos tenido. También me siento feliz al ver que Cami avanza con su arte y le aporta al proyecto mucho valor. Quiero continuar trabajando para que más personas como ella hagan parte de nuestro proyecto de arte, y poder compartir con sus familias ese regalo que nos ha traído la condición de “discapacidad”. El camino no ha sido fácil, pero hemos encontrado en este proyecto la forma de complementarnos como personas, de ser un equipo, y de comprobar que todo se puede, más allá de la etiqueta de una condición.
Siempre tengo en mente a Cami y qué más puedo hacer para ayudarle a crecer, a evolucionar. Por eso acepté este reto, para demostrar que podemos trabajar con personas como ella, que sus aportes son valiosos por su forma de ver las cosas y el mundo, que tenemos que abrir nuestra mente y valorar más todo lo que tienen para compartir; que no son “enfermos”, sino personas con mucha capacidad y talento.
6. ¿Soy feliz?
Soy feliz, aunque confieso que muchas veces me he sentido frustrada y a punto de decir “no más”. He tenido que afrontar muchos desafíos, no solo a nivel del proyecto, sino también a nivel personal. La condición de Cami conlleva temas médicos y altibajos que debemos sortear, y además, la pérdida reciente de mi mamá me dejó devastada para continuar. Sin embargo, siempre recuerdo lo que ella me decía: “toca buscarle la comba al palo, no hay de otra!”. Eso hago día a día con mis ideas, con la condición de Cami y con los retos que me llegan.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
Por ahora no, pero me encantaría tener un aliado que me ayude a pasar el siguiente nivel.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
La decisión fue fácil, porque tenía una idea / producto que me gustaba y que tenía la certeza de que iba a funcionar. Pensé que era sencillo por el hecho de ser una mujer profesional con una trayectoria importante en el mundo corporativo, pero emprender es otra cosa. Es comenzar de cero, entender que tienes que hacer de todo al principio, y que ya no cuentas con un presupuesto que debes administrar, sino que debes iniciar con tus ahorros o con lo que tengas. Tuve que aprender nuevamente sobre muchos temas, desde organizar y autogestionar, y al mismo tiempo adaptarme a los cambios que me trajo a nivel personal y familiar.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Aún no. Me falta compartir esta experiencia con más personas para inspirarlas y ayudarlas en su proceso. Este es realmente mi propósito.
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Trabajar de la mano con la comunidad Mompreneurs Colombia para crecer y mostrar al mundo nuestro trabajo y nuestra historia.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Sí.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
No lo he contemplado en este momento. Tendría que empaparme más del tema y evaluar la propuesta.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Confiar en que tengo todo “bajo control”. Es imposible responder en todos los frentes cuando eres emprendedor porque terminas agotado y tampoco te las sabes todas, por más “multitasking” que seas. Necesitas conectarte con gente que te apoye, con la que puedas aprender e ir creciendo, y en la que puedas delegar para que los temas fluyan (aunque esto último todavía no lo hago 100 %).
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Sin duda, mi hija. Su visión del mundo, su fe ciega en mí y en mis capacidades. Su autenticidad y su creatividad. A veces se nos olvida ser niños otra vez, y ella conserva esa inocencia; me muestra que cuando volvemos por un momento a ese mundo donde todo es posible, nos llenamos de ganas, de ilusión y de fuerza para continuar.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Si, muchas veces, pero mi fe en Dios, la guía de los ángeles, mi persistencia y mis capacidades me han ayudado a reinventarme y a ver nuevas oportunidades.
Visite la sección de Emprendimiento y liderazgo de El Espectador
16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
Me uní a Mompreneurs Colombia en 2024; estoy trabajando de la mano de los mentores y aprovechando todas las herramientas y el apoyo de la comunidad. Mi hija asiste al programa Enlaces de la caja de compensación Compensar; este es un programa para personas con discapacidad que ofrece actividades lúdicas y recreativas para esta población, y también trabaja temas de emprendimiento con los participantes y sus familias.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Totalmente. Puede influir en la forma en la que vemos a una persona con una condición diferente a la nuestra. Las personas con discapacidad tienen muchas habilidades, talentos y sueños. En un mundo donde la diversidad y la inclusión están ganando terreno, el emprendimiento se ha convertido en una alternativa para estas personas y su grupo familiar.
Nosotros como familia hemos descubierto todos los regalos que ha traído la condición de Cami; ha sido un proceso largo y de mucha paciencia, pero hoy vemos los resultados y nos sentimos orgullosos de nuestros logros. Como dije anteriormente, las personas como mi hija no son “enfermas”, sino personas con mucha capacidad y talento.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
En 10 años ya seré oficialmente una mujer jubilada, dedicada a seguir disfrutando de la vida. Me veo sentada, en mi galería de café y chocolate, tomando un capuccino y compartiendo con la gente que nos visita. Cami ya tendrá 30 años y será una artista. Además, todo nuestro conocimiento y experiencias habrán pasado a una nueva generación de arte y chocolate.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Apoyo incondicional por parte de todos. No solamente para mí, sino para Cami. Son los embajadores de la marca en todo momento.
20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Si, ese es mi propósito. Inspirar con nuestra historia y apoyar para que esos sueños se conviertan en grandes proyectos.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Mi equipo es mi familia, ellos son vitales, son un apoyo para todo lo bueno y lo no tan bueno. En este momento el equipo somos tres presonas: mi esposo, que se encarga de los temas logísticos, moldes especiales y empaques. También es mi crítico, en el buen sentido de la palabra, para que todo siga avanzando. Cami es la artista y el corazón creativo con su arte y sus colores; y yo, soy la creadora de experiencias de chocolate; adicionalmente, manejo las ventas, la imagen y los contenidos de la marca.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Mi persistencia y atención a los detalles. Mi alma rebelde siempre busca formas diferentes de hacer las cosas hasta lograr el objetivo. Un “no se puede” activa en mí la creatividad y la forma de convertirlo en “sí se pudo”.
23. ¿Qué he aprendido de todo este proceso?
Disciplina, enfoque, organización, a no rendirme, a levantarme y comenzar otra vez, y algo muy importante: no se puede dar nada por hecho: todo se debe validar y comprobar las veces que sea necesario.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻💻 🤓📚
“Mi emprendimiento se llama Chocolates Bruges y nació por mi deseo de entrar en el mundo del arte y el chocolate, con la misión de apoyar a mi hija en su proyecto de vida. Camila es una joven con una condición cognitiva especial, que se declara como un “alma feliz” y que además tiene un gran talento para pintar y dibujar con colores mágicos, como ella lo afirma con total convicción. Cami y yo encontramos en el emprendimiento el camino para combinar nuestras habilidades y talentos, para conocernos más y complementarnos. Ella es la artista y yo creo las experiencias de chocolate a partir de su arte. Ella es mi socia en esta aventura y me enseña que si tienes fé todo se puede y todo es posible”.
Así llegó la historia de Chocolates Bruges a nuestra sección de 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos. Hablamos con Aleyda Brugés Hernández, la creativa detrás de esta idea de negocio y aquí esta su historia contada para ustedes:
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
49 años, Mercadeo, con una especialización en Gerencia de Publicidad. Recientemente, tomé un diplomado en Marketing Digital.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
Decidí renunciar a mi empleo formal porque me sentía desconectada de mi rol y del ambiente en el que estaba. Para la Navidad de ese año, pensé en realizar alguna actividad de temporada para distraerme, y compartir con mi mamá y mi hija. Cuando era niña, lo que más recuerdo de esta época es el pesebre, porque mi mamá lo armaba con muchos detalles y además ocupaba gran parte de la sala o del garaje de la casa. ¡Era realmente especial! Los dulces y los postres también hacían parte de nuestra celebración, entonces pensé en hacer algo relacionado con estos temas como opción de detalle para las novenas.
Finalmente, encontré moldes de chocolate con las figuras de la Sagrada Familia y compré los implementos necesarios con los que hice las primeras piezas. Ese año vendimos pesebres y figuritas de campanas, botas y arbolitos. Ya había hecho mis primeros pinitos con el chocolate en años anteriores, en una actividad para la oficina, con una compañera que me enseñó algunas técnicas básicas. El tema me quedó gustando y me divertí mucho en esa temporada, entonces comencé a pensar en la opción de ser independiente e iniciar una nueva etapa en mi vida. Tenía conocimientos, me gustaba el tema, y pensaba que la experiencia corporativa liderando marcas y procesos era suficiente para iniciar el proyecto enfocado en arte y chocolate, al que llamé Chocolate Bruges.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Cuando decidí lanzarme al mundo del emprendimiento, conté con el apoyo de mi esposo y de mi hija, que desde su condición me inspira porque todo lo ve posible; mi familia pensaba que había entrado en crisis y que estaba loca por querer dedicarme a esto y no buscar un empleo formal. Comencé a investigar sobre el mercado de los chocolates, los ingredientes, los utensilios, tomé cursos, y casi que me obsesioné con todo lo que se requería para arrancar con el proyecto. Usando mis conocimientos de mercadeo y diseño, creé un catálogo sencillo, con fotos básicas de los primeros productos. En mi investigación descubrí la impresión comestible y el chocotransfer como algo novedoso para trabajar, y comencé a practicar con imágenes y dibujos. Así fue como incluí la primera innovación en mi portafolio.
A medida que fuimos avanzando con mi esposo, se nos ocurrió que esta podía ser una oportunidad para integrar a Cami, que ya se había graduado del colegio y que estaba estudiando pintura y dibujo. Ella es una joven con discapacidad cognitiva, y con un gran talento para pintar y dibujar.
Como siempre estamos pensando de manera diferente y creativa, se nos ocurrió poner sus creaciones de arte en piezas de chocolate con impresión comestible. Desde ese momento, comenzamos a promocionar la línea de Arte en Chocolate, el talento y la capacidad de Cami (no su condición), como parte vital del equipo, con su creatividad y su visión del mundo en colores; porque sin arte no hay chocolates. Con el apoyo de la Cámara de Comercio de Bogotá, participamos en un piloto de emprendimiento para personas con discapacidad, y así logramos participar con en la feria de jóvenes emprendedores de 2017.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Los recursos iniciales salieron de mis ahorros y de la liquidación de mi último trabajo. Así logramos darnos a conocer inicialmente entre amigos y conocidos que nos apoyaron. Como se imaginarán, el comienzo es duro y las ganancias eran muy pequeñas, así que todo se reinvertía en materia prima para continuar vendiendo.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Cuando miro hacia atrás, o veo algunas fotos de mis inicios con este proyecto, me siento realmente orgullosa de los avances y la evolución que hemos tenido. También me siento feliz al ver que Cami avanza con su arte y le aporta al proyecto mucho valor. Quiero continuar trabajando para que más personas como ella hagan parte de nuestro proyecto de arte, y poder compartir con sus familias ese regalo que nos ha traído la condición de “discapacidad”. El camino no ha sido fácil, pero hemos encontrado en este proyecto la forma de complementarnos como personas, de ser un equipo, y de comprobar que todo se puede, más allá de la etiqueta de una condición.
Siempre tengo en mente a Cami y qué más puedo hacer para ayudarle a crecer, a evolucionar. Por eso acepté este reto, para demostrar que podemos trabajar con personas como ella, que sus aportes son valiosos por su forma de ver las cosas y el mundo, que tenemos que abrir nuestra mente y valorar más todo lo que tienen para compartir; que no son “enfermos”, sino personas con mucha capacidad y talento.
6. ¿Soy feliz?
Soy feliz, aunque confieso que muchas veces me he sentido frustrada y a punto de decir “no más”. He tenido que afrontar muchos desafíos, no solo a nivel del proyecto, sino también a nivel personal. La condición de Cami conlleva temas médicos y altibajos que debemos sortear, y además, la pérdida reciente de mi mamá me dejó devastada para continuar. Sin embargo, siempre recuerdo lo que ella me decía: “toca buscarle la comba al palo, no hay de otra!”. Eso hago día a día con mis ideas, con la condición de Cami y con los retos que me llegan.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
Por ahora no, pero me encantaría tener un aliado que me ayude a pasar el siguiente nivel.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
La decisión fue fácil, porque tenía una idea / producto que me gustaba y que tenía la certeza de que iba a funcionar. Pensé que era sencillo por el hecho de ser una mujer profesional con una trayectoria importante en el mundo corporativo, pero emprender es otra cosa. Es comenzar de cero, entender que tienes que hacer de todo al principio, y que ya no cuentas con un presupuesto que debes administrar, sino que debes iniciar con tus ahorros o con lo que tengas. Tuve que aprender nuevamente sobre muchos temas, desde organizar y autogestionar, y al mismo tiempo adaptarme a los cambios que me trajo a nivel personal y familiar.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Aún no. Me falta compartir esta experiencia con más personas para inspirarlas y ayudarlas en su proceso. Este es realmente mi propósito.
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Trabajar de la mano con la comunidad Mompreneurs Colombia para crecer y mostrar al mundo nuestro trabajo y nuestra historia.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Sí.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
No lo he contemplado en este momento. Tendría que empaparme más del tema y evaluar la propuesta.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Confiar en que tengo todo “bajo control”. Es imposible responder en todos los frentes cuando eres emprendedor porque terminas agotado y tampoco te las sabes todas, por más “multitasking” que seas. Necesitas conectarte con gente que te apoye, con la que puedas aprender e ir creciendo, y en la que puedas delegar para que los temas fluyan (aunque esto último todavía no lo hago 100 %).
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Sin duda, mi hija. Su visión del mundo, su fe ciega en mí y en mis capacidades. Su autenticidad y su creatividad. A veces se nos olvida ser niños otra vez, y ella conserva esa inocencia; me muestra que cuando volvemos por un momento a ese mundo donde todo es posible, nos llenamos de ganas, de ilusión y de fuerza para continuar.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Si, muchas veces, pero mi fe en Dios, la guía de los ángeles, mi persistencia y mis capacidades me han ayudado a reinventarme y a ver nuevas oportunidades.
Visite la sección de Emprendimiento y liderazgo de El Espectador
16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
Me uní a Mompreneurs Colombia en 2024; estoy trabajando de la mano de los mentores y aprovechando todas las herramientas y el apoyo de la comunidad. Mi hija asiste al programa Enlaces de la caja de compensación Compensar; este es un programa para personas con discapacidad que ofrece actividades lúdicas y recreativas para esta población, y también trabaja temas de emprendimiento con los participantes y sus familias.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Totalmente. Puede influir en la forma en la que vemos a una persona con una condición diferente a la nuestra. Las personas con discapacidad tienen muchas habilidades, talentos y sueños. En un mundo donde la diversidad y la inclusión están ganando terreno, el emprendimiento se ha convertido en una alternativa para estas personas y su grupo familiar.
Nosotros como familia hemos descubierto todos los regalos que ha traído la condición de Cami; ha sido un proceso largo y de mucha paciencia, pero hoy vemos los resultados y nos sentimos orgullosos de nuestros logros. Como dije anteriormente, las personas como mi hija no son “enfermas”, sino personas con mucha capacidad y talento.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
En 10 años ya seré oficialmente una mujer jubilada, dedicada a seguir disfrutando de la vida. Me veo sentada, en mi galería de café y chocolate, tomando un capuccino y compartiendo con la gente que nos visita. Cami ya tendrá 30 años y será una artista. Además, todo nuestro conocimiento y experiencias habrán pasado a una nueva generación de arte y chocolate.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Apoyo incondicional por parte de todos. No solamente para mí, sino para Cami. Son los embajadores de la marca en todo momento.
20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Si, ese es mi propósito. Inspirar con nuestra historia y apoyar para que esos sueños se conviertan en grandes proyectos.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Mi equipo es mi familia, ellos son vitales, son un apoyo para todo lo bueno y lo no tan bueno. En este momento el equipo somos tres presonas: mi esposo, que se encarga de los temas logísticos, moldes especiales y empaques. También es mi crítico, en el buen sentido de la palabra, para que todo siga avanzando. Cami es la artista y el corazón creativo con su arte y sus colores; y yo, soy la creadora de experiencias de chocolate; adicionalmente, manejo las ventas, la imagen y los contenidos de la marca.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Mi persistencia y atención a los detalles. Mi alma rebelde siempre busca formas diferentes de hacer las cosas hasta lograr el objetivo. Un “no se puede” activa en mí la creatividad y la forma de convertirlo en “sí se pudo”.
23. ¿Qué he aprendido de todo este proceso?
Disciplina, enfoque, organización, a no rendirme, a levantarme y comenzar otra vez, y algo muy importante: no se puede dar nada por hecho: todo se debe validar y comprobar las veces que sea necesario.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻💻 🤓📚